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martes, 27 de octubre de 2015

25 de Octubre de 2015 - Mensaje de la Virgen María, de San Antonio Galván y Santa Irene a través del Vidente Marcos

Jacareí, 25 de Octubre del 2015
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV 



MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA



“Mis Amados Hijos, hoy, nuevamente vengo del Cielo para invitarles a ser Santos. Es necesario santificarse, dije Yo en Mi primer Mensaje aquí.

Mi primer pedido es este: “Ustedes deben santificarse.”

El mundo necesita de Santos, y es porque los Santos hoy en día son tan raros que el mundo está en este estado calamitoso en el cual se encuentra.

Solamente cuando haya muchos Santos, con vidas llenas de amor a Dios, llenas de Oración, de obras santas, es que este mundo podrá finalmente encontrar la Paz, la Salvación, la Gracia y podrá finalmente vivir una nueva era de Amor, de Santidad, de Gracia, de Fidelidad y de Servidumbre a Dios.  

¡Es necesario santificarse! Cada uno debe santificarse en su propia vida, buscando a cada día la Santidad. Muchos buscan la Santidad muy lejos, siendo que Dios lo que quiere es que ustedes vivan la Santidad, en la vocación a la cual Dios les llamó y en sus vidas diarias.

Así, haciendo con amor sobrenatural todas las cosas, ustedes se tornarán Santos y agradables a Dios, como Mi Hijo Antonio Galván y también como Mi Hija Irene, y como todos los Santos se tornaron delante de Dios.

¡Es necesario santificarse! Por eso, ustedes deben vivir una vida de Profunda Oración, porque un Santo sólo podrá verdaderamente ser Santo, en todo el sentido de la palabra, si reza mucho. La Oración es imprescindible para que un alma alcance todas las Gracias y auxilios de Dios para ser Santa.

Un alma que no reza no podrá ser Santa, y es por eso que Yo insisto tanto en la Oración Mis Hijos. Ella es la puerta que da para ustedes acceso a muchas Gracias con las cuales ustedes se tornarán Santos, para agradar a Dios y para cumplir el Plan de Amor que Él tiene para con cada uno de ustedes.

Recen, recen mucho. Solamente con la Oración, ustedes podrán entender lo que Dios quiere que ustedes hagan y solamente con la Oración, ustedes alcanzarán todas las Gracias para ser Santos como Dios desea.

El secreto de la Santidad es: “El Amor y la Oración.” Quién tiene esas dos cosas, ciertamente será gran Santo a los ojos del Señor.  

¡Es necesario santificarse! La Santidad que Yo vine a pedirles no es otra que ésta: “La Perfecta Caridad, amar a Dios y despreciar la voluntad de su carne, hacer la Voluntad del Señor y renunciar a la suya.”

Si ustedes cumplen esto todos los días, ustedes avanzarán en la Santidad que agrada al Señor y harán grandes obras por Él y también por Mí.

Miren para los Santos, contemplen a los Santos todos los días, buscando conocer más sus vidas e imitar los ejemplos que Ellos les dejaron.

Yo siempre les dije que aquí es Mi Escuela de Santidad, pero para crecer en esta Escuela y ser aprobados en esta Escuela, ustedes no pueden continuar obstinados en la voluntad de ustedes y en la manera equívoca de pensar de ustedes.

Renuncien pues al propio “Yo” de ustedes y acepten la dirección espiritual que Yo les doy aquí, entonces, ustedes crecerán en la Santidad y en el Amor velozmente como Mi Hijo Antonio de Santana Galván creció, como tantos Santos que se dejaron formar por Mí crecieron y muy pronto, ustedes llegarán a una eminente e inmensa Santidad.

Continúen rezando Mi Rosario todos los días y todas las Oraciones que les di aquí. Por medio de ellas, encenderé a cada día más en sus corazones Mi Llama de Amor.

A todos Yo bendigo con amor: de FÁTIMA… de LA SALETTE… y de JACAREÍ.”



MENSAJE DE SAN ANTONIO GALVÁN



“Mis Amados Hermanos, Yo, Antonio de Santana Galván, Siervo de Dios y de la Madre de Dios, Me alegro por venir hoy hasta ustedes para bendecirles y para decirles: “Pidan la Llama de Amor de la Madre de Dios, pues, quién tiene esa Llama en el corazón, tiene todo.”

Yo la tuve, Yo la pedí, Yo la recibí y por eso, inflamado de amor por Ella, inflamé los corazones de los hombres con Mis predicas, oraciones, Mis ejemplos, llevando a todos a amar a la Madre de Dios, a amar al propio Dios con un amor inflamado. Y tanto cuanto pude, busqué en Mi tiempo, inflamar e incendiar a todas las almas en esta Llama de Amor por Ella y por el Señor.

Pidan esta Llama, busquen esta Llama, deseen esta Llama.

