MENSAJE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
“Mis
Amados hijos, Yo, Jesús, Su Señor y Su Maestro, Me alegro hoy por venir a
ustedes en el día de Mi Misericordia.
Doy
la “Indulgencia Plenaria” a todos aquellos que rezan Mi Coronilla de la
Misericordia todos los días, que propagan Mi Imagen como Misericordioso, que
propagan la devoción a Mí como Redentor Misericordioso, esparciendo los
Mensajes que Yo di a Mi Hijita Faustina al mundo entero.
Sobre
estos Mis hijos Amados, Verdaderos Apóstoles de Mi Misericordia desciende ahora
los rayos de Mi Gracia y de Mi Amor perdonando todas las penas debidas a sus
pecados y dándoles el completo perdón, remisión de todas las penas de sus
culpas.
Yo
Soy el Salvador Misericordioso, Yo vine a la tierra hace 2000 años atrás para
salvarles, para salvar el mundo entero, pero como Mi Amor por los hombres no
puede ser medido, ni incluso limitado, no Me limité únicamente a lo que Yo dije
y a lo que Yo hice en el tiempo de Mis Apóstoles.
Yo
volví continuamente a la tierra para cumplir aquello mismo que Yo había dicho a
Mis Apóstoles: “Muchas cosas Yo tengo para decirles, pero no las pueden soportar,
comprender ahora.” Por eso, Yo vendré, Yo mandaré al Consolador y Él les
enseñará todas las cosas.
Sí,
el Consolador es el Espíritu Santo y Soy Yo mismo que con Él, actúa en la vida
de Mis Santos y Videntes para explicarles muchas cosas que no comprenden y que
en la época de Mi Primera Venida, el mundo no podría soportar.
¡Vengo
por Misericordia, vengo para mostrarles lo cuanto les amo! Vengo para arrancarles
de las tinieblas de los errores que Satanás les enseñó y para reconducirles por
el camino de la Rectitud, de la Justicia y de la Santidad.
Un
padre hace todo por sus hijos, un padre que verdaderamente tiene amor a sus
hijos que son carne de su carne y sangre de su sangre, un padre hace todo por
sus hijos. E incluso cuando ellos lo desprecian, lo maltratan, no lo quieren,
él insiste en amarlos y todo hace para ayudarlos.
¡Ustedes
son Míos, son Mis Hijos! Sí, Yo y el Padre somos UNO, y quien es Hijo del Padre,
también de cierta forma es Mío. Son Mi Semilla, ustedes vinieron de Mí y hago
todo por la salvación de ustedes e incluso cuando ustedes Me desprecian Mis
Hijos, incluso cuando pagan Mi Amor y todos los dolores que sufrí por ustedes,
especialmente de Mi Pasión con la ingratitud de ustedes.
Yo
continúo amándoles y este amor que olvida los dolores e ingratitudes que Me
causan, y continúa viniendo hasta a ustedes para amarles, salvarles. Este Amor
les ama: ¡Misericordia! por eso, Yo soy Él Señor Misericordioso dispuesto a
perdonarles Mil veces, si estuvieren verdaderamente arrepentidos de sus pecados
y deseosos de ser Santos, de no vivir, de no caminar más con Mi enemigo, el
Demonio, pero si, de caminar Conmigo y con Mi Madre.
Por
eso les digo: “Renuncien hoy al pecado, coloquen para afuera de sus corazones esa
serpiente venenosa, antes que ella termine de envenenar y matar sus almas”.
Renuncien
al pecado y denme sus corazones, denme ahora el “Sí” de ustedes y Yo entraré en sus corazones con tantas
Gracias y con una fuerza tan
avasalladora de Mi Espíritu Santo, que ustedes nunca más, serán los mismos.
Vengan
a Mí todos ustedes que están cansados y abatidos, y Yo les aliviaré del peso de sus pecados,
les aliviaré también de la cruz generada por sus propios errores y pecados.
Vengan
a Mí todos ustedes que tienen hambre porque serán saciados, ustedes que tienen
hambre de la verdad, hambre de Amor, hambre de Paz y hambre de Verdad. Vengan a
Mí que Yo les saciaré.
Vengan
a Mí ustedes que tienen hambre y sed de justicia, de Santidad, de Perfección,
de Inocencia, de Fortaleza, de Templanza, de Sabiduría, de Piedad, de Temor de
Dios, del Consejo, de la Ciencia, de Bondad y de Amor, porque serán saciados.
Porque Yo Soy todo eso y aquel que está unido a Mí posee todas esas Virtudes
que Yo doy largamente, abundantemente a quien Me pide.
