Jacareí, 07 de Julio del 2017
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV
mundial: www.apparitionstv.com
MENSAJE
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
“Amados hijos y
hermanos Míos, Yo, Jesús, el Sagrado Corazón, Me alegro por venir hoy en el día
7, aniversario mensual de las Apariciones de Mi Madre y de Mi Sagrado Corazón
aquí, para bendecirles hoy y para decirles: “Grande es el amor de Mi Padre
Eterno por ustedes, pues, Él les escogió para estar aquí en este lugar sagrado
que Nosotros mismos escogimos para ser el trono y la fuente de Nuestras Gracias
para ustedes.”
Grande es el amor de Mi
Padre Eterno por ustedes, pues, Él les dio la vida, les dio el existir, les
llamó a la existencia y les tornó así miembros de Su gran familia por el
Bautismo, les quitó de la nada y les trajo al existir para que lo conociesen,
lo amasen, Me conociesen y amasen, conociesen y amasen Mi Espíritu y así,
pudiesen ser participantes de Nuestra Eterna Felicidad y Gloria en el Cielo.
Grande es el amor de Mi
Padre Eterno por ustedes, porque incluso cuando el ser humano traicionó Nuestro
Amor, pecó contra Nosotros, Mi Padre Me envió para dar la vida por ustedes en
la cruz, redimirles, salvarles y abrir para ustedes las puertas del Cielo.
Grande es el amor de Mi
Padre Eterno por ustedes, porque incluso después que Yo había vuelto para el
seno de Él en el Cielo, Él juntamente Conmigo les envió Nuestro Espíritu Santo,
para que Él les consolase, les fortaleciese y les animase, les iluminase y
santificase y así, fuese siempre su fuerza, su vida y su luz.
Grande es el amor de Mi
Padre Eterno por ustedes, porque envió aquí a Mi Madre Santísima para
revelarles el amor de Él, para quitarles del camino del pecado, de la muerte o
entonces de la ignorancia de Él y de Su Amor, y aquí formarles, nutrirles,
enseñarles y hacerles verdaderos hijos de Él, verdaderos hermanos Míos,
verdaderos herederos del Cielo.
Sí, grande es el amor
del Padre y grande también es el amor de Mi Sagrado Corazón por ustedes. Mis
hijos y Mis hermanos ¡Oh! Cuánto les amo, no miro, no miro las inmensas heridas
que ustedes ya Me causaron con sus pecados, pero miro tan solamente el deseo de
amarme, de ser fieles a Mí y de verdaderamente corresponder a Mi Gracia. Por un
solo acto de verdadero amor para Conmigo, olvido años y años de ofensas,
ingratitudes y pecados, y estoy dispuesto incluso a hacer locuras por el alma
que se vuelva a Mí con amor.
Deseo que entiendan que
Yo Soy el Amor y todo lo que quiero de ustedes es el amor. Denme amor para
saciar la sed de Mi Corazón que está sediento de amor. Quiero un amor puro,
quiero un amor sin mezcla de intereses o voluntades humanas, quiero un amor
dócil, maleable y obediente que se deja conducir, que se deja transformar por
Mí completamente, o sea, quiero un alma completamente entregada a Mi Amor.
No tengan miedo de
experimentar Mi Amor, porque todos los Santos que lo experimentaron, fueron
felices, felices para siempre Conmigo y con Mi Madre en el Cielo. Experimenten
Mi Amor, experimenten el amor de Mi Madre y verán cómo verdaderamente
transformaré su vida en un Cielo ya aquí en la tierra. No digo que no tendrán sufrimientos,
porque ni incluso Yo y Mi Madre fuimos exentos de él, pero tendrán Nuestra
Gracia que los confortará, fortalecerá, y dará fuerza y luz para ir adelante.
Sí, Yo estaré con ustedes.
