“Amados hijos Míos, hoy,
Yo, Su Padre, vengo a ustedes en el día de Mi fiesta para bendecirles y para
nuevamente decirles: ‘Les amo, les amo con todas Mis fuerzas.’
Les amo con todas Mis fuerzas,
por eso les creé, quité al hombre de la nada, lo llamé al existir, le di todos
los dones preternaturales y naturales para que él fuese feliz eternamente y
poseyese por herencia Mi Reino, siendo feliz a Mi lado eternamente en el
Paraíso.
Pero el hombre por su
egoísmo y su maldad, amándose más a sí mismo de que a Mí, y prefiriéndose a sí
mismo de que a Mí, traicionó Mi Amor, renegó Mi Amor, despreció todo lo que Yo
había hecho por él y se rebeló contra Mí.
Incluso habiendo pecado y
tornándose un hijo renegado, Yo no lo abandoné, antes, mandé profetas tras
profetas para llamarlo de vuelta a Mi casa, para llamarlo de vuelta a Mí, pero
el hombre continuaba rebelado y negándose a volver a Mí.
Entonces por fin, mandé a
Mi propio Hijo para llamarlos de vuelta a Mí, pero ellos no quisieron,
despreciaron a Mi Hijo, rechazaron a Mi Hijo y lo crucificaron. Allí en la cruz
les mostré el mayor amor que existe: el mayor amor ágape, Mi Amor por ustedes
dando a Mi Hijo en sacrificio como rescate de sus almas, como paga de la deuda
que el hombre tenía Conmigo y que era incapaz de pagar.
Sí, al entregar a Mi Hijo
a la muerte para salvarles, les di la mayor prueba de Mi Amor por todos
ustedes. Por eso les digo: ‘Les amo con todas Mis fuerzas y es en la cruz de Mi
Hijo que ustedes pueden ver más claramente cómo es grande Mi Amor por ustedes,
porque como bien dijo Mi hijo predilectísimo Marcos Tadeo: Nunca se oyó decir
que un padre hubiese dado a su hijo legítimo a la muerte para salvar a un hijo
adoptivo, desobediente, ingrato, rebelde y traidor. Y mientras tanto, Yo hice
eso con ustedes, con el hombre, entregando a Mi único Hijo a la muerte, para
que ustedes pudiesen vivir.’
Entregué a Mi Hijo a los
más crueles sufrimientos para librarles de los horribles sufrimientos del fuego
del infierno. ¿Qué mayor amor Yo podría tener por ustedes? Por eso les digo:
‘Les amo con todas Mis fuerzas y lo que quiero de ustedes es un amor fiel,
leal, puro y verdadero, como el de Mi siervo Job. Sí, él verdaderamente Me amó.
En su época no había hombre alguno como él: obediente, temiente a Mí, fiel
observador de Mis Mandamientos, íntegro, recto, justo.
Mi enemigo Me pidió
permiso para quitar todo de él con la certeza de que Job se rebelaría contra
Mí, se volvería contra Mí y Me traicionaría también. Yo permití y Mi enemigo
quitó de él: sus bienes, los hijos, la casa, la riqueza y por fin hasta la
salud. Y mientras la mujer de Job decía para él blasfemar contra Mí, Job con
toda la paciencia y amor respondía: ‘Aunque Él me mate, yo confiaré en el
Señor.’
Sí, nunca hubo un amor
como el de Mi siervo Job por Mí, con excepción de Mi Hija Predilectísima María
y de José, nunca hubo un amor así. Por eso les digo: ‘Imiten a Mi siervo Job en
el verdadero amor a Mí, porque es este amor que Yo quiero de ustedes.’
Sí, un amor que por Mí
todo sufre, todo soporta, un amor que todo espera, todo cree. Job creyó en Mi
Palabra, esperó por Mi Providencia y por fin, cuando todas sus virtudes habían
sido todas testadas y probadas por Mi enemigo, Yo entonces devolví a Job el
doble de los bienes que tenía y lo coroné de nuevo de gloria y de victoria. Porque
al justo que todo sufre por Mí y que Me ama principalmente en la penuria, en el
sufrimiento y no traiciona Mi Amor, a ese Yo daré no sólo el doble como di a
Job, pero 100 veces más, como galardón en el Reino Eterno que preparo para los
que Me aman.
