Vistas a la página totales

viernes, 30 de marzo de 2018

30 de Marzo de 2018 - Mensaje de María Santísima a través del Vidente Marcos Tadeo

Jacareí, 30 de Marzo de 2018
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV mundial:

www.apparitionstv.com



VIERNES SANTO
MENSAJE DE NUESTRA SEÑORA
“Queridos hijos, Yo Soy la Señora de los Dolores. 
Soy Aquella que hoy acompañó al Hijo hasta lo alto del calvario, donde Él, clavado en la cruz, salvó a todos ustedes. 
Soy la Madre Dolorosa de Jesús. Soy la Madre Dolorosa de toda la humanidad. 
Cuánta sangre vieron Mis ojos en este día: los clavos, la corona de espinas, las llagas, la cruz… y tanta, tanta sangre.
Mi Corazón Inmaculado era traspasado continuamente por la espada de dolor profetizada por Simeón, que traspasaba sin cesar Mi alma materna, causándome un dolor tan grande y tan intenso que, si ello fuese transmitido a los hombres, mataría a todos en el mismo instante
Viví a los pies de la cruz, muriendo de dolor, sin con todo, poder morir. Allí, Yo, como Madre de los Dolores, ofrecí Mi padecer materno unido al sufrimiento de Jesús, para alcanzar para ustedes queridos hijos, la gracia de la salvación y de la redención. 
La humanidad hace milenios separada del Señor por el pecado original, no podía transponer el gran abismo que la separaba de Su Creador. Las puertas del Cielo estaban cerradas. Y entonces, la Madre del Cielo unida al sufrimiento del Hijo, como verdadera Co-Redentora de la humanidad, hoy, en este día, ofrecí al Padre el acto supremo del amor en el Hijo y con el Hijo, que abrió las puertas del Cielo y deshizo el abismo que separaba la humanidad de Su Dios. 
Soy la verdadera Co-Redentora de la humanidad. Soy la Madre de todos los hombres
A los pies de la cruz, recibí de Mi Hijo Jesús la misión de ser Madre Espiritual de toda la humanidad. Misión dolorosa, misión que Me haría sufrir hasta el fin del mundo. Pues, mientras haya un hijo Mío alejado de Dios y caído en el pecado, Mi Corazón Inmaculado jamás dejará de sufrir. 
Sufro porque a cada hora que pasa, pierdo un hijo más que se aleja de Dios y de Mí, que cae en el pecado y muere espiritualmente, tornándose así prisionero de Satanás.
Sufro porque a cada día que pasa, aumenta el número de los pecados y pecadores. Y mientras eso, el número de los que rezan, de aquellos que Me aman, de aquellos que aman a Dios, de aquellos que verdaderamente buscan la santidad, disminuye cada vez más.
Y el número de las almas electas que rezan y hacen contrapeso a la Justicia Divina con sus oraciones y sacrificios, se torna cada día menor. Y dentro de poco ya no podré más sostener el brazo de Mi Hijo que quiere punir el mundo por tantos crímenes y pecados que comete. 
Sufro porque a cada día que pasa, el número de los malos, de los injustos, de aquellos que llenan la tierra de iniquidades y de maldades, aumenta más. Y con eso, Satanás grita ‘victoria’, como señor seguro de una humanidad que él sedujo, engañó y arrastró por los caminos del pecado y de la muerte eterna. 
Y esta humanidad ahora yace cautiva, prisionera de él y cubierta de llagas profundísimas, que solamente Mi Amor de Madre puede cerrar. 
Esta humanidad se rehúsa a venir a Mí, Yo, que Soy Madre, que puede curar esas llagas con Mi Gracia y Mi Amor. Y mientras permanezca lejos de Mí, continuará llagada y cada vez más decayendo y muriendo más, hasta llegar al punto que no habrá más remedio, y entonces, caerá un gran fuego del cielo que la purificará enteramente de las llagas de sus iniquidades y locuras. 