Denme amor, denme
almas, denme corazones, denme su vida y dejen que Yo verdaderamente imprima en
ella la señal de Mi Gracia y de Mi Amor, realizando en ustedes maravillas para
la salvación de muchas almas, inclusive la suya, de su alma y de sus familias,
de las almas de sus familias. Entonces verdaderamente, Mi Corazón hará
prodigios aquí en el Brasil y en el mundo, y finalmente triunfará con Mi Madre
Santísima.
Amadísimo hijo Carlos Tadeo, Mi Sagrado Corazón se alegra por verte hoy aquí Conmigo y con Mi Madre. No
puedes imaginar la alegría que das a Mi Corazón y al Corazón de Mi Madre
viniendo aquí, estando aquí. Sí, hoy mismo en este cenáculo lloramos de alegría
y perdonamos una multitud de pecados por causa de tu amor. El amor apaga,
encubre una multitud de pecados. Tu amor apaga innúmeros pecados con que los
pecadores nos ofenden y entonces, alcanzas perdón y misericordia para muchas y
muchas almas en la tierra.
Amado hijo Mío, Yo te
amo tanto y nada te negaré nunca. Te concederé todo lo que Me pidieres por Mi
amarga pasión. Tú, tú viste el sufrimiento de tu madre cuando estaba muy
enferma y próxima de la muerte. Tu corazón sufrió amargamente, sufriste
amargamente por verla sufrir tanto y no tener cómo curarla, cómo librarla de
aquel gran sufrimiento. Sabes por lo tanto cuánto sufre un hijo que ve a su
madre sufrir y nada poder hacer. Puedes entonces comprender cuánto Yo sufría
clavado en la cruz viendo a Mi Madre allí delante de Mí sufriendo tanto y Yo no
podía hacer nada para librarla de Sus dolores y sufrimientos. Por el contrario,
cuanto mayores eran Mis sufrimientos, mayores eran los dolores de Ella viéndome
sufrir. Ese sufrimiento tan grande fue ofrecido por amor al Padre para la
salvación de todos los hombres, de toda la humanidad. Puedes comprender
entonces cuánto Yo sufrí en aquella hora.
Por eso hijo Mío, nada
te negaré cuando Me pidieres por los méritos de aquel Mi dolor en la cruz, al
ver a Mi Madre sufriendo sin que nada pudiese hacer para consolarla y aliviarla.
Todo lo que Me pidieres por ese Mi dolor, que fuere de la Voluntad del Padre, Yo
te concederé. Sí hijo Mío, en aquel momento cuando Yo era asolado por los más
acerbos dolores en el cuerpo y en el alma, fuiste la gotita de consolación de Mi
Amargado Corazón, porque te vi en estos tiempos actuales, amando a Mi Madre,
consolando a Mi Madre y entonces, Mi Corazón pudo morir en paz por tener la
certeza que todos Mis sufrimientos y Mis dolores en el futuro suscitarían un
verdadero apóstol e hijo de Mi Madre. Por eso, en el dolor que sufrí en aquella
hora y al mismo tiempo por la consolación que Me diste, todo te concederé, que
Me pidieres por ese Mi dolor en la cruz.
Hago eso por el amor
inmenso que tengo a ti, por el cariño inmenso que tengo por ti y para hacer
verdaderos prodigios y así, confirmar la misión que Mi Madre te dio, para
confirmar que la Palabra de Ella dada a ti aquí es cierta, sagrada y santa, y
debe ser respetada, caso no quieran enfrentar los castigos y así,
verdaderamente, todos verán que fue Ella que te envió para hablar a las
Naciones juntamente con Mi hijito Marcos y preparar el mundo para Mi Segunda
Venida y el triunfo de Mi Madre. Sí, haré esas gracias para confirmar todo lo
que dices, todos los Mensajes de Mi Madre y Mías que divulgas y para confirmar
también que Nosotros te queremos juntamente con Nuestro hijito Marcos,
preparando a las almas y el mundo para recibirme en la gloria y así instaurar
en el mundo el Reino de Nuestros Sagrados Corazones Unidos.
