MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Mis Amados Hijos, hoy,
nuevamente vengo del Cielo para invitarles a ser Santos. Es necesario
santificarse, dije Yo en Mi primer Mensaje aquí.
Mi primer pedido es
este: “Ustedes deben santificarse.”
El mundo necesita de
Santos, y es porque los Santos hoy en día son tan raros que el mundo está en
este estado calamitoso en el cual se encuentra.
Solamente cuando haya
muchos Santos, con vidas llenas de amor a Dios, llenas de Oración, de obras santas,
es que este mundo podrá finalmente encontrar la Paz, la Salvación, la Gracia y
podrá finalmente vivir una nueva era de Amor, de Santidad, de Gracia, de
Fidelidad y de Servidumbre a Dios.
¡Es necesario
santificarse! Cada uno debe santificarse en su propia vida, buscando a cada día
la Santidad. Muchos buscan la Santidad muy lejos, siendo que Dios lo que quiere
es que ustedes vivan la Santidad, en la vocación a la cual Dios les llamó y en sus
vidas diarias.
Así, haciendo con amor
sobrenatural todas las cosas, ustedes se tornarán Santos y agradables a Dios,
como Mi Hijo Antonio Galván y también como Mi Hija Irene, y como todos los
Santos se tornaron delante de Dios.
¡Es necesario
santificarse! Por eso, ustedes deben vivir una vida de Profunda Oración, porque
un Santo sólo podrá verdaderamente ser Santo, en todo el sentido de la palabra,
si reza mucho. La Oración es imprescindible para que un alma alcance todas las
Gracias y auxilios de Dios para ser Santa.
Un alma que no reza no
podrá ser Santa, y es por eso que Yo insisto tanto en la Oración Mis Hijos.
Ella es la puerta que da para ustedes acceso a muchas Gracias con las cuales
ustedes se tornarán Santos, para agradar a Dios y para cumplir el Plan de Amor
que Él tiene para con cada uno de ustedes.
Recen, recen mucho.
Solamente con la Oración, ustedes podrán entender lo que Dios quiere que
ustedes hagan y solamente con la Oración, ustedes alcanzarán todas las Gracias
para ser Santos como Dios desea.
El secreto de la
Santidad es: “El Amor y la Oración.” Quién tiene esas dos cosas, ciertamente
será gran Santo a los ojos del Señor.
¡Es necesario
santificarse! La Santidad que Yo vine a pedirles no es otra que ésta: “La
Perfecta Caridad, amar a Dios y despreciar la voluntad de su carne, hacer la
Voluntad del Señor y renunciar a la suya.”
Si ustedes cumplen esto
todos los días, ustedes avanzarán en la Santidad que agrada al Señor y harán
grandes obras por Él y también por Mí.
Miren para los Santos,
contemplen a los Santos todos los días, buscando conocer más sus vidas e imitar
los ejemplos que Ellos les dejaron.
Yo siempre les dije que
aquí es Mi Escuela de Santidad, pero para crecer en esta Escuela y ser
aprobados en esta Escuela, ustedes no pueden continuar obstinados en la voluntad
de ustedes y en la manera equívoca de pensar de ustedes.
Renuncien pues al propio
“Yo” de ustedes y acepten la dirección espiritual que Yo les doy aquí,
entonces, ustedes crecerán en la Santidad y en el Amor velozmente como Mi Hijo
Antonio de Santana Galván creció, como tantos Santos que se dejaron formar por
Mí crecieron y muy pronto, ustedes llegarán a una eminente e inmensa Santidad.
Continúen rezando Mi
Rosario todos los días y todas las Oraciones que les di aquí. Por medio de
ellas, encenderé a cada día más en sus corazones Mi Llama de Amor.
A todos Yo bendigo con
amor: de FÁTIMA… de LA SALETTE… y de JACAREÍ.”
MENSAJE
DE SAN ANTONIO GALVÁN
“Mis Amados Hermanos,
Yo, Antonio de Santana Galván, Siervo de Dios y de la Madre de Dios, Me alegro
por venir hoy hasta ustedes para bendecirles y para decirles: “Pidan la Llama
de Amor de la Madre de Dios, pues, quién tiene esa Llama en el corazón, tiene
todo.”
Yo la tuve, Yo la pedí,
Yo la recibí y por eso, inflamado de amor por Ella, inflamé los corazones de
los hombres con Mis predicas, oraciones, Mis ejemplos, llevando a todos a amar
a la Madre de Dios, a amar al propio Dios con un amor inflamado. Y tanto cuanto
pude, busqué en Mi tiempo, inflamar e incendiar a todas las almas en esta Llama
de Amor por Ella y por el Señor.
Pidan esta Llama,
busquen esta Llama, deseen esta Llama.
Si ustedes desean esta
Llama, ella les será dada con toda su potencia y ustedes harán cosas muchos
mayores de que aquellas que Yo hice.
