Jacareí, 25 de Febrero de 2018
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV mundial:
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Marcos: “¡Para siempre sean alabados Jesús, María y
José! Sí… sí lo haré, sí. Sí lo haré Madrecita… la siete? Lo haré. ¡Haré
cuantos quieras Señora! Sí, sí lo haré. Sí!”
MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN, REINA Y MENSAJERA DE LA PAZ
“Queridos hijos, hoy,
cuando ustedes están conmemorando aquí, la Fiesta de Mis Pastorcillos,
Francisco y Jacinta, Yo convido a todos ustedes, a ser verdaderas copias de Mis
Pastorcillos, viviendo una vida de amor y siendo amor.
Sean amor, viviendo como
Mis Pastorcillos vivieron, en continua oración, penitencia, sacrificio y amor a
Dios, procurando de todo lo que pudieren, ofrecer un sacrificio de amor a Dios
y también como penitencia por la conversión de los pobres pecadores.
Sean amor, despreciando
el mundo como Mis Pastorcillos, y escogiendo el Cielo, viviendo solamente para
agradar a Dios y para servirlo, teniendo un corazón de pobre, como ellos
tenían, un corazón que de la tierra no deseaba nada, sólo deseaban a Dios, sólo
querían a Dios. Así, verdaderamente ustedes serán amor, vivirán en el amor y en
amor; y la vida de ustedes serán agradable a Dios Padre, y la vida de ustedes
se transformará en un sacrificio agradable al Padre para la salvación de muchas
almas.
Sean amor, viviendo como
Mis Pastorcillos, una vida de perfecta y total consagración a Mi Corazón
Inmaculado, viviendo solamente para Mí, obedeciendo todos Mis Mensajes, y siempre
más, procurando hacer todo aquello, que Yo les digo, para que triunfe en la
Tierra, Mi Inmaculado Corazón.
Imiten a Mis
Pastorcillos, que son ejemplos verdaderos y perfectos de amor, imiten a Mi hija
Verónica Giuliani, cuyas virtudes tanto encantaron Mi Vida, y tanta alegría y
satisfacción trajeron a Mi Corazón. ¡Como Me fue agradable la vida de Mi hijita
Verónica Giuliani! Sí, en ella, Yo encontraba, el amor más puro, la obediencia
más perfecta, la docilidad más completa, a todos Mis Mensajes, a todos Mis
Deseos, a todos Mis Pedidos. Así, ustedes deben ser también, hijitos. Entonces,
la vida de ustedes será amor y será agradable a Dios.
Abran sus ojos, porque
las señales de la Vuelta de Mi Hijo están sucediendo y ya les avisan que la
Vuelta del Señor es inminente y todo árbol que no hubiera producido buenos
frutos será cortado y lanzado en el fuego que jamás se apagará.
Vivan en el amor, sean
amor y entonces, como Mis Pastorcillos, ustedes serán árboles que darán buenos
y grandes frutos de amor para el Señor.
Continúen rezando Mi
Rosario todos los días, Mi Plan debe proseguir, y ustedes no pueden quedar
parados en el mismo lugar, muévanse, hagan los cenáculos por todas partes,
aumenten los cenáculos y grupos de oración, aumenten también los días que ustedes
divulgan Mis Mensajes, procuren por todos los modos, y por todos los medios,
hacer un apostolado de Mis Mensajes, procuren por todos los modos, transmitir
Mi Palabra, de prisa, pues Mi Hijo, ya está enviando, las señales que anteceden
a su regreso.
El Rey ya es anunciado
por las trompetas de los ángeles y ahora es preciso que ustedes que ustedes se
apresuren, pues el Amor está regresando para ustedes en el amor, pero también
la Justicia está volviendo para los pecadores y para los malos, como un fuego
devorador, y hay de aquellos, que en la Gracia de Dios no estuvieren.
Vayan Mis hijos, salven
lo que aún puede ser salvo, conviertan a Mis hijos, transformen los corazones y
las almas, para que cuando Mi Hijo vuelva, Él encuentre, verdaderamente a
ustedes, como un pueblo santo, preparado para el encuentro con Su Señor de la
salvación y de la paz.
