MENSAJE DEL DIVINO PADRE ETERNO
(Padre Eterno):
“Amados Hijos Míos, Yo, Su Padre, la Primera Persona de la Santísima Trinidad,
el Padre de Su Señor y Redentor Jesucristo, vengo hoy una vez más en la fiesta
de la Madre de Mi Hijo, de Mi Hija Predilectísima y Princesa del Cielo, la
Virgen María que Yo cree exenta de la mancha del pecado original.
Vengo para decirles: ¡Vengan a Mí por María! Vengan a
Mí por María, que es el camino seguro que les conduce todos a Mí, que les da
cada vez más la posibilidad de recibir Mis Gracias sin ser rechazados por Mí.
Por medio de María que me complace darles todo lo
cuanto Me piden, todo lo cuanto tienen necesidad. Y así como Yo envié a Mi Hijo
al mundo apenas por María, porque solo María era digna de Mi Hijo, así también,
solamente por Ella y con Ella es que Yo les doy Mis Gracias, porque sin María,
no son dignos de ninguna Gracia. Pero, con María son dignos de todas Mis
Gracias, porque viendo el amor que tienen para con Ella, Mi Corazón se
entiernece y Me complace darles todo lo que pidieran por medio de la Madre de
Mi Hijo y Mi Hija Predilectísima.
Vengan a Mí por María, porque Ella es el canal de Mis
Gracias. Cuando sus padres pecaron contra Mí, se rebelaron contra Mí, uniéndose
a la serpiente contra Mí, en aquel día en el Paraíso. Cuando Yo expulse a sus
padres del lugar de Paz y Alegría, donde ellos podían verme, escuchar Mi Voz,
mirar a Mis Ojos, disfrutar de toda la Gracia de Mi Presencia. Cuando Yo los
expulsé y maldije, y maldije a la serpiente, Yo profetice: Que esta mujer,
sería aquella que aplastaría la cabeza de la serpiente y sería aquella que
traería para ustedes no apenas la restauración de la orden de la Gracia
destruida por el pecado. No apenas la Redención y la Reconciliación de todo el
género humano Conmigo. Pero Ella también sería el único canal por medio de la
cual Yo, Mi Hijo, el Espíritu Santo les daría todas las Gracias actuales que
necesitan para su salvación.
Vengan pues a Mí por medio de María, y Yo no los
rechazaré porque aquel que María Me presenta como Su Hijo, como Su Raza, como
Su Descendencia, a esos Yo amo, Yo recibo, Yo perdono, Yo colmo de Bienes y
Gracias, Yo doy todo lo cuanto Me piden.
Vengan a Mí por María, y entonces, Yo viendo la
humanidad de ustedes, reconociendo que no tienen méritos para ser escuchados
por Mí. Y por lo tanto pidiendo a Ella que goza de tanto favor delante de Mí.
Mi corazón se conmoverá delante de sus corazones y les dará todo lo cuanto
ustedes Me pidieren.
No tengan miedo de amar demasiado a esta Mi Hija
Predilectísima, porque ustedes nunca La amarán más de que Mi Hijo Jesús la amó,
más de que el Espíritu Santo la amó y más de lo que Yo La amé.
No tengan miedo de alabarla y exaltarla demasiado,
porque nunca la exaltarán más de lo que Yo la exalté cuando a través de Mi Mensajero
Gabriel La saludé diciendo: ¡AVE LLENA DE GRACIA!
No tengan miedo de amarla y servirla demasiado y de
confiarse a Ella, porque nunca confiarán en Ella más de que confió Mi Hijo
Jesús encarnándose en el seno de Ella, dejándose cargar por Ella. Y nunca
confiarán en Ella más de que Yo La confié, dando a Ella, confiando a Ella Mi
Bien más precioso: MI ÚNICO HIJO, MI PROPIO HIJO.
Y ahora también les pido: ¡CONVIÉRTANSE SIN DEMORA!
Porque Mi paciencia no esperará a los que juegan con Mi Misericordia para
siempre. Aceleren su conversión, recen con el corazón porque aquellos que rezan
con el corazón como Mi Hija Predilectísima aquí ha enseñado, esos nunca paran
en el camino de su conversión. Van siempre adelante, siempre aproximándose más
de Mí, siempre más recibiendo Mi Luz y tomando la propia semejanza de Mi
Santidad y de Mi Perfección.
¡Conviértanse sin demora! Porque muy pronto Yo rasgaré
el Cielo que quedará rojo como la sangre y haré a Mis Ángeles con espadas de
fuego aletearen el fuego de Mi Justicia sobre toda la Tierra.
