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jueves, 28 de noviembre de 2013

21 de Noviembre del 2013 - Mensaje de la Virgen María a su amado hijo Marcos Tadeu


FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA EN EL TEMPLO Y DÍA DE LOS CONSAGRADOS RELIGIOSOS

21 de Noviembre del 2013 del 2013
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet a través de la WebTV mundial: www.apparitionstv.com

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA


“Mis queridos hijos, hoy conmemoran La Fiesta de Mi Presentación en el Templo a los 3 años de edad, cuando Me consagré totalmente al Señor para servirlo, amarlo, adorarlo y prestarle todo Mi servicio, toda Mi dedicación en Su casa como Su más humilde y devota Súbdita.

Fue una entrega de amor total a Dios, fue una entrega de amor total a ustedes. Fue una entrega total de amor a Dios, porque dando a Dios Mi vida totalmente, Mi Cuerpo y Mi Alma en tan tierna edad pagué al Señor el tributo que le era debido por todos los favores insignes, todos los privilegios, todas las gracias, todos los dones y toda la perfección con la cual Él Me había creado. Y así le di a Su Majestad Divina, honor, gloria, reparación, correspondencia, obediencia y amor comenzando ya a reparar el pecado de Eva, que ingrata, desobediente, desleal, infiel había pagado los mismos favores que había recibido de Dios como Yo, con el pecado original, con la desobediencia original. Entonces, di al Señor la justa reparación por la desobediencia de Eva, que fue creada inmaculada y santa como Yo, pero perdió todo por causa de su desobediencia, ingratitud, irreligión e insurrección con el Señor.

En Mí, Dios vio finalmente el pecado de Eva comenzar a ser reparado, vio en Mi verdaderamente, a Su criatura dándole finalmente el honor, la gloria, la alabanza, la obediencia, la correspondencia y la sumisión que Él tanto esperó de los Primeros Padres y de todo el género humano y nunca había recibido. Por eso El Señor se agradó de Mi oferta, se agradó de Mi “sí” y con Mi continua inmolación en el templo ante Su presencia, con Mis continuas oraciones, súplicas y el ofrecimiento de todos los actos que allí Yo practicaba, Él decidió por Mi amor apresurar la Encarnación del Verbo, enviar más rápidamente el remedio para el pecado, para la enfermedad mortal de la cual toda la humanidad estaba contaminada, para que así, todo el género humano pudiese finalmente libertarse de la esclavitud del pecado, del yugo de Satanás y finalmente encontrar la verdadera vida, la vida de los verdaderos hijos de Dios, la filiación divina  y así, el hombre pudiese ser salvo y un día ser participante de la gloria y de la felicidad de Dios en el Cielo.

Mi entrega en el Templo fue una entrega de amor a ustedes también, porque fue por ustedes que Yo Me entregué al Servicio del Señor en el Templo, para que con Mis oraciones, Mis sacrificios, para que con Mi amor, Mi obediencia y Mi dedicación total a Él, conseguir que Él enviase al Mesías más rápidamente al mundo, para remediar todo el género humano y para traer para ustedes Mis queridos hijos, la redención, abriéndoles las puertas del Cielo cerradas por los pecados de Nuestros primeros Padres. Y así, todos ustedes pudiesen beber de la copiosa redención operada por el Verbo  Encarnado y así vivir la Verdadera Vida en Él y con Él para la mayor gloria de Dios.

Hoy es el día también del “sí” de ustedes, es el día que deben finalmente dar el sí de ustedes a Dios, entregándose así como Yo para servirlo, adorarlo y amarlo. Aquellos que son llamados por el Señor al altísimo honor de ser almas consagradas y religiosas en Su servicio, deben ahora renunciar completamente a desprenderse de si mismos y seguir por el camino de la abnegación, del olvido de sí dando su “sí”  a Dios, correspondiendo al llamado que recibieron de Él, para hacer Su voluntad y así, la obra de la salvación del Señor continúe siendo realizada a través de los tiempos y de los lugares para la mayor salvación de las almas, de Sus hijos y para el mayor triunfo de Su Amor Misericordioso sobre todas las naciones.

Los Laicos, cada uno es su estado de vida, deben también hoy dar su sí al Señor, para que construyan familias santas, para que eduquen a sus hijos en el santo temor de Dios, para que guíen a los jóvenes por el camino de la santidad, para que la flor de la vocación en ellos pueda crecer saludablemente hasta alcanzar la plenitud de su entrega total a Dios y aquellos hijos que fueran llamados a continuar las familias santas en el mundo, puedan construir el ejemplo de sus padres, nuevas familias santas para que la grey del Señor continúe creciendo cada día más, y para que las familias continúen siendo jardines de donde nacen las flores más bellas y perfumadas de vocaciones religiosas, de santos para la mayor gloria, triunfo de Dios, de la verdad, de la santa fe católica en el mundo.

Ahora en éste momento bendigo a todos y bendigo especialmente a aquellos Mis hijos que Me dijeron “sí” y que Me entregaron sus vidas aquí, en la vida religiosa consagrada a Mi servicio, para que cuiden de este Mi Santuario en la obediencia, en el trabajo, en la penitencia, en el sacrificio, en la abnegación, en el olvido de sí mismos y de su voluntad para realizar la Mía.

También bendigo especialmente a Mi hijito Marcos que se entregó completamente a Mí hace 22 años atrás, dándome su “sí” total, después confirmando en sus votos religiosos. En verdad, los otros Mis hijos Me sirven en parte, pero Él Me sirve de modo completo, los otros Me dan su amor en parte, este hijo Me da su amor total. Y por haber renunciado a todo, el  ofrecimiento de él  tiene un valor inmenso delante de Mí y del Señor, así como también Mis Esclavos de Amor aquí. Y este ofrecimiento de la vida de ellos todos los días sube al Cielo como un incienso perfumado y luminoso, como un gran poder que Yo puedo ofrecer a Dios unido a Mis merecimientos, para alcanzar para el mundo entero, perdón para los pecados, gracia y misericordia.

Verdaderamente la vida  de estos Mis hijos que se consagran a Mí vale tanto como una Hostia en el Sagrario, como dijo Mi hijo a  Mi hijita Madre Mariana de Jesús Torres. Y el ofrecimiento de un alma que se da totalmente a Mí abala al infierno, destruye muchos y muchos planes de Satanás, aniquila su poder, quebranta a su imperio en el mundo y verdaderamente hace brotar sobre las almas del mundo entero un río de gracias, luz, paz, perdón y misericordia.

A todos bendigo generosamente y especialmente a Mi hijito Marcos que Me ofreció su vida entera ya a los 13 años, ofrecimiento que lo tornó tan agradable a Dios y a Mí y que verdaderamente lo hace digno de todas las gracias, merced y distinciones que le he dado.

A todos bendigo de LOURDES, de FÁTIMA y de JACAREÍ”

(Marcos): “Sí… sí… Hasta pronto Querida Madre”

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