Jacareí, 17 de Diciembre de 2017
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV mundial:
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(Vidente
Marcos): “Sí… Sí, haré sí Madre. Sí, haré Madrecita. Sí
Señora, yo haré. Yo lucharé para terminar todo hasta Navidad como pediste
Señora. Todos ellos, sí. Sí. Sí Señora. Sí Madrecita. Sí. Sí, haré sí.”
(Diálogo
entre el Vidente y la Madre de Dios)
MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Queridos hijos, hoy
llamo a todos ustedes de nuevo al amor.
El amor ágape será
verdaderamente aquellas alas que les darán la posibilidad de volar bien alto en
el Cielo de la santidad, como Mi hijito Marcos siempre les dice.
¿Cómo hacer para obtener
esas dos alas?
En
primer lugar: Rezar mucho con el corazón.
Segundo:
Desear poseer ese amor.
Tercero:
Renunciar a las cosas mundanas, el apego a ellas, para que el corazón esté
libre para poder ser llenado con ese amor.
Cuarto:
Buscar ese amor y hacer ese amor entrar en el corazón, y en él crecer por
muchas obras de verdadero amor.
Si ustedes hicieren eso,
ese amor crecerá en sus corazones todos los días grandemente y dará a ustedes
la fuerza para volar bien alto en el Cielo de la santidad y hacer todo lo que
Dios pide a ustedes, incluso las cosas más altas y difíciles, porque ustedes
podrán fácilmente alcanzar el cumplimiento de todas las cosas por el amor.
¿No dijo el Apóstol: Todo lo puedo en aquél que me fortalece?
¿Y quién era aquél que fortalecía? Era el amor, era el amor ágape, y el amor es
Dios, Dios es amor.
Cuando ustedes tuvieren
el amor ágape, entonces ustedes tendrán a Dios presente en sus corazones y será
la propia gracia de Dios que les dará toda la fuerza para que ustedes realicen
todo, dará fuerza a ustedes para cumplir todo lo que es difícil, todo lo que es
arduo.
Sí, con el amor ágape,
con él, ustedes podrán todo, porque él da fuerza para el alma que lo posee, para
realizar todo. Ese amor da al alma la fuerza del propio Dios. Por eso, entonces
Mis hijos, busquen ese amor, quieran ese amor, para que en esta Navidad
verdaderamente Mi Hijo Jesús pueda nacer en ustedes y con ustedes permanecer.
Sí, cuántas veces Yo
traje a Mi Hijo Jesús para ustedes en la Navidad, ustedes lo recibieron, pero
luego ustedes lo colocaron para fuera de nuevo por causa de las cosas mundanas
y Jesús no permaneció más en ustedes. Que esta vez no sea más así, que Mi Hijo
Jesús entre y permanezca en ustedes para siempre. Y la única forma de ser hecho
eso es por el amor, por el amor ágape, sobrenatural, en sus corazones.
Por eso hijitos, en estos
días abran sus corazones a ese amor sobrenatural. Quiéranlo, procúrenlo, auméntenlo
en ustedes mismos por muchas oraciones con el corazón, haciendo la oración
mental, la contemplación, la meditación que verdaderamente abre y dispone,
prepara sus almas para un encuentro con Mi Hijo y Conmigo. Déjennos entrar y Yo
prometo a ustedes que con ustedes permaneceremos, si ustedes también
permanecieren en el amor.
Continúen rezando Mi
Rosario todos los días, porque a través de ello siempre más abro y dispongo sus
corazones para el amor sobrenatural.
Deseo Mis hijos que
ustedes den 10 películas de Mi lacrimación en Akita, en el Japón y también en
Civitavecchia para 10 hijos Míos. Es la película de las Lacrimaciones número 3
que Mi hijo Marcos hizo para Mí y para Mi Hijo Jesús.
Sí, cada alma que ve esa
película es una espada de dolor que sale de Mi Corazón. Divúlguenlos, divulguen
esas películas del Santuario que Mi hijo Marcos hizo, para que más espadas
salgan de Mi Corazón, sobre todo este, el número 3 de las Lacrimaciones y
también la película de Mis Apariciones a Mi hijita Catherine Labouré, porque
muchos aún no conocen Mi Medalla Milagrosa y por eso son privados de Mis Gracias,
de Mi socorro y de Mi Amor. Quiero dar a todos un medio potente y eficaz para
recibir Mi auxilio, Mi Amor y Mi misericordia.
Y deseo también que
ustedes den esta Coronilla de la Misericordia nueva que Mi hijo Marcos hizo, el
número 70, y que tanto agradó Mi Corazón. Sí, esas meditaciones tocarán el
corazón de muchos de Mis hijos, los alertarán sobre la existencia del infierno,
sobre también la belleza del amor, del amor de Dios, del amor de Mi Hijo Jesús.
Y Mis hijos entonces tocados por ella, renunciarán alegremente a las cosas del
mundo que los llevan a la condenación y abrazarán felices las cosas del Cielo
que los llevarán para los brazos de Dios que es amor.
A todos Yo bendigo con
amor ahora: de LA SALETTE… de AKITA… y de JACAREÍ.”
MENSAJE
DE SANTA EMILIA
“Queridos hermanos Míos,
Yo, Emilia, Me alegro nuevamente por estar aquí con ustedes hoy.
