Jacareí, 08 de Diciembre de 2017
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV mundial:
FIESTA
DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA
MENSAJE
DE DIOS PADRE
“Mis amados hijos, hoy,
Yo, Su Padre, vengo una vez más del Cielo para decirles: ‘Soy Su Padre y en la
fiesta de Mi Hija Predilectísima, María Inmaculada, quiero decirles: ‘Vengan a Mí por María.’
Así como María es el
camino cierto seguro para Mi Hijo Jesús, Ella lo es también para Mí, pues Ella,
Ella es Mi divina tela, Mi tela de amor con la cual conquisto a los pecadores.
Antiguamente los
pecadores tenían miedo de Mí, juzgándome un Dios muy severo. Yo en verdad lo
soy, pero sólo con aquél que se obstina en el pecado hasta la muerte.
Soy un Padre de amor,
pero el mundo no creyó en Mi Amor a pesar de Yo haber enviado a Mi Hijo y de Él
haberles revelado Mi Amor. Por eso entonces, Yo mismo decreté a María Mi divina tela de amor y de misericordia,
y es por medio de Ella que Yo conquisto y capturo a los pecadores, hasta los
más obstinados, para Mí.
María es Mi divina tela
de amor y de misericordia, y todo aquél que se deja prender en esa red de
misericordia que es María, con certeza llegará hasta Mí.
María Me trae a los
pecadores, incluso los más rebeldes, incluso aquellos considerados ya perdidos,
y Ella misma los transforma en verdaderos hijos Míos, cambiando sus corazones de
piedra en corazones de carne para amarme, Su Padre y Su Dios.
Vengan a Mí por María,
dejándose prender en esa red, en esa tela de amor que es María, Madre de Mi
Hijo, Mi Hija Predilectísima.
En el amor de María
pueden sentir el Mío. En la ternura de María pueden sentir la Mía. En la
caridad de María pueden sentir Mi caridad. Y todo aquél que verdaderamente abra
su corazón a María y la acoja, abrirá su corazón y acogerá a Mí, y Yo vendré a
esa alma con Jesús y el Espíritu, y Nosotros nos uniremos con esa alma y
seremos uno solo.
¡Ah hijitos Míos!
¡Cuántas veces ya les fue dicho aquí que Yo les amo, pero no creen! Sí, Yo les
amo.
En el antiguo testamento
Yo enviaba profetas para decir a Mis hijos, a Mi pueblo, lo cuanto Yo les
amaba. Pero ellos no creyeron en Mí y mataban a los profetas que Yo enviaba.
Por fin envié a Mi propio Hijo pensando: ‘Por lo menos en Mi Hijo han de
creer.’ Pero no. Lo mataron, lo clavaron en la cruz y continuaron alejándose de
Mí.
Ahora les envío a la
Madre de Mi Hijo Predilectísimo Jesús, de Mi Hijo Amadísimo. Les envío aquí a
María, Mi Princesa, para que Ella les hable de Mi Amor e intente conquistarles
para Mí.
Si ustedes estropean esta
última tentativa, no insistiré más Mis hijos, y entonces dejaré que caiga sobre
la humanidad el fuego que ella merece por su ingratitud, maldad y pecado. Entonces,
ahora que es el tiempo de la gracia, mientras aún es tiempo de misericordia, abran
sus corazones a Mí, a Mi Amor Mis hijos.
Acójanme en sus vidas con
Mi gran Amor y Yo prometo que Yo los transformaré completamente en obras
maravillosas de amor, obras maravillosas de Mi poder. Yo cambiaré su corazón
por un nuevo corazón lleno de amor, lleno de bondad, lleno de caridad, lleno de
virtud, lleno de pureza. Y a través de ustedes mostraré a todo el mundo la
grandeza de Mi Divino Amor.
Vengan a Mí por María,
pues Ella es la escalera de Jacob, la escalera que Yo mismo construí entre el
Cielo y la tierra, y quién no suba por esa escalera, jamás llegará hasta Mí,
jamás llegará al Cielo.
Sí, esa Mi divina
escalera es toda luz, es toda amor, es toda misericordia para con ustedes y no
hay nadie que no pueda subirla, porque sus peldaños son suavizados por Su Amor,
sus peldaños son hechos de puro amor y de gracias tan grandes de amor, que el
alma que sube por esa escalera no se cansa, no se fatiga y ni siente el
esfuerzo de la subida, pues esta propia María, esta propia Madre suya y Mi Hija
Predilectísima, Ella misma suaviza su subida.