Yo, bendigo a todos: de
FÁTIMA… de MONTICHIARI… de ERECHIM… y de
JACAREÍ”
MENSAJE
DE SAN FRANCISCO MARTO
“Amados hermanos Míos,
Yo, Francisco Marto, Pastorcillo y Siervo de la Madre de Dios, vengo hoy, para
decir a todos ustedes: ¡Yo les amo!
Yo les amo mucho, yo les
he amado, desde la época de las Apariciones de la Madre de Dios. Sí, nuestro
amadísimo Marcos, habló muy bien y dijo acertadamente, al respecto de Mis
sufrimientos. Sí, ellos fueron por ustedes, todo lo que Yo, Mi hermana Jacinta
y Mi prima Lucía sufrimos, fue por ustedes. Nosotros ofrecimos a la Señora,
nuestros sufrimientos por la salvación de las almas, y no sabíamos que ustedes
eran del número de esas almas. Cuando llegamos al Cielo, Yo y Jacinta,
conocimos a las almas que se salvarían por nuestros sacrificios y sufrimientos
ofrecidos. Y ustedes que están aquí, en estas Apariciones de Jacareí, son del
número de esas almas y especialmente es, el alma de nuestro amadísimo hermano
Carlos Tadeo.
(Desde
aquí Francisco se dirige únicamente al Sr. Carlos Tadeo, padre espiritual del
vidente Marcos)
Sí,
cuando Yo, mi hermana Jacinta y Mi prima Lucía, estábamos en la prisión por la
noche, Nuestra Bellísima Señora sin aparecernos, nos concedió una visión de
altísima sabiduría y conocimiento, y en esta visión, nosotros vimos a nuestro
amadísimo hermano Carlos Tadeo, que en el futuro sería unido a una alma
privilegiada de la Madre de Dios, para realizar con esa alma privilegiada, el
Plan de la Madre de Dios, en su recta final.
Sí,
la Madre de Dios, por una iluminación interior, una voz interior, nos reveló
quién era él, y cómo deberíamos ofrecer todo lo que nosotros estábamos
sufriendo en aquella cárcel, todo lo que ya habíamos sufrido y que aún
vendríamos a sufrir por él. Ofrecimos todo con amor, siempre.
Lucía
ofreció especialmente el dolor de que cuando regresó a casa, cuando regresamos
de la cárcel, el no haber sido bien recibida por su madre, no hubo un abrazo,
no hubo un cariño de la madre para con ella, no hubo siquiera una palabra de
amor, ni de la madre, ni de las hermanas y ni siquiera del padre; y eso hirió
el corazón de ella profundamente, al punto de Yo y Jacinta, haberla consolado
muchísimo, pues ella no cesaba de llorar, por el desprecio con que sus
familiares la trataron, especialmente ese dolor, ella ofreció para nuestro
amadísimo hermano, Carlos Tadeo y también todo lo que sufrimos, con respecto a
las calumnias, la difamación de las personas, la deserción y negación del Padre
de Fátima y todo más, todo fue ofrecido por nuestro hermano Carlos Tadeo.
Yo,
especialmente, en el tiempo de mi enfermedad, ofrecí toda la fiebre, ofrecí
todos los dolores de Mi cuerpo, ofrecí la gran falta de aire y sed que sentía,
los escalofríos, los dolores lancinantes que Yo sentía en Mis pulmones, ofrecí
todo, todo por él, por las intenciones de él, para que verdaderamente sobre él
cayeran las grandes gracias que Mis méritos irían alcanzar delante del trono de
la Santísima Trinidad, y él pudiese realizar bien su misión, junto del alma
privilegiada que la Madre de Dios iría escoger en el futuro y al cual iría
unirlo.
Sí,
amadísimo hermano Carlos Tadeo, fue por ti, Mi fiebre fue por ti, Mis dolores
lancinantes en el cuerpo, en el pulmón fueron por ti, la fiebre fue por ti, las
injusticias soportadas en silencio fueron por ti, el ayuno, dando mi merienda a
las ovejas, fue por ti, el sacrificio de la cuerda, muy apretada en la cintura,
que inclusive dilaceraba Mis carnes y la hacían sangrar, fue por ti, el
sufrimiento y el dolor que pasé en la cárcel fue por ti, Mi muerte fue por ti y
si Yo así tanto te amé, ¿Cómo podré abandonarte? ¡Nunca!