Y aquello que Mi Hija Predilectísima les dijo en La
Salette se cumplirá: Todos Mis enemigos serán muertos, la Tierra quedará como
un desierto.
No sean del número de Mis enemigos, o sea, de aquellos que Me ofenden con sus pecados.
Mas sean del número de Mis amigos, de Mis hijos, que nunca Me lastiman, que
nunca traicionan Mi Amor.
En verdad les digo: Aunque hayan sido peores que el
hijo pródigo, aunque hayan gastado toda Mi herencia, o sea, todo el Amor que Yo
les di, todos los dones que Yo les di: la vida, la inteligencia, la belleza, la
juventud, con el pecado. Si ustedes tuvieren un único suspiro, un único
pensamiento sincero de arrepentimiento y de amor, ni esperaré a que vuelvan a
Mí. Yo mismo Me pondré a camino para quitarles del chiquero de su pecado y para
conducirles de nuevo para casa, donde pondré en la mano de ustedes el anillo de
Mi Amistada, la túnica de Mi Amor, las sandalias de Mi Herencia Eterna y les
perfumaré con Mis perfumes reales. Y ustedes volverán a ser príncipes del Rey
del Cielo.
Yo les digo Mis hijos: No endurezcan su corazón como
en Meribá, como Mi Pueblo electo que tantas veces en el desierto se volvía
contra Mí y en contra de Mi Santo Siervo Moisés. No endurezcan su corazón para
Conmigo, ni para Mi Profetiza de los últimos tiempos, María, ni en contra de Mi
siervo electo Marcos Tadeu. Porque les digo: grande es la Gracia que Yo di al
mundo enviando a Mi Hija Predilectísima a esta ciudad hace más de veinte años
atrás para mostrarles Mi Amor, para mostrarles lo cuanto Yo les quiero, lo
cuanto quiero la salvación de ustedes.
En verdad Yo vine a llamar al mundo con Ella a la
conversión por la última vez. Después de que estas Apariciones terminaren, no
esperaré más y nunca más volveré Mi Faz para ustedes para llamarles y para
perdonarles. Por eso, ahora que Mi Faz está dirigida para ustedes, no iracunda
sino amable, misericordiosa, benevolente, búsquenme, ábranme su corazón, denme
su SÍ, denme su vida, denme su amor para que Yo pueda actuar en su vida y pueda
transformar la vida ustedes en un Cielo de paz, de Gracia y salvación.
Ahora Mi Faz está dirigida para ustedes con ternura.
Muy pronto cuando las Apariciones de Mi hija María terminaren aquí, Mi Faz se
volverá para este mundo pero no más con Mi Misericordia y sí con Justicia, Ira
y Fuego. Y Yo en verdad castigaré a todos aquellos que no quisieron escuchar
Mis Avisos, que no quisieron atender Nuestros llamados.
Queden alertas, porque Yo puedo venir a cualquier
hora, a cualquier momento, sin aviso y como un ladrón y si Yo les sorprendiera
con las manos llenas de pecado. En verdad les digo hijos Míos: les expulsaré de
Mi presencia y no les reconoceré de Mi raza y les expulsaré para las tinieblas
eternas, donde el salario de ustedes, el salario del pecado de ustedes será
fuego sobre fuego, dolor sobre dolor, grito sobre grito, horror sobre horror.
En verdad les digo: Será horrible ser agarrado por los
demonios y ser arrastrado para las llamas eternas. Muchos ya se fueron porque
no escucharon Mis avisos. No sean del número de esos Mis hijos, de esos
desgraciados. No quiero el dolor de ustedes, no quiero la infelicidad de
ustedes, no quiero la ruina de ustedes y el sufrimiento eterno de ustedes. Por
eso, ahora estoy dando cien chances a cada minuto que pasa para ustedes. Si Yo
viera un suspiro sincero de amor y de arrepentimiento en el corazón de ustedes.
¡Oh Mis hijos! Vendré a ustedes con una abundancia, con una gloria y un poder
mucho mayor de que el rollo de llamas y humo, de nubes y humo con la cual Yo
vine a Mi Siervo Moisés y a Mi Pueblo electo.
Seré su luz, seré su DIOS, ustedes serán Mi Pueblo y
Yo abriré todos los mares para ustedes, o sea, todas aquellas virtudes que
ustedes todavía no tienen, les daré. Estaré al lado de ustedes en sus
tribulaciones para darles fuerza. Les enviaré Mi Espíritu Santo con Sus Dones.
Sobre todo, de Sabiduría para guiarles en estos tiempos en que tienen que tomar
decisiones difíciles, y que tienen que escoger entre el bien y el mal, el Cielo
o el infierno, la Gracia o el pecado.