Espiritualmente estoy
aquí en este Santuario, pero hoy verdaderamente vengo con la Madre de Dios para
dar Mi primer Mensaje.
No soy la misma Emilia
que vino la otra vez, vengo para darme a conocer a ustedes. Soy la amiga de
ustedes, soy la intercesora de ustedes, soy la protectora de ustedes. Quiero y
puedo mucho ayudarlos en el camino del amor, porque Yo fui dotada de un gran
amor a Dios, de un gran amor a la Madre de Dios, de un gran amor a la oración y
poseí el amor sobrenatural en alto grado.
Quiero y puedo ayudar a
ustedes, vengan, denme sus manos y Yo los tomaré y los conduciré conmigo por la
senda, por el camino verdadero que los conduce al Cielo.
Para poseer el amor
ágape, el amor sobrenatural, deben hacer lo que la Madre de Dios dijo y
juntamente con los consejos de Ella deben, sobre todo, mantenerse en una continua
actitud de amor expectante, o sea, de un amor que está siempre atento, siempre
dispuesto a los saludos del amado de Nuestras almas, Nuestro Jesús. Deben tener
también siempre una actitud de amor completamente entregado, abandonado, dócil
en las manos del amado.
Cuando dos amigos
verdaderamente se aman, ellos confían uno en el otro, y uno no pregunta al otro,
no exige del otro una prueba ni tampoco una explicación de aquello que está por
hacer. Confía en él, se deja conducir, guiar, llevar por él.
Pues bien, eso es
confianza. Deben tener una actitud de amor confiante al amigo, al esposo de
Nuestras almas que es Jesús y nunca, nunca exigir explicación del Señor, de
aquello que Él quiere hacer con ustedes y en ustedes, pues, esa desconfianza
que en verdad es una resistencia del alma soberbia, aleja a Jesús, Su Amor y Sus
Gracias.
Tengan pues el amor
confiante, tengan también una actitud de amor celoso. Cuando un amigo ama
verdaderamente al otro, cela por él, cuida de él, se preocupa con él, está
atento a todo lo que él quiere, a sus deseos, a su voluntad. Está atento cuando
él está triste, está atento cuando él está contento, feliz y todo su mayor
placer es estar siempre junto de ese amigo amado, para ayudarlo, para amarlo,
para darle cariño, amor, presencia, amistad en todos los momentos.
Tengan pues ese amor celoso
por Jesús, el amado, el amigo divino de Nuestras almas. Estén siempre atentos a
Su querer, estén siempre atentos a lo que Él desea, a lo que Él quiere. Estén
siempre en oración, atentos para consolarlo por los pecados de la humanidad,
para alegrarlo con buenas obras y oraciones de amor.
Y, sobre todo celosos
para, a todo momento, hacer la Voluntad de Él tan luego ustedes la conozcan, a
través de los superiores que hacen las veces de Él aquí en la tierra, cuando
mandan a ustedes hacer el bien, hacer buenas obras de amor. Cuando les mandan servir
y trabajar para el Señor y a través de los acontecimientos que indican a
ustedes muchas veces la Voluntad de Dios.
Por eso amados hermanos, tengan
una actitud de amor celoso, confiante, expectante delante del Señor. Para que
verdaderamente no suceda que el Señor se aproxime de ustedes y encuentre a
ustedes durmiendo como aquellas vírgenes locas que no vigilaron y no vieron la
hora en que el esposo llegó llamándolas. No suceda eso, pero que toda vez que
Jesús se aproxime de ustedes procurando amor, procurando cariño, procurando
obras de amor, alabanza y adoración, que encuentre a ustedes como las vírgenes
prudentes que estaban con sus lámparas llenas del óleo del amor. Y por eso
cuando el esposo de sus almas llegó, ellas estaban esperando por él y grande
fue la alegría al verlo.
Sí amados hermanos,
mantengan siempre la lámpara de sus corazones encendidas con la llama del
verdadero amor, y en los momentos de dificultad, de dolor y prueba, vengan a Mí
que Yo ayudaré a ustedes en todos los problemas y sufrimientos, y siempre daré
a ustedes: luz, consuelo, paz y quietación del alma.
Recen el Rosario todos
los días, pues con ello ustedes tendrán siempre ese amor confiante, expectante,
celoso, atento para con el Señor. Y ustedes conseguirán el amor ágape, que cada
vez más crecerá en sus corazones hasta tornarse verdaderamente hornalla de
intenso amor.
A todos Yo bendigo ahora
con amor y sobre todos Yo derramo ahora las grandes gracias que el Señor Me
concedió por Mis méritos.”
(Vidente
Marcos): “Querida Madrecita del Cielo ¿Tú y Santa Emilia
pueden por favor bendecir estas imágenes y rosarios que hicimos para la
oración, defensa de tus hijos?”
(María
Santísima): “Conforme ya dije: ‘Adonde quiera que unas
de estas imágenes y rosarios lleguen, allí Yo estaré con Mi hija Emilia
llevando las grandes gracias del Señor.’
A todos nuevamente
bendigo y dejo Mi paz.”
(Vidente
Marcos): “Madrecita… Santa Emilia… ¿Fue aquella Santa Emilia
que vino aquí un día en el Santuario para bendecirlo a la noche como me dijiste
la otra vez Señora?
Hasta breve Madrecita.”
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