Entonces,
cree siempre, estaré siempre a tu lado, protegiéndote, amparándote y cubriéndote
con Mis bendiciones. No temas nada, ve en frente, y habla a todos sobre Mi
persona, sobre Mi espíritu de penitencia, de oración, de amor, de obediencia a
la Madre de Dios, y sobre todo de abnegación, de olvido de Mí mismo, para
pensar sólo en la Madre de Dios, en la voluntad de Ella, y sólo pensar en
salvar almas, sólo pensar en consolar a Jesús, así tú formarás otras almas
según Mi espíritu y esas almas, que se tornarán semejantes a Mí, se
transformarán en rosas místicas de amor, para mayor Gloria del Señor y de la
Madre de Dios.
(Ahora
Francisco vuelve a dirigirse a todos los peregrinos y fieles en general)
Sean amor, Mis queridos
hermanos, entonces ustedes serán todo, como Yo, que fui amor, y Me torné todo
para Dios, todo para la Madre de Dios, todo para Mis hermanos.
Sean amor, y el amor les
dará fuerzas a ustedes para hacer todo, para vencer todo, para sufrir todo, y
para conseguir todo.
Continúen rezando el
Santo Rosario todos los días, como Yo recé, pues el Rosario fue la escalera
luminosa que Me hizo subir rápidamente la montaña de la perfección y de las
virtudes y Me hizo, cada vez más, subir velozmente al encuentro del Señor en el
Cielo.
(Ahora
Francisco se dirige especialmente al vidente Marcos Tadeo)
A todos, y especialmente
a ti, Mi amadísimo hermanos Marcos, tú que mucho Me conmoviste con la oración
mental que hiciste hoy sobre Mí, Mi hermana Jacinta y Mi prima Lucía, tú que
siempre tuviste un amor tan abrasado por nosotros tres, tú que siempre fuiste
enamorado por nosotros, nuestro verdadero amigo, nuestro verdadero alumno, tú
que eres nuestra riqueza, nuestro consuelo, nuestra alegría y nuestra
esperanza, tú, en quién vemos, que verdaderamente reside el verdadero amor de
Dios y el amor de la Madre de Dios, la llama de amor de la Madre de Dios, tú,
en quién vemos un ‘Sí’ tan profundo, tan verdadero, tan fiel, tan leal y
sincero, cuanto lo nuestro dado a la Bella Señora, tú, en quién vemos la
continuación, y la extensión de nuestra vida, tú en quién colocamos nuestras
esperanzas, tú que eres la continuación de aquello que la Madre de Dios comenzó
con nosotros en Fátima, tú que tienes un corazón fatimista y que siempre amó a
Nuestra Bella Señora de la Encina y a nosotros con tanto ardor, con tanto
cariño, tú, que tornándonos conocidos y amados, a través de las películas y
rosarios meditados, de los cenáculos y charlas, hiciste también ser más conocida
y amada a la Madre de Dios, a ti que continuas siendo nuestro eco en la tierra,
nosotros ahora, bendecimos, Yo bendigo con amor: de FÁTIMA.. de ALJUSTREL… y de
JACAREÍ.
Adelante, cuarto
pastorcillo de la Madre de Dios, sigue en frente, amándola, sirviéndola como lo
has hecho, una bellísima corona te está preparada y te espera. Sigue en frente,
salvando almas para ella, sigue en frente siendo nuestro eco, sigue en frente,
siendo el viento de la Inmaculada, el viento del amor, el viento de la Bella
Señora de la Encina, a ti y a todos dejo Mi Paz.”
Marcos: “Sí, sí lo haré. ¡Querida Madrecita del
Cielo! ¿Podrías por favor tocar en estos rosarios, imágenes que hicimos para la
oración y protección de tus hijos?”
María
Santísima: “Conforme ya dije, donde quiera que una de estas
imágenes y rosarios lleguen, allí estaré Yo viva, llevando las grandes gracias
del Señor. A todos Yo bendigo con amor nuevamente y dejo Mi Paz”.