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miércoles, 25 de noviembre de 2015

19 de Noviembre de 2009 - Mensaje de San José a través del Vidente Marcos Tadeu

Jacareí, 19 de Noviembre del 2009


MENSAJE ESPECIAL:

SOBRE LA OBLIGACIÓN DEL CATÓLICO QUE POSEE LAS APARICIONES A SU DISPOSICIÓN





(Marcos): “¡Para siempre sean alabados Jesús, María y José! ¿Qué desean de mí hoy Sus Majestades? ¿Su Alteza desea que yo escriba? Sí Majestad.”

(Diálogo entre el Vidente y San José)



MENSAJE DE NUETRO PADRE SAN JOSÉ



“Hijos Queridísimos, Yo, José, les hablo hoy en Nombre de Jesús, Dios y Señor Nuestro, y de María Inmaculada, Nuestra Reina y Nuestra Vida.

Vivan los Mandamientos de Dios, cúmplalos, pues, todo aquel que no cumple los Mandamientos de la Ley de Dios, no entrará en el Reino de los Cielos, no entrará. Que sus vidas sean puras, purísimas o de lo contrario, no entrarán en el Reino de los Cielos.

Cumplan Nuestros Mensajes, obedezcan Nuestros Mensajes, pues, todo aquel que no las obedece, sellará su propia condenación y no entrará en el Reino de los Cielos, no entrará.

Sean Apóstoles, Verdaderos Apóstoles de Nuestros Sacratísimos Corazones, yendo por todo el mundo, anunciando Nuestros Mensajes. Humíllense para que entonces, Nuestra Gloria resplandezca y el mundo vea Nuestra Luz.

Sean Verdaderos Imitadores de Cristo, pues, todo aquel que no imita a Cristo, no entrará en el Reino de los Cielos. Aquel que no tenga las Virtudes de Cristo, no entrará en el Reino de los Cielos, no entrará.

Aquel que no tenga las Virtudes de María Inmaculada, no entrará en el Reino de los Cielos, no entrará. Sean Verdaderos Imitadores de María Inmaculada.

Queden sabiendo Mis Hijos: “Que sus oraciones son muertas si ustedes consienten en el pecado. Sepan que sus oraciones son muertas en sí mismas y no agradan a Dios, ni pueden salvar sus almas, si ustedes, incluso rezando, consienten en el error, en el pecado y en el mal; irán para el Fuego Eterno, incluso habiendo rezado, porque sus bocas alaban a Dios, pero sus corazones están lejos de Él.”

Si quieren que sus oraciones no sean muertas y sus buenas obras no sean muertas delante de Dios, cumplan los Mandamientos, cumplan Nuestros Mensajes, detesten el mal, renuncien al mal, rompan con el mal, pues, todo aquel que no rompe con el mal, no entrará en el Reino de los Cielos, no entrará.

Aquí en Nuestra Escuela de Santidad, ustedes deben ser Santos, ustedes deben tener una moral limpia, moral pura, moral recta. No admitiremos aquí por mucho tiempo personas inmorales, personas que no tienen moral, que no tienen justicia y que son conformes a este mundo depravado, a este mundo perverso y malvado en que viven.

Si quieren ser verdaderos alumnos de Nosotros en Nuestra Escuela de Santidad que aquí hicimos y que aquí inauguramos, tienen que tener moral limpia y recta, tienen que cumplir los Mandamientos, tienen que cumplir Nuestros Mensajes, tienen que detestar el mal y querer el bien encima de todo.

Yo sé que por causa del Pecado Original con el cual todos ustedes nacieron, son débiles y miserables, y muchas veces hacen el mal que no quieren. A esos el Señor tendrá Misericordia, con esos Él tendrá Misericordia y Paciencia, pero ¡Ay! de aquel que haga la obra de Dios de manera errónea, ¡Ay! de aquel que haga mal hecha la obra del Señor, mejor sería a ese que no hubiese nacido.

¡Ay! de aquel que no detesta el mal, que no ama el bien encima de todo y que no busca tener en sí todas las Virtudes Morales, las Virtudes Cardinales y todas las demás Virtudes que el Católico debe tener; ser ejemplo para los otros y enseñar a los otros.   

¡Ay! de aquel que ama el pecado, ¡Ay! de aquel que ama lo injusto, la injusticia y ama el error, y ama aquello que es contrario al Señor y a María Inmaculada, sería mejor que ese no hubiese nacido.

Por eso Mis Hijos, Hijos Queridísimos, Hijos comprados y rescatados de la tiranía del demonio con toda la Sangre de un Dios derramado en una cruz, Hijos comprados con todas las Lágrimas de Sangre que la Madre de Dios derramó, con los Dolores de Su Corazón, Hijos comprados con los Dolores y con todas las Lágrimas que Yo mismo, José, derramé durante toda Mi vida junto con Jesús y María, sufriendo con Ellos.

Hijos Queridísimos, sean buenos, sean perfectos como Jesucristo es Perfecto, sean perfectos como María Inmaculada es Perfecta. Quién no es perfecto como Ellos, no entrará en el Reino de los Cielos.

Por eso Mis Hijos, para que quieran el bien, para que amen el bien y para que después ustedes puedan conseguir realizar el bien, continúen, continúen con todas las Oraciones que Nosotros les dimos aquí y mandamos hacer, pues, solamente por ellas, podrán recibir la energía, la fuerza que emana de Nosotros, la Gracia suficiente para que puedan ser los Santos, los Apóstoles, los Verdaderos Imitadores de Jesús y María.

Continúen haciendo las Oraciones que Nosotros les dimos, sobretodo, la Setena y la Trecena todos los meses, el Rosario Meditado que Mi Hijo Marcos hace, que es el mejor de todos los tiempos de la humanidad, de toda la historia de la humanidad y que es el que más nos agrada, más nos consuela, más nos glorifica y más nos revela para las almas de estos tiempos. Continúen haciendo la Hora de la Paz, la Hora del Espíritu Santo y Mi Hora, todos los domingos.

Sí, Nuestros Sacratísimos Corazones les atrajeron, les llamaron para venir aquí a conocer Nuestra Escuela de Santidad, que son Nuestras Apariciones aquí, en este Santuario.

Ahora la decisión es suya, estamos esperando su respuesta. Si su respuesta es “Sí”, les tomaremos, les enseñaremos, nutriremos, formaremos, educaremos, santificaremos. Si su respuesta es “No”, tendremos de abandonarlos y dejarlos a su propia merced y a merced del rebelde, del enemigo desde el principio.

Mis Hijos, recen, recen, pues, el tiempo de ustedes es corto. Recen, hagan penitencia, lloren sus pecados, recen.”


(Marcos): “Todo será hecho como Su Majestad me ordenó. ¿Hay más algún deseo tuyo? ¿Más alguna orden tuya para el día 8 de Diciembre en la Hora de la Gracia? Sí. ¿Y aquella alma por quien Tú me mandaste rezar, que estaba en gran peligro de condenación, ella ya retornó para Tus brazos? Bendito sea Tu Nombre. ¿Y para la fiesta de la Medalla Milagrosa del domingo que viene, Tú deseas algo de especial? Puedo, sí. Y yo te agradezco de todo mi corazón. Papá San José ¿Puedes dar una bendición especial hoy para…? La Paz. Hasta pronto. Desaparecieron.”

(Diálogo entre el Vidente con la Madre de Dios y Papá San José)




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