Yo
dije y repito: “el vaso para coger esas Mis Gracias es la Confianza. Cuanto
mayor fuere su vaso, cuanto mayor fuere su Fe, su Confianza en Mí tanto más
recibirán”. El motivo porque Yo no puedo dar muchas Gracias a ciertas almas es
porque ellas no confían en mí, no Me dan sus corazones. Mantiene en una parte
secreta de su corazón, escondidas sus pasiones, sus malos deseos, su apego al mundo.
Y
es por eso que Yo no puedo derramar en esas almas Mis Gracias. Y mientras no
confiaren en Mí y no se entregaren a Mí completamente dándome todo, dándome un
“Sí” completo de sí mismas, no puedo derramar en ellas Mis Gracias.
Denme
por lo tanto su “Sí”, para que Yo pueda verdaderamente, llenarles de Mis Gracias,
porque cuando Nosotros les creamos, les creamos con la libertad. Y es por eso
que Yo, su Dios, respeto cuando un hombre quiere ir para el Infierno a pesar de
todas Mis Gracias.
Si
él quiere el pecado, si él quiere la condenación, Yo agoto todas Mis Gracias para
intentar salvarlo. Voy dando continuas señales a él para que se arrepienta, en
los rayos, en las tempestades, en los mal logros y disgustos de la vida, en los
fracasos, en las enfermedades, en los dolores, para ver si él mira para Mí y
vea que sin Mí, no es nada, no puede nada.
Pero
incluso después de tantas Gracias, ciertas almas persisten en el pecado y
prefieren la condenación. Voy haciendo Gracias para esas Almas hasta agotar Mi
Misericordia y Mi Poder. Cuando ellas decididamente no Me quieren más, no tengo
otra alternativa, sino abandonarlas y que se pierdan eternamente.
“No
sean del número de estas Almas desgraciadas Mis hijos”.
Denme hoy su “Sí” para que Yo pueda verdaderamente colmarles de Mi Gracia e
enriquecerlos con los tesoros de Mi Sagrado Corazón.
“Yo
les Amo Tanto”. Les escogí y les llame aquí para conocer Mi Bondad y Mi Amor a
través de Mi Madre que Yo envíe primero que Yo. Ustedes fueron profundamente
amados por Mí, al mandarles aquí a Mi Madre para llamarles, para atraerles y traer
hasta Mí, Yo les hice la Mayor Gracia que Yo podía hacer.
Yo
les di la mayor prueba de Mi Amor después de la Cruz, Yo les di el Mayor Tesoro
que Yo poseo después de Mi propia Gloria, de Mi propio Poder que es Mi Madre.
En el Amor de Ella pueden sentir el Mío, en el cariño de Ella pueden sentir el
Mío, en el mirar de Ella pueden ver el Mío, en la belleza de Ella pueden ver la
Mía, en la Misericordia y en la ternura de Ella pueden sentir Mi Misericordia y
Mi ternura por ustedes.
Sí,
vengan a Mí por Ella que es el camino seguro que conduce a Mí, que es el camino
seguro de salvación. Los Santos comprendieron este secreto maravilloso que Yo
les manifesté. Quien viene a Mí por Mi Madre jamás se perderá, porque Mi Madre
fue el camino por el cual Yo vine a la tierra, porque Mi Madre fue el camino por
el cual Yo vine a la tierra a los hombres y es el camino por el cual quiero que
los hombres vengan a Mí.
¡Oh,
Felices y Bienaventuradas las almas que comprenden este secreto! Que comprenden
que Yo y Mi Madre somos dos Corazones Unidos inseparables y que aquél que ama
el Corazón de Mi Madre ama el Mío. Y aquél que está unido al Corazón de Mi
Madre está unido al Mío, quien alaba y bendice el Nombre de Mi Madre, bendice y
exalta el Mío, porque Yo Soy Fruto Bendito del vientre de Ella.
Benditas
y Bienaventuradas, Felices las almas que rezan el Rosario de Mi Madre, porque
alaban a Mi Madre en el Ave María diciendo: ¡Ave María llena de Gracia!
y Me alaban cuando dicen: ¡Y bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús!Esta
lección que Mi Predilectísimo Marcos les enseñó hace tantos años es la más Pura
Verdad.
Quien
reza el Rosario de Mi Madre alaba a Ella y Me alaba, y Yo concedo todo a
aquellos que Me alaban a través de Mi Madre.
Vengan
a Mi Corazón, que hoy quiere darles tesoros inmensos. Y conviértanse deprisa
Mis Hijos, porque Mi Misericordia no esperará para siempre el regreso de
ustedes, la respuesta de ustedes. Yo Soy el mismo Jesús que perdonaba a los
pecadores, ala pecadora arrepentida…. Zaqueo… el Buen Ladrón. Y aquél que hizo un chicote de
cuerdas y golpeó a los vendedores en el Templo y maldijo a los Fariseos.
