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viernes, 14 de julio de 2017

18 de Julio de 2010 - Mensaje de San Camilo de Lelis a través del Vidente Marcos Tadeo

Jacareí, 18 de Julio del 2010
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV 


MENSAJE ESPECIAL:

14 DE JULIO: FIESTA DE SAN CAMILO DE LELIS

FUNDADOR DE LA ORDEN DE LOS "HERMANOS MINISTROS DE LOS ENFERMOS Y MÁRTIRES DE LA CARIDAD", COMÚNMENTE CONOCIDO COMO "ORDEN DE LOS CAMILOS". PATRONO DE LOS MÉDICOS, ENFERMEROS, ENFERMOS Y DE LOS QUE SUFREN.

MENSAJE DE SAN CAMILO DE LELIS


“Amados hermanos, Yo, Camilo de Lelis, siervo del Señor, siervo de la Virgen María, les saludo y les doy hoy la paz.

Paz a su corazón, paz a su alma, paz a su vida, nada perturbe su paz, que su paz sea Dios, que su paz sea la Madre de Dios.

Que su paz sea la continua práctica, obediencia y observancia de la Palabra de Dios, de la Palabra del Señor que le es dirigida en este tiempo, en estas Apariciones. Que su paz sea la verdad, sea vivir continuamente en Dios, en Su Gracia, en Su Ley, en Su Amistad.

Nada ni nadie podrá destruir su paz, si su paz fuere Dios, fuere el amor incondicional, total, pleno a Él y a María Santísima, si su paz fuere la obediencia a la Palabra, a los Mensajes de Ellos; nada ni nadie podrá jamás robar esa paz de sus corazones y de sus almas.

Ustedes saben que Yo soy el patrono de los médicos, de los enfermeros, de los que cuidan a los que sufren y de los enfermos; es Mi misión ser el enfermero de sus almas, ser el enfermero de sus corazones, tantas veces cansados y abatidos de las batallas contra el demonio, contra el pecado, contra la dureza, la rebeldía y desobediencia de las almas que encuentran en su camino y que no aceptan los Mensajes de la Señora, que no quieren lo que Ella quiere, que no quieren cumplir las órdenes de Ella, las órdenes del Señor

Es Mi misión curar siempre más sus almas que sufren el choque del bien contra el mal, de la verdad contra la mentira, de la fe contra la incredulidad y apostasía, de la obediencia contra la desobediencia que encuentran en tantas almas todos los días y que al chocaren a su corazón tantas veces, dejan en sus corazones marcas profundas de tristeza, perplejidad, desánimo y desaliento.

Es Mi misión curar esas heridas en ustedes, darles nuevo ánimo, nuevo aliento, nuevo vigor en el servicio del Señor y de María Santísima, y llevarles siempre más adelante, siempre más en frente, como apóstoles valerosos y sin miedo, que no se avergüenzan de llevar la luz, que no se amedrentan delante del rechazo del mundo en recibir esa luz, que no se intimidan delante de las amenazas del mundo, siempre más rebelde a Dios y a Su Ley de amor.

Es Mi misión curar sus corazones también de las heridas provocadas en ustedes por el pecado, que aún traen dentro de ustedes. Esas miserias, esas llagas abiertas en ustedes debido a sus defectos, siempre repetidos y cometidos, sus pecados siempre repetidos y cometidos; esas llagas Yo quiero curar con el bálsamo del Amor Divino, con la dulzura del Cielo, con el amor de la comunión de todos los Santos que por ustedes rezan, por ustedes interceden, por ustedes luchan, por ustedes también batallan a cada día, procurando siempre más alejar de ustedes el mal, la violencia, las ocasiones de pecado, las trampas del demonio; de forma que, cada día, su corazón siempre más fuerte, siempre más vigoroso, ame a Dios con todas sus fuerzas, ame a la Virgen Santísima con todas sus fuerzas y ame al prójimo, trabaje por la salvación de las almas cada vez más, para mayor gloria del Señor, para mayor contentamiento del Corazón Inmaculado de María y júbilo de todo el Paraíso.

Es Mi misión curar sus almas y sus corazones de las heridas provocadas por el demonio. Él los golpea cada día más con: tentaciones, con sugestiones, con ideas que les llevan al pecado, pues, él conoce sus malas inclinaciones, conoce sus flaquezas; estudia, analiza su comportamiento, su manera de ser, su tendencia natural al mal y arma los planes más inteligentes para un ángel decaído como él, para llevarles todos los días a ofender al Señor, a alejarse de Él y de María Santísima por el pecado, haciendo con que caigan continuamente en sus flaquezas.