¡Oh sí! Pidan esta
Llama, busquen esta Llama, deseen esta Llama con todas las fuerzas y ella
realizará en sus vidas maravillas estruendosas.
Y a través de ustedes,
todos verán el poder de Dios, temerán a Dios, o sea, amarán a Dios al punto de
no cometer ningún pecado con el temor de entristecerlo. Entonces todos,
verdaderamente, amarán a Dios de todo corazón, servirán a Dios con ustedes y
todos serán el Pueblo Santo del Señor.
Pidan la Llama de Amor
de la Madre de Dios y esta Llama inflamará de tal modo sus corazones, que ellos
quedarán llenos de un amor que nunca ustedes sintieron, nunca conocieron. Y
este amor producirá en sus corazones: Júbilo, Alegría, Felicidad, Paz, Fuerza,
Fortaleza en el sufrimiento, Fortaleza para realizar cosas arduas, difíciles,
complicadas y grandiosas para Ella como Yo hice.
Esta Llama les dará la
fuerza para hacer todo, para sufrir todo, para aguantar todo y para vencer
todo.
Esta Llama quemará en
sus corazones y hará con que todo lo que es carnal, todo lo que es terrenal en
ustedes sea reducido a cenizas y en el lugar renazca como una fénix la “Nueva
Criatura en Dios”, o sea, el alma renacida del Espíritu Santo, el alma que
vivirá en Dios y en el cual Dios vivirá.
Pidan esta Llama de
Amor y ella hará con que sus corazones desprecien, renuncien contentos a todas
las cosas mundanas y busquen, abracen, deseen, posean todas las cosas
celestiales.
Yo, Antonio de Santana
Galván, les amo mucho a todos y quiero comunicar a sus corazones esta Llama.
Pero muchos de ustedes no Me piden esta Gracia, muchos Me piden cosas
materiales y curas para el cuerpo, pero la Llama de Amor para el alma que es el
Espíritu Santo, eso pocos Me piden.
Y esa es la única cosa
necesaria, como bien dijo Nuestro Querido Marcos ayer. Esta es la única cosa
necesaria del cual Nuestro Señor habló con palabras misteriosas en el
Evangelio: “Tener la Llama de Amor.” Porque quién la tiene, quién tiene al
Espíritu Santo, tiene todo, lucha por su salvación, salva a su alma y salva
también la de los otros.
Por eso, pidan esta
Llama y ella les será dada y juntamente con ella, todos los otros bienes del
Altísimo: la Fortaleza, la Sabiduría, el Consejo, el Entendimiento, la Piedad,
el Temor de Dios, la Prudencia, la Justicia, la Esperanza y todas las Virtudes.
Y el alma que tenga
esta Llama será rica, rica en las luces de Dios, rica del Amor de Dios, rica
del Amor y de las Gracias eficaces del Corazón de la Madre de Dios y nada, nada
le faltará.
Yo quiero darles esta
Llama y quiero llevarles a vivir totalmente por María, con María y en María,
como Yo mismo viví.
Vengan, entréguense a
Mí, déjense conducirse en Mis brazos hasta la Madre de Dios. Les llevaré hasta
Ella y Ella les llevará hasta Dios, y Yo les enseñaré cómo agradarla, cómo
vivir para Ella, cómo vivir en Ella sin nunca entristecerla. Si ustedes Me piden,
Yo seré el maestro de amor a María para todos ustedes.
Yo amo este lugar,
protejo este lugar y a todos los que vienen rezar en él (la Capilla). Protejo a
todos aquellos que sinceramente quieren amar a la Madre de Dios aquí. A todos miro
con amor, conozco sus cruces y los sufrimientos de cada uno, y para todo daré
solución y remedio en la hora marcada por Dios.
Entréguenme todos sus
dolores y sufrimientos, también todos sus pedidos e intenciones, necesidades,
aquello que ustedes piden, que sea de acuerdo con la Voluntad de Dios, siempre
alcanzaré para ustedes, ofreciendo inclusive Mis Méritos de Mis buenas obras,
Mis sufrimientos, de Mis lágrimas, todos al Señor. Para que Él considere
favorablemente sus pedidos y les dé todo aquello que ustedes piden.
Yo les amo a todos y a todos
les bendigo ahora: de GUARATINGUETÁ… de Mi MONASTERIO DE LA LUZ… y de JACAREÍ.”
MENSAJE
DE SANTA IRENE
“Mis Amados Hermanos,
Yo, Irene, Sierva de Dios y de la Madre de Dios, Me alegro por volver hoy
nuevamente aquí para decirles: “Les amo a todos y protejo la Paz de la vida de
todos ustedes.”
Mi Nombre significa “Paz”
y Yo quiero proteger la Paz en sus almas, en sus familias y en sus corazones. Por
eso, también hoy vengo a invitarles a ser los protectores de la Paz.