Imiten Mis hijos el amor
de Job por Mí, para que ustedes verdaderamente puedan tener el amor que Yo
quiero: el amor puro, el amor leal, el amor fiel, el amor abrasado, el amor que
todo sufre, todo soporta por Mí, el amor que en Mí espera, el amor que no Me
traiciona jamás.
En los momentos de
sufrimiento cuando les dijeren: ‘Si Dios existiese, tú no estarías sufriendo
ahora.’ Ustedes deben decir: ‘Aunque Él me mate, yo confiaré en el
Señor.’ Imiten a Job y verdaderamente tendrán el amor fiel, leal, una
fe firme y verdadera que por Mí en el debido tiempo, será recompensada como a
Job con la victoria.
¿No ven lo que hago con
Mi hijito Marcos? Él en el comienzo de las Apariciones, tan pobrecito, era tan
perseguido, calumniado, amenazado por Sacerdotes, por personas malas. Mientras
tanto, confió en Mí, esperó en Mí y como Job siguió fiel a Mí. ¿Y ahora Yo no
corono la perseverancia de él con la confirmación de estas estruendosas señales
que aquí Yo produje con Mi Hija Predilectísima María en favor de él? ¿Yo no
estoy mostrando para todos la verdad de Mis Apariciones aquí con Mi Hija María
y todo el Cielo, y confirmando la honestidad, la sinceridad, la integridad, la
virtud de Mi hijo Marcos?
Es así que Yo premio la
perseverancia, la constancia y la fidelidad de Mis Justos. Sean así también y
en el fin verán cómo Yo les justificaré, defenderé y coronaré de victoria
delante de todos sus enemigos. Sigan en frente rezando el Rosario de María,
pues por el Rosario de Mi Hija Predilectísima, ustedes llegarán a tener el
mismo amor, la misma confianza que Job tenía en Mí.
Sigan haciendo Mi Hora,
pues por ella, Yo colmaré sus corazones de una gran llama de amor, la Llama de
Mi Amor Ágape, que les transformará verdaderamente en llamas vivas de amor.
Amadísimo hijo Carlos Tadeo, cuanto alegras Mi Corazón estando aquí estos dos días con Mi Hija
Predilectísima María. Quiero que sepas que cuando Yo dije a Noé que enviaría el
diluvio al mundo y Noé se puso a construir el arca sobre Mis órdenes, quédate sabiendo que en el arca revelé a Noé tu existencia con tu hijo Marcos Tadeo. Y
dije a Noé: ‘No solamente por causa de tu fidelidad, no solamente por causa de la
Madre de Mi Hijo que un día será tu descendencia, pero también por causa de
estos dos hijos predilectísimos Míos no exterminaré de una vez por todas el
mundo. Pero todavía concederé misericordia, haré con que las aguas del diluvio
bajen y salgas del arca, para nuevamente poblar la tierra hasta que, en la
plenitud de los tiempos, Yo envíe a la Madre de Mi Hijo con Él a la tierra para
redimir a la humanidad. Y después, en el fin de los tiempos, enviaré a esos Mis
dos hijos predilectísimos para terminar con la Madre de Mi Hijo la obra de Mi
salvación.’
Por eso hijo Mío, alegre
tu corazón, porque fue también por ti y por Mi hijo Marcos Tadeo que no
exterminé de una vez por todas la raza humana. Ya que vales tanto para Mí con
tu hijo, ya que eres tan amado por Mí, exulta de alegría, vive sólo para Mí
como Job y en todo y por todo amarme como Job Me amó. Y Yo mismo te bendeciré
de una forma que no puedes imaginar y por medio de ti Yo haré prodigios para la
salvación de Mis hijos, también colmándolos con Mi Amor y con Mis Gracias.