Quiero curar sus corazones de esas llagas que el enemigo de su salvación abrió, llevándoles siempre más a resistir al mal, a oponer las tentaciones del demonio las virtudes, a sus defectos oponer las virtudes; llevándoles cada día más también a vivir una vida de profunda oración, intimidad y comunión con Dios, con María Santísima, con Nosotros los Santos y con los Ángeles. Les llevo cada día más al amor mayor, más abrasado y profundo a la Palabra de Dios, a la Palabra de María Santísima, a los Mensajes Celestes que ya hace 20 años les son dadas aquí y que en tantos lugares de la tierra ya hace muchos más años.

Es Mi misión llevarles a una vida de profundo sacrificio y penitencia, de renuncia a ustedes mismos y a su voluntad corrompida, de renuncia al mal y de perfecta mortificación de todos sus deseos desordenados, para que así, cada día más, viviendo una vida perfecta en la oración, en el sacrificio, en la penitencia, en la sobriedad, en la templanza, en el equilibrio cristiano de los Santos, en la perfecta renuncia de ustedes mismos y del mundo, puedan seguir cada vez más ilesos y cada vez más fuertes de sus tentaciones y trampas, y ustedes entonces, como verdaderos campeones, guerreros victoriosos de la santidad, podrán un día llegar junto de Nosotros en el Cielo y recibir aquella corona que, Nosotros los Santos, ya recibimos por haber combatido el buen combate aguerridamente hasta el final.

Es Mi misión curarles de todos los males, también de su corazón, de su íntimo, de su mente, de su naturaleza humana y hasta incluso de su cuerpo, porque el Señor desea que ustedes sean guerreros, soldados plenamente fuertes, plenamente firmes, plenamente aguerridos en la lucha, en la batalla por la salvación de las almas y para hacer la verdad, la santa fe católica, el Corazón Inmaculado de María, triunfar en el mundo.

Pídanme las gracias, las curas para el alma, pues todas esas, Dios quiere concederles. Pídanme las gracias de cura para el cuerpo, pero sin apegarse a ellas, porque muchas veces Dios permite a ustedes también el sufrimiento, para que con ello, ustedes puedan salvar más almas; pero pídanme, porque muchas curas físicas el Señor desea realizar por medio de Mí, para que tengan salud, no para volver al mundo y perderse con el mundo, pero para que ustedes se tornen apóstoles valerosos en la lucha por la salvación de las almas, por el triunfo del bien sobre el mal, de la luz sobre las tinieblas, de la verdad sobre la mentira, de Dios sobre Satanás, del Cielo sobre el infierno.

Yo prometo rogar por ustedes incesantemente como ya he hecho hasta ahora, a todo instante, en el Trono del Señor y de Su Madre Santísima.

Vivan la verdadera devoción a Nosotros los Santos, pues, esa verdadera devoción les llevará al Cielo, al Paraíso, a Dios. Y Nosotros, los Santos del Señor, les conduciremos en seguridad por la senda cierta que Nosotros ya descubrimos, caminamos y con el cual llegamos victoriosos al Cielo. Nosotros les llevaremos por esa senda y no descansaremos mientras no les veamos con Nosotros en la gloria eterna.

Déjense conducir por Nosotros, déjense guiar por Nosotros, formar por Nuestros Mensajes, los Mensajes que les damos aquí. Hagan Nuestra Hora de oración los miércoles con más amor, porque a través de esa Hora Santa, les transformaremos en aquellos mayores Santos que la Santísima Virgen desea producir en el fin de los tiempos, para mayor glorificación de Dios, de la Santísima Trinidad, de la verdad y para mayor humillación, derrota y desgracia en el infierno y sus potencias. Ustedes son llamados a ser esos Santos y lo serán de hecho si se dejan coducir y formar por Nuestros Mensajes.

A todos en este momento, Yo, Camilo de Lelis, bendigo generosamente con la Madre de Dios y con todos los Santos y Ángeles del Paraíso.

La paz Marcos, predilecto de los Santos, amado de los Santos, electo Nuestro. La paz Mi pueblo bienamado." 


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