Suban a Mí por María,
suban por la escalera de Jacob que es María, para que entonces, verdaderamente,
puedan llegar a Mi Hijo y de Mi Hijo puedan llegar a Mí.
Yo soy Su Padre y hoy
apelo nuevamente para su corazón. Yo envié ya tantos profetas, Mi propio Hijo y
Mi Hija Predilectísima María ahora, Madre de Mi Hijo. No frustren Mis hijos Mi
supremo esfuerzo de amor para salvarlos, pero antes, colaboren con Mi esfuerzo
de amor y hagan verdaderamente con que su vida sea una vida de perfecto amor a
Mí, a Mi Hijo, al Espíritu, para que Nosotros podamos en ustedes realizar
maravillas y salvarlos.
Yo soy Su Padre y no
quiero su condenación. Perdono siempre que en ustedes verdaderamente haya deseo
de corregirse, cambiar, comenzar de nuevo.
Cuando un pecador Me pide
de verdad perdón y quiere recomenzar de nuevo su vida conmigo, su caminata
conmigo, perdono siempre. No miro la grandeza del pecado, pero sí, la grandeza
del amor, del deseo de amarme y de recomenzar siempre.
Por eso, recomiencen Mis
hijos de nuevo a caminar y vivan una verdadera vida en unión conmigo, Su Padre
de amor.
Mi amadísimo hijo Marcos,
Mi caballero obediente, Mi hijo y siervo obedientísimo. Yo hoy te bendigo con
amor y te digo: ‘Mi Corazón estremeció de alegría en el día en que naciste, en
que viniste a este mundo, pues entonces para esta humanidad comenzaba
verdaderamente Mi última tentativa de salvarla por medio de María Inmaculada y
con la colaboración de tu ‘Sí.
En aquel día Mi Corazón
Paternal estremeció de júbilo y amor por ti hijito. Continúa sirviéndome todos
los días de tu vida por medio de María y a trabajar para salvar siempre y cada
vez más almas. Dame más almas hijo Mío, son almas lo que Yo quiero, dame almas
siempre más para que Mi Corazón Paternal se alegre, se rejubile y se consuele,
por ver hijos que verdaderamente tienen el amor filial por Mí y Me aman, no por
miedo de los castigos o infierno, ni tampoco por interés de Mis Gracias y
favores, pero hijos que verdaderamente Me aman de corazón y quieren
verdaderamente vivir una verdadera vida en Mí, una vida de amor y ser uno
conmigo, para que entonces, Yo Me alegre en ellos y pueda hacerlos
participantes de Mi eterna gloria y felicidad.
Yo te bendigo también Mi
amadísimo hijo Carlos Tadeo. Quédate sabiendo hijo que al profeta Isaías Yo
también revelé tu persona. A él Yo revelé: ‘He aquí la señal, una virgen concebirá y dará a luz un hijo que se
llamará Emanuel, Dios con nosotros.’
Cuando él conoció a
María, Madre de Mi Hijo, cuando él conoció el misterio de la encarnación,
cuando él conoció también todo lo que sucedería después de la encarnación del
Verbo, la obra de la redención y todas las almas que serían salvas por causa de
la redención, él también conoció tu persona, pues Yo te revelé a él.
Sí, él te vio como un
fruto bendito del ‘Sí’ de María, como un fruto bendito de la copiosa redención
de Mi Hijo, con la colaboración de la Co-Redentora, María. Y Mi profeta Isaías
se alegró mucho por conocerte y ya en el antiguo testamento rezaba por ti para
que pudieses verdaderamente colaborar en Mis divinos planes de salvación de la
humanidad con María y por María.
Sí, alégrate hijo Mío
porque tu nombre resonó a los oídos hasta incluso de Mis antiguos profetas. Persevera
en el amor, en la oración y en la santidad. Y ten siempre la certeza que Yo, tu
Padre, estoy siempre muy cerca de ti y nunca te abandono. Fui Yo que te creé,
eres Mi semilla y cuidaré de Mi semilla para que florezca y dé mucho fruto para
Mi gloria y la salvación de las almas.
Sí, ame el hijo que te di.
