Jacareí, 18 de Julio del 2010
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV
mundial: www.apparitionstv.com
MENSAJE ESPECIAL:
14 DE JULIO: FIESTA DE SAN CAMILO DE LELIS
FUNDADOR DE LA ORDEN DE LOS "HERMANOS MINISTROS DE LOS ENFERMOS Y MÁRTIRES DE LA CARIDAD", COMÚNMENTE CONOCIDO COMO "ORDEN DE LOS CAMILOS". PATRONO DE LOS MÉDICOS, ENFERMEROS, ENFERMOS Y DE LOS QUE SUFREN.
MENSAJE
DE SAN CAMILO DE LELIS
“Amados hermanos, Yo,
Camilo de Lelis, siervo del Señor, siervo de la Virgen María, les saludo y les
doy hoy la paz.
Paz a su corazón, paz a
su alma, paz a su vida, nada perturbe su paz, que su paz sea Dios, que su paz
sea la Madre de Dios.
Que su paz sea la
continua práctica, obediencia y observancia de la Palabra de Dios, de la
Palabra del Señor que le es dirigida en este tiempo, en estas Apariciones. Que
su paz sea la verdad, sea vivir continuamente en Dios, en Su Gracia, en Su Ley,
en Su Amistad.
Nada ni nadie podrá
destruir su paz, si su paz fuere Dios, fuere el amor incondicional, total,
pleno a Él y a María Santísima, si su paz fuere la obediencia a la Palabra, a
los Mensajes de Ellos; nada ni nadie podrá jamás robar esa paz de sus corazones
y de sus almas.
Ustedes saben que Yo soy
el patrono de los médicos, de los enfermeros, de los que cuidan a los que
sufren y de los enfermos; es Mi misión ser el enfermero de sus almas, ser el
enfermero de sus corazones, tantas veces cansados y abatidos de las batallas contra
el demonio, contra el pecado, contra la dureza, la rebeldía y desobediencia de
las almas que encuentran en su camino y que no aceptan los Mensajes de la
Señora, que no quieren lo que Ella quiere, que no quieren cumplir las órdenes
de Ella, las órdenes del Señor
Es Mi misión curar
siempre más sus almas que sufren el choque del bien contra el mal, de la verdad
contra la mentira, de la fe contra la incredulidad y apostasía, de la
obediencia contra la desobediencia que encuentran en tantas almas todos los
días y que al chocaren a su corazón tantas veces, dejan en sus corazones marcas
profundas de tristeza, perplejidad, desánimo y desaliento.
Es Mi misión curar esas
heridas en ustedes, darles nuevo ánimo, nuevo aliento, nuevo vigor en el
servicio del Señor y de María Santísima, y llevarles siempre más adelante,
siempre más en frente, como apóstoles valerosos y sin miedo, que no se avergüenzan de llevar la luz, que no se amedrentan delante del
rechazo del mundo en recibir esa luz, que no se intimidan delante de las
amenazas del mundo, siempre más rebelde a Dios y a Su Ley de amor.
Es Mi misión curar sus
corazones también de las heridas provocadas en ustedes por el pecado, que aún traen
dentro de ustedes. Esas miserias, esas llagas abiertas en ustedes debido a sus
defectos, siempre repetidos y cometidos, sus pecados siempre repetidos y
cometidos; esas llagas Yo quiero curar con el bálsamo del Amor Divino, con la
dulzura del Cielo, con el amor de la comunión de todos los Santos que por
ustedes rezan, por ustedes interceden, por ustedes luchan, por ustedes también
batallan a cada día, procurando siempre más alejar de ustedes el mal, la
violencia, las ocasiones de pecado, las trampas del demonio; de forma que, cada
día, su corazón siempre más fuerte, siempre más vigoroso, ame a Dios con todas
sus fuerzas, ame a la Virgen Santísima con todas sus fuerzas y ame al prójimo,
trabaje por la salvación de las almas cada vez más, para mayor gloria del
Señor, para mayor contentamiento del Corazón Inmaculado de María y júbilo de
todo el Paraíso.
Es Mi misión curar sus
almas y sus corazones de las heridas provocadas por el demonio. Él los golpea
cada día más con: tentaciones, con sugestiones, con ideas que les llevan al
pecado, pues, él conoce sus malas inclinaciones, conoce sus flaquezas; estudia,
analiza su comportamiento, su manera de ser, su tendencia natural al mal y arma
los planes más inteligentes para un ángel decaído como él, para llevarles todos
los días a ofender al Señor, a alejarse de Él y de María Santísima por el
pecado, haciendo con que caigan continuamente en sus flaquezas.
