Jacareí, 14 de Junio del 2014
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mundial: www.apparitionstv.com
MENSAJE DE SANTA LUCÍA DE SIRACUSA
“Amados hermanos Míos, Yo,
Lucía, hoy, vengo nuevamente para bendecirles y darles la paz.
¡Yo les amo! ¡Yo les
amo mucho! Y quiero su salvación, no quiero que sufran en el día del Aviso (*), por
eso les digo: “Conviértanse sin pérdida de tiempo, para que en aquel día, en
que los propios cielos y la tierra se estremecerán delante del golpe fulminante
del Brazo de Dios, ustedes no sean exterminados por el dolor que la visión de
los pecados mundiales, familiares y particulares causará a cada uno de ustedes.
Deseo que su conversión
verdaderamente convierta el alma de ustedes en aquel día, más blanca que la
nieve. Por eso, recen, expíen los pecados de la vida pasada de ustedes,
haciendo penitencia y oración, y buscando de todo lo que pudieren ofrecer
sacrificios a Dios en expiación de sus propios pecados y los del mundo entero.
En verdad les repito a
ustedes aquello que ya les dijo Nuestro Bienaventurado y Glorioso Hermano San
Antonio: “Dónde están sus corazones, allá están sus ojos. Si sus ojos están en
la impureza, es porque sus corazones ya están llenos de ella. Si sus ojos están
en la ganancia, es porque allá ya están sus corazones. Si sus ojos están en una
determinada criatura o en una determinada cosa, es porque en ésta criatura o en
ésta cosa, ya están esclavizados sus corazones.”
Una tal alma nunca
podrá ser Gran Santa, ni podrá recibir al Espíritu Santo, el Amor en pura
transformación. Para recibir el Amor Sobrenatural es necesario, estar
desprendido y con el corazón libre de todas estas cosas. Busquen por lo tanto
las cosas celestes, busquen colocar sus corazones en Dios y en Su Amor para que
entonces, Él pueda derramar sobre ustedes, Su Espíritu Santo con toda la
plenitud, transformándoles en cuales Nuevos Santos Antonios para la conversión
y la salvación de este mundo.
“Sursum Corda”, "Corazones a lo alto". Que sus corazones estén apenas en Dios y buscando
únicamente la salvación del prójimo con un amor perfecto en Dios en pura
transformación. Entonces, verdaderamente, la Gracia de Dios será derramada en
sus almas y sus almas crecerán como lirios vistosos en el Jardín de la
Santidad.
A todos ahora, Yo,
bendigo generosamente y bendigo también con la Madre de Dios, estas Imágenes de
Nuestro Querido Antonio que están aquí. Adonde ellas llegaren, llegará la abundancia
de la Gracia de Dios, muchos milagros, liberaciones y conversiones serán
realizadas y Yo, Lucía, estaré juntamente con Él, acompañando éstas Imágenes,
llevando muchas Gracias de Dios, con los Ángeles, haciendo con que muchos
corazones reciban gran efusión de los Dones, de los Bienes del Espíritu Santo.
A todos en este momento
bendigo generosamente: de SIRACUSA…, de LISBOA…y de JACAREÍ.
La Paz a todos ustedes.
La Paz a ti Marcos, gran amigo Nuestro, verdadero amigo de los Santos y Nuestro
Apóstol.”
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