Jacareí, 31 de Marzo de 2018
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SÁBADO SANTO
(Marcos): “Sí… sí… sí, sí lo haré. Sí haré, Mi Madre. Sí
haré mi Amor del Cielo. Haré muchos más, muchos. Sí haré…”
MENSAJE DE MARÍA REINA Y MENSAJERA DE LA PAZ
“Queridos hijos, hoy, ustedes Me contemplan en Mi gran
Soledad, en Mi gran Dolor Materno, cuando quedé sin Mi Hijo Jesús.
En los otros dolores Yo sufría, pero estaba con Mi Hijo,
hoy, quedé sin Mi Hijo en triste soledad.
En aquel día que fue de tanto sufrimiento para Mí,
Lágrimas de Sangre incesantemente bajaban de Mis Ojos. Y uní Mi Dolor Materno
al gran Sufrimiento realizado por Mi Divino Hijo en la Cruz ofreciéndolo para
la Salvación de todos ustedes, de toda la humanidad.
En aquel día, en aquel día Mi gran Dolor, Mis Lágrimas
eran recogidas por Mis Ángeles de la Guarda y eran llevadas hasta la Presencia
del Eterno Padre, para que unidas a los méritos infinitos de la Pasión de Mi
Hijo, pudiesen terminar de ofrecer a Él la reparación debida por todos los pecados
de la humanidad. Y sobretodo, por el pecado de Nuestros primeros padres,
impetrando también que el Padre aplicase los méritos de esa copiosa Redención
de Mi Hijo en la humanidad ya redimida por Él, y en fin, liberarla de la
esclavitud del pecado y de Satanás.
Mi Dolor Materno generó entonces, el nuevo tiempo de la
Gracia para la humanidad que se extiende hasta los días de hoy. Tiempos, en que
la Misericordia Divina llueve sobre toda la tierra y para todo aquel que la
quiere, que la desea, esta Misericordia se ofrece, se da abundantemente y sin
límites.
En aquel día, Yo la Madre de la Soledad ofrecí por
ustedes el mérito inmenso de Mis Lágrimas de Sangre, para alcanzar para ustedes
la aplicación de la copiosa Redención de Mi Hijo, para ayudar a todos, a todos
en caminar para la Eternidad, para el Cielo, para la Salvación.
Soy la Madre del Dolor y de la Soledad, que en ese día
pasado todo en oración y en vigilia satisfacía por todos ustedes Mis hijos.
Ofreciendo Mi gran padecer materno unido al de Mi Hijo, para que la copiosa
Redención se derramase sobre toda la humanidad, sobre todos los hombres hasta
el fin del mundo llevando a todos los hombres a la Salvación, al Cielo, a su
Dios de la Salvación y de la Paz.
Todavía hoy, Soy la Madre del Dolor y de la Soledad,
porque muchos hijos Míos Me abandonan, prefiriendo el pecado, prefiriendo a
Satanás, prefiriendo los placeres del mundo.
A pesar de todo lo que sufrí para ayudar a salvar a
todos, Mi sufrimiento es despreciado, Mi inmenso padercer materno es olvidado y
pisoteado. Y los hombres continúan caminando en la senda vertiginosa de Su
Condenación. Es por eso que Yo vengo a pedir a ustedes Mis hijos, que sean los
nuevos Juanes que velan junto a Mí en la oración, para ayudarme a conseguir
todavía una vez para la humanidad, que la copiosa Redención de Mi Hijo, se
derrame en forma de un gran Milagro que deberá renovar toda la faz de la Tierra
en el triunfo de Mi Inmaculado Corazón.
Esta humanidad llagada, desfigurada por el pecado debe
ser curada por un milagro de Amor Misericordioso del Señor y de Mi Corazón
Inmaculado. Para alcanzar eso, pido que se unan a Mí como los nuevos Juanes y
junto a Mí en la oración, en la vigilia, en la intercesión, en el sacrificio,
Me ayudan a alcanzar este Milagro de Gracia para tantos hijos Míos que corren
el riesgo de perderse eternamente.
Si ustedes hicieren eso, entonces verdaderamente
disminuirán Mi Soledad, y Yo entonces ya no seré más la Madre de la Soledad,
pero la Madre Consolada, la Madre de la Consolación que siempre más es
consolada, es amada, es ayudada por Sus hijos a conseguir el Gran Milagro de la
Salvación y de la transformación del mundo.
