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lunes, 20 de octubre de 2014

18 de Octubre del 2014 - Mensaje de Santa Lucía de Siracusa a través de Marcos Tadeu

Jacareí, 18 de Octubre del 2014
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV

MENSAJE DE SANTA LUCÍA DE SIRACUSA

  

“Mis amados hermanos, Yo, Lucía de Siracusa, vengo nuevamente hoy para decirles: Amen el Santo Rosario con todo su corazón y con todas sus fuerzas.

¡Qué Oración maravillosa es el Rosario! Es la Oración del propio Jesucristo al Padre y es la salutación del propio Padre a la Virgen María: ¡AVE MARÍA, LLENA DE GRACIA!

Sí, el Rosario es una Oración que salió de la boca del propio DIOS, de la boca del propio Altísimo: el Padre Nuestro de la boca del Hijo de DIOS, el Ave María de la boca del propio DIOS a través de Su Ángel y Mensajero, Gabriel. Y la segunda parte de la salutación del Ave María, luego después la del Ángel Gabriel: ¡BENDITA TÚ ERES ENTRE LAS MUJERES… BENDITO ES EL FRUTO DE TU VIENTRE! Es la salutación del propio Espíritu Santo por la boca de Santa Isabel a la Madre de DIOS. Y la respuesta: ¡SANTA MARÍA MADRE DE DIOS! Es la Oración que el propio Espíritu Santo inspiró a la Iglesia y a los Santos a componer  para la Gran Madre de DIOS.

El Rosario es una Oración Divina, Sus Misterios, que son la vida de Jesús y María, son el compendio de todas las Virtudes. Pues no hay alma que en los misterios del Rosario no encuentre los ejemplos de la Santísima Virgen, sus virtudes que si ustedes imitaran con fidelidad les abrirán las puertas del Cielo.

¡Oh… Si Yo hubiese tenido esta Oración maravillosa en Mi tiempo! ¡Oh… Si Yo pudiese haber tenido el Rosario en Mi tiempo y pudiese haberlo enseñado! ¡Cuántas conversiones a más habrían sucedido! ¡Cómo las almas habrían sido mucho más santas!

Ustedes tienen esta Gracia, ustedes nacieron en el tiempo feliz donde el Santo Rosario ya es conocido. Ámenlo, récenlo, propáguenlo para que todas las almas Lo conozcan y se salven.

Recen el Rosario con el corazón y lleven una vida santa, pues delante de DIOS no sirve rezar el Rosario y vivir en paz con los pecados. Los calumniadores, los mentirosos, los deshonestos, los fornicadores, los vanidosos, los soberbios, todos estos, los adúlteros, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por eso, recen el Santo Rosario, para que ustedes tengan la fuerza de convertirse y ser santos.
En el Rosario hay virtud, hay poder, hay Gracia Divina suficiente para transformarles en gigantes de la santidad. Recen el Rosario con la verdadera intención, con el corazón abierto, con el deseo sincero de decir SÍ a DIOS y a la Santa Voluntad de DIOS. En fin, con las disposiciones interiores correctas, y verán si el Rosario no les dará la fuerza para ser santos.

Cuando cayeran, cuando cayeran en tentación inmediatamente agárrense del Rosario y récenlo, porque la única cosa que puede reconducir al pecador al camino de la penitencia y de la conversión es el Santo Rosario.

Récenlo e inmediatamente la Gracia de DIOS vendrá en su auxilio trayendo: Paz, Perdón, Alegría y Esperanza.

Amen el Santo Rosario que es la Oración que hace con que todo el Cielo repita con ustedes la salutación a la Madre de DIOS: ¡AVE LLENA DE GRACIA! Cuando rezan el Gloria al Padre, todos Nosotros en el Cielo nos curvamos en adoración al Señor, rogando por ustedes. Cuando rezan el Padre Nuestro, Nosotros ofrecemos Nuestros méritos al Padre por ustedes para alcanzarles no apenas el pan de cada día, el perdón de los pecados, sino también todas las Gracias que necesitan para llegar al Cielo y ser Santos.

El Rosario es la Oración que mueve todo el Paraíso a rezar con ustedes. Cuando rezan el Rosario, el Cielo entero reza con ustedes y esta Oración delante del Señor se torna poderosa, tiene gran poder porque todos Nosotros, sus Santos de devoción nos unimos con ustedes. Y entonces, el Señor acoje la Oración de ustedes que llega y es presentada a Él por sus manos.

Recen el Rosario, recen el Rosario con nosotros los Santos del Señor, y Nosotros les daremos por medio de ello, todas las Gracias y auxilios del Señor para la salvación de ustedes.

A todos en este momento bendigo: de SIRACUSA… de CATANIA… y de JACAREÍ”



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