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martes, 22 de diciembre de 2015

19 de Diciembre de 2015 - Mensaje de Santa Lucía a través del Vidente Marcos Tadeu

Jacareí, 19 de Diciembre del 2015
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV 



MENSAJE DE SANTA LUCÍA



“Mis Amados Hermanos, Yo, Lucía de Siracusa, Me alegro por venir hoy una vez más a darles Mi Mensaje y Mi Bendición.

Dios es Amor, el Amor es Dios, y solamente aquel que tiene el Amor en el corazón puede encontrar a Dios, solamente por el Amor, Dios puede ser encontrado. Y ¿Qué es el Amor a Dios? Hacer Su Voluntad y renunciar a la de ustedes. Renunciar a sus opiniones y aceptar la de Él, cumpliendo amorosamente Su Voluntad con alegría. Solamente en éste Amor y por éste Amor, es que el hombre puede encontrar a Dios, puede sentirlo, puede unirse con Él.

En el principio de la conversión de cada persona, Dios se revela a ella con toda Su Bondad, con todo Su Amor, con todo Su Cariño, para hacer que Su Hijo y Su Criatura entiendan y conozcan cómo es grande Su Amor y lo cuanto Él es el propio Amor.

Entonces, el alma enamorada por Dios, le abre su corazón, lo ama, lo busca, al principio aún queriendo las Gracias de Dios, los favores de Dios, queriendo hasta incluso la recompensa eterna. Pero después, éste Amor crece, madura y se torna el Amor que ama a Dios, porque Él es digno de ser amado, porque Él, Nuestro Padre, merece todo nuestro amor, merece toda nuestra adoración, merece todo nuestro servicio, merece todo nuestro cariño.

Para que el alma llegue en este Amor Perfecto, el Amor Filial, debe recorrer un largo camino: camino de renuncia al propio “Yo” y al propio querer, la propia opinión, renuncia al amor interesado, que solo busca a Dios por Sus favores, recompensas, Gracias y señales, para buscar finalmente a Dios por Él mismo, porque Él es digno de ser amado y de ser servido por todos Sus Hijos.

Y lo mismo se da con Nuestra Reina Santísima. Luego en el inicio de la conversión de una persona, Ella se revela al alma con todo Su Cariño, con todo Su Amor, con todas Sus Gracias. Y como se dice en el Cantar de los Cantares: “Con apenas una de Sus miradas, con apenas uno de Sus cabellos, o sea, con apenas un movimiento de Su Gracia y de Su Llama de Amor, toca el alma, inflama el alma, enamora el alma por Ella.”

Y entonces, el alma busca a María Santísima porque Ella es Bella, porque Ella es Bondadosa, porque Ella es Amorosa, porque Ella es Medianera de todas las Gracias, porque Ella es el canal de todas las Gracias de Dios, porque es la Reina del Cielo y de la tierra.

Busca en Ella en primer lugar el amor que aún quiere buscar recompensa, buscar Gracias, buscar señales, buscar algo a cambio del servicio y de las oraciones hechas a Ella. Después éste Amor crece, madura y finalmente se torna el “Amor-Amor”, o sea, el Amor que busca a ésta Madre por Ella misma, porque Ella es digna de ser amada, obedecida y querida por todos Sus Hijos, por todo lo que Ella hizo, por todo lo que Ella sufrió por la salvación de todos junto con Jesús. Por Su vida de donación continua, desde Su infancia hasta Su Asunción y después de la Asunción, Su vida de donación, que continúa por los siglos afuera, durante todos estos años, donándose continuamente, luchando por la salvación de Sus Hijos, rogando, intercediendo y luchando por el Bien, por la Felicidad Eterna de todos.

El alma entonces comprende cuánto debe a ésta Madre, cuánto ésta Madre hace por ella y entonces, ella se siente inclinada, deseosa de amarla, de corresponderla, de verdaderamente darle el Amor-Amor, sirviéndola por Ella misma, porque Ella es digna de ser servida, amada por un alma con todo su corazón y con todas sus fuerzas.

¡Es a éste Amor que Nosotros estamos aquí! Llevándoles a todos, a todos ustedes. Pero muchos insisten en no querer crecer en el amor, insisten en no querer madurar en su amor. ¡Eso no puede ser!

Un Santo, un Santo tiene que tener un Gran Amor a Dios, un Gran Amor a Su Madre, el Amor-Amor, que los busca, que los busca por Ellos mismos, sin esperar nada, sin querer nada. Es el Amor desinteresado, es el Amor Filial, que es profundo, que es intenso, que es verdadero, que es grande, que es perseverante, que es inmortal.

Es éste Amor que Dios busca en ustedes, que la Madre de Dios busca en ustedes aquí y es éste Amor que Nosotros, los Santos, tanto les hemos enseñado aquí y buscado crear en sus corazones, pero cuántos aún insisten en no crecer.

¡Es necesario crecer en el Amor! Por eso Mis Amados Hermanos, lo que les pido hoy es: “Recen, recen y recen con toda su fuerza de voluntad, pidiendo la Gracia del Verdadero Amor, del Amor-Amor, del Amor que se dona, que se da a Dios, que se da a Nuestra Reina Santísima, porque Ellos merecen ser amados y merecen ser servidos por ustedes con todo el corazón.”

Es éste Amor lo que Yo quiero crear en ustedes. Recen, recen mucho con el corazón, para que verdaderamente éste Amor vaya creciendo dentro de ustedes. Y nunca se olviden: “La Llama de Amor sólo crecerá dentro de sus corazones, si ustedes todos los días hacen el ejercicio constante de donarse totalmente a Dios y a la Madre de Dios, renunciando a la voluntad de ustedes, a su opinión y aquello que es mejor para ustedes, para pensar sólo en Ellos y para querer solamente lo que es mejor para Ellos.”  

Así, el amor de ustedes será bello y éste Amor un día les transformará en un alma de fulgurante y radiante belleza en el Paraíso, porque lo que torna a todas las almas bienaventuradas, bellas en el Paraíso, es el Amor Sobrenatural en pura transformación.

Abran por lo tanto, sus corazones a éste Amor, cultiven en sus corazones éste Amor y deseen crecer en éste Amor más y más todos los días, con toda la fuerza de su voluntad.

Digan a todos que deben convertirse lo más rápido posible, porque el Castigo está a las puertas, el tiempo acaba y muy pronto oirán sonar la primera trompeta de la Justicia de Dios.

A todos les bendigo con amor: de SIRACUSA… de CATANIA… y de JACAREÍ.”


(Marcos): “Hasta pronto.”

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