A través de ti, él debe sentir Mi Amor para después reflejarlo a las otras
personas y así todas ellas conocerán lo cuanto es grande Mi Amor Paternal y así
se aproximarán de Mí por María, y al aproximarse de Mí, recibirán Mi Divina
Gracia y Mi Misericordia.
Alégrate por el hijo que
te di. A través de él, no sólo María, pero Yo también Me aproximé de ti y Me
uno contigo de una forma que no puedes entender ahora, pero te basta saber que
a través del hijo que te di, Yo, el Padre, te envuelvo en los lazos
indestructibles de Mi Amor por ti y te colmo siempre más de luz, gracia y amor.
A través de ese lazo que
te liga al Cielo, que es el hijo que te di y Mi hijo también, Yo, el Padre,
siempre más derramo sobre ti los torrentes de Mi Misericordia y siempre más
fundo tu alma con Mi Paternal Corazón.
Adelante hijo Mío,
continúa salvando almas, estoy muy feliz con todo lo que has hecho por Mí y
también por la Madre de Mi Hijo, Mi Princesa María. Adelante y no temas, porque
Yo soy contigo y Yo mismo actuaré y hablaré en ti y por ti como dije a Mis profetas.
Ve profeta de las almas y
de las naciones, háblales de Mi Amor, no tengas miedo porque Yo estaré contigo
para ayudarte.
A Mi hijito obedientísimo
Marcos, a Mis hijitos predilectos que hoy renovaron sus votos de amor,
obediencia a Mí por María y a María, Yo ahora con amor miro, sonrío, bendigo y
a todos ustedes que vinieron de tan lejos para la fiesta de la Princesa María,
Madre de Mi Hijo y también para alabarme y consolarme, a todos ustedes Yo
bendigo con amor ahora.”
MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Queridos hijitos, Yo soy
la Inmaculada Concepción.
Con ese nombre Yo aparecí
en Lourdes, también en Montichiari y en el día de hoy, y aquí tantas veces para
decir: ‘Soy toda bella, soy toda pura,
soy toda santa.’
Por ser Madre de Dios fui
preservada por un acto de amor del Señor de la mácula de la culpa original y ya
desde el primer instante de Mi existencia, fui repleta de Su Gracia, de los
privilegios con que Él Me ornó, de las virtudes y de Su Amor.
Sí, el Señor Me amó, el
Señor Me amó y Me preservó. Así como un ingeniero, como un arquitecto no
construye su casa permitiendo que su enemigo habite en ella antes de él, así
también el Señor no permitió que la antigua serpiente pudiese rastrear Mi alma
infeccionándola con su veneno mortal del pecado.
Por eso, el Señor Me
preservó y habitó en Mí antes incluso que la mácula original y su enemigo
pudiesen habitar. Sí, o se dirá: ‘Manchada
la Madre y pecador el Hijo’, o se dirá: ‘Inmaculado el Hijo y purísima e inmaculada la Madre.’
Entonces, preservada de la
mancha del pecado original, Soy para vosotros, para ustedes, señal poderosa de
victoria, porque Inmaculada, Satanás nunca tuvo poder sobre Mí y si nunca tuvo
poder sobre Mí, nunca pudo derrotarme cuando Yo estaba en la tierra, haciéndome
caer en pecado ni incluso infligiendo el yugo satánico de su poder para dominar
Mi alma.
Y si en la tierra él no
tuvo ningún poder y autoridad sobre Mí, mucho menos lo tiene ahora que estoy en
la gloria del Cielo. Por eso soy terrible contra Satanás, soy terrible para defender
y luchar por la salvación de Mis hijos, soy terrible para aplastar sus planes
diabólicos, salvar las almas y reconducirlas a Dios.
Tengan confianza en Mí
Mis hijos, porque la Madre del Cielo concebida sin la mancha del pecado
original, jamás perdió ni perderá una guerra contra Satanás.
Confianza y esperanza.
Recen Mi Rosario todos los días para que siempre más en la vida de ustedes Yo
pueda realizar Mis Gracias de amor y librar a ustedes de caer en pecado y tomar
decisiones equivocadas, colocándose en las manos de Satanás para que él pueda
destruir a ustedes.
Sí Mis hijos, confianza y
esperanza en el amor y en el poder de la Madre del Cielo.