Mi amadísimo hijo Marcos,
quédate sabiendo que por tu causa Yo bendigo este país, bendigo los cultivos y
plantaciones de tu país. Sí, verdaderamente las abundancias de las plantaciones
de tu país se deben al hecho de que estés aquí en el Brasil, de haber nacido y
de amarme aquí y amar a Mi Hija Predilectísima María. Tu obediencia a Nosotros,
tu fidelidad, tu servicio, tu dedicación, conmueven Mi Corazón y Me hacen
bendecir este país, para que él sea tan próspero tanto en las plantaciones,
tanto también en las otras actividades humanas.
Hay muchos pecados aquí
en esta nación, pero no los tomo en consideración como debería por tu causa y
los pecados de esta nación que deberían arruinar los cultivos, arruinar tantas
cosas, no hacen eso por causa de tu obediencia y fidelidad que traba el castigo
que ellos merecían. Mi hijo, si esta nación es tan próspera en tantas cosas, es
gracias a ti, por tu causa bendigo esta nación, por tu causa también bendigo
esta Ciudad y bendigo a todos cuantos se aproximan de ti.
Es bien verdad que Mis
hijos justos de este tiempo son probados como Job, pero a ellos nunca faltará
Mi Providencia si se aproximaren de ti con verdadero amor, si supiesen amar a
María Reina y Mensajera de la Paz con amor puro, filial y si también supiesen
comprender, amar y ayudar a ti en tu misión. Entonces hijo, quedes sabiendo que
gran parte de la abundancia que existe aquí en el Brasil es por tu causa que
eso sucede. Si no estuvieses aquí, si no fueses tan dedicado a María y a Mí,
¡Ay del Brasil! Sería una tierra miserable donde aparte de la violencia,
imperaría la miseria, el caos total.
Hijito, ya que eres tan
amado por Mí, sigue amándome y amando a María como has hecho con este amor
sobrenatural y pleno, que siempre tuviste por Nosotros. Ámanos con todas las
fuerzas de tu corazón. Cuanto más nos amares, más este amor recaerá sobre ti
como una lluvia de fuego ardiente que aún más abrasará tu alma y a todos
cuantos estuvieren más próximos de ti.
Hago esto para que todos
sepan cuanto Soy enamorado por ti, cuanto te amo y cuan orgulloso Yo Soy, cuan
feliz Yo Soy de ser tu Padre. Ve y sigue anunciando Nuestros Mensajes hoy,
mañana y después de mañana, para que entonces, en breve, cuando Yo venga con Mi
Hijo para renovar y restaurar todas las cosas, Yo pueda coronarte y declararte
Mi hijo delante de todas las naciones. Ve Mi pequeño profeta, Mi pequeño
Moisés, habla a las naciones, exalta Mi Nombre, Yo te amo, Yo estaré siempre
contigo y seré Yo que hablaré a Mis hijos por medio de ti.
A todos hoy en el día de
Mi fiesta abrazo y digo: ‘Este lugar sagrado es la última tabla de salvación,
la última y suprema misericordia que tengo para con ustedes. Abrácenla si no
quieren hundirse y perecer. Abracen esta gracia para que verdaderamente ustedes
puedan recibir de Mí por las manos de María, Mi Hija Predilectísima, la
salvación que para ustedes ofrezco y con tanto amor vengo aquí
proporcionarles.’
Les bendigo a todos,
bendigo especialmente a Mi hija Rafaela Bompianni y Renata Bompianni, que
dieron a Mí hoy, en el día de Mi fiesta, esta inmensa alegría, confirmando el bulto sagrado de Mi Hija María Santísima y Su Sagrada Faz. Al hacer eso,
mostraron al mundo no solamente la verdad de las Apariciones de Mi Hija María
aquí, pero también exaltaron Mi Nombre, Me glorificaron, porque Soy Yo que
envié a María aquí, fui Yo que la creé y la envié para ustedes. Entonces, en la
verdad de las Apariciones de Mi Hija aquí, Yo Soy por ellas, Yo Soy por ustedes
glorificado, y ellas al hacer eso, Me dieron una gloria suprema. A esas hijas
doy Mi bendición, prometo Mi ayuda y protección, y, sobre todo, Mi paternal
asistencia con especial solicitud.
