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Mensaje de San Rafael Arcángel
“Amados Hermanos Míos, Yo,
Rafael Arcángel del Señor, vengo hoy a bendecirles y a darles Mi Mensaje y Mi
Paz. Tengan en sus corazones la Llama del verdadero Amor por el Señor, que sus
corazones tengan la Santa Herida del amor verdadero y abrasador por Dios, de
modo que el alma de ustedes desfallezca a todo instante de añoranza al Señor,
de deseo al Señor, de sed de la Palabra del Señor, de estar con Él en la
intimidad de la oración, para que así, Su Amor vaya creciendo cada vez más en
sus almas hasta alcanzar la plenitud de unión con Él.
Tengan en sus almas la
Herida de Amor, de Amor Verdadero a Dios, que les hace cada vez más desear a
Dios, que los hace cada vez más buscar a Dios, buscar la Santa Palabra de Dios,
buscar conocer mejor la Santa Voluntad del Señor al respecto de ustedes, para
que así, movidos por el suave dolor de esta Herida de Amor, sus almas nunca se
cansen en la busca del Sumo Bien, en la busca del conocimiento del Señor, para
agradarle, para servirle mejor, para hacer lo que más le agrada y no apenas lo
que es agradable a Él, así, serán “Grandes Santos” que crecerán todos los días
más en la ruta del verdadero amor por el Señor.
Tengan la Herida del
Verdadero Amor en sus almas, que hace con que sus corazones vivan continuamente
con sed del Señor, de estar en Su Compañía , de estar en la dulce intimidad de
la oración con Él, que les hace buscar cada vez más estar con Él, buscarlo,
para que entonces, el alma de ustedes nunca se canse de estar con el Señor en
la oración, de estar con la Madre de Dios en la oración, creciendo cada vez más
en Gracia, en Virtud, en Perfección, siendo nutridos por Ellos personalmente en
la oración, hasta que el crecimiento de ustedes alcance la máxima estatura en
la Santidad a los ojos de Ellos.
Por fin, tengan en sus
almas la Herida del Verdadero Amor, que los haga dar toda la vida a Dios, a la
Madre de Dios, buscando todo hacer para agradarles, huyendo de todo pecado que
pueda ofenderlos o enojarlos, y, sobre todas las cosas convertirles cada vez
más semejantes a los Corazones Sacratísimos de Ellos para que entonces, sus
corazones sean verdaderamente imagen y semejanza del Corazón Divino de Jesús,
del Corazón Inmaculado de María, del Amantísimo Corazón de San José.
Yo, Rafael, Ángel del
Amor, les ayudaré a tener cada vez más esta Santa Herida de Amor por el Señor. Ámenlo,
porque el Señor les ama mucho, el Señor les escogió, les eligió para conocer
estas Apariciones porque les ama mucho, Sus Ojos de Bondad y de Misericordia se
volvieron para ustedes con amor, los ojos de la Madre de Dios, sin embargo
dolorosos y llenos de lágrimas de sangre por los pecados del mundo y hasta
incluso por las faltas de ustedes, no les miraron con indignación, pero sí, les miraron con Bondad, con Misericordia,
con Ternura y con Cariño. Es por eso que Ella les escogió, Ella les llamó, Ella
les separó como una porción preciosa de Su Corazón Inmaculado para formarles,
nutrirles y conducirles hasta Dios, puros y santos, bellos e inmaculados,
transfigurados para la mayor alegría y exaltación de la Santísima Trinidad.
Por eso, amen al Señor,
amen a la Madre de Dios que tanto les amaron y den hoy a Ellos su corazón,
porque es el corazón de ustedes el acto de amor, de fe, de religión, de
confianza y de entrega más precioso que Ellos desean recibir de ustedes. A
todos hoy bendigo generosamente y especialmente a ti Marcos, el más ardiente de
Mis Devotos, el más Querido de Mis Amigos y a todos cuantos Me Aman, Me
Escuchan y acogen con amor Mi Mensaje ahora, les bendigo con amor.”
(Marcos): “Sí,
sí, sí, sí, yo haré, sí…..Gracias mi gran y dulce Amigo. Sí, sí, me recuerdo
mucho. Yo haré, sí. Hasta pronto.”
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