Soy terrible como un ejército
en orden de batalla para debelar todos los errores e iluminar las almas de Mis
hijos, reconducirlos por el camino de la verdad, quitándolos del camino del
error y llevarlos siempre más por la senda de la salvación que es Mi Hijo
Jesús, que los lleva al Cielo.
Sí Mis hijos, ahora ha
llegado el momento de la decisión de ustedes, no pueden quedar más indecisos
entre Dios y el mundo. Yo ya estoy salva y estoy haciendo todo para que todos
se salven aquí, pero si alguien se decide no querer Mi ayuda, no querer la
salvación que Yo ofrezco, si alguien no quiere más dejarse conducir por Mí por la
senda de la salvación, no puedo hacer nada, porque tal como Dios, respeto el
libre albedrío de ustedes. Por eso les digo hijos: ‘decídanse por Dios, decídanse por Mí, decídanse por la salvación,
salven las almas de ustedes.’
¡Cómo Yo amo a Mis hijos!
Estoy haciendo todo lo que puedo para salvarlos, pero muchos de ellos no
quieren, son rebeldes. No tienen amor por Dios, ni por Mí y no tienen amor ni
por sí mismos, porque quién Me aborrece,
ama la muerte eterna como muy bien dijo de Mí el Señor en la Sagrada Escritura.
Aquellos que Me aman
menos que al mundo, que a sí mismos, que Me aborrecen, aman la muerte eterna.
Tengan pena de las almas
de ustedes y no las traten de esta forma, no las constriñan a caer en la
perdición Mis hijos. Acéptenme, acepten Mi Amor, para que entonces, Yo pueda
verdaderamente ser causa de salvación para ustedes como es dicho en la Escritura:
‘Aquellos que Me aman, tendrán la vida,
la vida eterna.’
Es eso lo que Yo vine traer
a ustedes aquí: la vida eterna. Vine a salvarlos. Acéptenme, acepten Mi Amor y
acepten Mis consejos maternos, prendiéndolos al cuello como con una corriente,
o sea, grabándolos y guardándolos fuertemente en el corazón, para que entonces,
verdaderamente, Yo pueda conducir a ustedes al Cielo y librarlos de toda
tentación de Satanás, en la paz.
Yo, la Madre de ustedes,
hoy en el día de Mi Inmaculada Concepción, nuevamente digo: ‘Todo aquél que
obedezca Mis Mensajes de amor e imite Mis virtudes, jamás se perderá, porque el
propio Señor decretó que aquellos que Me aman, que Me tornan conocida y amada
como Mi hijito Marcos, aquellos que trabajan por Mí, vivirán, tendrán la vida eterna.’
Pero como dice la Sagrada
Escritura: ‘Ay de aquél que hace la obra
del Señor en vano, que estropea todo lo que el Señor hace por su propia
salvación’, porque este verdaderamente no podrá entrar en el Reino del
Cielo y grande será su tormento eterno. Por eso les digo hijos: ‘Hagan la obra
de Dios de modo eficaz y de modo que verdaderamente ustedes puedan ser salvos,
colaborando con todo aquello que Dios les pide y también les da aquí en Mis
Apariciones.’
Así como Yo llevé a Mi
hijita Bernadette a una santidad tan grande y a tornarse un puro y perfecto
reflejo de Mi Inmaculada Concepción, también quiero llevar a ustedes a una
santidad y a una pureza tan grande, de modo que todos los que miraren para
ustedes vean Mi propia belleza de amor, Mi propia belleza de santidad, Mi
propia belleza de pureza, Mi propia belleza de suprema perfección.
Entonces, Mis hijos
querrán también como ustedes ser santos, querrán imitarme para poseer esa
belleza toda sobrenatural y entonces, Yo podré finalmente transformar el mundo
de un pantano de pecado en un jardín de gracia, belleza, santidad y amor para
alegría y gloria de la Santísima Trinidad.
Mi amado hijito Marcos,
hoy en la fiesta de Mi Inmaculada Concepción, Yo te bendigo con todas las
gracias de Mi Corazón. Sí Mi hijo, sé lo cuanto amas este Mi misterio. Sé lo
cuanto toda tu vida siempre Me honraste en el misterio de Mi Inmaculada
Concepción y siempre trabajaste para hacer con que Mis hijos también creyesen
en este Mi misterio, en este Mi dogma y Me honrasen alabando la belleza, la
santidad y la pureza incomparable con la cual Dios hoy Me creó.