Sí hijo Mío, ve en
frente y no tengas miedo de nada, no temas nada, porque verdaderamente en el
final Nuestros Corazones triunfarán por medio de ti, por medio de Nuestro
hijito Marcos Tadeo. Gracias por el consuelo que diste a Mi Sufrido Corazón y
al Corazón de Mi Madre. Sobre ti ahora baja la abundancia de Mis bendiciones
divinales y también sobre todos ustedes Mis hijos.
Continúen rezando la
Coronilla de la Misericordia Meditada todos los días.
Deseo que ustedes den a
10 hijos Nuestros 10 Coronillas de la Misericordia 51, 10 Coronillas de la
Misericordia 52, 10 Coronillas de la Misericordia 53, 10 Coronillas de la
Misericordia 54. Es preciso que Nuestros hijos conozcan esas meditaciones y
mensajes lo más deprisa posible para responder “Sí” a Nuestra llamada de amor.
A ti Mi amadísimo hijo
Carlos Tadeo y a todos ustedes Mis hijos bendigo ahora: de PARAY-LE-MONIAL… de
DOZULÉ… y de JACAREÍ.”
MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Queridos hijos, hoy,
cuando ustedes celebran aquí más un aniversario mensual de Mis Apariciones, Yo
vengo una vez más para decir a ustedes: “Soy la Reina y la Mensajera de la Paz,
Soy la Madre de Dios, Soy la Reina del Sacratísimo Rosario.”
A todo aquél que rece
Mi Rosario, Yo concederé la gracia de la perseverancia en el amor de Dios, en
las virtudes y buenas obras, y la salvación eterna.
El alma que reza Mi
Rosario se salva ciertamente. El alma que desprecia Mi Rosario, se arroja en el
infierno sin la ayuda de los demonios.
Un solo Rosario bien
rezado con amor apaga muchos años de pecado, porque alcanza de Dios la gracia
de la contrición a quién lo reza y la contrición lleva al alma a pedir perdón,
el perdón lleva a la conversión y la conversión lleva a la salvación.
Sí, cuando ustedes
rezan el Rosario Mis hijos, una lluvia de misericordia cae del Cielo sobre todo
el mundo, llenándolo e inundándolo con las aguas de la gracia de Dios. Muchos
pecadores son tocados, se convierten, se arrepienten, piden perdón a Dios,
buscan la reconciliación y vuelven a los brazos del Padre.
Y ustedes que rezan Mi
Rosario por la conversión de los pecadores, al convertir las almas de sus
hermanos, predestinan las almas de ustedes mismos al Paraíso.
Continúen rezando Mi
Rosario todos los días y no tengan miedo de nada, porque en el final Mi Corazón
triunfará y ustedes conocerán una era de felicidad y de paz duradera sobre la
tierra entera.
Ustedes están en la última
media hora del día de Dios, no hay más tiempo que perder, no pueden más quedar
paralizados donde están, ustedes deben trabajar más arduamente ahora para
salvar las almas de los hermanos de ustedes que aún pueden ser salvas y así, de
ese modo, ustedes llenarán las manos y los corazones de ustedes de frutos, de
méritos, para poder entrar en el Cielo.
Trabajen por lo tanto
Mis hijos, porque Satanás no descansa ni un minuto siquiera, persigue a las
almas, provoca en las almas tentaciones para que ellas renieguen el amor de
Dios, lo desobedezcan, lo desprecien y así, procuren gozar los placeres del
mundo que son mortales para las almas que los procuran.
Recen, recen mucho,
porque solamente por la oración ustedes podrán mantenerse firmes y fieles a la
gracia de Dios.
No tengan miedo, porque
Yo estaré siempre con ustedes y todo aquél que vigile y ore, puede tener la
certeza de la protección y de la amistad de la Madre de Jesús que Soy Yo.
Conviértanse sin demora.
El Aviso está muy próximo e igualmente el Castigo. ¡Ah Mis hijos! Cómo los
hombres que despreciaron Mis Mensajes andarán verdaderamente angustiados cuando
oyeren el sonido de las trompetas anunciando que el Señor manifestará
finalmente Su Justicia y después Su Gloria.