Quiero curar sus
corazones de esas llagas que el enemigo de su salvación abrió, llevándoles
siempre más a resistir al mal, a oponer las tentaciones del demonio las
virtudes, a sus defectos oponer las virtudes; llevándoles cada día más también
a vivir una vida de profunda oración, intimidad y comunión con Dios, con María
Santísima, con Nosotros los Santos y con los Ángeles. Les llevo cada día más al
amor mayor, más abrasado y profundo a la Palabra de Dios, a la Palabra de María
Santísima, a los Mensajes Celestes que ya hace 20 años les son dadas aquí y que
en tantos lugares de la tierra ya hace muchos más años.
Es Mi misión llevarles a
una vida de profundo sacrificio y penitencia, de renuncia a ustedes mismos y a
su voluntad corrompida, de renuncia al mal y de perfecta mortificación de todos
sus deseos desordenados, para que así, cada día más, viviendo una vida perfecta
en la oración, en el sacrificio, en la penitencia, en la sobriedad, en la
templanza, en el equilibrio cristiano de los Santos, en la perfecta renuncia de
ustedes mismos y del mundo, puedan seguir cada vez más ilesos y cada vez más
fuertes de sus tentaciones y trampas, y ustedes entonces, como verdaderos
campeones, guerreros victoriosos de la santidad, podrán un día llegar junto de
Nosotros en el Cielo y recibir aquella corona que, Nosotros los Santos, ya recibimos
por haber combatido el buen combate aguerridamente hasta el final.
Es Mi misión curarles
de todos los males, también de su corazón, de su íntimo, de su mente, de su
naturaleza humana y hasta incluso de su cuerpo, porque el Señor desea que
ustedes sean guerreros, soldados plenamente fuertes, plenamente firmes,
plenamente aguerridos en la lucha, en la batalla por la salvación de las almas
y para hacer la verdad, la santa fe católica, el Corazón Inmaculado de María,
triunfar en el mundo.
Pídanme las gracias,
las curas para el alma, pues todas esas, Dios quiere concederles. Pídanme las
gracias de cura para el cuerpo, pero sin apegarse a ellas, porque muchas veces
Dios permite a ustedes también el sufrimiento, para que con ello, ustedes
puedan salvar más almas; pero pídanme, porque muchas curas físicas el Señor
desea realizar por medio de Mí, para que tengan salud, no para volver al mundo
y perderse con el mundo, pero para que ustedes se tornen apóstoles valerosos en
la lucha por la salvación de las almas, por el triunfo del bien sobre el mal,
de la luz sobre las tinieblas, de la verdad sobre la mentira, de Dios sobre
Satanás, del Cielo sobre el infierno.
Yo prometo rogar por
ustedes incesantemente como ya he hecho hasta ahora, a todo instante, en el Trono
del Señor y de Su Madre Santísima.
Vivan la verdadera
devoción a Nosotros los Santos, pues, esa verdadera devoción les llevará al
Cielo, al Paraíso, a Dios. Y Nosotros, los Santos del Señor, les conduciremos
en seguridad por la senda cierta que Nosotros ya descubrimos, caminamos y con
el cual llegamos victoriosos al Cielo. Nosotros les llevaremos por esa senda y
no descansaremos mientras no les veamos con Nosotros en la gloria eterna.
Déjense conducir por
Nosotros, déjense guiar por Nosotros, formar por Nuestros Mensajes, los
Mensajes que les damos aquí. Hagan Nuestra Hora de oración los miércoles con
más amor, porque a través de esa Hora Santa, les transformaremos en aquellos
mayores Santos que la Santísima Virgen desea producir en el fin de los tiempos,
para mayor glorificación de Dios, de la Santísima Trinidad, de la verdad y para
mayor humillación, derrota y desgracia en el infierno y sus potencias. Ustedes
son llamados a ser esos Santos y lo serán de hecho si se dejan coducir y formar
por Nuestros Mensajes.
A todos en este
momento, Yo, Camilo de Lelis, bendigo generosamente con la Madre de Dios y con
todos los Santos y Ángeles del Paraíso.
La paz Marcos,
predilecto de los Santos, amado de los Santos, electo Nuestro. La paz Mi pueblo
bienamado."
No hay comentarios.:
Publicar un comentario