Sufro por aquello que viene para ustedes. Sufro por aquello que espera a cada uno de ustedes en el futuro, si no se convierten Mis hijos. Deseo la conversión y la santificación de todos ustedes. 
Mi hijo Marcos dijo muy bien: ‘La conversión quita a ustedes del mundo y la santificación quita el mundo de ustedes.’ Es eso lo que Yo deseo: ‘Quiero no apenas quitarles del mundo, quiero quitar el mundo de ustedes, quiero tornarlos santos, quiero hacer con que ustedes deseen y amen solamente a Dios, y no amen nada ni fuera ni en el lugar del Señor.’
Cuando ustedes tuvieren un amor así, entonces verdaderamente serán santos y estarán preparados para el Cielo. 
Sufro porque a cada día que pasa, las almas se llenan más y más del mundo, no dejando espacio alguno para Mi Hijo Jesús, que despreciado, sufre y Yo sufro por ver a Mi Jesús, Mi Todo, Mi Tesoro y Mi Dios, despreciado por las propias criaturas que creó. Y así, Mi Corazón sangra y Yo lloro.
Sufro porque las horas pasan deprisa, los días también y ustedes continúan Mis hijos, estacionados, paralizados en el mismo lugar, sin avanzar en la santificación de ustedes y sin hacer nada para ayudarme a salvar a Mis hijos. 
Despierten de ese sueño, ayúdenme, lleven Mis Mensajes para todos Mis hijos
Por eso, deseo que ustedes den 10, 10 de cada uno de estos discos que contienen Mis Mensajes con Mi voz, hechos por Mi hijito Marcos, para todos Mis hijos. Es preciso darlos, es preciso intentar salvar todavía un pequeño número de almas, para que se complete por lo menos un tercio de la humanidad Mis hijos. 
Trabajen trabajadores de la última hora, vayan, lleven Mi Palabra a todos Mis hijos, consuelen Mi Corazón y el Corazón de Mi Hijo Jesús, llevando Mis Mensajes a todos, antes que sea demasiado tarde. 
Una espada de dolor profunda se clava cada día más en Mi Corazón, por ver que se aproximan los castigos, mientras ustedes duermen y se divierten, y por eso Yo lloro. 
Lloro porque hablo y no soy oída. 
Lloro porque doy señales y no soy creída.
Lloro porque manifiesto Mi gran dolor en Mis Apariciones y no soy creída. 
Lloro porque a través de Mis videntes hago todo para salvar a Mis hijos y ellos pisan en Mi Amor y en Mis esfuerzos de Madre y no hay quién Me consuele y Me ayude. 
Ayúdenme Mis hijos, ayúdenme, ayúdenme a salvar a ustedes. Yo ya estoy salva, no preciso de salvación. Estoy haciendo todo para que todos se salven, ayúdenme a salvar a Mis hijos. Ayúdenme a salvar a ustedes mismos. Y en el Cielo, Mi hijo les dará una gran recompensa, un gran galardón, por haber ayudado a salvar a tantas almitas que, sin el ‘Sí’ de ustedes, sin el trabajo asiduo, continuo y perseverante de ustedes, haciendo Mis cenáculos por todas partes y divulgando Mis Mensajes, no se salvarán. 
Den hoy el ‘Sí’ de ustedes a Mí y a Mi Hijo. Entonces, ustedes quitarán, bajarán a Mi Hijo Jesús de la cruz y Él vendrá a vivir, reposar, amar, operar y hacer maravillas en las vidas y en los corazones de todos ustedes. Y entonces, Mi Corazón Inmaculado finalmente triunfará y seré consolada. 
Gracias a todos los que vinieron hoy en el día de Mi gran dolor a consolarme. 
A los que usan el Escapulario Rojo de la Pasión de Mi Hijo Jesús, rezan la Coronilla de Mis Dolores, rezan la Coronilla de Mis Lágrimas, a los que rezan la Coronilla de la Pasión y de las Santas Llagas de Mi Hijo, la Coronilla de la Misericordia y también el Vía Crucis, doy ahora la Indulgencia Plenaria