Por eso sobre ti bajen
ahora las más copiosas bendiciones del misterio de Mi Inmaculada Concepción sin
pecado. Y también sobre ti Mi amadísimo hijo Carlos Tadeo.
Sí, un día, cuando Yo
rezaba con Mi Madre Santa Ana, Nosotras dos tuvimos un éxtasis profundísimo
donde las dos vimos al mismo tiempo a Mi hijito Marcos, estas Apariciones y
también a ti. Yo ya te había visto en Mi Inmaculada Concepción, pero Mi Madre
Santa Ana no. Y ella conoció quién serías y lo cuanto Me amarías en el futuro,
apoyándome, ayudándome a salvar las almas de Mis hijos juntamente con el hijo
que te di. Y Mi Madre Ana exultó de amor y de alegría por conocerte y ya a
partir de aquel momento pasamos a rezar juntas todos los días por ti amado hijo
Mío. Y ella inclusive llegaba a las lágrimas cuando rezaba por ti, impetrando
las mayores gracias del Altísimo para tu persona.
Mi Madre mucho te amó en
la tierra y te ama mucho más intensamente en el Cielo. Recurra pues a ella en
todas tus necesidades y tribulaciones, y verás como ella te ayudará, te
amparará y siempre te cubrirá con las más profundas gracias de ella, tornándote
feliz en la tierra y después también en el Cielo. En el día de Mi Madre Santa
Ana (26 de julio) podrás pedir a ella una bendición especial, una gracia
especial y ella te será dada conforme a la Voluntad del Señor.
Mis hijos, a todos los
que rezan la Coronilla de Mi Inmaculada Concepción por lo menos una vez por
semana durante todo el año. A todos Mis hijos que todos los días 8 de cada mes
honran el privilegio de Mi Inmaculada Concepción rezándome, alabándome y a
todos Mis hijos que todos los años vienen aquí para honrar el privilegio de Mi
Inmaculada Concepción consolándome con su amor y sus oraciones, a todos ellos
doy ahora la Indulgencia Plenaria, o
sea, el perdón de todas las penas debidas a los pecados de los cuales ya se
arrepintieron y se convirtieron. Esas penas que ustedes deberían pagar en esta
vida con los sufrimientos y dolores, y en la otra con el fuego del purgatorio.
Ahora todas ellas son apagadas.
Esta gracia Yo alcancé
del Señor para ustedes hoy en el día de Mi Inmaculada Concepción, ofreciendo a
Él los méritos de Mis dolores, lágrimas y obras de amor.
Continúen rezando Mi
Rosario todos los días, porque por medio de ello siempre más transformo sus
corazones en reflejos y copias vivas de Mi propia pureza maternal.
A todos y especialmente a
Mis Esclavos de Amor, Mis Postulantes, que hoy con Mi hijito Marcos renovaron
sus votos a Mí. Y a Mi hijito Luis Miguel, que hoy Me dio su primer ‘Sí’,
tornándose verdaderamente Postulante de Mi Orden Sagrada. Y a todos Mis hijos
que de cerca o de lejos vinieron hoy para alabarme, bendigo con amor: de
LOURDES… de BEAURAING… y de JACAREÍ.”
(Vidente
Marcos): “Querida Madrecita del Cielo ¿Puedes por favor Señora
tocar en estas imágenes y rosarios que hicimos para oración y protección de tus
hijos?”
(María
Santísima): “Conforme ya dije: ‘Adonde quiera que una
de estas imágenes llegue, allí Yo estaré presente, viva, llevando las grandes
gracias del Señor.’
Nuevamente digo: ‘Sean
santos Mis hijos como la Madre del Cielo es Santa. Sean puros como la Madre del
Cielo es pura. Sean amor como la Madre del Cielo es amor. Para que así
verdaderamente con sus vidas glorifiquen al Señor.’
A todos Yo bendigo con
amor de nuevo y especialmente a ti Mi amadísimo hijito Marcos, y a Mi hijito
Carlos Tadeo, que tanto consuelo en este día de hoy dio a Mi Corazón Inmaculado
y tantas lágrimas enjugó en Mí.
A todos dejo la paz.
Queden en la paz del Señor.”
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