A ellas y a todos ustedes
ahora bendigo con amor y con María: de NAZARET… de JERUSALÉN… y de JACAREÍ.”
MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Queridos hijos, hoy, día
13, cuando ustedes celebran aquí Mi fiesta, vengo nuevamente del Cielo para
decir a ustedes: ‘Soy la Reina del Rosario, recen el Rosario todos los días,
para que Yo pueda siempre más colmar y llenar los corazones de ustedes de amor,
de gracia, de plenitud de Mi Llama de Amor.’
Soy la Reina del Rosario
y a todo aquél que lo rece con amor, prometo la salvación y sus almas no
serán alcanzadas por los rayos de la Ira de Dios, pero antes, derramaré sobre
esa alma, las abundancias de las gracias del Señor.
Soy la Reina del Rosario,
por medio del Rosario, Yo impedí la Tercera Guerra Mundial de suceder en los
años 1980. Y será aún por el Rosario que Yo salvaré al mundo una última vez,
liberándolo de la dominación de Satanás y renovando el mundo entero en Mi Llama
de Amor.
Por medio del Rosario,
esparciré Mi Llama de Amor sobre toda la tierra. Acéptenla, recíbanla, espárcenla,
transmítanla: por la oración, por la palabra, por los cenáculos que Yo pedí a
ustedes que hiciesen por todas partes. Para que así, verdaderamente, Mi Llama
de Amor forme ciudadelas, forme fortalezas de amor por toda la tierra, que finalmente
cercarán el ejército de Mi enemigo y hacer su reino desmoronar como por encanto
hasta el suelo.
El mundo será vencido por
el amor, Mi enemigo será vencido por el amor, el mundo será salvo por Mi Amor
de Madre, por el amor de Dios, el amor ágape y sobrenatural. Acepten este amor,
transmitan este amor, porque será este amor que finalmente aplastará a Satanás.
Cuando Mi Hijo moría en
la cruz, daba al mundo la mayor prueba del amor ágape, el amor que se dona, que
se sacrifica y hasta muere por el ser amado. Allí cuando parecía que Él estaba
derrotado, fue que Él venció a Satanás y el infierno. Y venció por la fuerza
del amor, no por las armas, por el amor. Y es así también que el mundo ahora
será salvo: por el amor.
Mi Rosario es amor, es
amor que sube al Cielo, es amor que se esparce sobre la tierra, renovando los
corazones, convirtiendo a los pecadores. Mi Rosario es amor que sube al Cielo y
vuelve como amor en forma de gracias. Por eso, recen Mi Rosario todos los días,
para que entonces, ustedes puedan hacer finalmente Mi Amor, Mi Llama de Amor,
esparcirse en la tierra, renovar la tierra y entonces, manifestarse el triunfo
de Mi Amor en el mundo entero.
Soy la Reina del Rosario
y lo que Yo prometí a Mi hijo Domingo de Guzmán, prometo nuevamente a ustedes
ahora: ‘Aquél que Me sirva todos los días rezando Mi Rosario, no conocerá las
llamas del infierno, será colocado en medio de los Santos en el Cielo y será
declarado Mi hijo delante de Dios, de los Ángeles y de los Santos. Aquél que
rece Mi Rosario, tendrá siempre Mi materna asistencia y ayuda en la vida y en
la muerte, y será una flor luminosa que adornará Mi Trono en el Cielo.’
Recen Mi Rosario, el
secreto de la salvación de ustedes y de la humanidad, es Mi Rosario. Cuanto más
ustedes lo rezaren, más ustedes crecerán en el verdadero amor y en la santidad
que agrada a Dios.
Por fin digo: ‘Gracias
amadísimo hijo Carlos Tadeo por haber venido una vez más a consolarme y
alabarme. Quédate sabiendo hijo Mío, que cuando Yo estaba con Mi Apóstol Juan en
Éfeso, Yo estaba sufriendo mucho por ver el sufrimiento de los Apóstoles
predicando por todas partes. Veía sus persecuciones, veía los malos queriendo
matarlos. Entonces, llorando sangre, clamé a Mi Hijo Jesús para que Él no
permitiese que Su obra, Su Iglesia, la Santa Fe Católica fuese exterminada con
la muerte de los Apóstoles. Mi Hijo Jesús bajó del Cielo inmediatamente para
consolarme y entonces Me dijo: ‘Mi Madre, nada temas, tus lágrimas de
sangre, tus súplicas y tu dolor, conmovieron Mi Corazón. No sólo Mi Fe no será
extinta, como en el futuro todos estos sufrimientos Míos, tuyos y de Mis
Apóstoles, engendrarán grandes hijos, grandes almas que mucho nos amarán y nos
ayudarán a salvar almas y establecer Nuestro Reino en la tierra, sobre todo,
estos dos siervos que ves ahora.’ Y entonces, Mi Hijo Jesús mostró a Mi
hijo Marcos y Me mostró a ti, tú, Mi hijo Carlos Tadeo.
No puedes imaginar el
gran consuelo que sentí en aquella hora y entonces, Mis lágrimas de sangre se tornaron
lágrimas de luz, como el oro translúcido, como el oro brillantísimo, y
entonces, Mi Corazón fue repleto de alegría. Mi consolador, ve en frente
llevando Mis Mensajes y salvando a todos Mis hijos, tú eres el fruto de Mis
dolores y de los dolores de Mis Apóstoles. Ve en frente y honra los dolores que
te hicieron ser caballero Mío y caballero del Señor. Los dolores que te
trajeron para cerca del Cielo, para la puerta de la salvación.
Ve Mi hijo y anuncia Mis
Palabras sin miedo. Sigue amando con amor ágape a tu hijo Marcos, que es el
gran don de Mi Corazón para ti, y él también seguirá amándote con Mi Llama de
Amor, para que entonces, en el amor de él, tú sientas Mi Amor y lo cuanto es
grande el amor de Mi Hijo Jesús por ti. Coloco Mi esperanza en ti. Ve Mi hijo,
quiero que el viernes que viene, hagas el cenáculo en honra de Mi hijita
Bernadette, para que todos Mis hijos puedan no sólo amarla más, pero conocerla
más e imitar las virtudes de ella. Para que así, tornándose otras Bernadettes
en el amor a Mí, Yo pueda allá, en tu Ciudad, triunfar y hacer maravillas en
ellos como hice por medio de Mi hijita Bernadette en Lourdes.
En el último viernes de
este mes, tú descansarás. Quiero que tú tengas un día de descanso, para que
entonces, puedas con fuerzas renovadas, atacar, atacar verdaderamente el reino
de Mi enemigo infernal, derribarlo, recuperar las almas que él tomó de Mí y
traer de vuelta para Mi Corazón. Hijito, te amo tanto. En el amor de Mi hijo
Marcos, un día tú sentirás cuanto es grande la Llama de Mi Amor por ti. Por
ahora, sigue haciendo todas las oraciones que te di.
Hoy con Mis Pastorcillos
de Fátima aquí presentes, Yo te bendigo y bendigo a todos Mis hijos: de FÁTIMA…
de LOURDES… y de JACAREÍ.”
MENSAJE
DE SANTA FILOMENA
“Amados hermanos Míos, Yo,
Filomena, bendigo a todos hoy y digo: ‘Sean, sean verdaderamente topacios,
topacios bellos, topacios brillantes, que reflejen para el mundo entero la
belleza del Señor, la belleza de Nuestra Reina Inmaculada, viviendo en el
verdadero amor como Yo viví, para que entonces, todo el mundo se encante por el
Señor, ame al Señor y entregue verdaderamente todo al Señor.’
Sean topacios de amor,
viviendo todos los días en la oración, en la meditación espiritual, que forma,
que hace crecer las almas de ustedes, que embellece las almas de ustedes, para
que todos viendo y conociendo la belleza espiritual de ustedes, se enamoren por
el Señor, que así los embellezca, que así los forme, los haga crecer en el amor
y con el amor todos entreguen sus corazones al Señor y a Nuestra Reina
Inmaculada.
Sean topacios de amor,
procurando todos los días como Yo, vivir sólo de amor por Jesús, dedicarse a
Jesús, sufrir por Jesús, amar a Jesús con todas las fuerzas del corazón. Viviendo
así, haciendo así, ustedes verdaderamente serán topacios de amor como Yo, que
con su belleza, encantarán a las almas y hacer con que todas ellas también
quieran ser topacios de amor para la gloria del Señor.
Sean topacios de amor,
viviendo todos los días en la santidad, como el Señor quiere.
Prepárense para la vuelta
de Él, pues Él está a las puertas, falta apenas media hora del día del Señor
para que Él venga y para que Él inunde el mundo entero con Su Gloria. Purificará
todo el mundo por el fuego, pasará todas las naciones y cada hombre en el
fuego, y aquél que no fuere oro puro, será descartado, será lanzado fuera. Por
eso amados hermanos, sean el oro puro de la santidad y del amor a Dios, sean
topacios verdaderos de amor a Dios, para que verdaderamente, en aquel día,
ustedes puedan ser aceptos en la presencia del Señor, para por Él, ser
declarados Sus hijos.
Continúen rezando el
Rosario todos los días. No tengan miedo de nada, por fin el Corazón de Nuestra
Reina Santísima triunfará.
Amadísimo hermano Carlos Tadeo, cuanto te amo. Quédate sabiendo amado hermano Mío que, cuando Yo estaba
encarcelada en aquellos 40 días que quedé en la cárcel, cuando Mi Reina
Santísima Me apareció, Ella también Me reveló tu existencia y Me pidió que Yo
soportase firmemente todos los martirios que Me esperaban y los ofreciese por
la propagación de la fe católica, por su victoria, por la salvación de las
almas y especialmente por ti.
Mi Reina Santísima Me
declaró que Yo sería tu madre espiritual y que Yo debería tener por ti un
especial cuidado y protegerte con especial solicitud. Acepté y entonces Mi
Reina Santísima Me pidió que Yo ofreciese especialmente por ti el martirio de
las flechas. Cuando fui flechada, sin embargo, sintiese un gran dolor con las
flechas traspasando Mis órganos, Yo ofrecí todo por ti, todo por tu bien, por
tu salvación, y para que verdaderamente fueses santo, fueses colmado de todas
las gracias del Señor y de Nuestra Reina Inmaculada.
Quedes sabiendo amado
hermano Mío, que hace ya millares de años te amo y en Mis martirios te di Mi
gran prueba de amor por ti, aceptando el dolor de aquellas flechas y
ofreciéndolas todas por ti. Ya que ahora sabes que eres tan amado por Mí, nada
debes temer, porque soy verdaderamente tu amiga, tu madre espiritual, tu
abogada y Conmigo siempre, siempre tendrás protección, consolación y abrigo.
Hoy te bendigo con amor y
también te bendigo pequeñita Joyce. Ayer Genesio reveló que era el Santo
Protector de tu tío Leandro. Hoy revelo solemnemente: soy tu Santa Protectora,
invócame, ámame, recomiéndate siempre a Mí y Yo siempre te valdré y te ayudaré
con Mis gracias de amor. También soy tu Santa Protectora amadísimo Djallys.
Recurra a Mí, ven a Mí siempre y Yo siempre te cubriré con Mi Manto y Sus
gracias de amor.
A todos que están aquí y
a estos Escapularios Míos a Mí ofrecidos con tanto amor, Yo bendigo ahora: de
MUGNANO… de ROMA… y de JACAREÍ.”