Sí, al oyeren aquellas
trompetas, al oyeren el ruido del viento, el bramido del mar y el rugido de la
tierra en continuas convulsiones, los hombres caerán como moscas muertas por
tierra. Sus rostros estarán amarillentos y muchas veces pálidos al ver llegar
el gran y temible día del Señor.
Y por otro lado, cómo
estarán brillantes y radiantes de alegría los rostros de todos Mis hijos que
obedecieron Mis Mensajes, al oyeren las señales prenunciatorias de la venida
del Señor y del triunfo de Su Madre Celeste. Ellos verdaderamente exultarán,
cantarán de alegría y sentirán un enorme, un gran júbilo interior, no tendrán
miedo, porque en aquel momento ellos serán asistidos visiblemente por los Ángeles
y ellos no tendrán miedo de nada, porque nada les afectará.
¡Oh! Cómo en aquel
momento los que Me obedecieron, que rezaron Mi Rosario, exultarán y brillarán
verdaderamente con una luz bellísima que Yo emanaré de Mi Inmaculado Corazón y
ellos brillarán como joyas preciosas a los ojos del Padre y de los Santos
Ángeles.
Por eso hijitos,
continúen firmes en el camino que les indiqué. El bulto luminoso, Mi bulto, que
hice reflejar en los ojos de Mi hijo Marcos en el domingo pasado y que Mi
amadísima hija Rafaela confirmó para ustedes ser Mío, es la señal que les doy, que
verdaderamente estoy aquí hace 26 años amando a ustedes y luchando por ustedes,
y que todos aquellos que Me obedecieren ahora, en el fin llevarán la mejor,
serán recompensados y verdaderamente coronados por Mi Hijo Jesús en el Cielo
como Llamas incesantes de Amor y Sus hijos más queridos y benditos.
Gracias amadísimo hijo
Carlos Tadeo por haber venido hoy una vez más a consolarme. Tu presencia aquí
Me llenó de grandísima alegría y verdaderamente quitó muchas espadas de dolor
de Mi Sufrido y Dolorido Corazón. Gracias hijito, porque cada vez que tú vienes
aquí, Mi Corazón tiene las heridas que Mis hijos ingratos hacen en él, cerradas,
en esos momentos no lloro, no sufro, ni un dolor asola Mi Corazón, las puertas
del infierno son cerradas, las del Cielo son abiertas y muchas gracias llueven,
pasan por ella para inundar todo el mundo y convertir a los pecadores.
Gracias Mi hijo, porque
cada vez que tú vienes aquí, Mi Corazón Inmaculado exulta de alegría, las
lágrimas bajan de Mis ojos, pero son lágrimas doradas de luz, de alegría,
porque verdaderamente en ese momento como que soy consolada, Mi Corazón tiene
sus llagas cerradas, curadas por ti con el bálsamo de tu amor y verdaderamente
en ese momento Yo, la Reina del Rosario y la Madre de Jesús, bendigo el mundo
por tu amor.
Continúen Mis hijos
rezando Mi Rosario todos los días.
Den 5 Rosarios 256 para
5 hijos Míos y den 8 Coronillas de la Llama de Amor número 7 y 8 Coronillas de la Llama de Amor número 8 para Mis hijos. Que ellos recen esas Coronillas, que
ellos puedan por medio de ellas conocerme, amarme y por fin recibir Mi Llama de
Amor.
MENSAJE
PRIVADO DE LA MADRE DE DIOS PARA CARLOS TADEO NUNES
“Amado hijo Carlos Tadeo, este es Mi mensaje especial sólo para ti.
Hijo Mío, cuánta
alegría tú das a Mi Inmaculado Corazón. A cada día que pasa Yo te amo más. No
temas nada, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará en tu vida y por medio de ti
en la vida de todos Mis hijos en aquella Mi tierra querida de Ibitira y en las
Ciudades alrededor. No tengas miedo, Yo cuido de ti. Mi Corazón Inmaculado está
continuamente vuelto para ti y percibe todos tus dolores, todas tus aflicciones,
todas las angustias de tu corazón.