Si ustedes desean esta Llama, ella les será dada con toda su potencia y ustedes harán cosas muchos mayores de que aquellas que Yo hice.

¡Oh sí! Pidan esta Llama, busquen esta Llama, deseen esta Llama con todas las fuerzas y ella realizará en sus vidas maravillas estruendosas.

Y a través de ustedes, todos verán el poder de Dios, temerán a Dios, o sea, amarán a Dios al punto de no cometer ningún pecado con el temor de entristecerlo. Entonces todos, verdaderamente, amarán a Dios de todo corazón, servirán a Dios con ustedes y todos serán el Pueblo Santo del Señor.

Pidan la Llama de Amor de la Madre de Dios y esta Llama inflamará de tal modo sus corazones, que ellos quedarán llenos de un amor que nunca ustedes sintieron, nunca conocieron. Y este amor producirá en sus corazones: Júbilo, Alegría, Felicidad, Paz, Fuerza, Fortaleza en el sufrimiento, Fortaleza para realizar cosas arduas, difíciles, complicadas y grandiosas para Ella como Yo hice.

Esta Llama les dará la fuerza para hacer todo, para sufrir todo, para aguantar todo y para vencer todo.

Esta Llama quemará en sus corazones y hará con que todo lo que es carnal, todo lo que es terrenal en ustedes sea reducido a cenizas y en el lugar renazca como una fénix la “Nueva Criatura en Dios”, o sea, el alma renacida del Espíritu Santo, el alma que vivirá en Dios y en el cual Dios vivirá.

Pidan esta Llama de Amor y ella hará con que sus corazones desprecien, renuncien contentos a todas las cosas mundanas y busquen, abracen, deseen, posean todas las cosas celestiales.

Yo, Antonio de Santana Galván, les amo mucho a todos y quiero comunicar a sus corazones esta Llama. Pero muchos de ustedes no Me piden esta Gracia, muchos Me piden cosas materiales y curas para el cuerpo, pero la Llama de Amor para el alma que es el Espíritu Santo, eso pocos Me piden.

Y esa es la única cosa necesaria, como bien dijo Nuestro Querido Marcos ayer. Esta es la única cosa necesaria del cual Nuestro Señor habló con palabras misteriosas en el Evangelio: “Tener la Llama de Amor.” Porque quién la tiene, quién tiene al Espíritu Santo, tiene todo, lucha por su salvación, salva a su alma y salva también la de los otros.

Por eso, pidan esta Llama y ella les será dada y juntamente con ella, todos los otros bienes del Altísimo: la Fortaleza, la Sabiduría, el Consejo, el Entendimiento, la Piedad, el Temor de Dios, la Prudencia, la Justicia, la Esperanza y todas las Virtudes.

Y el alma que tenga esta Llama será rica, rica en las luces de Dios, rica del Amor de Dios, rica del Amor y de las Gracias eficaces del Corazón de la Madre de Dios y nada, nada le faltará.

Yo quiero darles esta Llama y quiero llevarles a vivir totalmente por María, con María y en María, como Yo mismo viví.

Vengan, entréguense a Mí, déjense conducirse en Mis brazos hasta la Madre de Dios. Les llevaré hasta Ella y Ella les llevará hasta Dios, y Yo les enseñaré cómo agradarla, cómo vivir para Ella, cómo vivir en Ella sin nunca entristecerla. Si ustedes Me piden, Yo seré el maestro de amor a María para todos ustedes.

Yo amo este lugar, protejo este lugar y a todos los que vienen rezar en él (la Capilla). Protejo a todos aquellos que sinceramente quieren amar a la Madre de Dios aquí. A todos miro con amor, conozco sus cruces y los sufrimientos de cada uno, y para todo daré solución y remedio en la hora marcada por Dios.

Entréguenme todos sus dolores y sufrimientos, también todos sus pedidos e intenciones, necesidades, aquello que ustedes piden, que sea de acuerdo con la Voluntad de Dios, siempre alcanzaré para ustedes, ofreciendo inclusive Mis Méritos de Mis buenas obras, Mis sufrimientos, de Mis lágrimas, todos al Señor. Para que Él considere favorablemente sus pedidos y les dé todo aquello que ustedes piden.

Yo les amo a todos y a todos les bendigo ahora: de GUARATINGUETÁ… de Mi MONASTERIO DE LA LUZ… y de JACAREÍ.”



MENSAJE DE SANTA IRENE



“Mis Amados Hermanos, Yo, Irene, Sierva de Dios y de la Madre de Dios, Me alegro por volver hoy nuevamente aquí para decirles: “Les amo a todos y protejo la Paz de la vida de todos ustedes.”

Mi Nombre significa “Paz” y Yo quiero proteger la Paz en sus almas, en sus familias y en sus corazones. Por eso, también hoy vengo a invitarles a ser los protectores de la Paz.

