Jacareí, 12 de Septiembre de 2010
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV mundial: www.apparitionstv.com
MENSAJE
ESPECIAL:
10
DE AGOSTO: FIESTA DE SAN LORENZO MÁRTIR
MENSAJE
DE SAN LORENZO
“Marcos, amadísimo de los
Santos, Yo, Lorenzo, siervo del Señor, siervo de María Santísima y de José,
heraldo y mensajero de la paz y de la verdad, te bendigo hoy y a todos Mis
hermanos que están aquí.
Yo di Mi vida por Cristo,
derramé Mi sangre por Cristo y entregué todo Mi cuerpo a las llamas por amor de
Cristo, pero no lo renegué, no traicioné el amor de Él y ni el amor de Mi Reina
y Señora, la Virgen María.
Los llamo, por lo tanto,
al amor verdadero y sincero por Dios y por Ella, que les conduce a la perfecta
santidad, que les conduce a la perfección de vida que agrada a Dios y que les
tornan verdaderos hijos de Dios, que les tornan conciudadanos y merecedores de
la gloria eterna y les hace siempre más ser templos puros y perfectos del
Espíritu Santo.
Amen con todo su corazón
a Dios, Su ley de amor y Sus Mandamientos, procurando siempre más hacer con
que su vida se torne un espejo purísimo de la luz de la eterna verdad, que su
vida se torne siempre más un continuo fulgor de la gloria del propio Dios y que
sus obras, todas ellas repasadas de amor, de santidad y de generosidad, puedan
ser luceros brillantísimos para las almas que están en el mundo perdidas, sin
conocer el camino de la salvación y de la verdad, y así, todas ellas,
iluminadas por ustedes, puedan venir a conocer el camino que lleva a la
salvación.
Amen con todo su corazón
al Señor, Su ley de amor, Sus Palabras santas, pues, la Palabra de Dios es
viva, no es una Palabra muerta, ella verdaderamente actúa en la vida de quién
en ella cree, de quién la escucha con amor, porque aquél Dios que la profirió,
que la dijo, es vivo, no está muerto, resucitó, está actuante en medio de
ustedes y si Él encuentra sus corazones sedientos de Su Palabra, hambrientos de
Su Palabra, deseosos de Su Palabra, Él, que es vivo,
por intermedio de Su Palabra acepta, vivida, practicada y observada, guardada
por ustedes, transformará sus vidas en un verdadero himno de amor, en una
verdadera copia y reflejo de la vida de los propios bienaventurados del Paraíso
y su vida será cada vez más conforme al Sagrado Corazón de Jesús, conforme al
beneplácito del Altísimo y será una vibrante música de amor y de verdadera
consagración suya a Dios, que es el Señor del amor.
Crean con todo amor y
amen con todo su corazón al Señor, a la Virgen Santísima y Sus Mensajes que les
son dadas aquí hace casi 20 años, porque en esos Mensajes está la Palabra viva
del Señor, viva, actuante y actual para ustedes, los hombres de estos últimos
tiempos.
Esta Palabra si encuentra
una tierra buena en ustedes, esa semilla divina caerá y producirá frutos de
santidad, ciento por uno, mil por uno, un millón por uno. Todo dependerá de su
respuesta, de la forma como ustedes recibieren la semilla, la semilla de la
Palabra, si la recibieren con el corazón agradecido, generoso y amoroso esta
Palabra. Ella se transformará en ustedes en un árbol frondoso con muchos frutos
y los pájaros vendrán a abrigarse a su sombra, o sea, las almas sedientas del
bien, de la paz, de la verdad, de la luz eterna y del amor de Dios, verán los
frutos de santidad en ustedes y vendrán a probarlos y anidarse alrededor de
ustedes.
Si su corazón fuere una tierra
fértil que hace la semilla de la Palabra crecer y dar fruto, entonces en
ustedes verdaderamente todas las promesas de Dios contenidas en Su Palabra y
contenidas en los Mensajes de la Madre de Dios, la Palabra viva del Señor,
actual para ustedes, todas esas promesas se cumplirán en su vida y ustedes
verán que Dios es verdaderamente fiel, que Él nunca olvidó a Su pueblo, que Él
nunca olvidó Sus promesas que hizo a aquellos que lo aman, que lo temen, que lo
sirven; que Él no cambió, Él es el mismo Dios de ayer, de hoy y de siempre, Él
es aquél que es y que será siempre, Él es aquél que viene y viene deprisa.
Amen al Señor con todas
sus fuerzas y a la Virgen Santísima, colocando en práctica estos Mensajes que
les son dados aquí en estas últimas Apariciones para la humanidad. Cuando estas
Apariciones terminaren, no habrá más Mensajes para el mundo. La Madre de Dios,
San José, los Ángeles y Nosotros los Santos, venimos aquí con Nuestro Señor y
el Espíritu Santo para llamarlos a la conversión por la última vez.