Estoy viva, tus
oraciones están viniendo a oídos muy vivos, a un Corazón muy vivo que
continuamente vela por ti. Sí hijito Mío, antes incluso que tú te levantes de
mañana, Yo ya estoy muy a tu frente cubriendo tu camino, el camino diario que
tú debes recorrer con muchas y muchas bendiciones y atrás de ti vienen tus
Santos Protectores, tu Ángel de la Guarda y Mis Ángeles de Luz que te protegen,
que te guardan y que nunca te abandonan. Por eso, tú no debes temer nada.
Algunas veces tengo que
permitir que algunos sufrimientos o algunos aborrecimientos te sucedan, porque
eso es para tu santificación y para cumplir secretos designios del Señor, pero
ten la certeza que, cuanto más tú sufras en esta tierra, mayor será el grado de
gloria que tú tendrás en el Cielo y mayor será el número de almas, de tu linaje
y también de desconocidos, que tú salvarás.
Por eso, no tengas
miedo, Yo sé muy bien lo que permito y lo que no permito que suceda a ti. Sepas
que Mi mirada está siempre volteada y fija en ti. Sé todos tus pensamientos,
conozco todo aquello que va en tu corazón incluso antes que tú me digas, quiero
entretanto que tú me digas todo en la oración, pues, eso es señal de confianza,
de amor y de fe del alma del hijo para Conmigo. Quiero que tú Me hables siempre
como un niñito contándome todo y nunca imaginando que Me aborreces haciendo
eso, porque no puedes imaginar, tú no puedes imaginar la gran alegría que Me
das contándome todo de ti, todo de tu vida. En aquel momento de dulce
confianza, de tu intimidad Conmigo, olvido todos Mis problemas, o sea, Mis
hijos ingratos que no cesan de ofender a Dios, de despreciar Mi Amor y de ir
por el camino de la perdición. Olvido las ofensas de ellos y en aquel momento
Me siento feliz por tener un hijo que Me ama, que habla Conmigo con amor, que
confía en Mí y que siempre más se hace dócil y dependiente de Mí. Sí hijito,
haz siempre eso para darme alegría, para darme contentamiento.
Quiero que en este mes
de Julio tú sigas divulgando la Coronilla de Mis Lágrimas y también quiero que
tú divulgues la Coronilla de Mi Inmaculada Concepción con Mi vida grabada en
ella, para que así, Mis hijos conozcan Mi vida, puedan enamorarse por Mí y
juntamente contigo caminen en la escuela de la verdadera imitación de Mi
persona, de la imitación de María.
Hijo, oye atentamente,
escucha Mi consejo y tú serás sabio: no vayas nunca por el camino de los
mundanos, no mires para ellos, ni siquiera pienses en lo que ellos hacen.
Piensa siempre en los Santos y sigue siempre los ejemplos de Ellos.
Imita a todos aquellos
que ya están hace más tiempo que tú en el camino de la virtud, porque haciendo
eso, tú agradarás al Señor y atraerás las miradas benevolentes del Señor para
ti. Santifica siempre más tu tiempo haciendo buenas obras para gloria de Dios
y para la salvación de las almas.
El Señor, el Padre
Eterno, está muy contento contigo. Quédate sabiendo que en el último día 3, Él
deseaba permitir un gran castigo para un país de Asia que mucho peca y mucho ofende
a Dios, pero tu fidelidad, tu amor, tus oraciones, cancelaron tal castigo.
¿Ves? Tu vida salva muchas almas que tú ni conoces, pero que en el Cielo te
reconocerán y te agradecerán.
Amando de la forma en
que Yo te he enseñado, rezando de la forma en que Yo te he dicho, tú te tornas
un misionero del mundo, puedes salvar almas del mundo entero allá de tu casa.