Sean los protectores de
la Paz junto Conmigo, protegiendo la Paz en sus familias, rezando el Santo
Rosario para mantenerla, conservarla y aumentarla, rezando las Horas de Oración
que la Madre de Dios les pidió aquí, pues, solamente con esas Oraciones, la Paz
podrá reinar en sus corazones, en las familias y en el mundo.
Protejan también la Paz
juntamente Conmigo, llevando los Mensajes de Paz de la Madre de Dios a todos
cuantos ustedes encuentren. Yo estaré junto con ustedes para tocar los
corazones de los pecadores y hacerlos entender y sentir el amor de la Madre de
Dios y comprender cuánto Ella ama a todos Sus Hijos, lo cuánto Ella lucha por
todos, sufre por todos y quiere la salvación de todos.
Entonces, haremos con
que la Paz reine en el mundo y en las familias, y entonces, una nueva era de
Paz vendrá para ustedes y toda lágrima será secada de sus ojos y solo habrán
cánticos y maravillas de Dios para siempre en sus vidas y en la humanidad.
Sean los protectores de
la Paz junto Conmigo, haciendo los Grupos de Oración que la Madre de Dios les
pidió aquí por todas partes. Solamente donde hubiere esos Grupos de Oración,
Satanás no podrá hacer nada. Con este Grupo de Oración, las peleas, las
guerras, las divisiones, los desórdenes cesarán poco a poco y la Paz del
Corazón de Nuestra Señora comenzará a reinar en todos los corazones y en todas
las familias.
Si ustedes hicieren los
Grupos de Oración que Ella pidió, junto Conmigo, entonces, un río de Paz
correrá entre las personas llenas de odio, rencor y maldad. Y el mundo, de un
pantano de maldad y violencia se transformará en un jardín de Gracia, de Paz,
Alegría y Amor entre los hombres.
Sean los protectores de
la Paz, haciendo de sus vidas aquello que Yo misma hice de la Mía, una gran
canción de amor a Dios y a la Madre de Dios. Viviendo todos los días inflamados
con la Llama de Amor de la Madre de Dios en sus corazones.
Así, verdaderamente
esta Llama de Amor se transmitirá de sus corazones a todos los corazones y
entonces, todos verdaderamente amarán a Dios, servirán a Dios, adorarán a Dios
y serán el Pueblo Santo y Escogido del Señor.
Si ustedes abren sus
corazones a la Llama de Amor, a la Madre de Dios, esta Llama entrará en sus
corazones, les inflamará de tal manera que ustedes ya vivirán un poco de
aquella vida que Nosotros vivimos aquí en el Paraíso.
Sentirán a Dios,
conocerán a Dios, vivirán una vida de dulce intimidad y unión con Dios en la
tierra, saborearán aquella Paz, aquella Alegría, aquella Felicidad, aquella Bienaventuranza
del Paraíso.
Entonces, ustedes
verdaderamente llorarán de alegría, sintiendo el amor de Dios, sintiendo el
amor de la Madre de Dios como Ella dijo aquí. Y ustedes serán felices, las
cosas terrenales no tendrán más poder sobre ustedes, las criaturas no podrán más
arrastrarles para el lodo del pecado. Y ustedes buscarán sólo y siempre a Dios,
sólo Dios.
Yo, Irene, quiero
llevarles a sentir todo eso, a conocer todo eso, a poseer esta Llama de Amor,
poseer esta vida maravillosa en sus
corazones.
Vengan a Mí y Yo
prometo llevarles a esta Llama, que una vez que un alma la recibe, nunca más
será la misma.
Y el alma que posee esa
Llama, del mundo nada más quiere, nada más busca, nada más desea, nada más
espera, para ella sólo existe Dios, sólo Dios y Su Madre, sólo el amor de Ellos
la satisface, la torna feliz, la llena, le agrada, sólo Su Amor la torna
verdaderamente feliz en plenitud.
Vengan a Mí y Yo les
llevaré a esta Llama, y haré crecer esta Llama cada día más en sus corazones.
No se olviden que, para
recibir esta Llama, ustedes deben despreciar la voluntad de su carne, renunciar
al mundo y a la voluntad desordenada de ustedes.
Entonces, el Espíritu
Santo, la Llama de Amor, entrará en ustedes y también no se olviden que, para
aumentar esta Llama, deben ejercitarse todos los días en la renuncia de sí
mismos, para que esta Llama crezca cada vez más en el interior de ustedes hasta
la plenitud.
Esta Llama es
alimentada solamente: por el amor, por la renuncia, por el despojo total de sí
mismos y por la donación completa de ustedes a Dios.
Yo, Irene, les amo
mucho a todos, les bendigo ahora con amor y sobre todos extiendo Mi Manto,
cubriendo a todos con Mi Protección.”
(María Santísima): “Hasta
pronto Mis Hijos. Hasta pronto Marcos, el más esforzado y dedicado de Mis
Hijos.”