Sí,
Yo Soy el mismo Jesús y en Mí hay tanta Misericordia cuanto la Ira.
Misericordia para los pecadores arrepentidos, Ira para los que yerran como los
Fariseos, sepulcros “callados” bellos por fuera, podridos de pecados por
dentro, empedernidos en sus errores, en su rebelión contra Mí, no podré
perdonar a aquél que se obstina en el pecado. Por eso les digo: “Conviértanse
sin demora para que Mi Misericordia triunfe en la vida de ustedes y no caigan
en las manos de Mi Justicia”. Quien no quisiera pasar por el Puente de Mi
Misericordia que ahora es Mi Madre enviada a ustedes aquí con Sus Mensajes,
tendrá que pasar por el Puente, por la Puerta de Mi Justicia.
¡Ay
de aquellos que ahora desprecian a Mi Madre con Sus Mensajes, Ay de aquellos
que lastiman el Corazón de Mi Madre con la negación de los Mensajes de Ella,
con la desobediencia a los Mensajes de Ella, con la persecución a Ella y a Sus
Videntes Electos.
Porque
cuando venga el Día del Gran Castigo, verán la Verdad, arrancarán los cabellos
de sus cabezas, golpearán la cabeza en los muros llamando a la muerte y la
muerte vendrá, pero será solo el comienzo de su tormento. Porque serán precipitados rápidamente en las
llamas eternas, porque se recusaron a escuchar a la Mensajera de Dios, a la
propia Madre de Dios que vino a ofrecer: Su Amistad, Su Protección, Su Palabra
llena de Verdad, Sabiduría y Amor. Despreciaron la Misericordia Celeste que es
María.
Ustedes
Mis Hijos, no sean del número de esos locos, permanezcan con Mi Madre, porque
aquél que permanece con Ella, a ese Yo reconoceré como Mi Hermano, Hijo de Mi
Madre y Yo le llevaré para gozar las Delicias de la Vida Eterna a Mi lado.
Continúen
rezando la Coronilla, Mi Coronilla de la Misericordia todos días y todas las
Oraciones que Nosotros les dimos aquí, porque ellas todos los días acrecientan más
y más méritos a sus almas. Les embellece, les purifica, les llena del Fuego del
Espíritu Santo y cada vez más alejan de ustedes los demonios y sus tentaciones
y trampas.
Yo
estoy mirando para cada uno de ustedes ahora y en Mi mirada, les doy Mi Paz, Mi
Amor, Mi Misericordia y Mi Ternura. No pueden imaginar cuanto les amo, cuanto
les quiero salvar. Vengan a Mí Mis Hijos, Yo que les di este lugar que es
camino seguro de salvación.
Vivan
las lecciones que Nosotros les dimos aquí, renuncien al pecado, vivan en Mi
Gracia, en Mi Amor, en Mi Amistad. Hagan Oraciones con el corazón, Oraciones
vivas que verdaderamente Yo pueda vivir en ustedes y actuar en ustedes con toda
la Potencia de Mi Espíritu Santo, iluminando sus almas y encaminándoles a la
Perfección. Y siempre permanezcan en Mí y Yo permaneceré siempre en ustedes.
A
todos ahora les bendigo: de PLOCK… de CRACOVIA… y de JACAREÍ.”
MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Mis
Amados Hijos, Yo Soy la Madre de la Misericordia. Soy la Madre de Jesús Misericordioso.
Soy la Madre que a todos ustedes ama, bendice, protege, perdona y reconcilia
con Dios.
Soy
la Madre de la Misericordia, sobretodo, para los pecadores, intentando por
todos los modos tocar el corazón de ellos, convertirlos, llamarlos de regreso
al buen camino que conduce a Dios.
Soy
la Madre de Misericordia, para ellos ofreciendo Mis Lágrimas, Mis Dolores, el
Mérito de todo esto, para alcanzar de Mi Hijo, para ellos, nuevas Gracias de
conversión y de salvación.
Soy
la Madre de Misericordia, que incluso siendo rechazada por Sus Hijos, incluso
siendo lastimada en Mi alma por los Hijos que Me desprecian, continúo luchando
por su salvación, continúo llamando a ellos a regresar a Dios, continúo
enviando continuas señales de Mi Amor para que se conviertan.
Soy
la Madre de Misericordia para los enfermos que en Mí encuentran alivio, bienestar,
Amor y Paz.
Soy
la Madre de la Misericordia para esta juventud perdida en estos tiempos malos
en que viven. Esta juventud que se alejó tanto de Dios: la Violencia, la
Destrucción de las familias, la Desorientación, las Drogas, las Guerras y
tantos males que victiman a la juventud.