Así, cada vez más, Satanás es humillado y vencido por ti. Además, quiero
revelarte que cada cenáculo que tú haces, quebranta más un poco el poder de
Satanás. Un día, cuando tú hubieres hecho muchos cenáculos y Mi hijo Marcos
también, el poder de él será completamente quebrantado y entonces, Mi Corazón
Inmaculado brillará con poder y entonces, finalmente Mi Llama de Amor renovará
el mundo entero, Yo seré vencedora de la batalla contra el dragón infernal y
entonces, Yo, María, la Señora Mensajera de la Paz, la Señora de todos los
pueblos y la Co-Redentora, bendeciré el mundo y Mi bendición lo transformará
finalmente en el ante-jardín del Paraíso ya aquí en la tierra.
Hijo Mío, no desanimes
nunca, ve en frente, Yo deseo también que tú lleves 200 Medallas de Mi Esposo San José, para dar a Mis hijos que no tienen esas Medallas en tus cenáculos y
si ellos ya tuvieren, deberán llevar para sus amigos y familiares que no
tienen. Mi Esposo José quiere hacer grandes gracias por medio de la Medalla de Él que tú darás. Entonces, una vez más confirmaremos que fuimos Nosotros que te
enviamos para hablar en Nuestro Nombre con Nuestro hijo Marcos a las Naciones.
Ve Mi hijo, Mi pequeño
ángel de amor, Mi Benjamín, estaré siempre contigo y nunca te dejaré.
Tu madre te manda decir
que está felicísima contigo. Ella también dice que te pide perdón por haberte
castigado una vez cuando eras niño. En aquel momento ella estaba nerviosa y
acabó castigándote, que no merecías. Ella manda decirte que te ama con todo el
corazón y que aquí en el Cielo reza juntamente con los Ángeles y tus Santos
Protectores a todo momento por ti.
Ve en frente Mi
caballero del Rosario, sigue en frente con el hijo que te di. Juntamente con
él, tú serás una fuerza invencible de oración, de conversión y de salvación de
almas. Y así, finalmente Mi Corazón Inmaculado triunfará.
Quédate sabiendo hijo
Mío, que un día cuando Yo estaba en Egipto con Mi Hijo Jesús y con Mi Esposo
José, un hombre que nos avistó, vio que éramos forasteros y en su corazón
decidió llamar a las autoridades. Vinieron ellas a nuestra pobre casa, Mi
Esposo José se defendió como podía, explicando que estábamos allí en Egipto
para escapar de una carestía que había en Israel. Y entonces, aquellos soldados
felizmente por Mi intercesión, por la oración de Mi Hijo Jesús, creyeron en la
palabra de Mi Esposo José y se fueron. En aquel momento, Mi Esposo José no
mintió, porque verdaderamente huimos de la carestía de amor que había en
Palestina. Sí, allá en Belén, no fuimos recibidos con amor, Herodes nos negó su
amor y nos persiguió. Y fuera de Mi Prima Isabel, Zacarías y algunas pocas almas
santas, de las otras personas recibimos apenas indeferencia, desprecio e
ingratitud. Por eso, huimos de aquella carestía de amor que había en la tierra
santa y nos fuimos a refugiar allá en Egipto. En aquel momento de gran
aflicción, el Padre Eterno Me mostró a ti en visión, haciendo Mis cenáculos y
con tus oraciones consolando Mi Corazón Inmaculado, consolando a José,
consolando a Mi Hijo Jesús. Entonces, soportamos con paciencia aquella gran
humillación y aflicción ofreciendo al Padre Eterno por ti aquel sufrimiento y
por todos aquellos que serían salvos por medio de ti, de los cenáculos que tú
haces para Mí. Entonces hijo Mío, alégrate porque en aquel momento de gran dolor,
tú fuiste la gota de consolación, de aliento para Nuestros Tres Dolorosos
Corazones y por ti tuvimos fuerza de ofrecer aquel pequeño martirio al Padre.
Alégrate consolador de
Nuestros Corazones, porque cada respiración tuya es un acto continuo de amor
que sube a Nuestros Corazones, que cierra Nuestras heridas y que coloca en el
lugar de ellas las más bellas rosas místicas de amor y consolación.
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