Soy la Madre que está al lado de cada hijo que sufre, de
los afligidos, de los angustiados, de los enfermos, de los perseguidos, de los
incomprendidos, de los rechazados, de los abandonados. Estoy al lado de cada
hijo Mío que sufre a cada lágrima, cada gemido es recogido por Mi Corazón
Inmaculado y es unido a Mis Lágrimas de Madre. Y todo ofrezco al Padre para que
en Mis Manos se torne un gran poder impetratorio para conseguir del Padre el
Gran Milagro de transformación del mundo, del Triunfo de Mi Corazón Inmaculado
y el apresuramiento de los Nuevos Tiempos de Paz que deseo ardientemente traer
para todos ustedes hijitos Míos.
Soy la Madre que está al lado de todos los que viven
solitos, de todos los que en su soledad no son amados por nadie, no son
ayudados por nadie.
Allí estoy Yo, como Madre amorosa, solícita, tierna y
dulce para consolar a Mis hijos, para ayudarlos y amarlos. Y para unir su gran
sufrir a Mi sufrir, para alcanzar para el mundo la Gracia de la transformación
y de la liberación del gran yugo satánico
que ahora domina todas las cosas. Y también, para alcanzar el término de la
gran Tribulación que llegó para todos y que cargó a todos con cruces
pesadísimas en estos tiempos.
Yo, la Madre de Dolor y de la Soledad, estoy al lado de
la soledad de cada uno de Mis hijos, para ayudarlos a atravesar este tiempo
difícil y llegar seguramente al Cielo, a la Salvación, a la Tierra Prometida y
definitiva que el Padre prepara para todos Sus hijos.
Sí, Soy la Madre del Dolor y de la Soledad, que todavía
hoy repite la misma canción: CONVIÉRTANSE! CONVIÉRTANSE SIN DEMORA! Pues el
tiempo se acaba y en breve Mi Hijo estará delante de todos ustedes sobre las
nubes del Cielo. Y pedirá cuentas a cada uno de todos sus actos, del bien que
hubieran hecho, del mal que hubieran hecho y también del bien que no hicieron.
Sí, pedirá frutos y ay de los árboles estériles, serán cortados y quemados en fuego
que nunca se apagará.
No deseo Mis hijos eso para ustedes, por eso, como Madre
y como Amiga les pido: ¡CAMBIEN! ¡Ustedes pueden cambiar! Mi Hijo en la Cruz
consiguió para ustedes todas las Gracias para que ustedes sean salvos, para que
ustedes sean Santos. ¡Por eso, cambien! Recen mucho, pidiendo a Jesús la fuerza
interior para que ustedes puedan mejorar y cambiar. No desanimen cuando ustedes
tuvieren flaquezas, pero recen más, porque con la oración ustedes vencerán y
llegarán seguramente al Cielo”.
(Ahora María Santísima se dirige únicamente al Sr. Carlos
Tadeo, padre espiritual del vidente Marcos y al postulante de portugués Luis Miguel)
“Amadísimo hijito Carlos Tadeo, muchas gracias por haber
venido una vez más a consolarme en estos días de la Semana Santa. Tú, con tu
venida aquí, con tu oración, con tu cariño junto a Mí, con el sacrificio hecho
para estar aquí, tú tocaste el Corazón de Jesús de nuevo. Y Mi Hijo Jesús
canceló seis Castigos que deberían atingir seis regiones diferentes de la
Tierra.
Ve hijito Mío, cuanto Mi Hijo te ama y cuanto es grande
el Poder que tú tienes sobre el Corazón de Él para conseguir Gracia y
Misericordia, no sólo para tu ciudad pero para muchas regiones del mundo.
¡Continúa! Continúa viniendo aquí para consolarnos.
Continúa haciendo los cenáculosque haz hecho, pues
verdaderamente ha salvado a muchas almas. Sí, Mi hijo. Cada cenáculo que haces
desprende tanta luz, tanta luz, que esa Luz penetra en el Purgatorio y lleva
muchas almas con ella para el Cielo.
Esa luz se difunde sobre la Tierra paralizando a los
demonios que tientan a las almas. Esa luz ofusca y ciega a Satanás. Continúa
haciendo los Cenáculos, Mi hijito.
Mamá ama tanto los Cenáculos que tú haz hecho. Y eso por
eso que quiero que también en los próximos dos meses hables mucho, mucho a Mis
hijos de Mi Aparición en Bonate. Porque Mis hijos precisan conocer Mis Pedidos
de Bonate, precisan convertirse, precisan tornarse santos.
Sobretodo, las familias precisan tornarse santas y muchos padres precisan comprender que muchas
enfermedades y problemas que sus hijos tienen son debidos a los pecados de
ellos. Si ellos se convirtieren sus hijos sanarán y muchos hijos también serán
salvos.