También a todos los que todos los años vienen a consolarme aquí, doy esa Indulgencia, y digo: ‘Gracias por haber venido a consolarme’. La Madre del Cielo agradece, bendice y abraza a cada uno de ustedes. 
A partir de ahora la Madre del Cielo se dirige al vidente, a los postulantes de la Orden de los Esclavos de Amor y a Carlos Nunes
Y bendice también a ti Mi amadísimo hijito Marcos. Muchas gracias a ti y a Mis pequeñitos postulantes que quedaron hasta las cuatro de la mañana contigo, trabajando para terminar los vídeos de Mis Mensajes. 
Ustedes Me consolaron tanto. Ustedes quitaron Mis hijos 870.000 espinas de Mi Inmaculado Corazón. Muchas gracias. 
Ustedes dieron a Mí y a Mi Hijo Jesús en esta noche de la Pasión, la mayor consolación posible, la consolación del amor, del amor de obras, de las obras de amor. Gracias. 
Gracias también a ti Mi amadísimo hijito Carlos Tadeo, por haber viajado nuevamente esta longuísima distancia para estar aquí Conmigo estos días. 
Las espadas de dolor ya comenzaron a salir de Mi Corazón, las espinas ya comenzaron a salir de Mi Inmaculado Corazón porque estás aquí. 
Mamá te ama mucho. Mamá está muy feliz por verte aquí. Y hoy en el día de Mi gran dolor, tú eres el gran himno de amor, la gran rosa mística de amor, que exhala el perfume más puro y más bello para consolar y cerrar las heridas de Mi Inmaculado Corazón.
A pesar de estar llorando hoy, soy consolada por Mis hijos, soy amada por el ‘Sí’ de Mi hijito Carlos Tadeo, soy consolada por él, consolada por Mi hijito Marcos que, esta semana, trabajó tanto, dejando incluso de almorzar y cenar para hacer los vídeos de Mis Mensajes como Yo mandé para mantenerse en la obediencia verdadera a Mí. 
También soy consolada por Mis postulantes que, dejándose guiar dócilmente por Mi hijo Marcos e imitando la llama de amor de él por Mí, también trabajaron intensamente para ayudarlo a terminar esos vídeos para Mí, con los cuales haré grandes conversiones, afervoraré a muchos corazones con la llama del verdadero amor por el Señor y por Mí.
A ellos y a todos Mis hijos divulgadores que trabajan para tornar Mis Mensajes más conocidos, obedecidos por todos y Mi Corazón Inmaculado más consolado. Ahora a todos solemnemente bendigo: de JERUSALÉN… de FÁTIMA… y de JACAREÍ.”
Después de tocar y bendecir los sacramentales:

(María Santísima): “Conforme ya dije: ‘Adonde quiera que unos de estos rosarios y escapularios lleguen, allí Yo estaré viva, llevando las grandes gracias del Señor.’
Mis hijos, recen el Rosario todos los días. 
Continúen en el camino de la oración, de la penitencia, de la santidad. 
Amen a Mi Hijo Jesús con todas las fuerzas de sus corazones. 
Desvíense del mal y prepárense para el triunfo de Mi Inmaculado Corazón rezando mucho. Pues, las horas llegan y en breve, sonará Mi hora y la gran serpiente infernal caerá por tierra aniquilada y Mi Corazón brillará con gran esplendor y Mi Poder, finalmente entonces expulsará las tinieblas de la humanidad y Mi Llama de Amor triunfará en el mundo entero. 
Apresúrense, apresúrense, pues, Mi tiempo se agota. Mi tiempo en la tierra, Mis Apariciones se agota. 
Apresúrense, ayúdenme, santifíquense, para que en fin, Yo pueda conducirlos y llevarlos hasta Dios. 
A todos Yo bendigo con amor ahora una vez más y dejo Mi paz.”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario