APARICIONES
DE POITIERS
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Una de las
misiones del vidente Marcos Tadeo, establecido por el Cielo, es hacer resucitar
y sacar del olvido varias Apariciones, Revelaciones y Mensajes auténticos transmitidos
por Jesús, María y José a varias almas escogidas en diferentes épocas.
Una de estas
maravillosas historias están contenidas en las Manifestaciones Celestes que ha
recibido la Hermana, Sor Josefa Menéndez desde el año 1920 hasta el año 1923,
sobre los Misterios del Sagrado Corazón de Jesús.
Fue una orden
expresa de Nuestro Señor Jesús a su siervo y esclavo Marcos Tadeo, que diera a
conocer lo más rápido posible los Mensajes dados a Sor Josefa. Desde entonces
en el Santuario de Jacareí es divulgado mucho en los Rosarios Meditados y Horas
de Oración grabados en CD’s las revelaciones que ha recibido esta alma
privilegiada.
Meditemos con
atención los Mensajes dados en las Apariciones de Jacareí sobre estas
Apariciones y Mensajes dados a la hermana Sor Josefa Menéndez.
Parte del Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo dado en el
día 09/03/2001
“…Deseo
también que den atención a Mis Llamados hechos a través de Mi Sierva Josefa
Menéndez”
“Marcos,
Mi amado, escribe la palabra: J O S E F
A… y después escribe: M E N E N D E
Z.
Ella
no fue todavía reconocida y ni elevada al honor de lo altares, porque la
generación homicida de ustedes; mata, silencia y calla la voz de Mis Profetas,
e incluso los sotierra debajo de la indiferencia e impiedad increíbles, a la
que llegó esta generación. Pero, Yo quiero y haré con que Josefa, Aquella que
tanto se humilló en Mi Presencia, en su vida terrena, sea elevada y puesta bien
alto, en la Iglesia y en el mundo, y todos puedan Glorificar Mi Misericordia
que derribó los poderosos y elevó la humilde Jovencita española, e hizo de Ella
Mi Testimonio de Amor, en el inicio del Siglo que pasó.
¡Ah,
Marcos! Imita a Josefa, y di a todos que hagan lo mismo, sobretodo, imiten su
sumisión a Mi Voluntad Adorable; su aceptación plena del sufrimiento, su vida
secreta, llevada en el escondimiento y el secreto del interior del corazón; su
mansedumbre, su fe operosa, su amor ardiente por Mí y por Mi Madre.
Ah!
Como quiero que hayan nuevas ‘Josefas’, en el Brasil y en el mundo entero.
Mi
Madre te dio la misión de quitar del olvido ‘Nuestras Apariciones y Mensajes’
pisoteados por la humanidad, y ahora, Yo te doy la misión de revelar Mis
Llamados y a Josefa Menéndez al Brasil y al mundo, que los ignoran.
¡Deprisa
hijo! Da a conocer a tu pobre mundo y País, Mis Llamados y la Vida de Mi Sierva
Josefa. Te seré eternamente agradecido, si retirares más esta ‘espada’ de Mi
Sagrado Corazón, y Me ayudares a llevar la Cruz que llevo solito y Me enjugares
la Faz, en la ‘senda larga’ del Vía Crucis de Mis Obras Providenciales,
rechazadas por los hombres…”
***
“Marcos, Mi Amor, Yo, José, vengo una vez más a
decirte: ¡Grandes son los Designios del Altísimo sobre ti!
A ti fue confiada la Gran Revelación de la
Devoción a Mi Corazón, que es la parte final de la Revelación Triple de la
Devoción a Nuestros Tres Corazones Unidos en el Amor, en el Dolor y en la
Gloria, que fue iniciada con Margarita María Alacoque; continuada con Luis Grignon de Montfort; con las Apariciones de Fátima; a Josefa Menéndez
(1890-1923); Berta Petit (1870-1944), Consolata Betrone (1903-1946); y ahora,
finalmente, después de Montichiari y Bonate, con estas Apariciones de Jacareí,
donde Nosotros lanzamos la más intensa Luz de la historia humana en esta
Devoción a Nuestros Corazones, esta Verdadera Devoción a Nosotros alcanzará su
pleno apogeo. [08/07/2006,
Mensaje de San José]
Y en las Apariciones
de Jacareí, también la propia Sor Josefa nos transmitió un hermosísimo Mensaje
en el Aniversario n° 21 de las Apariciones de Jacareí con fecha del 07/02/2012, en aquella ocasión Aparecieron
Nuestra Madre Santísima junto con su hija predilectísima, Josefa Menéndez, y
ella nos ha dicho estas bellas palabras y consejos espirituales:
MENSAJE DE LA HERMANA SOR JOSEFA
MENENDEZ
(Vidente del Sagrado Corazón de Jesús)
“¡Marcos amado de Mi
Corazón! Mis hermanos amados que en este día, hoy están aquí con MARIA SANTÍSIMA LA
REINA Y MENSAJERA DE LA PAZ conmemorando los 21 AÑOS DE SUS
MENSAJES.
Yo, JOSEFA MENENDEZ,
Soy muy feliz por poder estar aquí en ese día tan Bendito, para Bendecirles,
para colmarles con las Gracias que el Señor Me otorgó a Mí para derramar sobre ustedes.
En este día en que los Santos del Cielo, en que los Serafines y los Ángeles del
Cielo, los Santos del Paraíso y todas las almas Bienaventuradas estremecen,
exultan de Amor y Alegría.
Yo seguí a Nuestro
Señor y a la Virgen María por el Camino estrecho, apretado, difícil que lleva
al Cielo, el Camino de la Cruz, pero que es el único Camino que conduce
verdaderamente a la Vida Eterna y a la Paz. Y vengo a invitarles a seguir
Conmigo por esta vía, renunciando cada vez más al mundo, a sí mismo y
respondiendo al llamado del Eterno Amor que se deja encontrar por ustedes hoy aquí
como nunca antes en toda la historia de la humanidad después de que el Verbo
subió al Cielo.
¡Sigan por el camino estrecho, de la Oración, de la
Penitencia, de la Conversión, de la búsqueda incesante de la Gracia de Dios, de
la Santidad, de Su Voluntad, de Su Amor, para que cada vez más en sus almas
Reine Cristo, Reine la Trinidad Santa, Reine la Gracia de DIOS y el pecado sea
cada vez más desterrado de su corazón, de sus almas, de todo su ser y así
ustedes puedan crecer todos los días como las flores más bellas para la Mayor
Gloria del Señor!
Sigan por el camino estrecho, de la Penitencia,
huyendo de las ocasiones de caer en pecado mortal, de la renuncia a sí mismo y
del desprecio al mundo como las cosas vanas e ilusorias, glorias y alegrías,
para seguir Conmigo con todos los Santos del Cielo, el Camino del Amor
Perfecto, de la generosidad, de la inmolación de sí mismo al Padre por la
Salvación de toda la humanidad, y, sobre todo siguiéndome por el Camino del
ejercicio y de la práctica de todas las Virtudes, especialmente del AMOR, de la
BONDAD, de la GENEROSIDAD, de la PUREZA, de la DOCILIDAD INTERIOR, para que así
todos los días sus almas cuales jardines floridos y perfumados puedan hacer
desabrochar todas las flores de las Virtudes para de nuevo tornar este mundo
que se transformó en un pantano de pecado y de maldad nuevamente en un jardín
de belleza, de Gracia y de Santidad.
Síganme por el camino del Amor a Jesús Crucificado, abrazando por Amor de
Jesús todas las cruces que ÉL permite en sus vidas como Yo misma hice, uniendo sus
sufrimientos a los de ÉL, a los de la Señora de los Dolores y de San José, para
así alcanzar la Conversión de tantos pecadores endurecidos que sin este
Ofrecimiento de Vida de cada uno de ustedes jamás se salvaría. Así, podremos
salvarlos, reconducirlos al Camino de la Santidad y del Amor y así alcanzar
para tantas almas que corren el riesgo de condenarse, la Gracia de la
Salvación, la Gracia de la Santificación.
Yo, JOSEFA, estoy con ustedes
todos los días de sus vidas. ¡Les Amo mucho! Y nunca les abandono. Estoy
siempre con ustedes y especialmente en la HORA DE LOS SANTOS estoy muy cerca de ustedes
para recoger su Oración, para recoger su sufrimiento, para recoger todas las
súplicas de sus almas y presentarlas a DIOS unidas a las Mías para alcanzar
superabundante Gracia para ustedes!
Yo pongo ahora Mi
Manto sobre ustedes y les cubro, especialmente a ti Marcos también te cubro con
Mi Manto de Luz, para guardarte, protegerte, bendecirte e incluso hacer con
todos ustedes que son parte preciosa del EJÉRCITO DE LA MADRE DE DIOS, de los TRES
SAGRADOS CORAZONES, que son una porción predilectísima del rebaño de la Divina
Pastora, que en estos tiempos en el mundo entero reúne Sus ovejas, las ovejas
de la Verdad para conducirlas por el Camino de la Salvación, de la Santidad,
del Bien y de la Paz.
LAS ALMAS QUE ACOGEN
LOS MENSAJES QUE EL CIELO AQUÍ DA, SON OVEJAS DE LA VERDAD, SON OVEJAS DEL
SEÑOR. AQUELLAS QUE NO ACOGIEREN SON OVEJAS DEL DIABLO, EN VERDAD NI OVEJAS
SON, SON LOBOS VORACES QUE CON SU PERFIDIA SOLO SIRVEN, SOLO VIVEN, SOLO
TRABAJAN PARA PODER MATAR LAS OVEJAS DE LA MADRE DE DIOS Y DEVASTAR SU REBAÑO.
HUYAN DE TODOS
AQUELLOS QUE NO TIENEN LA VERDADERA DEVOCIÓN, EL VERDADERO AMOR A MARÍA
SANTÍSIMA, UN AMOR, UNA DONACIÓN SEMEJANTE AL QUE MARCOS TIENE PARA CON ELLA,
AL SÍ QUE ÉL DIO A ELLA.
PUES TODOS AQUELLOS QUE NO AMAN ASÍ A LA MADRE DE DIOS, NO SON DE DIOS, NO SON
HIJOS DE LA MUJER VESTIDA DE SOL, MAS SI HIJOS DE LA SERPIENTE INFERNAL.
POR ESO MIS HERMANOS,
SIGAN ADELANTE EN ESA NUEVA FAZ DEL PLAN DE MARÍA SANTÍSIMA CON AMOR Y
CONFIANZA! USTEDES AÚN HARÁN COSAS GRANDIOSAS POR ELLA, REALIZARÁN COSAS POR
ELLA QUE JAMÁS USTEDES PENSARON HACER, CONQUISTARÁN MUCHAS ALMAS Y CORAZONES
PARA EL EJÉRCITO DE LA MADRE DE DIOS.
¡POR ESO ADELANTE!
¡SIN MIEDO YO ESTOY CON USTEDES Y LES ACOMPAÑO CON MI INTERCESIÓN Y CON MI
PROTECCIÓN SIEMPRE!
A todos, a Marcos Mi
hermano más querido y amado que tanto divulgó Mi vida, los Mensajes que el
Señor Me confió resucitando todo aquello que la humanidad y los hombres
ingratos e impíos sepultaron en el olvido.
¡Y a todos ustedes
que también ayudan a Marcos a divulgar los Mensajes que Nuestro Señor Me dio,
en este momento Bendigo generosamente con todo Mi Amor!
Biografía
de Sor Josefa Menéndez
Recibió mensajes
dictados por Nuestro Señor Jesucristo en el convento de la Sociedad del Sagrado
Corazón de Jesús en Les Feuillants, en Poitiers, Francia, entre 1920 y 1923.
Jesús pidió el 13 de Noviembre de 1923: "deseo que hagan conocer Mis Palabras. Quiero que el mundo entero Me conozca como Dios de amor, de perdón y de misericordia. Yo quiero que el mundo lea que deseo perdonar y salvar... Mis Palabras serán luz y vida para muchísimas almas ".
Jesús pidió el 13 de Noviembre de 1923: "deseo que hagan conocer Mis Palabras. Quiero que el mundo entero Me conozca como Dios de amor, de perdón y de misericordia. Yo quiero que el mundo lea que deseo perdonar y salvar... Mis Palabras serán luz y vida para muchísimas almas ".
En Sus Mensajes, Jesús
dice: “Amor busco, amo a las almas y deseo ser correspondido. Por eso Mi Corazón está herido, porque
encuentro frialdad en vez de amor. Yo
soy todo Amor y no deseo más que amor.
¡Ah! Si las almas supieran cómo
las espero, lleno de misericordia! Soy
el Amor de los amores… Tengo sed de que
las almas se salven… ¡Que las almas
vengan a Mí!... ¡Que las almas no tengan
miedo de Mí!... ¡Qué las almas tengan
confianza en Mí!”
El Libro que contiene los Mensajes y las Revelaciones a Sor Josefa se titula "Un Llamamiento al Amor". Fue traducido a varios idiomas.
El Papa Pío XII (en aquel momento Cardenal Eugenio Pacelli) dio su bendición a la primera edición.
El Papa Pío XII (en aquel momento Cardenal Eugenio Pacelli) dio su bendición a la primera edición.
Josefa Menéndez nació en en Madrid, España, el 04 de
Febrero de 1890, en un lugar modesto pero muy cristiano, bien pronto visitado
por el dolor. La muertes de su padre, dejó a la
jovencita como único apoyo de su madre y dos hermanas, a las que
sostenía con su trabajo. Josefa era una hábil costurera, conoció las privaciones
y preocupaciones, el trabajo asiduo y las vigilias prolongadas de la vida
obrera, pero su alma enérgica y bien templada vivía ya del amor del Corazón de
Jesús, que le atraía a sí irresistiblemente.
Durante mucho tiempo
deseó la vida religiosa, sin que se le fuese dado romper los lazos que la unían
al mundo; su trabajo era necesario a los suyos y su corazón, tan amante y tan
tierno, no se resolvía separarse de su madre, que a su vez creía no poder vivir
sin el cariño y el apoyo de su hija mayor.
Un día sin embargo, el
divino llamamiento se hizo irresistible, exigiendo los mayores sacrificios.
El 05 de Febrero de
1920, Josefa dejaba a su hermana ya en edad al cuidado de su madre y abandonaba
su casa y su patria querida, para seguir más allá de la frontera a Aquél cuyo
amor divino y soberano tiene derecho a pedírselo todo.
Sola y pobre se
presentó en Poitiers, en el convento del Sagrado Corazón de los Feuillants,
santificado en otros tiempos por la estancia en él de Santa Magdalena SofíaBarat.
Allí se había reanudado
hacía poco la Obra de la Santa Fundadora y a su sombra florecía de nuevo un
Noviciado de Hermanas Coadjutoras del Sagrado Corazón.
Nadie pudo sospechar
los designios divinos que ya empezaban a ser realidad.
Sencilla y laboriosa,
entregada por completo a su trabajo y a su formación religiosa, Josefa en nada
se distinguía de las demás, desapareciendo en el conjunto. El espíritu de
mortificación del cual estaba animada, la intensa vida interior que practicaba,
y una sobrenatural intuición en cuanto a su vocación se refería, llamaba la
atención de algunas personas que la trataron con más intimidad.
Pero las gracias de
Dios permanecieron ocultas a cuantas la rodeaban, y desde el día de su llegada
hasta su muerte, logró pasar desapercibida, en medio de la sencillez de una
vida de la más exquisita fidelidad.
Y en esta vida oculta,
Jesús le descubrió su Corazón: “Quiero, que seas el Apóstol de Mi Misericordia.
Ama y nada temas. Quiero lo que tú no quieres. Pero puedo lo que tú no puedes.
A pesar de tu gran indignidad y miseria, me serviré de ti para realizar Mis
designios.”
Viéndose objeto de
estas predilecciones divinas y ante el mensaje que debía transmitir, la humilde
Hermanita temblaba y sentía levantarse gran resistencia en su alma.
La Santísima Virgen María
entonces fue para ella la Estrella que la guía por el camino seguro, y encontró
en la Obediencia su mejor y único refugio, sobre todo, al sentir los embates
del enemigo de todo bien, a quien Dios dejó tanta libertad.
IMAGEN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN ANTE LA CUAL JOSEFA MENENDEZ HIZO LA PROFESIÓN DE SUS VOTOS RELIGIOSOS |
Su pobre alma
experimentó terribles asaltos del infierno, y en su cuerpo llevó a la tumba las
huellas de los combates que tuvo que sostener. Con su vida ordinaria de trabajo
callado, generoso y a veces heroico, ocultaba el misterio de su gracia y de
dolor que lentamente consumía todo su ser.
Cuatro años bastaron
al Divino Dueño para acabar y perfeccionar su Obra en Joseda, y confiarle sus
deseos. Como Él había dicho, llegó la muerte en el momento señalado, dando
realidad a sus palabras: “Como eres Víctima por Mí escogida, sufrirás y abismada
en el sufrimiento morirás.”
Mensajes del Sagrado Corazón de
Jesús
y de María Santísima a Sor Josefa Menéndez
25 de Agosto de 1920
“Déjate en Mis
Manos... No Me importan tu pequeñez y tu flaqueza; lo que pido es que Me ames y
que lo ofrezcas todo para consolar Mi Corazón. Quiero que sepas cuánto te amo y
qué tesoros te reserva Mi amor”.
“Quiero que descanses
sin miedo en Mi Corazón. Míralo y verás que ese fuego es capaz de consumir todo
lo imperfecto que hay en ti. Abandónate a Mi Corazón y no pienses más que en
darme gusto”.
“Quiero que Me lo
ofrezcas todo, aún lo más pequeño, para compensar el dolor que Me causan las
ofensas de las almas”.
8
de Septiembre de 1920
“Nada temas... No me
abandones. ¡Son tantas las almas que huyen de Mí! Déjame, al menos, morar en la
tuya y complacerme en ella”.
4
de Octubre de 1920
Jesús muestra Su
Corazón herido a Sor Josefa y dice:
“Mira en qué estado
las almas infieles dejan Mi Corazón... Ignoran el amor que les tengo; por eso
Me abandonan. Pero tú, ¿no querrás cumplir Mi Voluntad?”
7
de Noviembre de 1920
Jesús dice a Sor
Josefa:
"Guarda para Mí
solo ese corazón que te he dado, y no busques en todo más que amar. Mi Corazón
Se abrasa y arde en deseos de consumir a las almas en el amor".
8
de Noviembre de 1920
“No Me resistas,
humíllate, que Yo te buscaré en tu nada para unirte a Mí”.
19
de Noviembre de 1920
"Un solo acto de
amor, cuando te sientes desamparada, repara muchas ingratitudes de otras almas.
Mi Corazón los cuenta y los recoge como bálsamo precioso".
29
de Noviembre de 1920
“¿No sabes que Soy el
dueño de tu corazón y de todo tu ser?”
26
de Enero de 1921
“El alma que ama desea
sufrir, y el sufrimiento aumenta el amor. El amor y el sufrimiento unen el alma
estrechamente con Dios hasta hacerla una misma cosa con El”.
6
de Febrero de 1921
“Estas heridas Me las
causa el desamor de los hombres que, como locos, corren a su perdición”.
8
de Febrero de 1921
“¡Cuántas almas se
condenan! Pero un alma fiel repara y obtiene misericordia para muchas
ingratas”.
9
de Febrero de 1921
“El amor que tengo a
las almas es tan grande, que no puedo contener la llama de Mi ardiente
caridad”.
12
de Febrero de 1921
Sor Josefa escribe: me
hallaba ante el Sagrario en oración y empecé a pedir por mi madre y mis
hermanas. Me llegué a entristecer por ellas y pensaba lo que haría si estuviese
a su lado... Confieso que en aquel momento no contaba bastante con Dios. De
pronto se presentó Jesús, con el Corazón abrasado lleno de majestad, y en tono
de reprensión me dijo:
-tú sola, ¿qué podrías
hacer?
Y señalándome Su
Corazón:
-fija Aquí tu mirada.
Y se fue.
20
de Febrero de 1921
Durante la Santa Misa,
después de la Consagración, Jesús se presenta hermosísimo a Sor Josefa, y le
dice:
“Dime, Josefa, ¿qué Me
vas a ofrecer por las almas que te he confiado? Colócalo en la Llaga de Mi
Corazón para que reciba un valor infinito”.
21
de Febrero de 1921
“Te quiero tan
olvidada de ti misma y tan abandonada a Mi Voluntad que no te pasaré la más
mínima imperfección sin avisarte. Debes tener siempre presente tu nada y Mi
Misericordia. Sabré sacar tesoros de tu humildad: no lo olvides”.
24
de Febrero de 1921
“Mañana ofrecerás a Mi
Padre todas tus acciones, unidas a la Sangre que derramé en Mi Pasión.
Procurarás no perder un momento la presencia Divina, alegrándote, en cuanto te
sea posible, de lo que hayas de sufrir. Piensa todo el día en las almas... en
los pecadores... Tengo sed... sí, tengo sed de almas”.
24
de Febrero de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“El mundo no conoce la
Misericordia de Mi Corazón. Quiero valerme de ti para darla a conocer... Te
quiero Apóstol de Mi bondad y de Mi Misericordia”.
14
de Marzo de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Recuerda que tu nada
es el imán que atrae Mis miradas”.
15
de Marzo de 1921
Acabando de comulgar y
pidiendo una vez más perdón a Nuestro Señor, pasó, como un relámpago, por
delante de Sor Josefa y le dijo: “El amor todo lo borra”.
17
de Marzo de 1921
“Aquel día te llamé y,
desde entonces, no te he abandonado ni un momento. Te he cuidado con amor y no
me he separado de ti. ¡Cuántas veces hubieras caído a no haberte sostenido Yo!
Hoy te digo de nuevo: quiero que seas Mía... que Me correspondas... que Me seas
fiel...”.
“Yo haré todo el
trabajo, tú nada tienes que hacer sino amar y abandonarte. No te importe tu
nada, ni tu debilidad, ni aún tus caídas. Mi Sangre todo lo borra. Bástate a ti
saber que te amo. Abandónate”.
22
de Marzo de 1921
“¿No sabes lo que está
escrito en el Santo Evangelio? Pedid y recibiréis”.
23
de Marzo de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa: “Hay almas cristianas y muy piadosas, detenidas por un afectillo, un
apego, que les impide correr por el camino de la perfección. Si otra alma
ofrece sus obras y sacrificios, uniéndolos a mis méritos infinitos, les alcanza
que salgan del estado en que están y adelanten en la virtud”.
“Otras almas viven en
la indiferencia o en el pecado, ayudadas del mismo modo, recobran la gracia, y
se salvan. Otras, y no tan pocas, viven obstinadas en el mal y ciegas en su
error. Se condenarían, pero las súplicas de un alma fiel consiguen que la
gracia toque, al fin, su corazón. Y si su flaqueza es tan grande que han de
volver a caer en su vida de pecado, me las llevo a la eternidad, y así las
salvo”.
26
de Marzo de 1921
Rogaba yo al Señor que
me diese la fuerza de vencerme, pues no sé todavía humillarme como El
quisiera”.
Jesús dice a Sor
Josefa:
“No te apures, Josefa;
si llenas un vaso de agua y echas en él una piedrecita, saldrá un poco de agua.
Echas otras y sale un poco más. Pues así, a medida que Yo voy entrando en tu
alma te vas desocupando de ti, pero esto se hará poco a poco”.
29
de Marzo de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Mi Corazón encuentra
consuelo perdonando. No tengo más deseo que perdonar, ni mayor alegría que
perdonar. Cuando, después de una caída, un alma vuelve a Mí, es tan grande el
consuelo que me da, que casi resulta para ella un beneficio, porque la miro con
particular amor”.
3
de Abril de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa acerca de Su Sagrado Corazón:
“Toma este Corazón y
ofrécelo... Con El, puedes pagar todas tus deudas”.
6
de Abril de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Es tanto lo que Me
agrada un alma cuando se abandona a Mí de verdad, que aunque esté llena de
imperfecciones y miserias hago de ella un cielo donde me deleito en morar. Yo
mismo te diré lo que Me impide trabajar en tu alma para realizar Mis designios”.
7
de Abril de 1921
Sor Josefa pide a
Jesús que le enseñe a humillarse y abandonarse como El desea. Jesús responde:
“Puedes humillarte de
varias maneras: adorando la Voluntad Divina que, a pesar de tu indignidad, se
quiere servir de ti para extender Su Misericordia. También, dando gracias de
que, sin merecerlo, te he colocado en la Sociedad de Mi Corazón. No te quejes
nunca de esta gracia”.
13
de Mayo de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Mi Corazón nunca
niega el perdón al alma que su humilla y, sobre todo, entiéndelo bien, Josefa,
si lo pide con verdadera confianza. Yo haré un gran edificio sobra la nada, es
decir, sobre tu humildad, tu abandono y tu amor”.
17
de Mayo de 1921
La Santísima Virgen
dice a Sor Josefa:
“¿Cómo no te he de
amar, hija mía? Por todas las almas ha derramado mi Hijo Su Sangre. Todas son
mis hijas. Pero cuando Jesús fija los ojos en un alma, yo pongo en ella el
corazón".
18
de Mayo de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Si tú eres un abismo
de miseria, Yo soy un abismo de bondad y Misericordia... Mi Corazón es tu
refugio”.
25
de Mayo de 1921
La Santísima Virgen
dice a Sor Josefa:
“Hija mía, arroja
todas tus miserias en el Corazón de Jesús, ama al Corazón de Jesús, descansa en
el Corazón de Jesús, sé fiel al Corazón de Jesús”.
3
de Junio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Si me quieres
consolar, has de trabajar para acercar a Mi Corazón un alma muy querida. Forma
desde ahora la intención y ofrece todas tus obras. Besa el suelo para adorar Mi
Sangre pisoteada y ultrajada por esta alma a quien tanto amo”.
3
de Junio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Recuerda Mis palabras
y ten fe. El único deseo de Mi Corazón es aprisionarte y anegarte (sumergirte)
en Mi amor, hacer de tu pequeñez y flaqueza un canal de misericordia para
muchas almas que, por tu medio, se salvarán. Más tarde te descubriré los
secretos amorosos de Mi Corazón y eso te servirá para hacer mucho bien a un
gran número de almas. Deseo que escribas y guardes cuanto Yo te diga. Todo se
leerá cuando estés en el Cielo. Quiero servirme de ti, no por tus méritos, sino
para que se vea cómo Mi poder se sirve de instrumentos débiles y miserables”.
13
de Junio de 1921
La Santísima Virgen
dice a Sor Josefa:
“Líbrate de estas tres
cosas que es por donde el enemigo de las almas te quiere hacer caer:
-No te dejes llevar de
los escrúpulos que te presenta, para que dejes la comunión.
-Cuando mi Hijo te
pide un acto de humildad o cualquier otra cosa, hazlo con mucho amor, diciendo
muchas veces: `Jesús mío, veis lo que me cuesta, pero antes que yo sois Vos´.
-Si el enemigo te
sugiere que la confianza con la Madre Superiora te resta del cariño que debes a
Jesús, no le hagas caso”.
14
de Junio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Cuando tomes
alimento, haz cuenta que a Mí me das ese refrigerio; y así, en todo aquello en
que puedas encontrar alguna satisfacción”.
14
de Junio de 1921
Sor Josefa vio a Jesús
en la Capilla con Sus Manos y Pies lastimados. Tres veces dijo el Señor a Sor
Josefa: “Ofrece por esta alma la Víctima Divina al Eterno Padre… Ofrece la
Sangre de Mi Corazón”.
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Durante la noche
puedes descansar en Mi Corazón. El recogerá los latidos del tuyo como otros
tantos deseos de amarme y consolarme...”.
“Humíllate hasta el
polvo, pero a la humildad añade la confianza y el amor. Hazlo todo por amor,
mirando siempre lo que por amor He sufrido por las almas”.
“Hazlo todo con mucha
sumisión, viendo en todo Mi voluntad”.
“No te separes un
momento de Mi lado”.
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Deja obrar a Mi amor,
que no quiere otra cosa que rodearte y consumirte. El amor te despojará de ti
misma... No te dejará pensar más que en Mi gloria y en las almas”.
14
de Junio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Durante la oración,
colócate a Mi lado en Getsemaní y participa de Mi angustia, ofreciéndote al Padre
como víctima, dispuesta a sufrir todas las penas de que eres capaz”.
14
de Junio de1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Durante la Misa,
presenta a Mi Eterno Padre esta alma que quiero salvar, para que El derrame
sobre ella la Sangre de la Víctima que se está inmolando. Cuando comulgues,
puedes ofrecer todo el valor que tienes a tu disposición, para satisfacer su
deuda”.
14
de Junio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Cuando despiertes,
entra en seguida en Mi Corazón y ofrece a Mi Eterno Padre todas las acciones de
este nuevo día, unidas a las palpitaciones de Mi Corazón. Une tus movimientos a
los Míos, es decir, como si ya no fueses tú misma, sino Yo el que obrase en
ti”.
20
de Junio de 1921
Mientras Sor Josefa
ofrecía a Jesús el alimento que ella tomaba, Jesús le dice:
“Sí… Dame de comer,
que tengo hambre… Dame de beber, que tengo sed… Ya sabes tú de qué tengo hambre
y sed… Es de almas, de esas almas que tanto quiero. ¡Dame de beber!”
La Santísima Virgen
María dijo a Sor Josefa:
“Este dolor que
sientes es una centella del Corazón de mi Hijo. Cuando lo sientes muy fuerte,
cuida de ofrecerlo con mucho amor, porque eso quiere decir que un alma hiere a
Jesús en aquel momento. No tengas miedo de sufrir: es un tesoro para ti y para
las almas”.
23
de Junio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“En la Hora Santa
presentarás a Mi Eterno Padre el alma de este pecador. Recuérdale la agonía que
por ella padecí en Getsemaní. Ofrécele Mi Corazón y une tus sufrimientos a los
Míos… Estos sufrimientos no son nada en comparación del gozo que me dará esta
alma, cuando, arrepentida, se acerque a Mi Corazón”.
30
de Junio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa mostrándole Sus Llagas:
“Mira Mis Llagas,
adóralas… Bésalas. No son las almas, no, que Me han puesto en este estado… es
el Amor. Es el amor de predilección que tengo a Mis almas… y el amor compasivo
que siento por los pecadores. ¡Si ellos lo supieran!... La mayor recompensa que
puedo dar a un alma es hacerla víctima de Mi amor y de Mi misericordia, porque
la hago semejante a Mí que soy Víctima Divina por los pecadores”.
1
de Julio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Une sin cesar tus
actos a los Míos y sigue ofreciendo a Mi Padre la Víctima Divina… Su Sangre”.
1
de Julio de 1921
La Santísima Virgen
María dice a Sor Josefa:
“Adora la Sangre Divina
de Jesús, hija, y pide con gran fervor que se derrame sobre esta alma para que
la ablande, la perdone y la purifique”.
3
de Julio de 1921
Sor Josefa describe la
visión que ha tenido del Corazón de Jesús rodeado de espinas, con puntas
agudísimas que se Le clavaban dentro y cómo de cada una brotaba Sangre.
Jesús dice entonces
acerca de las almas que Le ocasionan todo este sufrimiento: “todo esto y mucho
más ha sufrido Mi Corazón. Pero también encuentro almas que se unen a Él (Mi
Corazón) y Me consuelan por las que de Mí se apartan”.
8
de Julio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa: “Mira Mi Corazón, es todo Amor y ternura… Pero hay almas que no lo
conocen”.
8
de Julio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa refiriéndose a dos almas que El le confía:
“Mira cómo traspasan
mi Corazón… Cómo desgarran Mis Manos”.
9
de Julio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Josefa, esta alma Me
ha dado ya lo que Me negaba. Pero la otra está muy cerca de su perdición, si no
quiere reconocer su nada. Ofrécete a fin de alcanzar perdón para ella. Cuando
un alma comete grandes pecados, pero después se humilla, saca ganancia. Mas la
soberbia es lo que más enoja a Mi Padre… La detesta con odio infinito. Busco
almas que se humillen y reparen su soberbia… Ofrécete sin cesar para reparar la
soberbia de esta alma. No me rehúses nada. Yo soy tu fortaleza”.
12
de Julio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“La soberbia la ciega
(a esta alma)… Olvida que Soy su Dios y ella sin Mí es nada. ¿Qué importa subir
aquí en la tierra? Póstrate ante Mi Padre Celestial y ofrece la humildad de Mi
Corazón. No olvides que sin Mí el alma es un abismo de miseria. Yo levantaré a
los humildes. No Me importan sus miserias ni sus caídas… Quiero humildad y
amor”.
22
de Julio de 1921
La Santísima Virgen
María dice a Sor Josefa:
“Has de sufrir por las
almas, has de ser tentada, porque el demonio quiere, a todo trance, quebrantar
tu fidelidad. Pero ten valor”.
22
de Julio de 1921
La Santísima Virgen
María dice a Sor Josefa:
“Hija de mi Corazón,
vengo a sostenerte porque soy tu Madre. No, no es inútil lo que estás
sufriendo… Por este acto (tuyo) de humildad (y por tu) miedo de una tentación
tan fuerte, expías el orgullo de esta (otra) pobre alma; la tentación que
sufres y vences, disminuye la de aquella”.
25
de Julio de1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Yo jamás falto a Mi
Palabra”.
26
de Julio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“He escogido nueve
almas para esa empresa (de atraer a Su Corazón una Comunidad que se ha
alejado). Ahora estoy contigo; luego te dejaré para ir con otra (de estas
almas). Así, es siempre una esposa Mía la que Me da consuelo. Es verdad que
muchas Me martirizan y son ingratas, pero también hay muchas en las que puedo
descansar y que son Mi delicia”.
Jesús dice a Sor
Josefa acerca ella y ocho almas que deben atraer a Su Corazón una Comunidad que
se ha alejado: “Quiero, no sólo que
acerquéis estas almas a Mí, sino que expiéis por ellas, a fin de que no queden
en deuda alguna delante de Mi Padre”.
Jesús dice a Sor
Josefa que vuelva a sus quehaceres habituales, y luego: “Trabaja en Mi
compañía”.
26
de Julio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Has de atraer a Mi
Corazón una Comunidad que se ha alejado… Es una comunidad tibia y relajada…
Quiero que Mis esposas vuelvan aquí” –y mostraba Su Corazón--. “Haz todo lo que
te indiqué para aquel pecador. Ofrece la Sangre Divina: Nada hay de tan alto
precio”.
27
de Julio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Nada hay de tanto
valor como sufrir en unión con Mi Corazón”.
27
de julio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Vengo a descansar en
ti… Olvídate de ti misma y consuélame; quiero que Me ames de tal modo y con tal
ardor que no te acuerdes de ti para nada y Yo solo ocupe tus pensamientos y
deseos. No temas sufrir. Bastante poderoso Soy para cuidar de ti”.
“Besa Mis Manos y Mis
Pies y repite Conmigo: `Padre Mío, ¿no es de bastante valor la Sangre de
Vuestro Hijo…? ¿Qué más queréis? Su Corazón… Sus Llagas… Su Sangre… todo El se
ofrece a Vos por la salvación de estas almas”
La Santísima Virgen
dice a Sor Josefa:
“Hasta mañana quiero
que pongas todo tu interés en salvar una hija a quien amo singularmente. Es un
alma que Jesús eligió para El… Le dio una vocación religiosa pero la ha perdido
por su infidelidad. Mañana ha de morir y lo que más me apena es que se ha
quitado mi escapulario… ¡Qué alegría tendrá mi Corazón de Madre si esta hija no
se condena!”
29
de Julio de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Repite Conmigo:
`Padre Eterno, mirad estas almas bañadas con la Sangre de Vuestro Hijo, víctima
que se ofrece sin cesar; esa Sangre que purifica, consume y abrasa. ¿No tendrá
eficacia bastante para ablandar estas almas?´… Sí, quiero que vuelvan a Mí, que
se abrasen en ardor amoroso, como Yo Me consumo por ellas en doloroso Amor”
Jesús dice a Sor
Josefa, con tristeza:
“¡Si conocieran las
almas Mi deseo ardiente de comunicarme a ellas por amor! Pero, ¡qué pocas lo
entienden y cómo hieren Mi Corazón!... Yo Soy la única felicidad de las almas.
¿Por qué se apartan de Mí?”
30
de Julio de 1921
Sor Josefa pide por un
alma que necesita fuerza. Jesús responde:
“Si no la encuentra en
Mi Corazón, ¿dónde la encontrará? El amor da la fuerza, pero el alma ha de
olvidarse de sí misma".
30
Julio, 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Cuando un alma
consagrada tiene la desgracia de caer, Yo la levanto; no tiene ella que hacer
más que humillarse y amar. Nada me importa su miseria, si su único deseo es
darme gloria y consuelo. A pesar de su pequeñez, alcanza muchas gracias para
otras almas… Yo me deleito en la humildad, y ¡a cuántas almas consagradas aleja
de Mí el orgullo! Quiero que tu celo y tus sacrificios atraigan a Mi Corazón
muchas almas, las Mías en especial. Que el deseo de verme amado te consuma y
que tu amor sea Mi consuelo”.
“Cuando un alma desea
ser fiel, Yo la sostengo en su debilidad y sus mismas caídas mueven a obrar con
mayor eficacia Mi bondad y Mi misericordia. Pero es preciso que el alma se
humille y se esfuerce, no para hallar su propia satisfacción sino para darme
gloria".
3
de Agosto de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“El pecador que tanto
me hacía sufrir ya está en Mi Corazón… Quiero que se convierta pronto. ¿Quieres
sufrir por él? Ofrécelo todo por esta intención”.
El
14 de Agosto Jesús le dice a Sor Josefa:
“Sobre aquel pecador
He alcanzado completa victoria. Ahora Me consolará. Yo le amaré y él Me amará…
Y tú ¿Me amas? Tengo sobre ti designio s de amor. No Me niegues nada”.
5
de agosto de 1921:
“No encontrarás
felicidad fuera de Mi Corazón”.
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Deseo ardientemente
que Me amen… Si las almas supieras qué exceso de amor siento hacia ellas, no
podrían resistir. Por eso corro tras ellas y no perdono medio para atraerlas a
Mí”.
“Yo Soy todo Amor y Mi
mayor deseo es ser amado, ¿por qué soy tan mal correspondido?”.
5
de Agosto de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Todos los días,
después de comulgar, repite con todo el fervor que puedas estas palabras:
`Corazón de mi Jesús: que el mundo entero se abrase en Vuestro amor”.
5
de Agosto de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Quiero que te
consumas en Mi Amor. Ya te he dado a entender que no encontrarás felicidad
fuera de Mi Corazón. Quiero que Me ames, pues tengo sed de amor; que ardas en
deseos de verme amado, y que tu corazón no se alimente más que de este deseo”.
26
de agosto de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Es tanto Mi amor
hacia las almas, que Me consume el deseo de su salvación. ¡Cuántas se pierden y
cuántas esperan sacrificios para salir del estado en que se encuentran! Pero
aún tengo muchas que son del todo Mías… Una sola de ellas obtiene perdón para
muchas frías e ingratas”.
“Consuélame, ¡hay
tanta frialdad en las almas! ¡Cuántas se precipitan, ciegas, en el abismo…! Si
no encontrara almas que Me consuelan y muevan Mi misericordia, no podría
detener Mi justicia”.
“Permanece hoy más
unida a Mi Corazón a fin de reparar por muchas almas”.
1
de Septiembre de 1921
La Santísima Virgen
María dice a Sor Josefa:
“Mira hija mía, cuanto
más te pida Jesús, más debes alegrarte… El que contempla un cuadro muy bien
pintado, no es el pincel lo que admira, sino la mano del pintor. Así tú,
Josefa, aun cuando realizaras grandes cosas, no debes atribuirte nada a ti
misma, pues es Jesús quien obra en ti, y quien se sirve de ti. Da gracias sin
cesar a Dios, que tan bueno ha sido contigo. Sé muy fiel, así en lo grande como
en lo pequeño. No mires si te cuesta. Obedece a Jesús, obedece a las Madres
[del convento], sé muy humilde y deja lo demás. Jesús se encarga de tu
pequeñez, y tú sabes que yo soy tu Madre”.
8
de Septiembre de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“No te ocupes más que
de amarme: el amor te dará fortaleza”.
13
de Septiembre de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Hay ahora un alma que
me hace sufrir mucho y vengo a consolarme en ti… ¡Pobre alma! ¡Cómo se pone al
borde del abismo!”
La noche del 25 de
septiembre Jesús le anuncia a Sor Josefa:
“Aquella alma ya la
hemos ganado”.
25
de Septiembre 1921
Jesús dice a Sor
Josefa: “No te aflijas por tu miseria, Mi Corazón es el trono de la
misericordia, donde los más miserables son mejor recibidos, con tal que ellos
quieran perderse en este abismo de amor. Porque eres pequeña y miserable, he
fijado en ti Mis ojos. Yo soy tu fortaleza… Ahora vamos a conquistar otras
almas, pero antes, descansa un poco en Mi Corazón”.
3
de Octubre de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Quiero enseñarte a
conocer los gustos más delicados de Mi Corazón… Quiero estés siempre muy atenta
para no desperdiciar ocasión alguna de humillarte y siempre que puedas elegir
entre sacrificarte o no, prefieras el sacrificio”.
3
de Octubre de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“No te vayas a
descansar con una falta en tu alma: mira que te lo encargo mucho. Si cometes
una falta, repárala enseguida… deseo que tu alma brille como el cristal. Si
vuelves a caer, no te turbes, porque la turbación y la inquietud apartan al
alma de Dios”.
3
de Octubre de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“¡Si las almas religiosas
supieran cuánto las amo y cómo me hieren su frialdad y tibieza! No acaban de
conocer a dónde va a parar el no hacer caso de faltas ligeras. Empiezan por una
pequeñez y terminan en la relajación. Hoy se conceden un gusto, mañana dejan
pasar una inspiración de la gracia y, poco a poco, sin darse cuenta, se van
enfriando".
3
de Octubre de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Te quiero muy
pequeña, muy humilde y siempre sonriente; sí, quiero que vivas alegre, aún
siendo para ti misma un verdugo. Escoge lo que más te cueste, pero con gozo.
Sírveme en paz y alegría: así honrarás Mi Corazón”.
3
de Octubre de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Te quiero santa, muy
santa, y no lo serás por otro camino si no es el de la obediencia y la
humildad. Te enseñaré todo esto poquito a poco. Dos cosas te encargo
especialmente para que las tengas siempre ante tus ojos y las grabes en tu
corazón:
Primero, que si he
fijado en ti Mi mirada es para que brille más Mi poder, levantando un gran
edificio sobre la nada.
Y segundo, que si te
quiero por la derecha y tú quieres ir por la izquierda, tu perdición es
segura”.
21
de Octubre de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Vengo porque Me has
llamado”.
Josefa le pregunta qué
ha de hacer para reparar y Jesús le contesta:
“¿Qué has de hacer?
Amar… amar… amar…”
22
de Noviembre de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“He hecho contigo una
alianza de amor y misericordia. El amor no se cansa. La misericordia no se
agota”.
20
de Octubre de 1921
La Santísima Virgen
María, llena de ternura, dice a Sor Josefa sumergida en una dura lucha de
varios días de tribulación: “No temas sufrir. ¡Cuántas almas se han acercado al
Corazón de Jesús en estos días de tentaciones!”
22
de Noviembre de 1921
Jesús, señalando Su
Corazón encendido, se empezó a abrir la Herida y le dijo a Sor Josefa:
“Mira cómo Mi Corazón
se consume de amor por las almas. Así quiero que tú también te abrases en
deseos de su salvación. Entra en este Corazón, y unida a El, repara… Sí,
tenemos que reparar. Yo soy la Gran Víctima; tú una víctima pequeñita, que
uniéndote a Mí, puedes ser del agrado del Padre”.
26
de Noviembre de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Te he dejado
descansar un poquito, Josefa; ahora déjame que descanse en ti. Deseo darte Mi
cruz unos momentos, ¿la quieres? ¡Hay tantas almas que Me abandonan y tantas
que se pierden! Y lo más triste es que a muchas las he colmado de dones y he
fijado en ellas los ojos; en cambio, Me corresponden unas con frialdad y muchas
con ingratitud. ¡Qué pocas son, qué pocas, las que me devuelven amor por amor!”
28
de Noviembre de 1921
Cuando Jesús le pide a
Sor Josefa que reparen juntos, ella le confiesa ser poca cosa. Jesús le
responde: “No mires tu poquedad, Josefa, mira la omnipotencia de Mi Corazón que
te sostiene. Soy tu Fortaleza y el reparador de tu miseria. Yo te daré fuerza
para sufrir todo lo que deseo que sufras”.
28
de Noviembre de 1921
Jesús dice a Sor
Josefa: “Déjame descansar en ti… Repara las ofensas con las que las almas
afligen Mi Corazón. ¡Cuántas de Mis escogidas no son lo que debieran ser!”
14
de Febrero de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa: “Si tú tienes hambre de recibirme, Yo también tengo hambre de que Me
reciban mis almas. ¡Es tanto el consuelo que encuentro entrando en su corazón!”
18
de Febrero de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Quiero que tu alimento
sea: amor y humildad, y no olvides que has de vivir abandonada a Mi Voluntad y
siempre alegre, porque Mi Corazón cuida de ti con inmensa ternura”.
Sor Josefa se lamenta
de no saber vencerse y que está llena de miedo, porque no corresponde a Su
bondad, y Jesús le contesta:
“No temas, échate en
Mi Corazón, déjate guiar y esto basta”.
19
de Febrero de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa después de la Elevación en la Misa, mostrándole Sus Llagas
resplandecientes de luz:
“Aquí traigo a Mis
almas para que se purifiquen y se abrasen. Aquí encuentran la verdadera paz y
Yo espero encontrar en ellas el verdadero consuelo”.
Sor Josefa le pregunta
que cómo podemos consolarle, estando tan llenos de miserias y debilidades.
Jesús respondió, señalando Su Corazón:
“No Me importa, con
tal que vengan a Mí llenas de amor y confianza. Yo puedo suplir todo lo que les
falta”.
23
de Febrero de 1922
En la cercanía de los
días de Carnaval, en que el desenfreno de las pasiones multiplica, como en
ninguna época del año, las ofensas a Dios, Jesús dice a Sor Josefa:
“Quisiera estar un
poquito contigo… Ama, Josefa; el amor consuela, el amor se humilla, el amor lo
hace todo. En estos días en que tanto se Me ofende, quiero que seas Mi Cireneo:
Me ayudarás a llevar la cruz. Es la cruz del amor… La cruz del amor a las
almas. Tú Me consolarás y los dos sufriremos por ellas”.
Al día siguiente, la
Santísima Virgen confirma esta petición de su Divino Hijo:
“Sí, hija mía, si eres
dócil y generosa, serás el consuelo de Su Corazón y del mío; Jesús será glorificado
en tu miseria…”. Posando la Virgen su mano en la cabeza de Sor Josefa, añade:
“Mira cómo ofenden y ultrajan a Jesús los mundanos. No desperdicies la menor
ocasión de reparar y ofrecerlo todo por las almas. Sufre con gran amor”.
25
de Febrero de 1922
Se acercan los días de
Carnaval. Sor Josefa encuentra a Jesús en el oratorio cargando con la Cruz. El
Señor le dice:
“Consuélame, Josefa,
porque las almas Me crucifican de nuevo. Mi Corazón es un abismo de dolor. Los
pecadores Me pisotean y Me desprecian. Nada hay para ellos menos digno del amor
que Su Creador”.
Por la noche, pasadas
las diez, Jesús vuelve con una Cruz muy pesada, la corona de espinas y
ensangrentada Su Divina Faz. Jesús dice a Sor Josefa:
“Mira cómo estoy.
¡Cuántos pecados se cometen! ¡Cuántas almas se pierden…! Vengo a buscar alivio
en estas almas (del Convento) que no viven más que para consolarme”.
Jesús se queda unos
instantes en silencio, con las Manos juntas. Está muy triste, pero muy hermoso.
Sus Ojos hablan más que Sus Labios. Después agrega:
“Muchas almas corren a
su perdición y Mi Sangre es inútil para ellas. Pero las almas que aman se
inmolan y se consumen como víctimas de reparación, atraen la misericordia de
Dios. Esto es lo que salva al mundo” (es la cooperación de las almas al
Sacrificio de Jesús).
nota del traductor: “El Señor se mostraba
a Sor Josefa como revestido actualmente del dolor de los pecados de hoy.
Sabemos que Su Santa Humanidad Gloriosa ya no puede sufrir. Pero actuaba
delante de ella, como lo hizo con Santa Margarita María, los sufrimientos que
Le causaban en Su Pasión los pecados y las ofensas de ahora. Josefa discernía
muy bien los consuelos que su participación en los dolores de Jesucristo habían
proporcionado a Su Corazón, ya que en la obra de Su Pasión todo le estaba
presente”.
26
de Febrero de 1922
Sor Josefa pregunta a
Jesús cómo puede ella reparar la ingratitud de los pecadores puesto que El
conoce su pequeñez, y Jesús le responde: “Entra en Mi Corazón. Aquí hallarás
fortaleza para sufrir. No pienses en tu pequeñez. Poder tiene Mi Corazón para
sostenerte. Es tuyo; ofrécelo al Padre Celestial… No vivas más que esta vida
que es vida de amor, de sufrimiento y de reparación”.
26
de Febrero de 1922
A causa de los días de
Carnaval, Jesús dice a Sor Josefa:
“Vengo a refugiarme
aquí, porque lo que son las murallas para una ciudad, eso son las almas fieles
para Mi Corazón. Me defienden y Me consuelan. El mundo corre a su perdición.
Busco almas que reparen tantas ofensas, pues Mi Corazón se consume en deseos de
perdonar. Sí… perdonar a Mis amados hijos por los cuales derramé toda Mi
Sangre… ¡Pobre almas! ¡Cuántas se pierden! ¡Cómo se precipitan en el infierno…!
Pero no temas; si no te apartas de Mí, serás fuerte con Mi misma fortaleza y Mi
poder será tu poder”.
26
de Febrero de 1922
Jesús se presenta a
Sor Josefa durante la Misa, mostrando Su Corazón, hermosísimo; muy encendido,
parecía el sol. El Señor le dice:
“Este Corazón es el
que da vida a las almas. El fuego de Su amor es más fuerte que la indiferencia
y la ingratitud de los hombres. Este Corazón es el que da impulso a las almas
escogidas, para consumirse y morir, si es preciso, para probarme Su amor… Los
pecadores Me llenan de amargura. ¿No querrás reparar su ingratitud, tú que eres
víctima de Mi amor?”
27
de Febrero de 1922
Jesús ora junto a Sor
Josefa. Ella lo ve con Sus Manos juntas, Sus Ojos levantados al Cielo y Su
silencio; todo en El habla de Su Divina y constante ofrenda al Padre Celestial.
El Señor dice luego a Sor Josefa:
“Di a las Madres (del
Convento) que esta casa es para Mí un jardín de delicias. Aquí vengo a buscar
consuelo cuando los pecadores Me hacen sufrir. Diles que soy el Dueño de esta
casa y que es un refugio amado donde descansa Mi Corazón… No busco ni deseo
grandes cosas. Lo que pido, lo que Me consuela, es el amor que mueve a obrar.
Sí, es el amor, sólo amor… y ese amor Me lo dan Mis almas”.
27
de Febrero de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa: “Un grupito de almas fieles alcanza misericordia para un gran número de
pecadores. Mi Corazón no puede permanecer insensible a tantas súplicas… Buscaba
quién Me consolara y lo encontré”.
27
de Febrero de 1922
A causa de los días de
Carnaval, Jesús dice a Sor Josefa: “¡Cómo Me ofenden las almas!, pero lo que
más Me duele es que ellas mismas se precipitan ciegamente a su perdición. Ya
puedes comprender cuánto sufro al ver cómo se pierden tantas almas que Me han
costado la vida. Este es Mi dolor: que Mi Sangre sea inútil para ellas. Vamos
los dos a reparar y desagraviar a Mi Padre Celestial”.
1
de Marzo de 1922
Jesús, con Su Divina
Faz ensangrentada, continúa diciendo a Sor Josefa el Miércoles de Ceniza:
“Pide perdón por los
pecados del mundo. ¡Cuántos pecadores!... ¡Cuántas almas perdidas! Y almas que
Me conocen, que Me amaron un día, pero hoy prefieren el goce y el placer. ¿Por
qué así Me maltratan? ¿No les he dado pruebas bastantes de Mi amor? Y ellas
correspondieron, pero ahora Me ponen debajo de sus pies… se burlan de Mí… Mis
designios sobre ellas se frustran… ¿Dónde hallaré consuelo?”
1
de Marzo de 1922
Jesús se presenta a
Sor Josefa el Miércoles de Ceniza, con Su Divina Faz ensangrentada y le dice:
“No hay una sola
criatura en la tierra tan despreciada y ultrajada como Yo. ¡Pobres pecadores!
Les he dado la vida y ellos buscan darme la muerte. Estas almas que tan caro Me
costaron no sólo Me olvidan, sino que llegan a convertirme en objeto de burla y
desprecio. Tú, Josefa, ven, acércate a Mí… descansa en este Corazón y participa
de Su amargura… Consuélame… Amame… Mira que son muchas las almas que Me llenan
de dolor; repara por las que deberían hacerlo y no lo hacen”.
1
de Marzo de 1922
El Miércoles de
Ceniza, ante la expresión de dolor de Jesús en cuanto a que El es muy poco
amado e incluso despreciado, Sor Josefa le contesta que en esa casa (el
Convento) y en todas partes hay muchas almas que Lo aman. El Señor responde:
“Sí; pero quisiera
aquellas (las que Le aman poco y Le desprecian)… ¡Las amo demasiado para
dejarlas!”
Sor Josefa se ofrece
por ellas de nuevo, con la intención de hacerlo hasta que ellas se
arrepintieran, y Jesús le dijo, varias veces:
“Recoge la Sangre que
derramé en Mi Pasión. Pide perdón por el mundo entero, por estas almas que
conociéndome Me ofenden… Y ofrécete para expiar tantos pecados”.
1
de Marzo de 1922
Jesús se presenta a
Sor Josefa el Miércoles de Ceniza, con Su Divina Faz ensangrentada y le dice:
“No hay una sola
criatura en la tierra tan despreciada y ultrajada como Yo. ¡Pobres pecadores!
Les he dado la vida y ellos buscan darme la muerte. Estas almas que tan caro Me
costaron no sólo Me olvidan, sino que llegan a convertirme en objeto de burla y
desprecio. Tú, Josefa, ven, acércate a Mí… descansa en este Corazón y participa
de Su amargura… Consuélame… Amame… Mira que son muchas las almas que Me llenan
de dolor; repara por las que deberían hacerlo y no lo hacen... Pide perdón por
los pecados del mundo. ¡Cuántos pecadores!... ¡Cuántas almas perdidas! Y almas
que Me conocen, que Me amaron un día, pero hoy prefieren el goce y el placer.
¿Por qué así Me maltratan? ¿No les he dado pruebas bastantes de Mi amor? Y
ellas correspondieron, pero ahora Me ponen debajo de sus pies… se burlan de Mí…
Mis designios sobre ellas se frustran… ¿Dónde hallaré consuelo?”
2
de Marzo de 1922
Jesús, ante la
necesidad de encontrar almas generosas que expíen los pecados de las almas que
no Le aman y Lo desprecian, dice a Sor Josefa:
“Ve a pedir permiso
enseguida (a las Madres). Necesito almas que Me consuelen y reparen, y si aquí
no las encuentro, ¿dónde iré?”
Jesús
regresa la noche del 3 de marzo y le dice a Sor Josefa:
“Déjame al menos
descansar en ti, Josefa, ya que son tantas las almas que Me apenan. ¡Estas
almas que tanto amo…! ¡Cuántas se pierden!... Si supieras cuánto Me ofenden no
rehusarías Mi Cruz. ¿Sabes cuál es Mi Cruz? El darme libertad para llamarte
cuando Te necesite, sin mirar el sitio, ni la hora, ni la ocupación. Bástate
saber que pido consuelo. Si Yo estoy contigo, ¿qué importa que el mundo entero
esté contra ti?”
3
de Marzo de 1922
Sor Josefa escribe,
para su gran humillación, que le suplicó a Jesús que no la llevara por el
camino que El la ha estado llevando. Y Jesús, mirándola con mucha tristeza le
dijo:
“No te puedo abandonar
porque te amo demasiado; pero sí así lo quieres, hágase tu voluntad… La herida
de Mi Corazón nadie sino tú la podrá cerrar”.
Jesús le quitó la
corona de espinas que le había dado anteriormente y la Cruz, con las cuales Sor
Josefa compartía el sufrimiento del Señor, y luego se fue.
Sor Josefa escribe en
los siguientes días el terrible tormento que sufre a causa de su resistencia al
Señor, el saber que había herido a Jesús y el temor que si El ya no volvía, su
vida sería un martirio. Pero Jesús no la abandona sino que se valdrá de esta
decisión de Sor Josefa para hacerla pasar a la etapa más misteriosa de su vida,
incrementando su humildad, su fe y su abandono, que ella jamás hubiera podido
alcanzar por sus propias fuerzas. Esta nueva etapa será, además, de
incomparable beneficio para todas las personas que lean sus escritos.
6
de Marzo de 1922
Tres días después que
Sor Josefa expresara a Jesús el deseo de no seguir el camino que El deseaba
para ella, Sor Josefa oye aullidos infernales que le impresionan profundamente.
Son voces de condenados que le echan en cara su falta de generosidad, entre
gritos de desesperación y de rabia:
“Estoy aquí para
siempre donde ya nunca jamás podré amar… ¡qué corto ha sido el placer! Y en
cambio ¡el castigo es eterno…! ¿Qué queda? ¡Odiarte con odio infernal…! ¡Y para
siempre…!”
Sor Josefa escribe
aterrada: “¡Oh! ¡Saber la pérdida de un alma que jamás podré remediar! Saber
que un alma maldecirá al Señor por toda la eternidad y ¡no poderlo remediar!
Aunque sufriera yo todos los tormentos del mundo… ¡Dios mío! Esto me destroza!
Mil veces morir antes que ser responsable de la pérdida de un alma”.
14
de Marzo de 1922
Ante el sufrimiento de
Sor Josefa por haber pedido a Jesús que no la llevara por el camino que El
deseaba para ella, Santa Magdalena Sofía se le aparece, llevándole un mensaje
de Jesús:
“No olvides, hija mía,
que nada sucede que no entre en los planes de Dios”.
Sor Josefa desahoga su
pena inmensa, creyendo que las consecuencias de su falta son graves e
irreparables. Santa Magdalena Sofía le contesta:
“Sí, hija mía, puedes
reparar, si de esta caída sacas mucha humildad y una generosidad mayor”.
16
de Marzo de 1922
A las diez de la noche
Sor Josefa empezó a sentir de nuevo el ruido tremendo de cadenas y gritos.
Estaba llena de miedo. Ella escribe:
“Sería algo más de las
doce cuando de repente vi delante de mí al demonio que decía: `atadle los pies…
atadle las manos´. Perdí conocimiento de dónde estaba y sentí que me ataban
fuertemente, que tiraban de mí, arrastrándome. Otras voces decían: `no son los
pies los que hay que atarle… es el corazón´. Y el diablo contestó: `ese no es
mío´. Me parece que me arrastraron por un camino muy largo. Empecé a oír muchos
gritos, y en seguida me encontré en un pasillo muy estrecho. En la pared hay
como un nicho, de donde sale mucho humo pero sin llama, y muy mal olor. Yo no
puedo decir lo que se oye, toda clase de blasfemias y de palabras impuras y
terribles. Unos maldicen su cuerpo… otros maldicen a su padre o madre… otros se
reprochan a ellos mismos el no haber aprovechado tal ocasión o tal luz para
abandonar el pecado. En fin, es una confusión tremenda de gritos de rabia y
desesperación…”.
16
de Marzo de 1922
– continúa del # 188
Sor Josefa continúa
escribiendo acerca de sus descensos temporales al infierno y sus encuentros con
el maligno:
“…Pasé por un pasillo
que no tenía fin, y luego, dándome un empujón, me hizo como doblarme y
encogerme, me metieron en uno de aquellos nichos, donde parecía que me
apretaban con planchas encendidas y como que me pasaban agujas muy gordas en el
cuerpo, que me abrasaban. En frente de mí y cerca, tenía almas que me maldecían
y blasfemaban. Es lo que más me hizo sufrir… pero lo que no tiene comparación
con ningún tormento es la angustia que siente el alma, viéndose apartada de
Dios. Me pareció que pasé muchos años en este infierno, aunque sólo fueron seis
o siete horas… Luego sentí que tiraban otra vez de mí y después de ponerme en
un sitio muy oscuro, el demonio, dándome como una patada me dejó libre. No
puedo decir lo que sintió mi alma cuando me di cuenta que estaba viva y que
todavía podía amar a Dios…”
– continúa en el # 200
19
de Marzo y 2 de Abril de 1922
– continúa del # 200
Sor Josefa continúa
escribiendo acerca de sus descensos temporales al infierno, los cuales le
ayudarán a finalmente tomar la decisión de olvidarse por completo de sí misma y
colaborar de lleno con Jesús y Su plan para salvar las almas. Sus narraciones
son una valiosísima ayuda para aquellas almas que desean amar más a Jesús, así
como a regresar al Señor aquellas que están en riesgo de condenarse. Sor Josefa
escribe:
“…El diablo estaba muy
furioso porque quería que se perdieran tres almas… Gritaba con rabia: `¡Que no
se escapen…! ¡que se van…! ¡Fuerte…! ¡fuerte!´ Esto así, sin cesar, con unos
gritos de rabia que contestaban, de lejos, otros demonios. Durante varios días
presencié estas luchas… Yo supliqué al Señor que hiciera de mí lo que quisiera
con tal que estas almas no se perdiesen. Me fui también a la Virgen y ella me
dio gran tranquilidad porque me dejó dispuesta a sufrirlo todo para salvarlas,
y creo que no permitirá que el diablo salga victorioso…”
“El demonio gritaba
mucho: `…Estad atentas a todo lo que las pueda perturbar…! ¡Que no se escapen…
haced que se desesperen´. Era tremenda la confusión que había de gritos y de
blasfemias. Luego oí que decía furioso: `¡No importa! Aún me quedan dos… Quitadles
la confianza…´ Yo comprendí que se le había escapado una, que había pasado ya a
la eternidad, porque gritaba: `Pronto… de prisa… que estas dos no se escapen…
Tomadlas, que se desesperen… Pronto, que se nos van´. En seguida, con un
rechinar de dientes y una rabia que no se puede decir, yo sentía esos gritos
tremendos: `¡Todavía tengo una y no dejaré que se la lleve…!´ El infierno todo
ya no fue más que un grito de desesperación, con un desorden muy grande y los
diablos chillaban y se quejaban y blasfemaban horriblemente. Yo conocí con esto
que las almas se habían salvado. Mi corazón saltó de alegría, pero me veía
imposibilitada para hacer un acto de amar…
Sor Josefa, aún en
medio de su experiencia en el infierno escribe: “no siento odio hacia Dios como
estas otras almas, y cuando oigo que maldicen y blasfeman, me causa mucha pena;
no sé qué sufriría para evitar que Nuestro Señor sea injuriado y ofendido…
Siento mucho tormento. Es como si entrase por la garganta un río de fuego que
pasa por todo el cuerpo, y unido al dolor que he dicho antes. Como si me
apretasen por detrás y por delante con planchas encendidas… No sé decir lo que
sufro… es tremendo tanto dolor… Parece que los ojos salen de su sitio y como si
tirasen para arrancarlos… Los nervios se ponen muy tirantes. El cuerpo está
como doblado, no se puede mover ni un dedo… El olor que hay tan malo, no se
puede respirar *, pero todo esto no es nada en comparación del alma, que
conociendo la bondad de Dios, se ve obligada a odiarle y, sobre todo, si Le ha
conocido y amado, sufre mucho más…”
–
continúa en el # 202
* Josefa despedía este
hedor intolerable siempre que volvía de una de sus visitas al infierno o cuando
la arrebatada y atormentaba el demonio: olor de azufre, de carnes podridas y
quemadas que, según fidedignos testigos, se percibía sensiblemente durante un
cuarto de hora y a veces media hora; y cuya desagradable impresión conservaba
ella misma mucho tiempo más todavía.
2
de Abril de 1922
Una de las muchas
almas que acuden a Sor Josefa pidiendo humildemente oraciones y sufragios, dice
a Sor Josefa:
“Estoy aquí por bondad
de Dios, porque mi gran orgullo me tenía abierta las puertas del infierno.
Tenía muchas personas debajo de mis pies… y ahora me pondría yo debajo del
último de los pobres… Ten compasión de mí… y haz actos de humildad para reparar
mi orgullo. Así podrás sacarme de este abismo”.
“¡Si las almas
supieran cómo se pagan aquí los gustos innecesarios concedidos a la
naturaleza!... Ya he terminado mi destierro. Ahora voy a la Eterna Patria”.
Otra alma le dice:
“¡Bendita sea la
infinita bondad de Dios que quiere servirse de los sacrificios de otras almas
para reparar nuestras infidelidades! ¡Cuánta más gloria podía tener ahora en el
Cielo, si mi vida hubiera sido otra!”
Otra alma más dice a
Sor Josefa:
“No saben cuán
diferentes se ven las cosas de la tierra, cuando se ha pasado a la eternidad.
Los cargos no son nada delante de Dios, tan sólo la pureza de intención con que
se ejercen aun las más pequeñas acciones. ¡Qué poca cosa es la tierra y todo lo
que ella encierra! Y a pesar de esto, ¡cuánto se la ama! ¡Ah, la vida, por
larga que sea, es nada en comparación de la eternidad! No pueden figurarse los
hombres lo que es un solo momento de purgatorio y cómo el alma se consume y se
derrite en deseos de ver a Dios Nuestro Señor”.
2
de Abril de 1922
Otra de las almas del
Purgatorio que visitan a Sor Josefa, le dice:
“He pasado siete años
en pecado mortal y tres años enferma rehusando siempre confesarme. Tenía bien
abierto el infierno, y hubiera caído en él, si con tus sufrimientos de hoy, no
me hubieses obtenido fuerza para confesarme y ponerme en gracia. Ahora estoy en
el Purgatorio y te ruego que pidas por mí, pues así como has podido salvarme,
puedes sacarme pronto de esta cárcel tan triste”.
“Estoy en el
Purgatorio por mi infidelidad… No he correspondido al llamamiento divino. Desde
hacía doce años estaba resistiendo a mi vocación y viviendo en peligro de
condenarme, pues para quitarme el remordimiento, me había entregado al pecado.
Doy gracias a la bondad divina que ha querido, por tus sufrimientos, darme
valor para ponerme en gracia. ¡Qué difícil era mi salvación! Ahora te pido
tengas piedad de mí y me saques pronto de este lugar de penas”.
Otra alma más dice:
“Ofrece por nosotras
la Sangre de Nuestro Señor. ¿Qué sería de nosotros si no hubiera almas para
aliviarnos?”
13
de Abril de 1922
El Jueves Santo Sor
Josefa recibe la visita de San Juan Evangelista. Era un joven alto, muy hermoso
y su túnica de un color como heliotropo o rojo algo apagado. San Juan le dice a
Sor Josefa:
“Nada temas (de los
constantes ataques del demonio), tu alma es una azucena que Jesús guarda en Su
Corazón... Vengo a darte a conocer algunos sentimientos del Corazón del Divino
Maestro en este gran día (Jueves Santo). El amor le obliga a separarse de Sus
discípulos; tenía que ser bautizado con bautismo de sangre. Pero el amor le
obliga también a quedarse con ellos, y así el amor le llevó a instituir el
Sacramento de la Eucaristía”.
“¡Qué lucha sintió
entonces Su Corazón! ¡Cómo descansaría entrando en las almas puras... pero cómo
se renovaría Su Pasión entrando en corazones manchados! ¡Cómo se alegraba Su
alma cuando se acercaba el momento de ir al Padre… pero qué tristeza sintió
viendo que era uno de los doce, por El escogido, el que le había de entregar a
la muerte, y que Su Sangre empezaba a ser inútil para aquella alma!”
“Su Corazón se anegaba
en amor y el amor le hacía sentir la más terrible amargura, viendo tan poca
correspondencia de parte de estas almas tan amadas. Y ¿qué decir de lo que
sintió al ver la ingratitud y frialdad de tantas almas escogidas…?”
16
de Abril de 1922
Sor Josefa le pide
perdón a Jesús y le cuenta de todas sus flaquezas y miserias. Jesús, con amor
indecible, le contesta:
“No es más feliz el
que nunca ha necesitado perdón, sino más bien el que ha tenido que humillarse
muchas veces”.
17
de Abril de 1922
El día del Evangelio
de los Discípulos de Emaús, Sor Josefa le pide a Jesús que se quede con ella,
que ya es tarde. Y Jesús se presentó enseguida, muy hermoso, y le dijo:
“Sí, me quedaré
contigo… Yo seré la luz de tu alma. Se hace tarde, es verdad… Dime, Josefa,
¿qué harías sin Mí?”
21
de Abril de 1922
Sor Josefa habla con
Jesús acerca de los ataques del demonio y Jesús le contesta:
“Josefa… me quiero valer
de ti como instrumento de Mi misericordia para con las almas. Pero si tú no te
abandonas completamente a Mi Voluntad, ¿qué quieres que haga? ¡Son tantas las
almas que necesitan perdón! Por esto, Mi Corazón busca víctimas* que le ayuden
a reparar los ultrajes del mundo y, por su medio, derramar Mi misericordia.
¿Qué te importa todo lo demás si estoy contigo para sostenerte? Yo no te dejo.
¿Qué más puedes pedir…?”
22
de Abril de 1922
Jesús le dice a Sor
Josefa:
“Si te comunico estas
cosas, es para que no retrocedas ante ningún sacrificio. No lo dudes: lo que
más te hace sufrir es lo que más Me consuela. Y cuando menos te lo figuras, es
cuando acercas más almas a Mi Corazón”.
Sor Josefa le dice
confiadamente cuán agotada y sin fuerzas está y Jesús le responde:
“No necesito fuerzas,
lo único que necesito es tu abandono. La verdadera fortaleza está en Mi
Corazón. Quédate en paz… No olvides que es la misericordia y el amor lo que
obra en ti”.
24
de Abril de 1922
Sor Josefa habla con
Jesús después de la Comunión acerca de los ataques del demonio. Jesús le dice:
“No te preocupes.
Tenemos que librar a un alma de las manos del demonio y ésta es para ella la
hora del peligro. Así la podremos salvar. ¡Son tantas las almas que corren
riesgo de perderse! Pero hay otras que Me consuelan y muchas vuelven a Mi
Corazón”.
Sor Josefa le pregunta
qué hacer por la conversión de un pecador que da mucho escándalo y Jesús le
dice:
“Hay que poner Mi
Corazón entre este pecador y Mi Eterno Padre. Mi Corazón se apiadará de él y
aplacará la ira divina. Adió, Josefa; consuélame con tu amor y con tu
abandono”.
2
de Mayo de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“¿No sabes que el
demonio puede atormentarte pero no puede dañarte? ¿Quién es más poderoso, él o
Yo?”
11
de Mayo de 1922
Jesús dice a Sor Josefa:
“Yo deseo aprisionarte
del todo en Mi Corazón, porque Mi amor hacia ti es sin medida. Y a pesar de
todas tus faltas y todas tus miserias, quiero servirme de ti para dar a conocer
a las almas Mi amor y Mi misericordia. ¡Son tantas las que desconocen la bondad
de Mi Corazón! Y es mi único deseo, que estas almas que tanto amo, se pierdan
en el abismo sin fondo de Mi Corazón”.
11
de Mayo de 1922
Jesús, refiriéndose a
Su Sagrado Corazón, dice a Sor Josefa:
“Cuando te encuentres
más apurada y más débil, ven aquí a buscar fortaleza”.
3
de Junio de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa acerca de ese día, el día de renovación de votos:
“Hoy (DÍA DEL SAGRADO
CORAZÓN) es el día del Amor. Hoy, Mis almas Me roban el Corazón. Lo que Me da
más gloria, lo que más Me consuela es que estas almas, a quienes tanto amo,
vengan a pedir fuerza y remedio a Mi Corazón, que no desea más que
enriquecerlas… Toma este Corazón y ofrécelo al Padre. Con El, puedes pagar
todas tus deudas”.
16
de Julio de 1922
La Virgen María dice a
Sor Josefa:
“Vive en paz, hija
mía, no te reserves nada para ti, ni te preocupes más que del momento presente.
Jesús te lleva y guía a tus Superiores. No te apartes de sus consejos. Sé fiel
y sumisa a la voluntad de mi Hijo, en los momentos más difíciles”.
16
de Julio de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Desde toda la
eternidad Yo he sido tuyo. Desde ahora para siempre, tú eres Mía. Tú trabajarás
para Mí, Yo trabajaré para ti. Tus intereses son Míos, Mis intereses son
tuyos”.
22
de Julio de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Josefa, Esposa Mía,
déjame dilatarme en ti. Mi grandeza suplirá tu pequeñez. Desde ahora
trabajaremos unidos. Yo viviré en ti, y tú vivirás para las almas… Déjate
guiar… Mi corazón lo hará todo, Mi misericordia obraré en ti y Mi amor
anonadará todo tu ser”.
27
de Julio de 1922
Sor Josefa está
rezando a la Virgen, diciéndole cuánto ama a Jesús y cuánto desea ser
totalmente Suya, pero que tuviera presente su pequeñez. En ese momento llega
Jesús y colocándose cerca de Josefa, le dice:
“No tengas miedo; Soy
tu Salvador… Soy tu Esposo… ¡qué poco conocen las almas esos dos nombres! Esta
es la obra que quiero hacer en ti: el deseo más ardiente de Mi Corazón es que
las almas se salven, y quiero que Mis esposas conozcan con qué facilidad pueden
ganarse almas. Yo haré conocer por tu medio el tesoro que muchas veces dejan
perder, porque no profundizan bastante estos dos nombres: Salvador y Esposo”.
30
de Julio de 1922
La Virgen María dice a
Sor Josefa:
“Hija mía, no te
asustes de tus caídas. Todavía caerás más de una vez, pero siempre te levantará
el Amor. Te sostiene un Esposo que es Dios y que te ama”.
5
de Agosto de 1922
Jesús le dice a Sor
Josefa:
“Son muchas las almas
que Me afligen… y muchas se pierden… Pero las que más hieren Mi Corazón, son
estas que tanto amo y que no se entregan del todo a Mí. Siempre se reservan
algo. ¿No les doy Yo Mi Corazón entero?”
Josefa pide perdón al
Señor por estas almas y por ella misma, que tanto se reserva a Jesús y le pidió
que tomara los actos y el amor de esas almas que desean consolarle. Jesús le
contesta con gran bondad: “Sí, eso busco; reparar las faltas de las unas con
los actos de las otras”.
6
de Agosto de 1922
Sor Josefa expresa a
Jesús su temor de fallarle en Su Obra. Jesús le dice con inmensa ternura:
“¡Pequeña Mía!... Empieza
Mi obra agarrada de la mano de Mi Madre. ¿No te da ánimo esto?”
Sor Josefa se llena
gozo en su corazón al oír estas palabras y Jesús le da solemnemente tres
indicaciones que Josefa ha de observar como preparación a esa Obra:
“Meditar profundamente
sobre la nada de Mis instrumentos”.
“Confiar plenamente en
la Misericordia de Mi Corazón, y prometer desde el fondo del alma, no resistir
jamás a Mis peticiones, por duras y penosas que sean”.
“Hacer una Hora Santa,
el jueves, para consolar Mi Corazón de las resistencias de Mis almas escogidas.
Y el viernes, un acto de reparación por las penas y ofensas que de estas mismas
almas recibo”.
6
de Agosto de 1922
Jesús dicta a Sor
Josefa, una a una, las palabras que desea que ella escriba. En estos escritos
el Señor nos revela algo maravilloso:
“No temas; cuando tú
escribas Yo te lo diré todo. Ninguna de Mis palabras se perderá. Nada de lo que
Yo te diga se borrará jamás. Poco importa que seas tan miserable y pequeña. Yo
haré todo. Yo daré a conocer que Mi Obra se funda sobre la nada y la miseria;
este es el primer eslabón de la cadena de amor que preparo a las almas desde
toda la eternidad. Me serviré de ti para enseñar que amo la miseria, la
pequeñeza y la nada”.
“Haré que las almas
conozcan hasta qué punto las ama y perdona Mi Corazón y cómo sus mismas caídas
pueden servirme de complacencia. Penetro el fondo de las almas, sus deseos de
darme gusto, de consolarme y de glorificarme; y el acto de humildad que sus
faltas les obliga a hacer, viéndose tan débiles, es precisamente lo que
consuela y glorifica Mi Corazón”.
“No importa que las
almas sean débiles. Yo suplo lo que les falta. Les daré a conocer cómo su misma
debilidad puede servirme para dar vida a muchas almas que la han perdido”.
“Daré a conocer que la
medida de Mi Misericordia para con las almas caídas, no tiene límites… Deseo
perdonar. Descanso perdonando… Siempre estoy esperándolas con amor… ¡Que no se
desanimen!... ¡Que vengan!... ¡Que se echen sin temor en Mis brazos…! ¡Soy Su
padre…!”
“Muchas entre Mis Esposas
no comprenden cuánto pueden hacer para atraer a Mi Corazón a otras almas que
están sumidas en un abismo de ignorancia, y no saben cómo deseo que se acerquen
a Mí para darles vida… La verdadera vida”.
“Yo te enseñaré los
secretos de amor y tú serás ejemplo vivo de Mi Misericordia, pues si por ti,
que eres miseria y nada, tengo tanta predilección y te amo tanto, ¿qué haré con
otras almas mucho más generosas que tú?”
7
de Agosto de 1922
Sor Josefa le dice a
Jesús cuánto teme no serle fiel. Jesús la mira con Sus ojos hermosísimos y con
indecible bondad le responde:
“Nada temas; Yo te
conduciré del modo más conveniente para Mi gloria y el provecho de las almas;
tú abandónate al amor, déjate guiar por el amor, vive perdida en el amor”.
Jesús añade en otro momento:
“Deseo que tu pequeñez
se deje conducir y guiar por Mi mano paternal, sabia e infinitamente fuerte…
Nada temas, pues te guardo con esmero, como la más tierna de las madres cuida
de su hijo pequeño”.
7
de Agosto de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Yo obraré en ti…
Hablaré por ti… Me haré conocer por ti… ¡Cuántas almas encontrarán la vida en
Mis palabras! ¡Cuántas cobrarán ánimo al ver el fruto divino de su vida
ordinaria! ¡Un actito de generosidad, de paciencia, de pobreza, puede ser un
tesoro que gane para Mi Corazón gran número de almas!”
7
de Agosto de 1922
Mientras las hermanas
rezan el Rosario en la sala del Noviciado, la Virgen se aparece a Josefa,
vestida como el día de sus Votos, con la diadema en la cabeza y las manos
cruzadas sobre el pecho. Josefa vio que se formaba como una corona de rositas
blancas en torno a su corazón. La Virgen le dice a Josefa:
“Estas flores se
cambiarán en perlas de gran valor para la salvación de las almas”.
Esto lo dijo
refiriéndose al Rosario que rezaban las novicias, arrodilladas alrededor de su
imagen. Y agregó:
“Sí, las almas es lo
que más ama Jesús. Yo también las amo porque son el precio de Su Sangre, y ¡se
pierden tantas!... No resistas, hija mía, no rehúses nada; abandónate
completamente a la obra de Su Corazón, que es la salvación de las almas… No
temas, hija mía; la Voluntad de Jesús se cumplirá, Su obra se hará”.
7
de Agosto de 1922
Después de comulgar,
Sor Josefa le pide a Jesús que le dé tanta confianza en Su Corazón como pena
por sus faltas. Poco después el Señor le concede una visión simbólica muy
significativa. Sor Josefa escribe:
“Serían las nueve y
media, sin saber dónde estaba, tenía delante de mi vista un sitio oscuro,
cubierto de niebla. Era como un patio o jardín no muy grande y se notaba un
olor a humedad, muy malo; muchas hierbas y espinas, altas como varas de rosal
pero sin hojas. Después vino un poco de claridad como de sol. Vi muy bien aquel
desorden de espinas y yerbas que estaban como llenas de agua sucia y eso era lo
que producía el mal olor. Después desapareció. No comprendía qué podía ser
esto, y me fui a la capilla.
De pronto, Jesús se
presenta a Sor Josefa, muy hermoso, y le dice:
“Amada Mía, ¡Miseria
de Mi Corazón…! Yo soy el sol que te da a conocer tu miseria. Cuanto más grande
la veas, más debe aumentar hacia Mí tu ternura y amor; no temas. El fuego de Mi
Corazón consume tus miserias. Tu corazón es una tierra viciada que no puede
producir fruto bueno. Pero Yo soy el Jardinero que cultivará esa partecita de
tierra. Enviaré un rayo de sol que la purifique, y Mi mano sembrará… Sigue
siendo pequeñita, muy pequeña… Yo soy bastante grande, soy tu Dios, soy tu
Esposo, tú eres la miseria de Mi Corazón”.
9
de Agosto de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Yo soy el que
gobierna todas las cosas y nunca permitiré que te lleven por un camino errado.
Ten confianza y no veas más que a Mí; Mi mano que te guía, Mi ternura que te
ama con amor de Padre y de Esposo”.
19
de Agosto de 1922
Jesús se presenta ante
Sor Josefa y le dice:
“Todo lo que te pido
que digas, aunque te parezca duro, es por el bien de las almas. ¡No sabes
cuánto amo a las almas!”
Jesús continúa luego,
como expansionando Su Corazón:
“¡Cuánto amo esta
casa! En ella he puesto Mis ojos. Aquí Mi Corazón encuentra miseria*, apta para
hacer de ella instrumentos de Mi Amor. A este grupo de almas he entregado la
parte más pesada de Mi Cruz. Pero no están solas para llevarla; Yo estoy con
ellas; Yo las ayudo. El amor se prueba con obras; he sufrido porque las amo y
ellas sufren también por Mi amor.
24
de Agosto de 1922
Jesús continúa
dictando a Sor Josefa:
“Sí, deseo perdonar y
quiero que Mis almas escogidas den a conocer al mundo cómo espero, lleno de
amor y de misericordia, a los pecadores”.
Josefa le dice a Jesús
que las almas ya lo saben y que ella teme estropear Sus planes. Jesús le
contesta:
“Yo sé que las almas
lo saben, pero de cuando en cuando necesito hacer una nueva llamada de amor… Tú
nada tienes que hacer; ámame y permanece abandonada a Mi voluntad. Te esconderé
en Mi Corazón y nadie te descubrirá. Sólo después de tu muerte se leerán Mis
palabras. Arrójate en Mi Corazón. Yo te sostengo con muchísimo amor. Te amo,
¿no lo sabes? ¿No te doy bastantes pruebas de amor?”
24
de Agosto de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Escribe cómo Mis
almas darán a conocer Mi Corazón de Padre a los pecadores”.
Josefa escribe
arrodillada delante de la mesa mientras Jesús va hablando:
“Conozco el fondo de
las almas; sus pasiones y el atractivo que sienten por el mundo, por el placer.
Yo sabía desde la eternidad cuántas almas amargarían Mi Corazón y que para
muchas, Mis sufrimientos y Mi Sangre serían inútiles… pero no es el pecado lo
que más hiere Mi Corazón… lo que más lo desgarra es que no vengan a refugiarse
en El después que lo han cometido”.
31
de Agosto de 1922
Jesús continúa
dictando a Sor Josefa:
“Quiero que escribas.
Quiero hablarte de las almas… ¡las amo tanto!... Quiero que encuentren siempre
en Mis palabras, remedio a todas sus enfermedades”.
3
de Septiembre de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“No me importan las miserias
de las almas, lo que quiero es amor… No me importan las flaquezas, lo que
quiero es confianza. Estas son las almas que atraen al mundo la misericordia y
la paz. Sin ellas (las almas elegidas) no podría detener la ira divina; ¡son
tantos los pecados!”
Josefa escribe con
mucha compasión que cuando Jesús dijo estas palabras, poco a poco se fueron
formando llagas en Su Corazón… todo El era una llaga. Josefa procura consolarle
y el Señor mirándola con mucha tristeza le dijo:
“Sí, son muchos los
pecados que se cometen… y muchas las almas que se pierden. Pero lo que más
destroza Mi Corazón son las ofensas de Mis almas escogidas…”
Jesús, refiriéndose a
un alma de ellas, dice a Josefa:
“¡Pobre alma! ¡Pobre
alma!... No sabe a qué tormento se está preparando ella misma para toda la
eternidad…”
Josefa intercede por
esta alma y Jesús le dice:
“Mientras encuentre
víctimas que reparen, Mi justicia se detendrá”.
3
de Septiembre de 1922
Sor Josefa anota las
palabras que Jesús exclama, refiriéndose a un alma elegida que es encuentra
obstinada en el pecado:
“Alma a quien amo,
¿por qué Me desprecias?... ¿No basta que Me ofendan los mundanos? Pero tú que
Me estás consagrada, ¿por qué Me tratas así?... ¡Qué dolor para Mi Corazón
recibir tantos ultrajes de un alma, que Yo he escogido con tanto amor!”
4
de Septiembre de 1922
Sor Josefa narra las
penas espantosas que padecen en el infierno los religiosos infieles:
“No puedo explicar lo
que es este sufrimiento, pues si el tormento de un seglar es terrible, es nada
comparado con el de un religioso. Los demonios le gritan: `tú hiciste ese voto
(de pobreza, castidad y obediencia) libremente y con pleno conocimiento… Tú
misma te obligaste… Tú lo quisiste´. El alma recuerda sin cesar que había
escogido a Dios por Esposo y que Le amaba sobre todas las cosas… Siente
necesidad de odiarle con una sed que la consume… No hay recuerdo que pueda
darle el más ligero consuelo… Otro de los tormentos que padece es la vergüenza.
Parece que le gritan todos: `que nos hayamos perdido nosotros, que no tuvimos
los medios que tú, es más comprensible; pero a ti, ¿qué te faltaba?... Tú
vivías en el palacio del Rey… Tú te sentabas en la mesa de los escogidos´. En
fin, todo esto que escribo, no es sino una sombra al lado de lo que el alma
sufre y padece, pues no hay palabras que puedan explicar semejante tormento”.
6
de Septiembre de 1922
Acerca del alma
elegida de Jesús que es encuentra obstinada en el pecado, Sor Josefa escribe
que durante la Misa el Señor se le aparece con un aspecto de bondad y tristeza
que la deja sobrecogida. La herida del Corazón se ve muy grande. Jesús le dice,
como un pobre que pide limosna:
“No te pido más que tu
corazón para esconderme en él, para librarme de la amargura que Me causa esta
alma, haciéndome entrar en el suyo… que Mis almas escogidas sean las que así Me
tratan, eso es lo que más Me aflige”.
Después que Josefa
comulga, Jesús le dice:
“Hija Mía, a quien amo
como a la niña de Mis ojos, escóndeme en tu corazón… Consuélame… ámame…
glorifícame con Mi propio Corazón… Repara con El y satisface con El a la
justicia divina… Preséntalo a Mi Padre como víctima de amor por las almas… pero
de un modo especial por estas almas que Me están consagradas… Vive Conmigo… Yo
viviré contigo… Escóndete en Mí. Yo Me esconderé en ti… Los dos nos consolaremos
mutuamente, porque tus penas serán Mías y Mis penas serán tuyas”.
8
de Septiembre de 1922
Sor Josefa escribe que
esa noche Jesús se acerca a ella como un “pobre hambriento” *, para expresar el
aspecto triste y suplicante que el Señor tenía. Jesús le dice:
“Quítame la sed que
tengo de que Me amen las almas, pero sobre todo Mis almas escogidas… No sabe
esta alma (la del sacerdote alejado de El) cuánto la amo… Por eso su ingratitud
Me pone en este estado”.
Josefa le ofrece a
Jesús sus fatigas y sufrimientos y los de las hermanas religiosas, así como el
buen deseo de consolarle y agradarle para que El lo purifique y transforme de
forma que el sacerdote tenga más valor para retornar a El. Jesús le dice:
“Yo no miro la acción,
miro la intención. El acto más pequeño hecho con amor, ¡adquiere tanto mérito y
puede darme tanto consuelo!... No busco más que amor… No pido más que amor…”
El
sábado 9 la Virgen dice a Josefa:
“Hija mía, sufre con
ánimo y valor. Gracias al sufrimiento, esta alma no cae en otro pecado más
grave”.
* nota del traductor:
“El Señor se mostraba a Sor Josefa como revestido actualmente del dolor de los
pecados de hoy. Sabemos que Su Santa Humanidad Gloriosa ya no puede sufrir.
Pero actuaba delante de ella, como lo hizo con Santa Margarita María, los
sufrimientos que Le causaban en Su Pasión los pecados y las ofensas de ahora.
Josefa discernía muy bien los consuelos que su participación en los dolores de
Jesucristo habían proporcionado a Su Corazón, ya que en la obra de Su Pasión
todo le estaba presente”.
25
de Septiembre de 1922
– continúa del # 228
Después de una larga
noche de fatigosa expiación por parte de Sor Josefa, Jesús aparece de repente.
Su Corazón no tenía herida ninguna y estaba resplandeciente de hermosura y
claridad. Jesús le dice:
“¡Mira! Esta alma (la
del Sacerdote alejado) ya ha venido a Mí. Herido al fin por la gracia, se ha
ablandado su corazón. Amame y nada rehúses para conseguir que otras almas Me
amen. Sí, ya ha venido a arrojarse en Mis brazos y se ha confesado… Sufre todavía
conmigo para alcanzarle la fuerza de perseverar hasta el fin”.
Algunos días más tarde
Jesús le dice:
“Esta alma Me busca y
Yo la espero lleno de amor para colmarla de las más dulces caricias”.
El 20 de Septiembre Jesús confirma a
Josefa el regreso definitivo de la oveja perdida, logrado a tanta costa:
“Ya está en Mi
Corazón; ahora no le queda más que el mérito de su dolor, al recordar su
caída”.
26
de Septiembre de 1922
– continúa del # 230
Al amanecer, Jesús se
aparece a Sor Josefa. El está hermosísimo, con el Corazón inflamado. Ella
renueva sus votos, como siempre, y Jesús le dice:
“Dime una vez más que
Me amas. Yo también voy a decirte un secreto de Mi Corazón. Josefa… ¡ayúdame en
esta obra de amor!...”.
Jesús agrega:
“¡Mira! Unas almas
sufren par dar fuerza a otras y evitar que caigan en el mal. Si estas dos almas
de ayer hubieran caído en pecado, se habrían perdido para siempre. ¡Lo que por
ellas has hecho les ha dado fuerza para resistir!”
Sor Josefa se muestra
sorprendida de que cosillas tan pequeñas puedan tener tanta eficacia. Jesús
continúa:
“Sí, Mi Corazón da
valor divino a esas cosas tan pequeñas. Lo que Yo quiero es amor. Amor busco,
amo a las almas y deseo ser correspondido. Por eso Mi Corazón está herido,
porque encuentro frialdad en vez de amor. Dame amor y dame almas. Une bien tus
acciones a Mi Corazón. Permanece Conmigo, que Yo estoy siempre contigo. Yo soy
todo Amor y no deseo más que amor. ¡Ah! Si las almas supieran cómo las espero,
lleno de misericordia! Soy el Amor de los amores y sólo puedo descansar
perdonando…”.
26
de Septiembre de 1922
Apenas Jesús había
recuperado el alma del sacerdote se presenta de nuevo con Josefa para pedirle
que colabore con El para recuperar dos almas más. Jesús le dice:
“Tenemos que salvar
dos almas en gran peligro. Ponte en estado de víctima”. Jesús le explica lo que
estas palabras significan: “déjame hacer de ti lo que quiera”.
Enseguida Josefa
comenzó a sentir muchísima angustia en el alma y un sufrimiento muy grande y no
sabía qué hacer para que estas almas se salven. Al anochecer, Jesús aparece en
su celda y, con las manos juntas y mirando al Cielo, dijo con voz muy clara y
llena de majestad:
“¡Padre Eterno! ¡Padre
misericordioso! ¡Recibid la Sangre de Vuestro Hijo! ¡Tomad Sus llagas, recibid
Su Corazón, por estas almas!... Padre Eterno, recibid la Sangre de Vuestro
Hijo, tomas Sus llagas, tomad Su Corazón, mirad Su cabeza traspasada de
espinas. No permitáis que una vez más esta Sangre sea inútil. Mirad la sed que
tengo de daros almas… Padre Mío, no permitáis que estas almas se pierdan…
Salvadlas para que os glorifiquen eternamente”.
6
de Octubre de 1922
Sor Josefa, hallándose
en un momento de tribulación intensa, escribe lo cansada de sufrir que está. De
repente ve delante de ella como un sol; tanto brillaba que casi no podía mirar.
Y oye la voz de Jesús que dice:
“La Santidad Divina es
ofendida y la Justicia pide satisfacción. No es inútil (dice el Señor
refiriéndose al pensamiento de Josefa que cree que es inútil el sufrimiento que
ella sufre las veces que es llevada al infierno). Todas las veces que te hago
experimentar las penas del infierno, expías el pecado y se aplaca la ira
divina. ¿Qué sería del mundo si no hubiera quien reparase tantas ofensas?...
¡Hacen falta víctimas!... * ¡Hacen falta víctimas!...”
Sor Josefa le pregunta
que cómo puede ella reparar si está tan llena de miseria y de faltas. Jesús le
dice:
“No importa. Este sol
de amor te purifica, para que tus sufrimientos sirvan de reparación por los
pecados del mundo”.
17
de Octubre de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“No puedes comprender
hasta qué punto te amo… Mi Sangre te purifica y te abrasa. En ella encontrarás
fuerza y valor”.
20
de Octubre de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“¡Josefa! Participa
del fuego que devora Mi Corazón: tengo sed de que las almas se salven… ¡Que las
almas vengan a Mí!... ¡Que las almas no tengan miedo de Mí!... ¡Qué las almas
tengan confianza en Mí!”
Su Corazón se dilata y
se inflama como si no pudiera contener Su ardor y agrega:
“Yo soy todo amor; no
puedo tratar con severidad a las almas que tanto amo. Y aunque es verdad que
las amo a todas, tengo entre todas “Mis preferidas”. Las he escogido para
consolarme con ellas y para colmarlas de Mis más dulces caricias… No Me
importan sus miserias… y quiero que sepan que, después que han caído en alguna
flaqueza, si humildemente se arrojan en Mi Corazón, las perdono y las amo con
más ternura que antes”.
20
de Octubre de 1922
– continúa del # 236
Sor Josefa le dice a
Jesús que ella nota cuánto la ama El porque en cuanto Le pide perdón, El en
seguida, le da nuevas pruebas de Su amor y le demuestra que la ha perdonado.
Jesús le dice:
“¿No sabes que cuanto
más miserables son las almas, más las amo? Tú me has robado el Corazón, a causa
de tu pequeñez y de tu miseria”.
Josefa le pregunta por
qué lleva Su Cruz ese día y Jesús le dice:
“Llevo la Cruz porque
hay muchas almas escogidas que en cositas pequeñas Me resisten; y estas
resistencias forman esta Cruz. ¿Sabes cuál es la causa de estas
resistencias?... La falta de amor… Sí; falta de amor a Mi Corazón… Exceso de
amor a sí mismas... Cuando el alma tiene generosidad bastante para darme gusto
en todo lo que le pido, recoge un gran tesoro para sí y para las almas, y
aparta a muchas del camino de la perdición”.
20
de Octubre de 1922
Sor Josefa le ruega a
Jesús que conceda a las almas escogidas ese amor del cual El le habla, para que
crezcan sin medida en confianza y generosidad. Jesús le responde:
“Deseo que Me amen…
Ofrece tu vida, aunque sea imperfecta, para que todas las almas escogidas
entiendan qué misión tan hermosa pueden realizar con sus obras ordinarias, con
su trabajo cotidiano. Que no olviden que las he preferido a tantas otras, no
por su perfección, sino por su miseria. Yo soy todo amor y el fuego que Me
abrasa consume todas sus miserias”.
Josefa le expresa su
temor ante la responsabilidad de tantas gracias extraordinarias y Jesús le
dice:
“¡No tengas miedo de
nada! Te he escogido a ti que eres tan miserable, para que vean una vez más que
no busco la grandeza ni la santidad… ¡Busco amor!... Yo haré todo lo demás. Te
diré más secretos de amor, Josefa, pero el deseo que me consume es siempre el
mismo: que las almas conozcan más y más Mi Corazón”.
21
de Octubre de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Porque eres pequeñita
has podido entrar tan dentro en Mi Corazón”.
23
de Octubre de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Hay almas muy amadas
de Mi Corazón que Me ofenden… No son bastante fieles; precisamente las que más
quiero son las que más Me hacen sufrir”.
Josefa le dice que
quiere ayudarle, pero que no sabe cómo convertir ese deseo en obras. Jesús le
responde:
“Josefa, tan unida te
tengo a Mi Corazón, que el mismo amor que Me consume por el bien de las almas,
te consume también a ti. El corazón descansa comunicándose; por eso, vengo a
descansar en ti, siempre que un alma Me causa pena. Y es Mío tu deseo de
hacerle algún bien, porque soy Yo quien te lo comunica… Es verdad que son
muchas las almas que Me ofenden, pero encuentro también en otras muchas,
consuelo y amor… Cuando dos personas se aman, la menor falta de delicadeza
lastima el corazón. Por eso quiero que las que aspiran a ser Mis esposas lo
comprendan bien, para que más tarde no rehúsen nada al amor”.
28
de Noviembre de 1922
Sor Josefa continúa
escribiendo, palabra a palabra, el hermoso mensaje que Jesús le dicta:
“El amor Me hizo
escoger la soledad, el silencio… Pasar desconocido y someterme voluntariamente
a las órdenes de Mi Padre adoptivo y de Mi Madre.
<<El amor Me
llevó a abrazarme con todas las miserias de la naturaleza humana.
<<El amor Me
hizo sufrir los desprecios más grandes y los más crueles tormentos, derramar
toda Mi Sangre y llegar a morir en una cruz para salvar al hombre.
<<Porque el amor
sabía que, más tarde, habría muchas almas que Me seguirían, y pondrían sus
delicias en conformar su vida con la Mía.
<<Y el amor
miraba más lejos aún: sabía que muchísimas almas en peligro se verían ayudadas
con los actos y sacrificios de otras, y recobrarían la vida…
30
de Noviembre de 1922
La trascendencia del
mensaje que en esta ocasión Jesús dicta a Sor Josefa es un obsequio especial
para las almas, un tesoro incalculable para aquellas que decidan vivir de
acuerdo a lo que el Señor propone.
“Escribe para Mis
almas”, dice Jesús a Sor Josefa. “El alma que sabe hacer de su vida una continua
unión con la Mía, Me glorifica mucho y trabaja útilmente en bien de las almas.
Está, por ejemplo, ejecutando una acción que en sí misma no vale mucho, pero si
la empapa en Mi Sangre o la une a aquella acción hecha por Mí durante Mi Vida
mortal, el fruto que logra para las almas es tan grande o mayor quizá que si
hubiera predicado al universo entero”.
30
de Noviembre de 1922
Sor Josefa continúa
escribiendo cada una de las Palabras que Jesús le dicta con tanto amor:
“¡Cuánto deseo que las
almas comprendan esto: que no es la acción la que tiene en sí valor, sino la
intención y el grado de unión con que se hace! Barriendo y trabajando en el
taller de Nazaret, di tanta gloria a Mi Eterno Padre como cuando prediqué
durante Mi vida pública”.
30
de Noviembre de 1922
Jesús continúa
dictando a Sor Josefa:
“Hay muchas almas que
a los ojos del mundo tienen un cargo elevado, y en él, dan grande gloria a Mi
Corazón, es cierto; pero tengo otras muchas que, escondidas y en humildes
trabajos, son obreras muy útiles a Mi viña porque es el amor que las mueve y
saben envolver en oro sobrenatural las acciones más pequeñas, empapándolas en
Mi Sangre”.
30
de Noviembre de 1922
Jesús continúa
dictando a Sor Josefa Su maravilloso mensaje. Sor Josefa anota, una a una, cada
Palabra del Señor. Para dar la debida continuidad al mensaje, retomaremos las
Palabras desde el principio del 30 de noviembre de 1922:
“El alma que sabe
hacer de su vida una continua unión con la Mía, Me glorifica mucho y trabaja
útilmente en bien de las almas. Está, por ejemplo, ejecutando una acción que en
sí misma no vale mucho, pero si la empapa en Mi Sangre o la une a aquella
acción hecha por Mí durante Mi Vida mortal, el fruto que logra para las almas
es tan grande o mayor quizá que si hubiera predicado al universo entero.
<<Y esto, sea
que estudie o que hable, que escriba, ore, barra, cosa o descanse; con tal que
la acción reúna dos condiciones: primero, que esté ordenada por la obediencia y
el deber, no por el capricho; segundo, que se haga en íntima unión Conmigo,
cubriéndola con Mi Sangre y con pureza de intención>>.
30
de Noviembre de 1922
Jesús, finalizando Su
mensaje, calla. Josefa deja la pluma y queda un instante inmóvil, adorando al
Corazón de Cristo, que con tanta condescendencia se le abre. Y Jesús le dice:
“Adiós, vuelve a tu
trabajo. Ama y sufre. Déjate cuidar por el mejor de los padres. Abandónate al
amor del más tierno de los esposos”.
Un Dios, Salvador de
los hombres por la Cruz, ha de acabar siempre con una lección de sacrificio:
éste es el don de los dones, Su más escogido favor.
*2
de Diciembre 1922
Apareciendo, Jesús
dice a Sor Josefa:
“Escribe para las
almas… Mi Corazón es todo amor y el amor es para todos. Pero ¿cómo haré Yo
comprender a Mis almas escogidas la predilección que siente Mi Corazón por
ellas? Por eso Me sirvo de ellas para salvar a los pecadores y a otras pobres
almas, que viven en los peligros del mundo”.
El Señor agrega:
“Por eso también
quiero que entiendan el deseo que Me consume de su perfección, y cómo esta
perfección consiste en hacer en íntima unión Conmigo las acciones comunes y
ordinarias. Si Mis almas lo comprendieran bien, pueden divinizar sus obras y su
vida y ¡cuánto vale un día de vida divina!”
“Cuando un alma arde
en deseos de amor, nada hay difícil para ella; mas cuando se encuentra fría y
desalentada, todo se le hace arduo y penoso… Que venga entonces a cobrar
fuerzas en Mi Corazón… que Me ofrezca su abatimiento, que lo una al ardor que
Me consume y que tenga la seguridad de que un día así empleado, será de incomparable
precio para las almas. ¡Mi Corazón conoce todas las miserias humanas y tiene
gran compasión de ellas!”
“No deseo tan sólo que
las almas se unan a Mí de una manera general; quiero que esta unión sea
constante, íntima, como es la unión de los que se aman y viven juntos; que aun
cuando no siempre están hablando, se miran y se guardan mutuas delicadezas y
atenciones de amor”.
“Si el alma está en
paz y en consuelo, le es fácil pensar en Mí, pero si está en desolación y
angustia, que no tema. ¡Me basta su mirada!... La entiendo, y con sólo esta
mirada alcanzará que Mi Corazón la colme de las más tiernas delicadezas”.
“Yo iré diciendo a las
almas cómo las ama Mi Corazón: quiero que Me conozcan bien y así Me hagan
conocer a aquellas que Mi amor les confíe. Deseo con gran ardor que todas las
almas escogidas fijen en Mí los ojos para no apartarlos ya más, que no haya
entre ellas medianías, cuyo origen la mayor parte de las veces es una falsa
comprensión de Mi amor. No, amar a Mi Corazón no es difícil ni duro; es fácil y
suave. Para llegar a un alto grado de amor no hay que hacer cosas
extraordinarias; pureza de intención en la acción más pequeña como en la más
grande; unión íntima con mi Corazón; ¡y el amor hará lo demás…!”
Después de dictar
Jesús a Sor Josefa Su hermosísimo mensaje, el Señor le dice:
“Vuelve a tu trabajo y
nada temas; Yo soy el Jardinero que cultivará esta florecilla, para que no
perezca. Amame en paz y alegría”.
Por la noche Jesús se
le vuelve a mostrar para tranquilizarla, porque el demonio, engañándola,
intenta sembrar en ella la desconfianza y la inquietud. Jesús le dice:
“Recuerda lo que dije
a Mis discípulos: `porque no sois del mundo, el mundo os aborrece´. Y ahora os
digo a vosotras: porque no sois del diablo, el diablo os persigue; pero Mi
Corazón os guarda y estos sufrimientos Me glorifican…”
Y, dejándole Su Cruz,
agrega refiriéndose a un alma consagrada que flaquea en el amor:
“Ama y sufre; es por
un alma”.
5
de Diciembre de 1922
Jesús dice a Sor
Josefa:
“Escribe… escribe para
Mis almas: Mi Corazón no es solamente un abismo de amor, es también un abismo
de misericordia, y conociendo todas las miserias del corazón humano, de las que
no están exentas Mis almas escogidas, he querido que sus acciones, por pequeñas
que sean en sí, puedan por Mí alcanzar un valor infinito, en provecho de los
pecadores y de las almas que necesitan ayuda”.
10
de Diciembre de 1922
Jesús continúa
dictando Su mensaje a Sor Josefa:
“Hay otras almas que
son pocas generosas para realizar con constancia los esfuerzos y sacrificios
cotidianos. Pasan su vida haciendo promesas, sin llegar nunca a cumplirlas.
Aquí hay que distinguir: si esas almas se acostumbran a prometer, pero no se
imponen la menor violencia ni hacen nada que pruebe su abnegación ni su amor,
les diré esta palabra: ¡cuidado, no prenda el fuego en toda esa paja que habéis
amontonado en los graneros, o que el viento no se la lleve en un instante!...”.
Con estas palabras
Jesús distingue claramente entre las faltas veniales habitualmente cometidas o
no combatidas, y las que son sólo faltas de fragilidad pero no reparadas; de
estas últimas el Señor explica:
“Hay otras, y a ellas
Me refiero, que al empezar el día, llenas de buena voluntad y con gran deseo de
mostrarme su amor, Me prometen abnegación y generosidad en esta o aquella
circunstancia; y cuando llega la ocasión, su carácter, su salud, el amor
propio, les impide realizar lo que con tanta sinceridad prometieron horas
antes; sin embargo, reconocen su falta, se humillan, piden perdón, vuelven a
prometer. ¡Ah! Que estas almas sepan que Me han agradado tanto como si nunca Me
hubiesen ofendido”.
14
de Diciembre de 1922
Jesús le dice a
Josefa:
“¿Ves cómo soy Padre y
esposo fiel? No tengas miedo ni siquiera cuando parece que la borrasca va a
descargar sobre ti… Déjate a Mi cuidado, y no dudes nunca de Mi amor. No
importa que los vientos te sacudan; he fijado la raíz de tu pequeñez en la
tierra de Mi Corazón”.
14
de Diciembre de 1922
Jesús prosigue con
grave acento:
“Di a la Madre que
todas las circunstancias van dispuestas o permitidas por Mi amorosa Providencia
para la realización de Mi Obra; que por la Sociedad de Mi Corazón se salvarán
muchas almas. Que Mis palabras reanimarán el fervor de muchas almas
consagradas. Y que otras, que ahora no saben apreciar el valor de las cosas
pequeñas, hechas con verdadero amor, hallarán en Mis enseñanzas un raudal de
consuelos y de gracias”.
16
de Diciembre de 1922
Jesús le pregunta a
Sor Josefa:
“Josefa, ¿comprendes
el amor que tengo a las almas?”
Sor Josefa le
responde: “creo que sí, Señor, pues siempre estáis pensando en ellas”. Jesús
agrega, refiriéndose a la Congregación a la que Josefa pertenece:
“Por eso amo a Mi
Sociedad (del Sagrado Corazón) y Mi Corazón descansa en ella… Porque ha
comprendido el precio de las almas y la importancia de glorificar Mi Corazón.
Adiós, Josefa; consuélame y repara”.
22
de Diciembre de 1922
Sor Josefa le dice a
Jesús que lleva cinco días llamándole y El no llegaba, ante lo cual el Señor le
responde:
“¡Cinco días
llamándome, Josefa! Y Yo, ¡cuántos días, cuántos meses, cuántos años paso
llamando a las almas y no Me responden! ¡Antes, al contrario, se alejan de Mí!
Cuando tú Me llamas, Yo no Me alejo; estoy cerca, muy cerca de ti. Consuélame
llamándome y deseándome. Con esta hambre apagarás Mi sed”.
Estas palabras del
Señor pueden dar ánimo a aquellas almas que Le llaman aparentemente en vano.
Aunque Jesús parezca tardar, las almas deben recordar durante su espera, acerca
del valor de reparación que ellas pueden hacer por aquellas que no buscan al
Señor. La sed que un alma siente por Jesús apaga la sed del Señor por las almas
que no Lo necesitan, no Lo buscan, no Le escuchan.
27
de Diciembre de 1922
El Apóstol San Juan
continúa su maravilloso mensaje a Sor Josefa:
“Alma escogida,
predilecta del Maestro: fija en Su Corazón tu morada. Deja que Sus llamas te
abrasen; deja que Su dulzura celestial te purifique y te embriague. Que tu alma
no se pose en la tierra sino para tomar el preciso sustento, como la mariposa
sobre la flor. Para quien ama a Cristo con toda el alma, el mundo debe ser un
pasadizo oscuro y sombrío, que atraviesa deprisa y sin detenerse”.
San Juan guarda un
momento de silencio. Cruzadas las manos sobre el pecho, estaba hermosísimo.
Parecía un ángel. Sor Josefa le pregunta si el Corazón de Jesús se complace en
las almas religiosas, ya que ama tanto la virginidad. San Juan, mirando al
cielo y como si su rostro se iluminare, le responde:
“Las almas vírgenes
son moradas de amor donde descansa el Cordero Inmaculado. Pero entre ellas, las
hay que son la admiración de los cielos; en ellas fija Su mirada purísima el
Celestial Esposo y deposita el suavísimo néctar que destila Su Corazón”.
Y extendiendo su brazo
derecho como para bendecirla, añade:
“Déjate poseer y
consumir por El. Vive tan sólo para procurarle gloria y amor. Que Su paz te
guarde”.
21
de Enero de 1923
Sor Josefa se reconoce
miserable ante Jesús, mas luego la Santísima Virgen María, con tierna
compasión, la tranquiliza con palabras de esperanza, no sólo para Sor Josefa
sino para todas las almas:
“…Esa misma miseria es
la que atrae la misericordia de Jesús; en Su Corazón te ha escondido para que
nada pueda dañarte. Abísmate en tu pequeñez y en tu nada, pero cree en Su amor
y confía que nunca te abandonará. No tengas más ambición que la de darle muchas
almas, mucha gloria y mucho amor”.
Sor Josefa le pide su
bendición y María traza en su frente la señal de la cruz mientras le dice:
“Sí, te bendigo de
todo corazón”.
11
de Febrero de 1923
Sor Josefa continúa
escribiendo las Palabras que Jesús va dictándole:
“No puedes figurarte
cuánto descanso en ti”.
Sor Josefa le pregunta
extrañada cómo puede ser, ya que ella considera que no hace nada que valga la
pena. A lo que el Señor le contesta:
“No te asombres; a
pesar de tantas ofensas como recibo de los pecadores, Mi Corazón encuentra
consuelo, porque son muchas las almas que Me aman. Sí, es verdad; la pérdida de
tantas almas Me llena de tristeza, mas no disminuye por ello Mi gloria.
Entiéndelo bien; un alma que Me ama puede reparar las ofensas de muchos
pecadores y aliviar la amargura de Mi Corazón”.
22
de Febrero de 1923
Jesús continúa
diciendo a Josefa acerca de Su Pasión:
“¡Qué congoja sentí en
aquel momento, sabiendo que en el infortunado Judas estaban representadas
tantas almas, que reunidas a Mis pies y lavadas muchas veces con Mi Sangre,
habían de perderse...!
“¡Sí, en aquel momento
quise enseñar a los pecadores que, no porque estén en pecado deben alejarse de
Mí, pensando que ya no tienen remedio y que nunca serán amados como antes de
pecar. No, ¡pobres almas! No son estos los sentimientos de un Dios que ha
derramado toda Su Sangre por vosotras…
“¡Venid a Mí todos! Y
no temáis, porque os amo; lavaré vuestros pecados en el agua de Mi misericordia
y nada será capaz de arrancar de Mi Corazón el amor que Os tengo…”.
22
de Febrero de 1923
Jesús empieza Su
narración a Josefa acerca de Su Pasión:
“Ahora, Josefa, voy a
empezar a descubrirte los sentimientos que embargaban Mi Corazón cuando lavé
los pies de Mis Apóstoles.
“Fíjate bien que reuní
a los doce. No quise excluir a ninguno. Allí se encontraban Juan, el discípulo
amado, y Judas el que, dentro de poco, había de entregarme a Mis enemigos.
“Te diré por qué quise
reunirlos a todos y por qué empecé por lavarles los pies.
“Los reuní a todos, porque
era el momento en que Mi Iglesia iba a presentarse en el mundo y pronto no
habría más que un solo Pastor para todas las ovejas.
“Quería también
enseñar a las almas que aun cuando estén cargadas de los pecados más atroces,
no las excluyo de las gracias, ni las separo de Mis almas más amadas; es decir,
que a unas y a otras, las reúno en Mi Corazón y Les doy las gracias que
necesitan”.
25
de Febrero de 1923
Sor Josefa ha ido
anotando en cuadernos las Palabras de Jesús. Ella le comenta al Señor su temor ante
las amenazas del enemigo de hacerlos desaparecer. Jesús le dice:
“Sí, su astucia
diabólica maquina mil proyectos para que Mis Palabras desaparezcan. Pero no lo
conseguirá, y hasta el fin de los siglos, Mis Palabras serán fuente de vida
para muchas almas”.
Jesús añade en otro
momento:
“¿No sabes cuál es Mi
Obra? Pues… ¡es de amor!... Quiero servirme de ti para dar a conocer más
todavía la misericordia y el amor de Mi Corazón… Las palabras y deseos que te
doy a conocer por tu medio excitarán el celo de muchas almas e impedirán la
pérdida de un gran número, y comprenderán cada vez más que la misericordia y el
amor de Mi Corazón son inagotables”.
Jesús dice a Sor
Josefa en otra ocasión:
“De cuando en cuando
necesito hacer una nueva llamada de amor… Sí, es verdad que no necesito de ti,
pero déjame, Esposa de Mi Corazón, que por ti Me manifieste una vez más a las
almas”.
25
de Febrero de 1923
Josefa ha pasado la
noche expiando por las almas que se han dejado seducir por el maligno y
alcanzando para ellas la luz que ha de llevarlas a la verdad. Durante la noche
el enemigo la ataca, como tantas otras veces. El domingo por la mañana Jesús
aparece en la celda de Josefa y, lleno de bondad, le pregunta:
“¿Qué temes? Tienes
muchas imperfecciones, pero no los pecados que el diablo falsamente te acusa”.
Sor Josefa renueva sus
votos y continúa escribiendo las Palabras del Señor:
“Hoy te diré una de
las razones que Me indujeron a lavar los pies a Mis Apóstoles antes de la Cena.
“Fue primeramente para
mostrar a las almas cuánto deseo que estén limpias y blancas cuando Me reciben
en el Sacramento de Mi amor (la Eucaristía).
“Fue también para
representar el Sacramento de la Penitencia en el que las almas que han tenido
la desdicha de caer en el pecado pueden lavarse y recobrar su perdida
blancura”.
2
de Marzo de 1923
Jesús sigue adelante
revelando los sorprendentes secretos de la Eucaristía, los cuales Josefa
transcribe sin perder una sola Palabra del Señor:
“Y vosotras, almas
queridas, ¿por qué estáis frías e indiferentes a Mi amor? Sé que tenéis que
atender a las necesidades de vuestra familia, de vuestra casa, y que el mundo
os solicita sin cesar; pero ¿no tendréis un momento para venir a darme una
prueba de amor y de agradecimiento? No os dejéis llevar de tantas preocupaciones
inútiles y reservad un momento para venir a visitar al Prisionero del Amor”.
2
de Marzo de 1923
Josefa continúa
transcribiendo los maravillosos secretos de la Eucaristía que Jesús le dicta:
“Si vuestro cuerpo
está débil y enfermo, ¿no procuráis hallar un momento para ir a buscar al
médico que debe sanaros? Venid al que puede haceros recobrar las fuerzas y la
salud del alma… Dad una limosna de amor a este mendigo divino que os espera, os
llama y os desea.
“Todo esto sentía Mi
Corazón, en el momento de la Cena, Josefa; pero aún no te he dicho lo que
sentía al pensar en Mis almas escogidas… En mis esposas… Mis sacerdotes… te lo
diré otro día. Adiós, no olvides que Mi Corazón te ama. Y tú, ¿Me amas?"
11
De Marzo De 1923
Jesús continúa
dictando a Josefa Sus secretos acerca de la Eucaristía. El Señor continúa
hablando acerca de la castidad y cómo quienes la viven poseen una similitud con
El mismo:
“Más aún: el alma que
vive consagrada a Mí por el voto de castidad, se asemeja también, en cuanto
puede la criatura, a Mí que Soy su Creador, y que habiendo tomado la naturaleza
humana con sus miserias, He vivido sin la más ligera sombra de mancha.
“Así, el alma que hace
voto de castidad es una hostia blanca y pura que rinde constante homenaje a la
Majestad divina”.
11
de Marzo de 1923
Jesús continúa
compartiendo con Josefa Sus innumerables secretos acerca de la Eucaristía. Ella
escribe mientras el Señor habla:
“Almas religiosas,
encontraréis también en la Eucaristía la imagen perfecta de vuestro voto de
obediencia.
“Pues en esta hostia
está cubierta y anonadada la grandeza y el poder de todo un Dios. Allí Me
veréis como sin vida. Yo que soy la vida de las almas y el sostén del mundo.
Allí, no soy dueño de ir ni de quedarme, de estar solo o acompañado: bajo esta
hostia, sabiduría, poder, libertad, todo está escondido. Estas especies de pan
son las ataduras que Me atan y el velo que Me cubre. Así el voto de obediencia
es para el alma religiosa la cadena que la ata, el velo que la encubre para que
no tenga voluntad, no sabiduría, ni gusto, ni libertad, más que según el
beneplácito divino manifestado por sus Superiores”.
13
de Marzo de 1923
El Señor continúa
compartiendo con Josefa Sus palabras de amor y entrega por nosotros, así como
Su tristeza ante el rechazo o indiferencia que muchas veces recibe. Josefa
escribe:
“Sí; por todas
derramaría Mi Sangre y a todas amaría con gran amor. Mas para muchas este amor
sería más delicado, más tierno, más ardiente… De estas almas escogidas esperaba
más consuelo y más amor; más generosidad, más abnegación… Esperaba, en fin, más
delicada correspondencia a Mis bondades. Y sin embargo… ¡ah! en aquel momento,
vi cuántas Me habían de volver la espalda. Unas no serían fieles en escuchar Mi
voz… Otras, la escucharían pero sin seguirla; otras, responderían al principio
con cierta generosidad, mas luego, poco a poco caerían en el sueño de la
tibieza. Sus obras Me dirían: ya he trabajado bastante; he mortificado mi
naturaleza y he llevado una vida de abnegación… Bien puedo permitirme ahora un
poco más de libertad. Ya no soy una niña… Ya no hace falta tanta vigilancia ni
tanta privación… Me puedo dispensar de lo que me molesta…”.
13
de Marzo de 1923
Josefa escribe cada
una de las palabras que Jesús le dice acerca de Su sufrimiento en Getsemaní:
“La Sangre que brotaba
de todos los poros de Mi Cuerpo, y que dentro de poco saldría de todas Mis
heridas, sería inútil para gran número de almas. Muchas se perderían…
¡Muchísimas Me ofenderían y otras no Me conocerían siquiera!...
“Derramaría Mi Sangre
por todas y Mis méritos serían aplicados a cada una de ellas… ¡Sangre
divina!... ¡Méritos infinitos!... Y sin embargo, inútiles para tantas y tantas
almas!...”.
13
de Marzo de 1923
# 372
Josefa continúa
anotando las palabras penetrantes y reveladoras del Señor acerca de Su
sufrimiento en el Huerto de Getsemaní:
“Estas cosas se
agolpaban ante Mis ojos y en Mi Corazón en aquellos instantes. ¿Qué haría?...
¿Retroceder?... ¿Pedir al Padre que Me librara de esta angustia, viendo, por
tantos, la inutilidad de Mi sacrificio? No; Me sometí de nuevo a Su Voluntad
Santísima y acepté el cáliz para apurarlo hasta las heces. Todo para enseñaros,
almas queridas, a no volver atrás a la vista de los sufrimientos y a no
creerlos inútiles aun cuando no veáis el resultado. Someted vuestro juicio y
dejad que la Voluntad Divina se cumpla en vosotras.
“Yo no retrocedí,
antes al contrario, sabiendo que era el huerto donde habían de prenderme,
permanecí allí…, no quise huir de Mis enemigos… Queda en paz. Estoy siempre a
tu lado, aunque tú no lo sientas”.
14
de Marzo de 1923 JUDAS
Jesús prosigue
compartiendo con Josefa los misterios de Su Pasión y la forma que ellos se
relacionan con las almas:
“Después que fui
confortado por el enviado de Mi Padre, vi que Judas, uno de Mis doce Apóstoles,
se acercaba Mí, y tras él venían todos los que Me habían de prender… Llevaban
en las manos cuerdas, palos, piedras y toda clase de instrumentos para
sujetarme…
“Me levanté y
acercándome a ellos, les dije: `a quién buscáis´?
“Entretanto, Judas,
poniendo las manos sobre Mis hombros, Me besó… ¡Ah! ¿qué haces, Judas?... ¿Qué
significa este beso?...
“También puedo decir a
muchas almas: ¿qué hacéis?... ¿Por qué Me entregáis con un beso?... ¡Almas a
quien amo!... Dime tú que vienes a Mí, que Me recibes en tu pecho… que Me dirás
más de una vez que Me amas… ¿No Me entregarás a Mis enemigos cuando salgas de
aquí?... Ya sabes que en esa reunión que frecuentas hay piedras que Me hieren
fuertemente, es decir, conversaciones que Me ofenden… ¡y tú que Me has recibido
hoy y que Me vas a recibir mañana, pierdes ahí la blancura preciosa de Mi
gracia!...
14
de Marzo de 1923
Josefa continúa
anotando las Palabras del Señor acerca de cómo las almas pueden en un momento
decirle cuánto Lo aman y luego traicionarlo, como sucedió con Judas:
“Amigo, ¿ha qué has
venido? ¡Judas! ¿con un beso entregas al Hijo de Dios?...?; ¿a tu Maestro y
Señor?... ¿Al que te ama y está dispuesto todavía a perdonarte?... Tú, uno de
los doce… uno de los que se han sentado a Mi mesa y que y a quien Yo mismo he
lavado los pies… ¡Ah! ¡Cuántas veces he de repetir estas palabras a las almas
más amadas de Mi Corazón!
“Alma querida, ¿por
qué te dejas llevar de esa pasión?... ¿por qué no resistes?... No te pido que
te libres de ella, pues eso no está en tu mano, pero sí pido que trabajes, que
luches, que no te dejes dominar. Mira que el placer momentáneo que te
proporciona es como los treinta dineros en que Me vendió Judas, los cuales no
le sirvieron sino para su perdición.
“¡Cuántas almas Me
habrán vendido y Me venderán por el vil precio de un deleite, de un placer
momentáneo y pasajero! ¡Ah, pobres almas! ¿A quién buscáis?... ¿Es a Mí?... ¿Es
a Jesús a quien conocéis, a quien a quien habéis amado y con quien habéis hecho
alianza eterna?...”
14
de Marzo de 1923
“No creáis que el alma
que Me vende y se entrega a los mayores desórdenes empezó por una falta grave.
Esto puede suceder, pero no es lo corriente. En general, las grandes caídas
empezaron por poca cosa: un gustito, una debilidad, un consentimiento quizá
lícito pero poco mortificado, un placer no prohibido pero poco conveniente… El
alma se va cegando, disminuye la gracia, se robustece la pasión, que por
último, vence.
“¡Ah, cuán triste es
para el Corazón de un Dios que ama infinitamente a las almas, ver a tantas que
se pierden insensiblemente en el abismo!...
“Aquí nos quedaremos
por hoy, Josefa; no olvides que no son tus méritos los que Me atraen, sino tu
miseria, y la compasión que tengo de ti”.
14
de Marzo de 1923
Jesús continúa
narrando a Josefa los misterios de Su Pasión y el mensaje que tiene para las
almas:
“A otra le diré:
¿seguirás con ese asunto que te ensucia las manos?... ¿No sabes que no es
lícito el modo como adquieres el dinero, alcanzas esa aposición, te procuras
ese bienestar?...
“Mira que obras como
Judas: ahora Me recibes y Me besas, dentro de unos instantes o de unas horas,
Me prenderán los enemigos y tú mismo les darás la señal para que Me conozcan…
Tú también, alma cristiana, Me haces traición con esa amistad peligrosa. No
sólo Me atas y Me apedreas, sino que eres causa de que tal persona Me ate y Me
apedree también.
“¿Por qué Me entregas
así, alma que Me conoces y que en más de una ocasión te has gloriado de ser
piadoso y de ejercer la caridad?... Cosas todas que, en verdad, podrían hacerte
adquirir grandes méritos; más… ¿qué vienen a ser para ti sino un velo que cubre
un delito?...
14
de Marzo de 1923
“Dejad que os diga una
palabra: velad y orad. Luchad sin descanso y no dejéis que vuestras malas
inclinaciones y defectos lleguen a ser habituales…
“Mirad que hay que
segar la hierba todos los años y quizás...; en las cuatro estaciones; que la
tierra hay que labrarla y limpiarla, hay que mejorarla y cuidar de arrancar las
malezas que en ella brotan.
“El alma también hay
que cuidarla con mucho esmero, y las! tendenc ias torcidas hay que
enderezarlas”.
14
de Marzo de 1923
Jesús, antes de
retirarse, dice a Josefa estas palabras, que también reconfortan nuestras
almas:
“Toma Mi Cruz y no
tengas miedo; nunca será mayor que tus fuerzas, porque está a medida y pesada
en la balanza del amor. ¡Ah! ¡Cuánto te amo! Y ¡cuánto amo a las almas! …Aunque
eres tan pequeña… uniéndote a Mis méritos y a Mi Corazón, puedo utilizar tu
pequeñez. Te dejo la Cruz. Sufre por las almas y por Mi amor”.
15
de Marzo de 1923
La Santísima Virgen
María dice a Sor Josefa:
“Ofrécete a Jesús para
curarle las heridas que Le causan los pecados del mundo. Ya sabes cómo goza Su
Corazón cuando las almas religiosas se ofrecen a El para consolarle”.
Josefa continúa
escribiendo el mensaje que Jesús desea que lean las almas por las que El tanto
sufrió, particularmente los Sacerdotes y Religiosas:
“Sí, almas que he
escogido para que seáis Mi descanso y el jardín de Mis delicias; espero de
vosotras mucha mayor ternura, mucha más delicadeza, mucho más amor que de otras
que no Me están tan íntimamente unidas.
“De vosotras espero
que seáis el bálsamo que cicatrice Mis heridas, que limpiéis Mi rostro, afeado
y manchado…, que Me ayudéis a dar luz a tantas almas ciegas, que en la oscuridad
de la noche Me prenden y Me atan para darme muerte.
“No Me dejéis solo…
Despertad y venid…, porque ya llegan Mis enemigos".
15
de Marzo, 1923
Jesús continúa
narrando a Josefa lo que desea de las almas, especialmente de los Sacerdotes y
las Religiosas, y la forma que El las ayuda:
“No Me dejéis solo…
Despertad y venid…, porque ya llegan Mis enemigos.
“Cuando se acercaron a
Mí los soldados para prenderme, les dije: `Yo Soy´.
“Lo mismo repito al
alma que se acerca al peligro y a la tentación: `Yo Soy; Yo Soy, ¿vienes a
prenderme y a entregarme? No importa, ven… Soy Tu Padre y si tú quieres, estás
a tiempo todavía; te perdonaré y en vez de atarme tú con las cuerdas del
pecado, Yo te atraeré a ti con ligaduras de amor´.
“Ven, Yo Soy… Soy el
que te ama y ha derramado toda Su Sangre por ti… El que tiene tal compasión de
tu debilidad, que está esperándote con ansia para estrecharte en Sus brazos.
“Ven alma de esposa…
alma de sacerdote… Soy la misericordia infinita; no temas… No te rechazaré ni
te castigaré… Te abriré Mi Corazón y te amaré con mayor ternura que antes. Con
la Sangre de Mis Heridas lavaré las manchas de tus pecados, tu hermosura será
la admiración de los ángeles y dentro de ti descansará Mi Corazón”.
16
de Marzo de 1923
Jesús retoma Sus
Palabras del día de ayer, las cuales Josefa las anota, una a una:
“Mis Apóstoles Me
habían abandonado…! Pedro, movido de
curiosidad, pero lleno de temor, se quedó oculto entre la servidumbre. A Mi alrededor sólo había acusadores que
buscaban cómo acumular contra Mí delitos que pudieran encender más la cólera de
jueces tan inicuos. Los que tantas veces
habían alabado Mis milagros se convierten en acusadores. Me llaman perturbador, profanador del sábado,
falso profeta. La soldadesca, excitada
por las ! calumnia s, profiere contra Mí gritos y amenazas. Aquí quiero hacer un llamamiento de amor a
Mis apóstoles y a Mis almas escogidas.
“¿Dónde estáis
vosotros, Apóstoles y discípulos que habéis sido testigos de Mi vida, de Mi
doctrina, de Mis milagros…? ¡Ah!, de
todos aquellos de quienes esperaba alguna prueba de amor, no queda ninguno para
defenderme; Me encuentro solo y rodeado de soldados, que como lobos quieren
devorarme”.
16
de Marzo de 1923
Josefa pregunta ahora
a la Santísima Virgen María acerca de cómo purificar cada día las acciones y
así disminuir nuestro Purgatorio lo más posible. María le responde:
Cada noche antes de
entregaros al descanso diréis con gran confianza al mismo tiempo con gran
respeto estas palabras:
`Oh, Jesús, Vos
conocíais mi miseria antes de fijar en mí Vuestros ojos, y ella, lejos de
hacéroslos apartar, ha hecho que me amaseis con tanta ternura y delicadeza. Os
pido perdón de lo mal que he correspondido hoy a Vuestro amor, y Os suplico me
perdonéis y purifiquéis mis acciones en Vuestra Sangre Divina´.
`Me pesa haberos
ofendido porque sois infinitamente santo. Me arrepiento con toda mi alma y
prometo hacer cuanto me sea posible para no caer más en las mismas faltas”.
María agrega:
“Después, hija mía, os
entregaréis al descanso con toda tranquilidad”.
17
de Marzo de 1923
#410
Jesús concluye Su
mensaje con una petición:
“Haced desaparecer Mi
dolorosa vergüenza con vuestra pureza y rectitud de intención. Si queréis que
descanse en vosotras, preparadme un lugar de reposo con actos de mortificación.
Sujetad vuestra imaginación, evitad el tumulto de las pasiones, y en el
silencio de vuestra alma, de vez en cuando oiréis Mi voz que os dice
suavemente: `esposa Mía que ahora eres Mi descanso, Yo seré el tuyo en la
eternidad; a ti que con tanto desvelo y amor Me procuras la prisión de tu
corazón, Yo te prometo que Mi recompensa no tendrá límites y no te pesarán los
sacrificios que hayas hecho por Mí durante tu vida
“Nos quedaremos aquí,
Josefa. Déjame pasar el día en la prisión de tu alma. Haz gran silencio en ella
para que puedas oír Mis Palabras y los deseos que te quiero confiar ”.
17
de Marzo de 1923
Jesús viene horas más
tarde a Josefa para compartir con ella algo de Su sufrimiento la noche previa a
Su crucifixión:
“Contémplame en la
prisión donde pasé gran parte de la noche. Los soldados venían a insultarme de
palabra y de obra burlándose, empujándome, golpeándome… Al fin, hartos de Mí,
Me dejaron solo, atado, en una habitación oscura y húmeda, sin más asiento que
una piedra, donde Mi Cuerpo dolorido se quedó al poco rato, aterido de frío”.
17
de Marzo de 1923
Jesús comparte más del
impacto profundo que en El tiene nuestro olvido que El está en el Sagrario y
nuestro desgano de ir a recibirle en nuestro corazón:
“¡Cuántos días espero
que tal alma venga a visitarme en el Sagrario y a recibirme en Su corazón!
¡Cuántas noches Me paso solo y pensando en ella! Pero se deja absorber por sus
ocupaciones o dominar por la pereza, o por el temor de perjudicar su salud, y
no viene”.
17
de Marzo de 1923
Josefa continúa
escribiendo la narración impresionante del Señor:
“Cuando aquellas manos
sucias y repugnantes descargaban sobre Mí golpes y bofetadas, vi cómo sería
muchas veces golpeado y abofeteado por tantas almas que sin purificarse de sus
pecados, Me recibirían en sus corazones, y con sus pecados habituales
descargarían sobre Mí repetidos golpes”.
17
de Marzo de 1923
Josefa anota las
reveladoras palabras de Jesús acerca de lo que El desea de nosotros:
“Si queréis darme una
prueba de vuestro amor, abridme vuestro pecho para que haga en él Mi prisión.
Atadme con las cadenas de vuestro amor… Cubridme con vuestras delicadezas… Ali!
mentadme con vuestra generosidad… Apagad Mi sed con vuestro celo… Consolad Mi
tristeza y desamparo con vuestra fiel compañía”.
20
de Marzo de 1923
Jesús concluye Su
mensaje con una petición:
“Haced desaparecer Mi
dolorosa vergüenza con vuestra pureza y rectitud de intención. Si queréis que
descanse en vosotras, preparadme un lugar de reposo con actos de
mortificación. Sujetad vuestra imaginación,
evitad el tumulto de las pasiones, y en el silencio de vuestra alma, de vez en
cuando oiréis Mi voz que os dice suavemente: `esposa Mía que ahora eres Mi
descanso, Yo seré el tuyo en la eternidad; a ti que con tanto desvelo y amor Me
procuras la prisión de tu corazón, Yo te prometo que Mi recompensa no tendrá
límites y no te pesarán los sacrificios que hayas hecho por Mí durante tu vida
“Nos quedaremos aquí,
Josefa. Déjame pasar el día en la
prisión de tu alma. Haz gran silencio en
ella para que puedas oír Mis Palabras y los deseos que te quiero confiar ”.
Jesús dice a Josefa:
“No temas. Adonde voy
Yo, la Cruz Me acompaña. Recíbela con todo respeto y amor por la salvación de
tantas almas que se hallan en peligro”.
Luego, Jesús enseña a
Josefa una extraordinaria oración para que la dirijamos al Padre Celestial por
las almas que necesitan conversión:
“Ofrece al Eterno
Padre los tormentos de Mi Pasión por la conversión de las almas. Dile Conmigo:
`¡Oh Padre mío! ¡Oh
Padre Celestial! Mirad las llagas de Vuestro Hijo y dígnanos recibirlas para
que las almas se abran a los toques de la gracia. Que los clavos que taladraron
Sus manos y Sus pies traspasen los corazones endurecidos… que Su Sangre los
ablande y los mueva a hacer penitencia. Que el peso de la Cruz sobre los
hombros de Vuestro Divino Hijo mueva a las almas a descargar el peso de sus
delitos en el tribunal de la penitencia´”.
Jesús continúa
dictando a Josefa la oración que debemos dirigir al Padre Celestial por las
almas que necesitan conversión:
`Os ofrezco ¡oh Padre
Celestial! La corona de espinas de vuestro amado Hijo. Por este dolor os pido
que las almas se dejen traspasar por una sincera contrición.
`Os ofrezco el
desamparo que vuestro Hijo padeció en la Cruz … Su ardiente sed y todos los
demás tormentos de Su agonía, a fin de que los pecadores encuentren paz y
consuelo en el dolor de sus culpas’.
20
de Marzo de 1923
Josefa continúa
escribiendo las sobrecogedoras Palabras que Jesús comparte con ella:
“Al amanecer del día
siguiente, Caifás ordenó que Me condujeran a Pilatos para que pronunciara la
sentencia de muerte.
“Este Me interrogó con
gran sagacidad, deseoso de hallar causa de condenación; pero al mismo tiempo su
conciencia le remordía y sentía gran temor ante la injusticia que contra Mí iba
a cometer; al fin encontró un medio para desentenderse de Mí y mandó Me
condujeran a Herodes.
“En Pilatos están
fielmente representadas las almas que, sintiendo la lucha entre la gracia y sus
pasiones, se dejan dominar por el respeto humano y por un excesivo amor propio.
Cuando se les presenta una tentación o se ven en peligro de pecar, dejándose
cegar, procuran convencerse de que en aquello no hay ningún mal, ni corren
peligro alguno, que tienen bastante talento para juzgar por sí mismas y no
necesitan pedir consejo. Temen ponerse en ridículo a los ojos del mundo… Les
falta energía para resistir y, cerrándose al impulso de la gracia, de esta
ocasión caen en otra, hasta llegar, cediendo como Pilatos, a entregarme en
manos de Herodes”.
20
de Marzo de 1923
#418
Josefa anota el final
de la oración que Jesús le enseña, la cual debemos dirigir al Padre Celestial
por las almas que necesitan conversión:
`En fin, ¡oh Dios
compasivo y lleno de misericordia!: por aquella perseverancia con que Jesús,
Vuestro Hijo, rogó por los mismos que Lo crucificaban, os ruego, y os suplico,
concedáis a las almas un ardiente amor a Ti y al prójimo y la perseverancia en
el bien.
`Y así como los
tormentos de Vuestro Hijo terminaron con la eterna bienaventuranza, así los
sufrimientos de los arrepentidos y penitentes sean también coronados
eternamente con el premio de vuestra gloria´”.
Terminada esta
enseñanza, Jesús dice a Josefa:
“Ahora te dejo Mi
Cruz… queda unida a Mis sufrimientos. Presenta sin cesar a Mi Padre las llagas
de Su Hijo”.
21
de Marzo de 1923
Miércoles de Pasión.
Al acudir Jesús por la mañana, prosigue Su mensaje del día anterior:
“Escribe, Josefa: a
todas las preguntas que Pilatos Me hizo, nada respondí; mas cuando Me dijo:
`¿eres Tú el Rey de los Judíos?´ Entonces con gravedad y entereza le dije: `tú
lo has dicho´: Yo soy Rey, pero Mi Reino no es de este mundo´.
“Con estas palabras,
quise enseñar a muchas almas cómo, cuando se presenta la ocasión de soportar un
sufrimiento o una humillación que podrían fácilmente evitar, deben contestar
con generosidad”.
Jesús explica a Josefa
cómo debe aplicar para sí estas palabras (“Mi Reino no es de este mundo”),
diciéndose ella a sí misma:
“No busco las
alabanzas de los hombres; mi patria no es ésta; ya descansaré en la que lo es
verdaderamente; ahora, ánimo para cumplir mi deber sin tener en cuenta la
opinión del mundo… Si por ello me sobreviene una humillación o un sufrimiento,
no importa; no retrocederé, escucharé la voz de la gracia, ahogando los gritos
de la naturaleza. Y si no soy capaz de vencer sola, pediré fuerzas y consejo,
pues en muchas ocasiones las pasiones y el excesivo amor propio ciegan el alma
y la impulsan a obrar el mal”.
21
de Marzo de 1923
#420
Continúa el Miércoles
de Pasión. Jesús ha acudido a Josefa para proseguir Su mensaje:
“Entonces Pilatos,
dominado por el respeto humano y temiendo, por otra parte, hacerse responsable
de Mi causa, mandó que Me llevaran a la presencia de Herodes. Era éste un
hombre corrompido, que no buscaba más que el placer, dejándose arrastrar de sus
pasiones desordenadas. Se alegró de verme comparecer ante su tribunal, pues
esperaba divertirse con Mis discursos y milagros.
“Considerad, almas
queridas, la repulsión que experimenté al verme ante aquel hombre vicioso cuyas
preguntas, gestos y movimientos Me cubrían de confusión.
“¡Almas puras y
virginales! ¡Venid a rodear y defender a vuestro Esposo…! Escuchad las
calumnias… los falsos testimonios y los escarnios de aquella turba vil, ávida
solamente de escándalos”.
21
de Marzo de 1923
#421
El Miércoles de Pasión
Josefa continúa anotando el mensaje de Jesús:
“Herodes esperaba que
Yo contestaría a sus preguntas sarcásticas, pero no quise despegar los labios;
guardé en su presencia el más profundo silencio.
“No contestar era la
mayor prueba que podía darle de Mi dignidad. Sus palabras obscenas no merecían
con las Mías purísimas.
“Entretanto, Mi
Corazón estaba íntimamente unido a Mi Padre Celestial. Me consumía en deseos de
dar por las almas hasta la última gota de Mi Sangre. El pensamiento de todas
las que, más tarde, habían de seguirme, conquistadas por Mis ejemplos, Me
encendía en amor, y no sólo gozaba en aquel terrible interrogatorio, sino que
deseaba soportar el suplicio de la Cruz ”.
21
de Marzo de 1923
#422
Continúa el Miércoles
de Pasión, en el que Jesús comparte con Josefa Su mensaje:
“Así, después de
sufrir en silencio las afrentas más ignominiosas, dejé que Me trataran de loco
y Me cubrieran con una vestidura blanca en señal de burla; después, en medio de
gritos furiosos, Me llevaron de nuevo a la presencia de Pilatos.
“Mira cómo este
hombre, confundido y enredado en sus propios lazos, no sabe qué hacer de Mí, y
para apaciguar el furor del populacho, manda que Me hagan azotar.
“Así son las almas
cobardes que, faltas de generosidad para romper enérgicamente con las vigencias
del mundo o de sus propias pasiones, en vez de cortar de raíz aquello que la
conciencia les reprende, ceden a un capricho, se conceden una ligera
satisfacción, capitulan en parte con lo que la pasión exige”.
21
de Marzo de 1923
#423
Jesús continúa Su
mensaje a las almas:
“Se venden en tal
punto pero no en tal otro en que el esfuerzo tiene que ser mayor. Se mor
tifican en una ocasión pero no en otras, cuando para seguir la inspiración de
la gracia o la observancia de la Regla (Religiosa), han de privarse de ciertos
gustillos que halagan la naturaleza y alimentan la sensualidad.
“Y para callar los
remordimientos, se dicen a sí mismas: `ya me he privado de esto…’ sin ver que
sólo es la mitad de lo que la gracias les pide”.
21
de Marzo de 1923
#424
Josefa continúa
escribiendo el mensaje de Jesús a las almas, esta vez el Señor se refiere a las
ocasiones que debiésemos callar algo pero la lucha interior nos vence:
“…Si algún alma
impulsada, no por la caridad y el deseo del bien al prójimo, sino por un
secreto movimiento de envidia, procura divulgar una falta ajena, la gracia y la
conciencia levantan la voz y le dicen que aquello es una injusticia, y que no
procede de bueno sino de mal espíritu. Quizá tenga un instante de lucha
interior pero, cobarde al fin, su pasión inmortificada la ciega y procura
inventar un arreglo que, a la vez, acalle su conciencia y satisfaga su mala
inclinación: esto es, acallar en parte lo que debía callar del todo; y se
excusa diciendo: `tiene que saberlo… sólo diré una palabra…´”.
21
de Marzo de 1923
#425
Josefa anota las
reveladoras palabras de Jesús acerca del efecto que las tentaciones producen
cuando no han sido vencidas:
“Alma querida, como
Pilatos, Me haces flagelar. Ya has dado un paso… Mañana darás otro… ¿Crees
satisfacer así tu pasión? No; pronto te pediré más, y como no has tenido valor
para luchar con tu propia naturaleza en esta pequeñez, mucho menos la tendrás
después, cuando la tentación sea mayor”.
21
de Marzo de 1923
#426
Jesús narra a Josefa
algunos detalles reveladores de Su flagelación:
“Miradme, almas tan
amadas de Mi Corazón, dejándome conducir con la mansedumbre de un cordero al
terrible y afrentoso suplicio de la flagelación. Sobre Mi Cuerpo ya cubierto de
golpes y agobiado del cansancio, los verdugos descargan cruelmente con cuerdas
embreadas y con varas, terribles azotes. Y es tanta la violencia con que Me
hieren, que no quedó en Mí un solo hueso que no fuese quebrantado por el más
terrible dolor… La fuerza de los golpes Me produjo innumerables heridas… Las
varas arrancaban pedazos de Piel y Carne divina… La Sangre brotaba de todos los
miembros de Mi Cuerpo, que estaba en tal estado, que más parecía monstruo que
hombre”.
21
de Marzo de 1923
– continúa del #428
Josefa escribe,
impresionada por la revelación que Jesús le ha mostrado, y que mueve a cuantos
lo leen a corresponder al Señor a Su amor y sacrificio:
“Jamás he visto un
dolor que se asemeje, ni siquiera de lejos, al dolor de Nuestro Señor. Lo que
más me ha impresionado son Sus ojos. Esos ojos hermosísimos, que cuando miran
penetran hasta el fondo del alma… ¡Y dicen tantas cosas…! Hoy estaban cerrados…
muy hinchados y llenos de sangre, que le caía por la cara, los ojos y la boca.
Estaba de pie, pero encogido y atado, no sé a qué, pues yo no veía sino a
Jesús. Atadas también las manos, una con otra, y ensangrentadas. El cuerpo todo
cubierto de heridas y de manchas negras y las venas de los brazos muy hinchadas
y de color oscuro. Por varias partes, jirones de carne, como desprendidos, en
particular en el hombro izquierdo. Sus vestiduras estaban en el suelo, llenas
de sangre y una cuerda muy apretada sujetaba en la cintura un trozo de tela,
tan ensangrentado que no se distinguía su propio color”.
23
de Marzo de 1923
Jesús dice a Josefa:
“Deja que tu alma se
penetre de las palabras que te va a confiar Mi Corazón… Cuando los brazos de
aquellos hombres crueles quedaron rendidos a fuerza de descargar golpes sobre
Mi cuerpo, colocaron sobre Mi Cabeza una corona tejida con ramas de espinas y,
desafiando por delante de Mí Me decían: `¿con que eres Rey? ¡Te saludamos…!’
“Unos Me escupían…
otros Me insultaban… otros descargaban nuevos golpes sobre Mi Cabeza, cada uno
añadía un nuevo dolor a Mi Cuerpo maltratado y desecho”.
– continúa en el #432
23
de Marzo de 1923
Jesús continúa Su
mensaje a las almas a través de Josefa, que escribe cada Palabra que el Señor
le comparte:
“¿Y qué diré a tantas almas a quienes llamo a
la vida perfecta, a una vida de amor, y que se hacen sordas a Mi voz?
“¡Cuántas ilusiones,
cuánto engaño hay en las almas que aseguran que están dispuestas a hacer Mi
Voluntad, a seguirme, a unirse y consagrarse a Mí, y sin embargo, clavan en Mi
Cabeza la corona de espinas!”.
23
de Marzo de 1923
Josefa continúa
transcribiendo, palabra a palabra, lo que Jesús va dictándole acerca de los
errores que algunas almas cometen :
“¡Pero cuántas resistencias!...
¡Y cuántas decepciones sufre Mi Corazón! ! ; ¡Cuántas almas ciegas por
el orgullo, la des de fama y de honra, el deseo de comentar sus vanos apetitos
y una baja y mezquina ambición de ser tenidas en algo… se niegan a seguir el
camino que les traza Mi amor!”
23
de Marzo de 1923
Josefa prosigue la
transcripción de cada una de las Palabras que el Señor comparte con ella. Impresiona la extrema sensibilidad y amor del
Señor hacia Su Madre, María y Su Padre adoptivo, San José: “Medita por un momento
el indecible martirio de Mi Corazón, tan tierno y delicado, al verse pospuesto
a Barrabás… ¡Cuánto sentí aquel
desprecio! Y ¡cómo traspasaban lo más íntimo de Mi alma aquellos gritos que
pedían Mi muerte! “¡Cómo recordaba
entonces las ternuras de Mi Madre, cuando Me estrechaba sobre su Corazón! ¡Cuán
presente tenía los desvelos y fatigas que para mostrarme su amor sufrió Mi
Padre adoptivo!!
23
de Marzo de 1923
– continúa del #434
Jesús dedica palabras
especiales para las jóvenes que piensan en el matrimonio, las cuales Josefa
transcribe a continuación:
“Hay en el mundo
muchas jóvenes que cuando llega el momento de decidirse para contraer
matrimonio, se sienten atraídas hacia aquel en quien descubren cualidades de
honradez, vida cristiana y piadosa, fiel cumplimiento del deber, así en el
trabajo como en el seno de la familia, todo, en fin, lo que puede llenar las
aspiraciones de su corazón. Pero en aquella cabeza germinan pensamientos de
soberbia… y empieza a discutir así: tal vez éste satisfacerá los anhelos de mi
corazón, pero en cambio, no podré figurar ni lucir en el mundo. Entonces se ingenian para buscar a otro, en
el cual pasarán por más nobles, más ricas, llamarán la atención y se granjearán la estima y los halagos de
las criaturas.
“¡Ah! ¡Cuán neciamente se ciegan estas pobres
almas! Oyeme, hija Mía, no encontrarás
la verdadera felicidad en este mundo y… quizá no la encuentres tampoco en el
otro. ¡Mira que te pones en gran
peligro!”.
– continúa en el
#435
24
de Marzo de 1923
Josefa escribe las
extraordinarias palabras de Jesús, que dan esperanza aún al más despiadado de
los pecadores:
“Desde que Judas Me entregó en el Huerto de
los Olivos, anduvo errante y fugitivo, sin poder acallar los gritos de su conciencia,
que le acusaba del más horrible sacrilegio. Cuando llegó a sus oídos la
sentencia de muerte pronuncia contra Mí, se entregó a la más terrible
desesperación y se ahorcó.
“¿Quién podrá comprender el dolor intenso de
Mi Corazón cuando vi lanzarse a la perdición eterna esa alma que había pasado
tres años en la escuela de Mi Amor, aprendiendo Mi doctrina, recibiendo Mis
enseñanzas, oyendo tantas veces cómo perdonaban Mis labios a los más grandes
pecadores?
“¡Ah! ¡Judas!
¿Por qué no vienes a arrojarte a Mis pies, para que te perdone? Si no te atreves a acercarte a Mí por temor a
los que Me rodean, maltratándome con tanto furor, mírame al menos; ¡verás cuán
pronto se fijan en ti Mis ojos!...”.