Yo abriré todos los mares delante de ustedes y todas
aquellas Gracias, todas aquellas virtudes, toda aquella fuerza que necesitan
para un día lleguen hasta Mí, Yo les daré. Yo atravesaré el mar con ustedes y
lo cerraré detrás de ustedes para todos sus enemigos y ellos no podrán
alcanzarles, los demonios no podrán derribarles, los males y el pecado de este
mundo no les podrán seducir y ustedes llegarán sanos y salvos a la Gloria que
para ustedes preparo todos los días en el Cielo.
Vean que Yo les di el don de la vida. Les di el aire
que respiran, el agua que beben, la comida que comen. Hago su sangre correr en
sus venas, para mantenerles siempre vivos, a fin de que conozcan Mi Amor y Mi
Bondad. ¿Y cómo Me pagan Mis hijos? Apenas con pecados y más pecados sin fin.
¿Por qué son tan crueles con un Padre que les ama
tanto? ¿Qué más podía haber hecho por ustedes que no hice? ¿Qué más desean de
Mí Mis hijos? Yo que les ofrezco el Cielo por tan poco, por una gota de amor
apenas Yo sería capaz de crear para ustedes, para ustedes un nuevo Paraíso.
Por eso hijitos, abran sus corazones para este Mi
Amor, de modo que Yo pueda verdaderamente curarles y salvarles de todo pecado,
de todo mal.
Yo les agradezco por haber dejado todo y por haber
venido aquí hoy para celebrar la Fiesta de la Reina del Cielo, que Yo mismo la
coroné, que Yo mismo di a Ella el título de Reina, Medianera y Abogada de todo
el género humano.
Ella que es la piedra, la joya más preciosa de Mi
Corazón, Mi Encanto y Mi Alegría. Cuando
Mi Corazón duele de tristeza por los pecados del mundo. Cuando Mi Corazón llora
de amargura por la ingratitud de Mis hijos es para María que Yo miro, es en
Ella que Yo me consuelo, es en Ella que Yo Me alegro y olvido las ofensas de
Mis hijos, e incluso cancelo tantos castigos con los cuales Yo debía castigar
sus pecados.
Deben su sobrevivencia y la sobrevivencia del mundo a
María, caso contrario Yo ya habría mandado otro Diluvio para apagar y barrer
del alcance de la tierra tanto pecado, tanta impureza, tanto pecado, tanta
violencia, tantas blasfemias.
Mis hijos, vengan a Mi Corazón, pueden sentir Mi Amor
si lo quisieren. Ábranme la puerta de sus corazones y en este momento derramaré
sobre todos ustedes Mi Gracia, Mi Paz y la Salvación que a través de Mi Hijo
ofrezco a todo hombre que cree en Mí y que viene a Mí.
Sobre todos ustedes hoy, sobre este lugar, sobre esta
Imagen de Mi Hija Predilectísima que
está aquí Conmigo, derramo ahora Mis Gracias Paternales y les digo: El nombre
de ustedes está escrito en Mi Corazón, en el Libro de la Vida. No pierdan esta
Gracia por el pecado, sean fieles a Mi Amor, sean fieles a Mi Palabra. Y Yo les
digo: Que un día Yo mismo estaré en la puerta del Paraíso para recibirles en
persona, para abrazarles y para llamarles de Mis hijos.
A todos ahora bendigo con amor, bendigo este Lugar
Sagrado que Yo mismo escogí para ser Mi Trono de Gracias. Y a cada uno de
ustedes que Yo mismo escogí personalmente y llamé para que estén aquí, bendigo
con abundancia de Mis Gracias”
MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
(María Santísima): “Mis
amados hijos, la Señal que les di hoy es la Gran Señal de Mi Amor, Soy la Mujer
vestida de Sol, Soy la Reina del Brasil.
Y esta Señal del Sol,
hoy les indica que Su Madre Celeste, más brillante que Mil Soles juntos,
triunfará. Nada es imposible para Mí. Si para Mí es posible hacer girar el Sol
delante de sus ojos, sin dejarles ciegos, para Mí es posible salvar el Brasil,
salvar sus almas y salvar sus familias.
La única cosa que les
pido es: ORACIÓN. Limítense a rezar y
esperar que la hora de Mi Gran Victoria está por llegar y aquellos que fueran
fieles a Mis Mensajes triunfarán Conmigo.
¡Soy la Reina del
Brasil y veo como ustedes aquí Me aman Mis hijos! Veo cuanto amor tienen por Mí
y Mi hijito Marcos, amor que lo lleva a las lágrimas de amor y ternura por Mí. Por
este amor tan grande que raras veces encontré en la historia de la humanidad,
por este amor que Yo di la vuelta al mundo entero buscando y no encontré, pero
encontré en este Mi hijo.