En
Mí, los jóvenes encuentran bienestar, amor, cariño, protección, comprensión,
ternura. Y para todos ellos Me manifiesto, Me muestro como Madre Amorosa, Madre
Misericordiosa que a todos quiere salvar, que a todos quiere proteger, que a
todos quiere llevar hasta el Cielo.
Soy
la Madre de la Misericordia para las criaturas, víctimas de esta sociedad
alejada de Dios, de esta sociedad dominada por Satanás y por las fuerzas de las
tinieblas. La infancia y las criaturas que ahora son inducidas al pecado, a las
experiencias del mal ya en tierna edad.
Esas
criaturas también que son víctimas de los pecados de sus padres padeciendo la separación
de los padres, padeciendo el abandono de los padres, a la incomprensión de los
padres y una profunda falta de amor.
Para
esas criaturas Me manifiesto como Madre Misericordiosa y Amorosa que las ama,
que las protege, que cuida de ellas, que quiere dar a sus corazoncitos, la Paz
y la protección de la cual ellas tienen hambre y sed. Para todas ellas Yo Soy
el amparo y cuido de ellas con desvelo y celo inmenso de Madre amorosa.
Soy
la Madre de Misericordia para todos los hijos que Me buscan, para todos
aquellos que Me procuran, para todos aquellos que procuran Mi Amor, que
procuran la Paz que solamente Yo puedo dar, porque sólo Yo Soy la Reina de la
Paz.
Y
a esos hijos Yo Me manifiesto como Madre Amorosa, enviando muchas invitaciones,
muchos llamados a través de acontecimientos y personas para conocerme, conocer
Mis Mensajes, probar Mi Amor, sentir Mi Cariño de Madre.
Para
esos hijos como nunca, manifiesto Mi Belleza, manifiesto Mi Gloria, manifiesto
Mi Perfección. Y, sobretodo manifiesto Mi Bondad, hiriendo los corazones de
ellos de amor por Mí. Y a través del Amor, a través del Cariño que ellos tienen
por Mí, los hago a todos enamorarse por Mi Hijo Jesús.
Soy
la Madre de Misericordia, para la humanidad que se alejó de Dios, que se rebeló
contra Su Amor y ahora coge los frutos de su alejamiento y rebelión: las
guerras, la violencia, la destrucción de las familias, el desorden en la
sociedad y en el medio de los hombres conduciendo todo al caos que culminará en
la autodestrucción de toda la humanidad en una Tercera Guerra Mundial sin
precedentes.
Para
esta humanidad perdida Me manifiesto como Reina de la Paz, como la Madre de la
humanidad y a todos doy Mi Amor, doy Mi Gracia, doy Mi ternura, Me manifiesto
en tantos lugares de la Tierra especialmente aquí para mostrar a esta humanidad
ciega en el pecado, el camino que debe seguir para encontrar su salvación
definitiva y su Paz. ¡Esta Salvación y esta Paz es Dios!
Por
eso, hijitos, hoy, en la Fiesta de la Misericordia Divina, Yo vengo a ustedes
manifestándome como la Madre de la Misericordia y Mensajera de la Paz, para
decirles que la Misericordia Divina ultrapasó, extrapoló (excedió) todos los
límites de Su Amor mandándome aquí hace casi 25 años para salvarles.
En
verdad, después que el Verbo se hizo carne nunca la Misericordia Divina fue tan
generosa, concedió tanto al mundo como Me envió aquí en Jacareí y aquí Me
ordenó que permaneciese por 25 años hasta ahora para decirles que Nosotros les
amamos y queremos la salvación de ustedes cueste lo que cueste.
Déjense
amar por Mí, Madre de la Misericordia y les daré todo Mi Amor, toda Mi ternura.
Déjense conducir por Mí y derramaré sobre ustedes la abundancia de Mis Gracias,
de Mi Misericordia Maternal. Hagan los grupos de oración que Yo mandé por todas
partes, hagan las oraciones que Yo les pedí todos los días, porque a través de
ellas cada vez más derramo sobre ustedes Mi Misericordia Materna y les hago
sentir Mi Amor, Mi Bondad, Mi Cariño y Mi protección siempre constantes.
Y
ustedes entonces, pueden constatar y testimoniar a todos que verdaderamente Yo
Soy la Madre de la Misericordia.
A
todos hoy bendigo con Amor: de FÁTIMA… de CHZESTOCHOWA… y de JACAREÍ.
Adiós,
hasta pronto Mis hijos. La Paz a ustedes, la Paz a ti Marcos, el más amado de Mis
hijos.
Mañana
nos veremos nuevamente.”