24
de Marzo de 1923
Jesús dirige ahora Sus
Palabras de consuelo y guí! a a los jóvenes que se han alejado de El:
“Si sois jóvenes y los escándalos de vuestra
vida pasada os han degradado ante los hombres, ¡no temáis! Aún cuando el mundo
os desprecie, os trate de malvados, os insulte, os abandone; estad seguros de
que vuestro Dios no quiere que vuestra alma sea pasto de las llamas del
infierno. Desea que os acerquéis a El
para perdonaros. Si no os atrevéis a
hablarle, dirigidle miradas y suspiros del corazón y pronto veréis que Su mano
bondadosa y paternal os conduce a la fuente del perdón y de la vida”.
13
de Noviembre de 1923
Jesús: "deseo que
hagan conocer Mis Palabras. Quiero que el mundo entero Me conozca como Dios de
amor, de perdón y de misericordia. Yo quiero que el mundo lea que deseo
perdonar y salvar... Mis Palabras serán luz y vida para muchísimas almas; todas
se imprimirán, se leerán y se predicarán. Yo daré gracias especiales para que
produzcan un gran bien y para que sean luz de las almas".
24
de Marzo de 1923
Jesús dirige ahora Sus
Palabras de consuelo y guía a los jóvenes que se han alejado de El:
“Si sois jóvenes y los
escándalos de vuestra vida pasada os han degradado ante los hombres, ¡no
temáis! Aún cuando el mundo os desprecie, os trate de malvados, os insulte, os
abandone; estad seguros de que vuestro Dios no quiere que vuestra alma sea
pasto de las llamas del infierno. Desea
que os acerquéis a El para perdonaros.
Si no os atrevéis a hablarle, dirigidle miradas y suspiros del corazón y
pronto veréis que Su mano bondadosa y paternal os conduce a la fuente del
perdón y de la vida”.
24
de Marzo de 1923
Las extraordinarias
Palabras de Jesús son transcritas por Josefa a su diario para dar esperanza,
guía y aliento a las almas más cargas y atormentadas por sus vidas alejadas de
Dios:
“Almas que estáis
enredadas en los mayores pecados… Si por
más o menos tiempo habéis vivido errantes y fugitivos a causa de vuestros
delitos, si los pecados de que sois culpables os han cegado y endurecido el
corazón, si por seguir alguna pasión habéis caído en los mayores desórdenes,
¡ah!, no dejéis que se apodere de vosotros la desesperación, cuando os
abandonen los cómplices de vuestro pecado o cuando vuestra alma se dé cuenta de
su culpa… Mientras el hombre cuenta con
un instante de vida, aún tiene tiempo de recurrir a la misericordia y de
implorar el perdón”.
24
de Marzo de 1923
Josefa escribe las
extraordinarias palabras de Jesús, que dan esperanza aún al más despiadado de
los pecadores:
“Desde que Judas Me
entregó en el Huerto de los Olivos, anduvo errante y fugitivo, sin poder
acallar los gritos de su conciencia, que le acusaba del más horrible
sacrilegio. Cuando llegó a sus oídos la
sentencia de muerte pronuncia contra Mí, se entregó a la más terrible
desesperación y se ahorcó.
“¿Quién podrá
comprender el dolor intenso de Mi Corazón cuando vi lanzarse a la perdición
eterna esa alma que había pasado tres años en la escuela de Mi Amor,
aprendiendo Mi doctrina, recibiendo Mis enseñanzas, oyendo tantas veces cómo
perdonaban Mis labios a los más grandes pecadores?
“¡Ah! ¡Judas!
¿Por qué no vienes a arrojarte a Mis pies, para que te perdone? Si no te atreves a acercarte a Mí por temor a
los que Me rodean, maltratándome con tanto furor, mírame al menos; ¡verás cuán pronto
se fijan en ti Mis ojos!...”.
24
de Marzo de 1923
Jesús dicta a Josefa
Sus reflexiones acerca de Su sufrimiento por la ingratitud de aquellos a
quienes El con tanto amor ayudó:
“¡Cuán vivamente se
presentaba a Mi memoria los beneficios que con tanta liberalidad derramé sobre
aquel pueblo ingrato!... ¡dando vista a
los ciegos, devolviendo la salud a los enfermos, el uso de sus miembros a los
que los habían perdido!... ¡dando de
comer a las turbas y resucitando a los muertos!
Y ahora, ¡vedme reducido al estado más despreciable! ¡Soy el más odiado de los hombres y se Me
condena a muerte como un ladrón infame!...
¡Pilatos ha pronunciado la sentencia!
¡Almas queridas!: ¡considerad atentamente cuánto sufrió Mi Corazón!”
24
de Marzo de 1923
Josefa prosigue la
transcripción de cada una de las Palabras que el Señor comparte con ella. Impresiona la extrema sensibilidad y amor del
Señor hacia Su Madre, María y Su Padre adoptivo, San José:
“Medita por un momento
el indecible martirio de Mi Corazón, tan tierno y delicado, al verse pospuesto
a Barrabás… ¡Cuánto sentí aquel
desprecio! Y ¡cómo traspasaban lo más íntimo de Mi alma aquellos gritos que
pedían Mi muerte!
“¡Cómo recordaba entonces las ternuras de Mi
Madre, cuando Me estrechaba sobre su Corazón!
¡Cuán presente tenía los desvelos y fatigas que para mostrarme su amor
sufrió Mi Padre adoptivo!
23
de Marzo de 1923
Jesús continúa
compartiendo Sus reveladoras Palabras a Josefa acerca de la felicidad:
“Esto que he dicho a
las almas que sienten terror a la vida humilde y oscura, lo repito a las que,
por el contrario, son llamadas a trabajar en continuo contacto con el mundo,
cuando su atractivo sería la completa soledad y la los trabajos humildes y
ocultos…
“¡Almas escogidas!: Vuestra felicidad y
vuestra perfección no consiste en ser conocidas o desconocidas de las
criaturas, ni en emplear u ocultar el talento que poseéis, ni en ser estimadas
o despreciadas, ni en gozar de salud o padecer enfermedad… Lo único que os procurará felicidad cumplida
es hacer la Voluntad de Dios, abrazarla con amor, y por amor unirse y
conformarse con entera sumisión a todo lo que por Su gloria y vuestra
santificación os pida.
“Basta por hoy,
Josefa; mañana continuaré. Ama y abraza
Mi Voluntad alegremente; ya sabes que está en todo trazada por el amor”.
23
de Marzo de 1923
Jesús continúa
compartiendo con Josefa las lecciones de Su vida en este mundo:
“Cuando dejé Nazaret y empecé Mi vida pública,
habría podido darme a conocer por Mesías e Hijo de Dios, para que los hombres
escuchasen Mis enseñanzas con veneración; pero no lo hice, porque Mi único
deseo era cumplir la Voluntad de Mi Padre...
“Y cuando llegó la hora de Mi Pasión, a través
de la crueldad de los unos y de las afrentas de los otros, del abandono de los
Míos y de la ingratitud de las turbas… a través del indecible martirio de Mi
Cuerpo y de las vivísimas repugnancias de Mi naturaleza humana, Mi alma, con
mayor amor aún, se abrazaba a la Voluntad de Mi Padre Celestial…
“Entendí, almas
escogidas, cuando, después de haber pasado por encima de las repugnancias y
sutilezas del amor propio, que os sugiere vuestra naturaleza o la familia o el
mundo, abracéis con generosidad la Voluntad Divina, sólo entonces llegaréis a
gozar de las más inefables dulzuras, en una íntima unión de voluntades entre el
Divino Esposo y vuestra alma”.
23
de Marzo de 1923
Jesús dicta a Josefa
Palabras especiales para las almas a las que El llama, con un bello mensaje
acerca de la aceptación de tareas y posiciones “inferiores” a nuestros
talentos:
“Ahora quiero volver a
tratar de las almas de quienes hablaba ayer.
De estas almas a quienes llamo al estado perfecto pero vacilan, diciendo
entre sí: `no puedo resignarme a esta vida de oscuridad… no estoy acostumbrado
a estos quehaceres tan bajos… ¿qué dirá mi familia, mis amistades?’ Y se persuaden de que con la capacidad que
tienen o creen tener serán más útiles en otro lugar.
“Voy a responder a
estas almas. ¿Rehusé Yo o vacilé
siquiera cuando Me vi nacer de familia pobre y humilde… en un estado fuera de
Mi casa y de Mi patria… de noche… en la más cruda estación del año?
“Después viví treinta
años de trabajo oscuro y rudo en un taller de carpintero, pasé humillaciones y
desprecios de parte de los que encargaban trabajo a Mi padre San José… no me
desdeñé de ayudar a Mi Madre en las faenas de la casa… y sin embargo, ¿no tenía
más talento que el que se requiere para ejercer el tosco oficio de carpintero,
Yo que a la edad de doce años enseñé a los Doctores en el Templo? Pero era la Voluntad de Mi Padre Celestial y
así Le glorificaba”.
23
de Marzo de 1923
Jesús continúa
compartiendo con Josefa Su mensaje de lo sucedido el Viernes antes de Su
Crucifixión:
“No creáis, sin
embargo, que Mi naturaleza humana no sintió repugnancia ni dolor… antes al
contrario, quise sentir todas vuestras repugnancias y estar sujeto a vuestra
misma condición, dejándoos un ejemplo que os fortalezca en todas las
circunstancias de la vida.
“Así, cuando llegó este momento tan penoso,
aunque hubiese podido librarme de él, no sólo no Me libré sino que lo abracé
con por amor y para cumplir la voluntad de Mi Padre. Para reparar Su gloria, satisfacer por los
pecados del mundo y alcanzar la salvación de innumerables almas”.
23
de Marzo de 1923
Jesús continúa
compartiendo con Josefa Sus Palabras de Su encuentro con Pilatos:
“Pilatos, perturbado
por el aviso de su mujer y perplejo entre los remordimientos de su conciencia y
el temor de que el pueblo se amotinase contra él, buscaba medios para
libertarme… Y Me expuso a la vista del
populacho en el lastimoso estado en que Me hallaba, proponiéndoles darme
libertad y condenar en Mi lugar a Barrabás, que era un ladrón y criminal
famoso… A una voz contestó el pueblo:
`¡Que muera y que Barrabás sea puesto en libertad!´
“¡Almas que Me amáis, ved cómo Me han
comparado a un criminal, y ved cómo Me han rebajado más que al más perverso de
los hombres….! ¡Oíd qué furiosos gritos
lanzan contra Mí! ¡Ved con qué rabia
piden Mi muerte! ¿Rehusé, acaso, pasar
por tan penosa afrenta? No, antes al
contrario, me abracé con ella por amor a las almas, por amor a vosotras y para
mostraros que este amor no Me llevó tan solo a la muerte, sino al desprecio, a
la ignominia, al odio de los mismos por quienes iba a derramar Mi Sangre con
tanta profusión”.
23
de Marzo de 1923
Jesús continúa
dictando a Josefa Su mensaje:
“Coronado de espinas y
cubierto con un manto de púrpura los soldados Me presentaron de nuevo a
Pilatos, gritando ferozmente, insultándome en son de burla a cada paso que
daba.
“No encontrando en Mí
delito para castigarme, Pilatos Me hizo varias preguntas, diciéndome que por
qué no le contestaba, siendo así que él tenía todo poder sobre Mí…
“Entonces, rompiendo
el silencio, le dije: `no tendrías ese poder si no te hubiese sido dado de
arriba; pero es preciso que se cumplan las Escrituras´. Y cerrando de nuevo los labios Me entregué…”.
23
de Marzo de 1923
Josefa sigue adelante
en la transcripción del Señor a las almas:
“Almas por Mí
escogidas con tanto cariño, ¿creéis darme la gloria que Yo esperaba de vosotras
haciendo vuestro gusto? ¿Creéis cumplir
Mi Voluntad resistiendo a la voz de la gracia que os llama y encamina por esa
senda que vuestro orgullo rechaza?
“¡Ah, Josefa! ¡A cuántas almas ciega la soberbia! Quiero que hoy hagas muchos actos de humildad
y sumisión a la Voluntad Divina para alcanzar que las almas se dejen guiar por
el camino que les preparo con tanto amor”.
23
de Marzo de 1923
Josefa continúa
transcribiendo, palabra a palabra, lo que Jesús va dictándole acerca de los
errores que algunas almas cometen:
“¡Pero cuántas
resistencias!... ¡Y cuántas decepciones
sufre Mi Corazón! ¡Cuántas almas ciegas
por el orgullo, la des de fama y de honra, el deseo de comentar sus vanos
apetitos y una baja y mezquina ambición de ser tenidas en algo… se niegan a
seguir el camino que les traza Mi amor!”
23
de Marzo de 1923
Josefa transcribe
palabra a palabra lo que Jesús le dicta acerca de lo que espera de las almas:
“Hay almas a quienes
quiero por esposas y, conociendo como conozco los más ocultos repliegues de su
corazón, amándolas como las amo, con delicadeza infinita, deseo colocarlas allí
donde en Mi sabiduría veo que encontrarán todo cuando necesitan para llegar a
una encumbrada santidad. Allí donde Mi
Corazón se manifestará a ellas y donde Me darán más gloria… más consuelo…
más amor y más almas.
“¡Pero cuántas
resistencias!... ¡Y cuántas decepciones
sufre Mi Corazón! ¡Cuántas almas ciegas
por el orgullo, la sed de fama y de honra, el deseo de comentar sus vanos
apetitos y una baja y mezquina ambición de ser tenidas en algo… se niegan a
seguir el camino que les traza Mi amor!”
23
de Marzo de 1923
Jesús continúa Su
mensaje a las almas a través de Josefa, que escribe cada Palabra que el Señor le
comparte:
“¿Y qué diré a tantas
almas a quienes llamo a la vida perfecta, a una vida de amor, y que se hacen
sordas a Mi voz?
“¡Cuántas ilusiones,
cuánto engaño hay en las almas que aseguran que están dispuestas a hacer Mi
Voluntad, a seguirme, a unirse y consagrarse a Mí, y sin embargo, clavan en Mi
Cabeza la corona de espinas!”.
23
de Marzo de 1923
Jesús dedica palabras
especiales para las muchachas jóvenes que piensan en el matrimonio, las cuales
Josefa transcribe a continuación:
“Hay en el mundo
muchas jóvenes que cuando llega el momento de decidirse para contraer
matrimonio, se sienten atraídas hacia aquel en quien descubren cualidades de
honradez, vida cristiana y piadosa, fiel cumplimiento del deber, así en el
trabajo como en el seno de la familia, todo, en fin, lo que puede llenar las
aspiraciones de su corazón. Pero en
aquella cabeza germinan pensamientos de soberbia… y empieza a discutir así: tal
vez éste satisfacerla los anhelos de mi corazón, pero en cambio, no podré
figurar ni lucir en el mundo. Entonces
se ingenian para buscar a otro, en el cual pasarán por más nobles, más ricas,
llamarán la atención y se granjearán la estima y los halagos de las criaturas.
“¡Ah! ¡Cuán neciamente se ciegan estas pobres
almas! Oyeme, hija Mía, no encontrarás
la verdadera felicidad en este mundo y… quizá no la encuentres tampoco en el
otro. ¡Mira que te pones en gran
peligro!”
23
de Marzo de 1923
Jesús continúa
dictando a Josefa Sus Palabras de guía para las almas:
“No, almas queridas,
no hay camino, estado ni condición humillante cuando se trata de cumplir la
Voluntad Divina. Las que os sentís
llamadas a este estado, no queráis resistir, buscando con vanos y soberbios
pensamientos el modo de seguir la Voluntad Divina haciendo la vuestra.
“Ni creáis que hallaréis la verdadera paz y
alegría en una condición más o menos brillante a los ojos de las
criaturas… No; sólo las encontraréis en
el exacto cumplimiento de la Voluntad Divina y en la entera sumisión para
aceptar todo lo que ella os pida”.
23
de Marzo de 1923
Josefa escribe una a
una las conmovedoras Palabras de Jesús que debiesen llevarnos a incrementar
nuestro agradecimiento y amor a la bondad de Dios:
“Permití que Me
coronasen de espinas y que Mi cabeza sufriera igualmente para expiar la
soberbia de muchas almas que rehúsan aceptar aquello que las rebaja a los ojos
de las criaturas.
“Consentí que pusieran
sobre Mis hombros un manto de escarnio y que Me llamasen loco, para que las
almas no desdeñen en seguirme por un camino que a los mundanos parece bajo y
vil y quizá a ellas mismas, indigno de su condición”.
23
de Marzo de 1923
Jesús continúa
narrando a Josefa Su aflicción durante Su terrible Pasión:
“Miradme, almas
queridas, condenado por inicuos tribunales…
entregado a la multitud que Me insulta y profana Mi Cuerpo… como si no fuera bastante el cruel suplicio
de la flagelación para reducirme al más humillante estado, Me coronan de
espinas, Me revisten de manto de grana, Me saludan como a un rey de irrisión y
Me tienen por loco.
“Yo, que soy el Hijo
de Dios, el sostén del universo, he querido pasar a los ojos de los hombres por
el último y el más despreciable de todos.
No rehuyo la humillación, antes Me abrazo con ella, para expiar los pecados
de soberbia y atraer a las almas a imitar Mi ejemplo”.
23
de Marzo de 1923
Jesús dice a Josefa:
“Deja que tu alma se
penetre de las palabras que te va a confiar Mi Corazón… Cuando los brazos de aquellos hombres crueles
quedaron rendidos a fuerza de descargar golpes sobre Mi cuerpo, colocaron sobre
Mi Cabeza una corona tejida con ramas de espinas y, desafiando por delante de
Mí Me decían: `¿con que eres Rey? ¡Te
saludamos…!’
“Unos Me escupían…
otros Me insultaban… otros descargaban
nuevos golpes sobre Mi Cabeza, cada uno añadía un nuevo dolor a Mi Cuerpo
maltratado y desecho”.
22
de Marzo de 1923
Josefa escribe:
“Un rumor suave me
despertó y vi a la Virgen junto a mí.
Llevaba la Cruz apoyada en su brazo derecho”.
“Hija mía: vengo a
traerte la Cruz de Jesús, hay que consolarle, porque muchas almas le ofenden,
pero una, sobre todo, llena de amargura Su Corazón… Guarda tan precioso tesoro y ruega por las
almas”.
21
de Marzo de 1923
Josefa escribe,
impresionada por la revelación que Jesús le ha mostrado, y que mueve a cuantos
lo leen a corresponder al Señor a Su amor y sacrificio:
“Jamás he visto un
dolor que se asemeje, ni siquiera de lejos, al dolor de Nuestro Señor. Lo que más me ha impresionado son Sus
ojos. Esos ojos hermosísimos, que cuando
miran penetran hasta el fondo del alma…
¡Y dicen tantas cosas…! Hoy
estaban cerrados… muy hinchados y llenos
de sangre, que le caía por la cara, los ojos y la boca. Estaba de pie, pero encogido y atado, no sé a
qué, pues yo no veía sino a Jesús.
Atadas también las manos, una con otra, y ensangrentadas. El cuerpo todo cubierto de heridas y de
manchas negras y las venas de los brazos muy hinchadas y de color oscuro. Por varias partes, jirones de carne, como
desprendidos, en particular en el hombro izquierdo. Sus vestiduras estaban en el suelo, llenas de
sangre y una cuerda muy apretada sujetaba en la cintura un trozo de tela, tan
ensangrentado que no se distinguía su propio color”.
21
de Marzo de 1923
Jesús se dirige a
Josefa, exclamando:
“Contémplame en este
estado de ignominia, Josefa”.
Josefa levanta los
ojos y ve a Jesucristo, en pie, delante de ella, en el estado tristísimo en que
Le ha dejado la flagelación. Largo rato
permanece en esta dolorosa contemplación, como si el Divino Maestro quisiera
grabar para siempre en su alma la imagen de sus padecimientos.
“Dime, ¿no te darán
Mis llagas fuerza para convencerte? ¿No
serás generosa para sacrificarte y entregarte completamente a Mi voluntad…?
“Mírame, Josefa, y
déjate guiar por el impulso de la gracia y el deseo de consolarme. No temas.
Jamás llegarán tus sufrimientos a igualar a los Míos. Y para todo cuanto Yo te pida, estarás
asistida por Mi gracia. Adiós. Consérvame así delante de tus ojos”.
Josefa escribe: “Sentí
tan gran compasión al verle, que creo que desde ahora tendré valor para todo lo
que haya de sufrir hasta el fin de mi vida”.
21
de Marzo de 1923
Jesús comparte a
Josefa estas hermosísimas Palabras, en las que se refiere a Su flagelación:
“¡Ah! ¿Cómo podéis contemplarme en este mar de
dolor y de amargura sin que vuestro corazón se mueva a compasión?
“Pero no son los
verdugos los que Me han de consolar, sino vosotras; almas escogidas, aliviad Mi
dolor… contemplad Mis heridas, y ved si hay quien haya sufrido tanto para
probaros su amor”.
21
de Marzo de 1923
Jesús narra a Josefa
algunos detalles reveladores de Su flagelación:
“Miradme, almas tan
amadas de Mi Corazón, dejándome conducir con la mansedumbre de un cordero al
terrible y afrentoso suplicio de la flagelación. Sobre Mi Cuerpo ya cubierto de golpes y
agobiado del cansancio, los verdugos descargan cruelmente con cuerdas embreadas
y con varas, terribles azotes. Y es
tanta la violencia con que Me hieren, que no quedó en Mí un solo hueso que no
fuese quebrantado por el más terrible dolor…
La fuerza de los golpes Me produjo innumerables heridas… Las varas arrancaban pedazos de Piel y Carne
divina… La Sangre brotaba de todos los
miembros de Mi Cuerpo, que estaba en tal estado, que más parecía monstruo que
hombre”.
ORACIÓN A SOR JOSEFA MENÉNDEZ
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