Por este gran amor Yo
les prometo: Salvar el Brasil. Salvaré sus familias, salvaré todo el mundo y la
humanidad purificada del pecado y libre del predominio de Satanás, entrará en
el nuevo Cielo y en la nueva Tierra que el Padre y Yo preparamos todos los días
para ustedes. Tiempo de felicidad, de amor y de Gracia donde ninguna lágrima de
dolor caerá más de sus ojos.
Mientras, hijitos,
todavía tienen más algunas gotitas del cáliz amargo de la gran tribulación para
beber. ¡Coraje! Falta poco y muy pronto
este cáliz amargo se transformará en un cáliz dulcísimo lleno de miel, más
dulce del Amor del Padre y de Mi Amor, que les será dado en el Triunfo de Mi
Corazón Inmaculado.
Yo les amo mucho y no
quiero que sufran en el futuro, por eso les digo hijitos: Muden de vida hoy,
para que Yo pueda actuar en sus vidas, transformarles y llevarles sanos y salvos
Conmigo en el nuevo Cielo y la nueva Tierra que viene, al Paraíso que les
espera, donde todos sus trabajos, donde todos sus dolores serán recompensados
generosamente por Mi hijo Jesús.
Yo les amo mucho, continúen
rezando el Santo Rosario todos los días por el Brasil y por la Salvación del mundo
entero.
En verdad les digo: El
Brasil, esta tierra tan amada por Mí, pero tan insidiada y tentada por Mi
enemigo y que ahora se encuentra dominada por él, por la violencia, por la
impureza, por la inmoralidad, por la deshonestidad, por la maldad de esta tierra,
se transformará de un desierto en un gran jardín verdoso de amor. Sus ojos
verán este milagro, sus oídos escucharán los cánticos de júbilo de los Santos
Ángeles transformando la Tierra y de sus ojos descenderán las lágrimas más
ardientes de felicidad y de gratitud por ver que los dolores antiguos ya habrán
pasado. Y todo es nuevo, todo se renueva por la Sangre del Cordero. Y aquél que
viene y que vendrá, el que reina, el que reinará para siempre estará en medio
de ustedes y Él cenará con ustedes, grande será la alegría de ustedes en el
banquete de nupcias del Cordero.
Adelante hijitos y no
tengan miedo, porque Yo estoy con ustedes, Me manifesté a través de Mi Imagen
encontrada milagrosamente por el poder del Señor y Mío en las aguas del río
Paraíba, para decirles: Que Soy la Madre de ustedes, que estoy junto a ustedes,
silenciosa en esta Imagen con las Manos puestas, como la Reina Esther, rogando
continuamente delante del Rey del Cielo por ustedes. Y tal como Esther
consiguió del Rey Assuero la vida de su pueblo, Yo también siempre consigo del
Señor para ustedes todos los días: la vida y vida en abundancia, salvación,
Gracia y Paz.
Y Yo vine aquí,
trecientos años después en el mismo Valle del Paraíba, por Mí electo desde
muchos siglos, para la realización de Mis Designios Maternos. Para que a través
de esta criatura privilegiada, en la cual encontré tanto amor para Conmigo, tanta
docilidad, tanta obediencia y tanta confianza, para decirles: ¡YO ESTOY CON
USTEDES! Así como estuve al lado de Mi Hijo en el camino del Calvario, estoy
con ustedes para ayudarles a cargar al cruz hasta que resuciten gloriosos con Cristo.
¡Coraje hijitos!, La
Madre del Cielo les cubre ahora con Su Manto y les dice: RECEN MI ROSARIO. Aquel
que rezare Mi Rosario no se condenará al infierno, ni su casa, porque donde Mi
Rosario es rezado, Satanás huye, él sólo teme el Rosario.
Y aquellos que rezan el
Rosario, DIOS Padre decretó que sean salvos para la mayor humillación del
enemigo, glorificación de Su Nombre y exaltación de Mi Corazón Inmaculado.
A todos ahora bendigo
con amor: de FÁTIMA… de APARECIDA… y de JACAREÍ.
Cada uno de ustedes fue
escogido por Mi Corazón Inmaculado, no pierdan esta predilección que les tengo,
prefiriendo el pecado, prefiriendo Mi enemigo y las criaturas. Denme su –SÍ–
hijitos y Yo prometo que sobre ustedes el río de Mis Gracias, desde ahora
reventará y les llevará hasta la eternidad.
La Paz Mis hijos
amados. La Paz a ti Marcos, el más ardiente, el más obediente, sacrificado y
dedicado de Mis Siervos.”