Jacareí, 15 de Octubre de 2017
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FIESTA
DE SAN GERARDO MAYELA
PATRONO
DEL SANTUARIO DE JACAREÍ
MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Queridos hijos, hoy,
cuando ustedes ya están celebrando aquí a Mi hijo San Gerardo, vengo a
decirles: ‘Sean nuevos Gerardos, viviendo en continua oración como Mi hijo San
Gerardo vivía, rezando el Santo Rosario todos los días como él rezaba, con un
amor, una piedad y devoción angélicas.’
Sean otros Gerardos
viviendo en la penitencia, en el sacrificio como él vivía, ofreciendo todo por
la conversión de los pecadores y por la salvación de la humanidad. Para que
así, con su vida de sacrificio y de amor, ustedes puedan aplacar la Ira de la
Justicia Divina justamente inflamada por los pecados de la humanidad entera y
así, puedan alcanzar para todo el mundo la misericordia y la paz.
Sean nuevos Gerardos
viviendo una vida de verdadero amor como él vivía.
En verdad Yo digo: ‘En Materdomini, en Italia, no había nadie
como Mi hijo Gerardo en su época. Él era un ángel de amor, su amor era tan
grande que atraía a Mí y a Mi Divino Hijo a él. Y por eso bajábamos muchas
veces del Cielo para deleitarnos en el amor del alma de él, para consolarnos en
el amor de él, para descansar en la fresca brisa del amor sobrenatural de él y
para, verdaderamente en él, encontrar el amor, encontrar la correspondencia, el
cariño y la obediencia que siempre deseamos de todos Nuestros hijos.’
Viviendo como él vivió,
amando como él amó, siendo como él fue, sufriendo por amor a Dios como él
sufrió, ustedes verdaderamente serán nuevos Gerardos, que con su vida, darán a
Dios y a Mí el verdadero amor que aquí vine procurar.
Continúen rezando Mi
Rosario todos los días. Por medio de ello, siempre cada vez más transformo a
ustedes en nuevos Gerardos de amor y hago en ustedes verdaderamente crecer Mi
Llama de Amor.
Practiquen las virtudes,
sean humildes, renuncien a la vanidad, renuncien al orgullo, a la pereza,
renuncien a toda soberbia de ustedes.
A todos Yo bendigo con
amor en Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo."
MENSAJE
DE SAN GERARDO MAYELA
“Amados hermanos Míos,
Yo, Gerardo, vengo hoy hasta ustedes para decir con amor: ‘Sean llamas de amor
vivo a Dios y a la Madre de Dios por una vida de verdadero amor, de verdadera
oración, humildad, desapego de ustedes mismos y del mundo, una vida de
verdadera ascesis, subida espiritual para Dios, procurando siempre más vivir en
Dios una verdadera vida de amor.’
El amor es Dios y aquél
que ama, vive en Dios y Dios vive en él. Pero para vivir ese verdadero amor es
preciso primero desapegarse, deshacerse del hombre viejo y renacer del agua y
del espíritu como una nueva criatura en Dios. Eso será hecho en ustedes si
ustedes verdaderamente lanzaren fuera de sus corazones todo sentimiento de amor
a las cosas mundanas y abrieren sus corazones al amor de las cosas celestes, a
las cosas de la Madre de Dios. Entonces, verdaderamente, ustedes se tornarán nueva persona, nueva criatura.
La persona que ustedes
eran ya no existirá más y entonces, Dios viendo que sus almas están llenas de
amor por las cosas celestes, vendrá hasta ustedes, hará morada en ustedes,
realizará grandes cosas en ustedes y por medio de ustedes iluminará con Su
gracia y Su amor el mundo entero.
Yo, Gerardo, estoy junto
de ustedes en toda tribulación, no teman nada porque Yo estoy con ustedes y por
fin la Madre de Dios triunfará.