Sean los protectores de la Paz junto Conmigo, protegiendo la Paz en sus familias, rezando el Santo Rosario para mantenerla, conservarla y aumentarla, rezando las Horas de Oración que la Madre de Dios les pidió aquí, pues, solamente con esas Oraciones, la Paz podrá reinar en sus corazones, en las familias y en el mundo.

Protejan también la Paz juntamente Conmigo, llevando los Mensajes de Paz de la Madre de Dios a todos cuantos ustedes encuentren. Yo estaré junto con ustedes para tocar los corazones de los pecadores y hacerlos entender y sentir el amor de la Madre de Dios y comprender cuánto Ella ama a todos Sus Hijos, lo cuánto Ella lucha por todos, sufre por todos y quiere la salvación de todos.

Entonces, haremos con que la Paz reine en el mundo y en las familias, y entonces, una nueva era de Paz vendrá para ustedes y toda lágrima será secada de sus ojos y solo habrán cánticos y maravillas de Dios para siempre en sus vidas y en la humanidad.

Sean los protectores de la Paz junto Conmigo, haciendo los Grupos de Oración que la Madre de Dios les pidió aquí por todas partes. Solamente donde hubiere esos Grupos de Oración, Satanás no podrá hacer nada. Con este Grupo de Oración, las peleas, las guerras, las divisiones, los desórdenes cesarán poco a poco y la Paz del Corazón de Nuestra Señora comenzará a reinar en todos los corazones y en todas las familias.

Si ustedes hicieren los Grupos de Oración que Ella pidió, junto Conmigo, entonces, un río de Paz correrá entre las personas llenas de odio, rencor y maldad. Y el mundo, de un pantano de maldad y violencia se transformará en un jardín de Gracia, de Paz, Alegría y Amor entre los hombres.

Sean los protectores de la Paz, haciendo de sus vidas aquello que Yo misma hice de la Mía, una gran canción de amor a Dios y a la Madre de Dios. Viviendo todos los días inflamados con la Llama de Amor de la Madre de Dios en sus corazones.

Así, verdaderamente esta Llama de Amor se transmitirá de sus corazones a todos los corazones y entonces, todos verdaderamente amarán a Dios, servirán a Dios, adorarán a Dios y serán el Pueblo Santo y Escogido del Señor.

Si ustedes abren sus corazones a la Llama de Amor, a la Madre de Dios, esta Llama entrará en sus corazones, les inflamará de tal manera que ustedes ya vivirán un poco de aquella vida que Nosotros vivimos aquí en el Paraíso.

Sentirán a Dios, conocerán a Dios, vivirán una vida de dulce intimidad y unión con Dios en la tierra, saborearán aquella Paz, aquella Alegría, aquella Felicidad, aquella Bienaventuranza del Paraíso.

Entonces, ustedes verdaderamente llorarán de alegría, sintiendo el amor de Dios, sintiendo el amor de la Madre de Dios como Ella dijo aquí. Y ustedes serán felices, las cosas terrenales no tendrán más poder sobre ustedes, las criaturas no podrán más arrastrarles para el lodo del pecado. Y ustedes buscarán sólo y siempre a Dios, sólo Dios.

Yo, Irene, quiero llevarles a sentir todo eso, a conocer todo eso, a poseer esta Llama de Amor, poseer esta vida maravillosa  en sus corazones.

Vengan a Mí y Yo prometo llevarles a esta Llama, que una vez que un alma la recibe, nunca más será la misma.

Y el alma que posee esa Llama, del mundo nada más quiere, nada más busca, nada más desea, nada más espera, para ella sólo existe Dios, sólo Dios y Su Madre, sólo el amor de Ellos la satisface, la torna feliz, la llena, le agrada, sólo Su Amor la torna verdaderamente feliz en plenitud.

Vengan a Mí y Yo les llevaré a esta Llama, y haré crecer esta Llama cada día más en sus corazones.

No se olviden que, para recibir esta Llama, ustedes deben despreciar la voluntad de su carne, renunciar al mundo y a la voluntad desordenada de ustedes.

Entonces, el Espíritu Santo, la Llama de Amor, entrará en ustedes y también no se olviden que, para aumentar esta Llama, deben ejercitarse todos los días en la renuncia de sí mismos, para que esta Llama crezca cada vez más en el interior de ustedes hasta la plenitud.

Esta Llama es alimentada solamente: por el amor, por la renuncia, por el despojo total de sí mismos y por la donación completa de ustedes a Dios.

Yo, Irene, les amo mucho a todos, les bendigo ahora con amor y sobre todos extiendo Mi Manto, cubriendo a todos con Mi Protección.”


(María Santísima): “Hasta pronto Mis Hijos. Hasta pronto Marcos, el más esforzado y dedicado de Mis Hijos.” 

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