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jueves, 12 de octubre de 2017

12 de Octubre de 2017 - Mensaje de la Virgen María a través del Vidente Marcos Tadeo

Jacareí, 12  de Octubre de 2017
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV mundial: www.apparitionstv.com




300 AÑOS DEL HALLAZGO DE LA IMAGEN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN APARECIDA EN EL RÍO PARAÍBA DEL SUR
PATRONA DEL BRASIL

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Queridos hijos, hoy, cuando el Cielo y la tierra exultan de amor y de alegría y se rejubilan por el hallazgo de Mi imagen milagrosa en las aguas de Mi queridísimo río Paraíba, vengo a ustedes para decirles: ‘Soy la Señora Aparecida, soy la Inmaculada Concepción, soy la gran señal de Dios, que Dios colocó en el cielo del Brasil para mostrar a todos Mis hijos la bondad del Señor, el amor del Señor, la misericordia del Señor y para mostrar a todos Mis hijos el camino cierto que los conduce al Cielo.’
Soy la Señora Aparecida y así como hace 300 años atrás escogí tres pobres pescadores que poco tenían, también aquí en Jacareí escogí un niño que poco tenía, para, a través de él como otrora por los pescadores, mostrar al mundo entero Mi gran Amor y Mi poder de Reina y Señora de todo el universo.
Soy la Señora Aparecida y aquí terminaré aquello que comencé en Aparecida. Mi plan de amor que se encamina ahora para su fase conclusiva y final, llevará a todos Mis hijos, el Brasil y el mundo, al triunfo de Mi Inmaculado Corazón con la total derrota de Satanás y la victoria del Señor y de Mi Hijo Jesús.
Soy la Señora Aparecida y quiero aparecer de nuevo, no más en las aguas del río Paraíba por una imagen, pero quiero aparecer en sus corazones, en sus almas, para reinar en ellos, para llenarlos de la luz del Señor, de la gracia del Señor, del amor del Señor y llevar a todos ustedes al puerto seguro de la salvación y de la felicidad que es el Cielo, que es Dios.
Soy la Señora Aparecida y quiero aparecer de nuevo en la vida de todos Mis hijos, llenándolas de luz y de gracia del Señor, de santidad y de belleza, para que finalmente el Brasil y el mundo se tornen de hecho, el jardín de gracia, de santidad de la Santísima Trinidad. Y entonces, la Santísima Trinidad pueda finalmente alegrarse, complacerse y satisfacerse con una nueva humanidad liberada del pecado y repleta del verdadero amor filial que el Señor desea de todos Sus hijos.
Soy la Señora Aparecida y quiero aparecer de nuevo, esta vez en los corazones de Mis hijos. Por eso digo: ‘Recen, recen hasta que la oración se torne alegría y un encuentro vivo conmigo.’
Recen para que la vida de ustedes se abra verdaderamente a la emanación de Mi Amor, a la irradiación de Mi Llama de Amor y Yo pueda transformar la vida de ustedes, de un río imprestable y sin frutos de santidad, en un río verdaderamente fructuoso, próspero, adonde todos los peces de virtudes y de buenas obras florezcan para la mayor alegría de Mi Divino Pescador, que es Mi Hijo Jesús, que aún hoy conmigo sale en busca de frutos de santidad y de salvación.
Yo soy la Señora Aparecida y quiero aparecer en los corazones y en las familias de ustedes para transformarlas de nuevo en familias santas, que produzcan muchos santos para salvar el mundo, para salvar almas y para ayudarme a transformar el mundo en el gran jardín de belleza, de gracia y de amor de la Santísima Trinidad.  
Yo aparecí aquí en Jacareí como Reina y Mensajera de la Paz para terminar aquello que comencé en Aparecida. Aquí también aparezco, soy la Aparecida y vine aquí para, a través de Mi hijo Marcos, aparecer para ustedes, para conocer Mi Amor de Madre, Mi Llama de Amor, Mi Gracia Materna y así, abrirme sus corazones y Yo pueda aparecer también en sus almas para embellecerlas, santificarlas, perfumarlas con Mi Gracia Materna, para así también, a través de ustedes, Yo pueda espiritualmente aparecer para Mis hijos alejados de Mí, de Dios, que no Me conocen y por eso sufren y se pierden en este mundo.
A través de ustedes apareceré, o sea, haré con que todos Mis hijos conozcan Mi Amor, conozcan Mi bondad materna y entonces, tocados por Mi Amor, enamorados por Mi bondad y belleza, correrán todos para Mí y Yo los llevaré a los Cielos.
Ayúdenme, ayúdenme por lo tanto, dejándome aparecer en sus corazones por una vida de oración, de santidad, de amor, de donación y dedicación total a Mí y a Mi Hijo Jesús, para que entonces, finalmente, Mi Corazón pueda triunfar en ustedes y cumplir Mis secretos de amor desde Aparecida hasta aquí, en Jacareí.
Marcos, Mi predilectísimo hijo, quédate sabiendo que Silvana da Rocha también tuvo una Aparición Mía en el mismo instante del milagro de las velas y a ella fue mostrado el futuro de Aparecida y también el futuro de Mi plan de amor contigo aquí en Jacareí, la conclusión de Mi plan.
Ella también te vio y Yo pedí a ella que rezase por ti hasta el fin de la vida, para que contigo pudiese Yo finalmente triunfar en la vida de todos Mis hijos. Ella y Felipe Me vieron y no te admires hijo Mío, porque hay muchos más secretos entre Aparecida y tú, de que puedas imaginar.
Sí, aquí terminaré Mi obra de salvación comenzada allá y en este bendito valle del Paraíba, cual nueva tierra prometida de los últimos tiempos, haré emanar leche y miel para Mis hijos, o sea, gracia y misericordia. Entonces, ellos se tornarán fuertes y un nuevo pueblo santo para la mayor gloria y triunfo del Señor.
Sí, exulte hijo Mío, porque tú hace 300 años atrás, ya estabas predestinado para estas Apariciones y para esta misión que Yo revelé a Felipe y también a Silvana, Mis dos hijitos muy amados. Ellos, sin embargo, hayan vivido hace siglos antes de ti, te amaron mucho, rezaron mucho por ti y también ofrecieron sacrificios para ayudarte. No es en vano que tú amas tanto a ellos, es un helo espiritual, místico que te une a ellos, una conexión, un helo que ultrapasa el tiempo y el espacio, que te une a ellos en la tierra y que te unirá a ellos también eternamente en el Cielo.
Por eso ve, ve Mi cuarto pescador, ve a pescar más almas, más hijitos Míos y tráiganlos todos a Mí, porque quiero verdaderamente que la barca de Mi Corazón Inmaculado, de Mis brazos maternos, esté repleta de muchos peces de hijitos Míos, para dar todos ellos como primicia, como don de amor y alabanza, a Mi Divino Hijo Jesucristo.
A ti, a todos Mis hijos y también especialmente a ti Mi amadísimo hijito Carlos Tadeo, que tanta alegría trajo para Mí en Mi fiesta. Mi caballero, Mi consolador, ve en frente y no temas hijito Mío, porque contigo también Mi Corazón Inmaculado hará maravillas.
Muchos peces te fueron confiados, o sea, muchas almas que están esperando que tú recojas esos peces, recojas esas almas en las redes de Mi Amor de Madre, para conducirlos a todos finalmente al puerto de la salvación. Ve, avanza para las aguas más profundas, lanza las redes en las aguas más profundas para recoger hasta los peces más alejados y escondidos del gran río de la vida, del Brasil y del mundo. Para entonces juntamente con el hijo precioso que te di, que es el hijo más amado, obediente y querido de Mi Corazón, el hijo de Mis profecías, el hijo de Mis secretos maternales, junto con él, que es la mayor gracia que Yo te di después de la salvación, tú puedas venir con él a Mí con las redes repletas de peces, para finalmente, juntos celebrar el gran banquete de la victoria y de la vida eterna.
A ti y a todos Mis hijos aquí presentes, a los cuales hoy doy la Indulgencia Plenaria, a todos que rezan la Coronilla de Mi Inmaculada Concepción todas las semanas y a aquellos también que todos los años en este día vienen para consolarme, a aquellos que también divulgan Mi manifestación de Aparecida y aquellos que traen con amor en sus casas Mi imagen y también verdaderamente hacen con amor Mis cenáculos.
A esos hijos doy ahora la Indulgencia Plenaria de todas las penas de los pecados y también doy hoy Mi bendición especial, que podrán trasmitir con la mirada o con las manos para todos los que ustedes encontraren: de APARECIDA… de FÁTIMA… y de JACAREÍ.”

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