La llave es la conversión, la llave de la felicidad es la
oración y la conversión de los padres. Así, los hijos serán felices, los hijos
serán salvos.
Es preciso que tú hables de eso. Ve, y muestra a ellos Mi
Aparición, y en cada Cenáculo también, pasa por lo menos 3 de Mis Mensajes en
Vídeo que tu hijo hizo.
Ah, estos Mensajes Me tocan tanto. Finalmente tengo Mi
Sueño Materno realizado. Puedo a través de Mi Faz de Amor, puedo a través de Mi
Voz de Amor, hacer con que todos Mis hijos sientan Mi Amor. Sientan Mi Cariño,
sientan la Preocupación que tengo por ellos, sientan Mi Dolor, y sientan la
necesidad de amarme, de consolarme, y de decirme ‘Sí’.
Ve Mi guerrero, porque eres Mi última esperanza. Sí, con
Mi hijito Marcos tú eres Mi última esperanza.
No Me decepciones, no Me abandones, se que que no lo
harás. Pero te pido Mi hijo: ¡Ve adelante! Salva a Mis hijos juntamente con el
hijo que te di, y persevera en Mi Amor porque Yo cuido de ti mientras tú cuidas
de Mí. Yo Soy la Madre que nunca duerme, que nunca dormita y está siempre
atenta, siempre vigilante, vigilándote, guardándote y te digo: ¡Por fin,
Conmigo, tú triunfarás!
Yo estoy contigo y nunca te dejaré. Gracias por haber
venido. Quédate sabiendo, que en el día de Mi Soledad, en el Día de Mi gran
Soledad en el Sábado Santo, el Padre Me mostró a ti en Visión muchas y muchas
veces durante el día. Fue lo que Me impidió de morir de dolor y de añoranza de
Mi Hijo Jesucristo. La visión de su futura obediencia, de su futuro amor por
Mí, Me impidió de morir de Dolor, Me impidió de morir de tristeza.
Gracias hijito por ser el consolador de Mi Corazón, por
haber sido en aquel día, y por ser hoy. Porque hoy, Yo continuo siendo la Madre
de Dolor y de la Soledad, abandonada por tantos de Mis hijos que Me dejan para
ir buscar su voluntad en los placeres y en las cosas mundanas.
Y tú, tal como aquella vez, Me consolaste místicamente,
ahora, Me consuela realmente, físicamente, con tu amor, con tu oración, con
obediencia a Mí. ¡Gracias! Mamá te bendice ahora dejando caer sobre ti globos y
piedras de luz.
Amadísimo hijo Luis Miguel, muchas gracias también
hijito, por haber venido de tan lejos, de Portugal, para estar toda esta Semana
Conmigo aquí y con Mi hijito Marcos.
Gracias, por haber ayudado a Mi hijo Marcos a hacer los
Vídeos de Mis Mensajes esta semana. Tú quitaste 240.000 espinas de Mi
Inmaculado Corazón.
Ah, no puedo decir cuanto Me consolaste, allí, trabajando
el día entero con Mi hijito Marcos, hasta la madrugada. En el último día Yo
estaba allí, Yo estaba mirándote. Y mientras tú trabajabas Yo lloraba por ver
un hijo tan dedicado, trabajando para Mí juntamente con Mi hijito Marcos.
¡Gracias! Te amo, te amo mucho hijito. Y no sabes lo
cuanto deseo que tú estés aquí Conmigo para siempre, para siempre.
Te amo mucho, mucho. Y ahora Mamá también te bendice.
Gracias hijitos por haber venido. Gracias por haberme
consolado y consolado a Mi Hijo. Recen Mi
Rosario todos los días. Con ello, ustedes cada vez más se tornarán Llamas
Incensantes de Amor, y todas las Gracias que ustedes precisan serán dadas a
ustedes.
Es imposible que un devoto de Mi Rosario se pierda. Por eso,
recen, recen y recen con Amor. Cuiden de Mis Mensajes, cuiden de la Obra de
Salvación de la Madre del Cielo, divulgando Mis Mensajes y Yo cuidaré de los
familiares de ustedes.
A todos, Yo bendigo con amor: de FÁTIMA… de MONTICHIARI…
de LA CODOSERA… y de JACAREÍ.”
(María Santísima después de tocar y bendecir los Rosarios y Sacramentales
dijo:)
“Conforme ya dije: Adonde quiera que uno de estos
Rosarios, Cuadros lleguen, allí estaré Yo viva llevando las grandes Gracias del
Señor. A todos bendigo y nuevamente dejo Mi Paz.”