Si ustedes lanzaren fuera
esta última chance que el Señor les da, este último llamado que Él les hace, si
ustedes pisaren a los pies con irresponsabilidad, locura, negligencia e
indiferencia este último don, esta última gracia y favor que el Altísimo les
hace, no habrá más chance de salvación para ustedes y estarán perdidos para
siempre, porque el fuego que debe venir ya está a las puertas, ya pueden verlo
bajando sobre lo alto de la colina, o sea, la Justicia de Dios ya contó sus
días y ya marcó el momento en que ella bajará sobre todo el mundo, para hacer
justicia a los buenos, a los santos e inocentes, que fueron perseguidos por los
malos, que fueron martirizados por los malos, que tuvieron que ser pisados por
los pies de los malos y de los impíos que no aman a Dios y son enemigos de Su
ley de amor.
Este fuego se aproxima y
vendrá para consumir todas las obras de los pecadores y de los malos. No hay
mucho tiempo. Por eso les llamo a una verdadera conversión, a oír aún una vez
más las voces del Cielo, que aquí en este lugar les llaman a la verdadera
conversión, a la perfecta conversión, a la sincera conversión.
Amen y no teman. No teman
al demonio, no teman al enemigo, él tiene gran poder es verdad, pero no tiene más
que Dios y que la Virgen Santísima, y sus ataques contra ustedes tiene un
límite. Es verdad que en este tiempo de tribulación le fue dado más poder, pero
este poder nunca, nunca será un milésimo de aquello que es el poder de Dios y
de la Virgen Santísima. Por eso, esperen en Ellos, confíen en Ellos, recen el
Rosario, pues, el Rosario es la herramienta, es el arma de la victoria que la
propia Madre de Dios puso en las manos de Sus hijos, para que, incluso siendo
frágiles, pequeñitos y débiles, con esta cadena de piedritas que es el Santo
Rosario, Sus pequeñitos hijos puedan derribar todo tipo de Goliat, todo tipo de
dragón infernal que los persigue y que quiere destruirlos y aniquilarlos.
Recen el Rosario, hagan
cercos de Jericó, hagan las mil avemarías, hagan los cenáculos que la Madre de
Dios les mandó de casa en casa, rezando la Hora de la Paz y el Rosario Meditado
de Ella, porque esas oraciones pueden todavía salvar muchas almas que tienen
posibilidad de salvación. Aún no está todo perdido, hay algunos pies de trigo
en medio del gran mar de cizaña que se tornó este mundo y esos pequeños pies de
trigo deben ser salvos y deben ser salvos por ustedes, que son el trigo de la
Virgen Santísima y que deben llevar a ellos la gracia de la verdad, de la
salvación, de los Mensajes de la Madre de Dios, que tocan el corazón, que
salvan, para que ellos también se junten a ustedes y se tornen un gran trigal
para la mayor gloria de la Santísima Trinidad y de la Madre de Dios, la Señora
de la Paz.
Yo estoy con ustedes
incluso que no Me vean, incluso cuando están muchas veces abatidos y cansados y
no consiguen sentir Mi Amor por ustedes, Yo estoy con ustedes, Yo les amo, Yo
les cubro con Mi Manto, Yo les guardo, Yo cuido de ustedes. Confíen a Mí todas
sus aflicciones y verán que su alma recuperará la paz. Yo estaré con ustedes
para cargar siempre con ustedes la cruz de cada día y para no dejarles
desfallecer en medio del camino, para que ustedes puedan llegar a aquella
gracia de la victoria, a aquella resurrección gloriosa y eterna en el Reino del
Cielo.
Yo que di Mi vida por
Cristo, que fui quemado vivo por amor de Cristo les digo: ‘La vida en la tierra es un soplo y aquí en
esta vida, nada, nada es más importante que aspirar, desear el Cielo. Vivan por
él, hagan todo para ganarlo y alcanzarlo, luchen para llegar allá, pues les
digo: si consiguieren un día llegar al Cielo, habrán ganado todo, pero si
hubieren perdido sus almas por haberse apegado a las cosas de este mundo, al
pecado, por haberse amado a ustedes mismos más que a Dios y amado el mundo y
las criaturas más que a Dios, Yo les digo: habrá sido inútil su nacimiento, su
vida y todo lo demás que hubieren conseguido conquistar en esta tierra: honra,
glorias, riquezas, gran estatus social, pues, en la hora de la muerte, todo eso
no vale más nada, de nada más vale, de nada sirve para la eternidad. Hagan con
que su vida sea siempre un continuo buscar del Cielo y de la salvación, e
incluso cuidando de sus obligaciones de estado, de sus obligaciones de cada
día, que todo sea hecho por ustedes con el máximo de amor, para que todo se
transforme en méritos superabundantes de gloria para ustedes en la vida eterna.’
Yo, en este momento, les
bendigo generosamente con la Madre de Dios y con Santa Juana de Chantal que
están a Mi lado."
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