Recen el Santo Rosario
todos los días para que el triunfo de Ella suceda en ustedes. Cuando ustedes
quitan de sus corazones el amor a las cosas mundanas, cuando ustedes mueren
para ustedes mismos y colocan en el corazón el amor a las cosas celestes y
procuran hacer sólo la Voluntad de Dios y vivir para Él, el Corazón de María ya
comienza a triunfar en ustedes.
Comiencen el triunfo,
comiencen a rezar y el triunfo sucederá.
Yo, Gerardo, amo a todos
y especialmente a ti Marcos, Mi más querido y amado hermano.
Quédate sabiendo que Yo
también tuve muchas visiones tuyas en Materdomini. La Madre de Dios Me mostró
muchas veces a ti allá, en el Santuario de Ella. Y en aquellas visiones Mi
Corazón se llenó de gran alegría, por saber que en el futuro Ella tendría aquí,
en el Brasil, el gran apóstol y Yo tendría un gran amigo.
Yo te vi haciendo Mi película,
la película de Mi vida, que tanta luz, tanta gracia, tanto amor llevó a las
almas. Y Mi Corazón rejubiló muy feliz por saber que un día Yo sería muy
conocido gracias a ti, muy amado. Y por medio de Mí, Mi Reina, Mi Señora y Mi
Jesús, también serían muy conocidos y muy amados.
Ve en frente Mi hermano, amigo
y caballero de la Inmaculada, ve en frente. Ve en frente Mi zuavo, Mi soldado
de amor. Ve y anuncia a todo el mundo Mi vida, muestra a todo el mundo Mi vida
luminosa, para que todos Me conozcan y por medio de Mí, conozcan cuan bella es la
santidad y muchos jóvenes deseen también como Yo, ser Santos.
Yo te amo mucho Marcos.
En la hora de Mi muerte, la visión de ti fue Mi gran consuelo, fue verdaderamente
para Mí un momento de amor y gratitud supremos a la Madre de Dios, por saber
que Ellos en el futuro suscitarían un gran apóstol de Ella, un gran apóstol y
amigo Mío.
Sí, Mis oraciones
sirvieron para que la Madre de Dios te escogiese también, que Ella te tomase
como Su siervo, Su apóstol y caballero, y por medio de ti hiciese grandes cosas
en toda la humanidad. Mis oraciones también sirvieron para ayudar a la Madre de
Dios a realizar Su plan de amor aquí. Sirvieron para alcanzar muchas gracias
para todos estos Mis hermanos que están aquí y que Me oyen ahora.
Por eso, exulte tu
corazón, rejubílese, rejubílese también porque Fray Joaquín del Monte Carmelo
un día también tuvo una visión tuya en el coro de la Basílica antigua de
Nuestra Señora Aparecida. Y allí, en aquella visión, él te vio haciendo muchos
y muchos Rosarios Meditados para Ella, muchas y muchas películas para Ella. E
incluso sin entender muy bien lo que sería aquello en el futuro, él comprendió
que tú darías gran gloria a Ella y serías un gran apóstol y por eso él se
sintió muy consolado en medio a la ardua empresa que él tuvo en la construcción
de aquella gran iglesia para la Madre de Dios.
Alégrate porque tú fuiste
un consolador de un gran Santo en el pasado. Alégrate porque tú fuiste también
Mi consolador, eres el consolador de la Madre de Dios y todos aquellos que la
amaren con la misma llama de amor que tú, también se tornarán consoladores de
Ella, se tornarán llamas incesantes de amor.
Yo fui ángel de Muro
Lucano y a ti Yo llamo ‘llama incesante
de amor de la Madre de Dios de Jacareí.’
A ti y a todos Yo bendigo
con amor: de MATERDOMINI… de MURO LUCANO… y de JACAREÍ.”
(María
Santísima): “Conforme ya dije: ‘Adonde quiera que uno
de estos rosarios llegue, allí Yo estaré viva con Mi hijo Gerardo, llevando
grandes gracias del Señor para todos.’
Vayan en la paz del
Señor. A todos nuevamente bendigo, cubro con Mi Manto y dejo la paz.”
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