Jacareí, 18 de Noviembre de 2017
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV mundial: www.apparitionstv.com
MENSAJE DE LA SANTÍSIMA
VIRGEN MARÍA
“Querido
hijo Marcos, conforme ya te dije, tú estás sufriendo dolorosos sufrimientos,
dolorosos trabajos, para redimir los pecados de los pecadores, para salvar las almas de ellos y para expiar los pecados que ellos cometieron contra Dios.
Por
causa de las locuras de los pecadores, un hermano inocente tiene que sufrir por
ellos, pues es el único medio de alcanzar para esas almas: misericordia y
salvación.
No
temas hijo Mío, estaré siempre contigo. Tú todavía tendrás más cruces pesadas por adelante, pero así como estuve junto con Mi Hijo en el camino del calvario, Yo
también estaré contigo. Y cuanto más sufras, más almas salvarás y mayor
será la corona de gloria, de méritos que tú tendrás en el Cielo.
El
sufrimiento acepto y ofrecido generosamente salva almas, cancela castigos y
atrae para el mundo, para muchas almas, una lluvia abundante de gracias.
Cómo
faltan las almas generosas hoy en día, las almas víctimas. Yo misma dije a
muchos Santos del pasado que en este siglo de impiedad, de pecado, maldad,
alejamiento de Dios y pérdida de la fe, las almas que desearían donar sus vidas
y hasta arriesgar sus vidas por amor a Dios y por la salvación de las almas,
serían muy pocas. Las almas que tendrían la fuerza de vencer el propio egoísmo y
de renunciar a una vida cómoda, llena de placeres, para poder sufrir por la
salvación de la humanidad, serían pocas. Serían estas almas: rosas rojas místicas que serían tan raras como oro.
Sí,
no hay almas víctimas capaces de aceptar los sufrimientos que Dios manda por la
salvación de las almas y para expiar los pecados que ellas cometen todos los
días contra Dios.
Si
hubiesen más almas así, cuántos castigos no serían evitados, cuántas almas no
serían salvas, qué lluvia de misericordia no descendería sobre la tierra, pero esas rosas místicas rojas, generosas, capaces de renunciar a la propia
voluntad, a su egoísmo y ser almas generosas capaces de sufrir y hasta de
arriesgar la propia vida por la salvación de los otros, ya no existen más.
Es
por eso que no hay quién aplaque la Ira de Dios. Es por eso que no hay quién
detenga más los castigos en muchas naciones y es por eso también que tan pocas
conversiones suceden, tan pocas almas santas existan hoy en día.
¡Ah!
Si hubiesen más almas como esas, pararrayos de la Justicia Divina e imanes de
las bendiciones de Dios, cuanto mal no dejaría de haber en la tierra, cuanto bien
no descendería del Cielo, cuanta bendición no descendería sobre la tierra.
Es
por eso que Yo llamo a las almas a renunciar a su egoísmo y a donar sus vidas
generosamente por la salvación de la humanidad como Mi hijito Marcos, como
tantas almas privilegiadas del pasado hicieron. Sólo así el mal podrá ser
detenido, Satanás será aplastado más deprisa y el bien triunfará, Dios triunfará.
Yo
deseo que haya muchas almas así, pues el Corazón de Mi Hijo Jesús está saturado
de tantas ofensas, de tantas ingratitudes del mundo y quiere dar curso
nuevamente a Su Justicia.
Detengan
esa Justicia ofreciendo sus sufrimientos de cada día con amor a Dios, por la
salvación de la humanidad, en expiación por los pecados con que Él es
ofendido.
Sí,
lo que detiene el fuego que caerá del cielo, es Mi hijo Marcos, con sus
oraciones, sus trabajos, sus rosarios meditados, sus horas santas de oración
hechas por amor a Mí y todo más que él hace e inclusive con los sufrimientos de
él.
¡Ay
del Brasil!¡Ay del mundo si él no estuviese aquí ofreciendo todo eso por la
humanidad!
Cabe
a ustedes Mis hijos ayudarlo con oraciones y sacrificios, a detener la Justicia
Divina que quiere castigar al mundo y disminuir el peso aplastador de los
pecados que él carga sobre sí, sufriendo para expiar esos pecados.
Es
preciso oración y sacrificio. Sin eso, no se podrá salvar la humanidad.
¡Oh
sí! Cuán grande es el valor del sufrimiento acepto y ofrecido delante del Padre.
Yo busco almas así, ofrecidas y generosas, que juntamente conmigo ofrezcan sus
sufrimientos diarios para aplacar la Justicia del Señor.
Deseo
que aquí haya muchas rosas místicas rojas así, de sacrificio, para junto
conmigo contrabalancear la Justicia Divina, inflamada por los pecados de la
humanidad.
Sí
Mi hijo, tú debes acordarte claramente de aquella vez que estuviste enfermo con
una gran fiebre, con muchas náuseas, escalofríos, dolores por todo el cuerpo y
especialmente en tu cabeza. Tú te acuerdas que te quedaste internado en el
hospital. Pues bien, aquel sufrimiento sirvió para que Yo ahora concediese
gracias a tu padre espiritual Carlos Tadeo, para que lo trajesen aquí en Mis
Apariciones y para que pudiese también unirlo ahora a ti, para que a través de
ti, él reciba grandes y copiosas gracias de Mi Corazón y también del Señor. Aquel
sufrimiento fue por él, aquel ofrecimiento sirvió para él, para alcanzar
gracias para él y su linaje.
Tú
debes acordarte también de cuanto sufriste cuando tu rodilla creció y quedó
duro como una roca y tú no podías caminar. Aquel sufrimiento también sirvió
para él, bien como también sirven para él tus dolores de cabeza actuales, todas
ellas que tú ofreciste para Mí, sirvieron para conseguir para él grandes gracias
del Señor, grandes gracias de Mi Corazón y no apenas para aquel Mi hijo
predilectísimo, pero también para Mi hijo Eder, para Mi hijo Ricardo, para Mi
hijo Silvestre, para Mi hija Débora, para Mi hija Goretti, para Mi hijo
Reinaldo.
Sí,
sirvió para ellos, sirvió también para Mi hija Janaína López, sirvió también
para Mi hija Fabiana Oliveira y sirve para tantas almas que tú no puedes
imaginar, por todas las almas que tú ofreces y también por aquellas que tú ni
siquiera conoces, pero que sólo en el Cielo descubrirás.
Quédate
sabiendo también Mi querido hijo, que esos tus dolores de cabeza sirven muchísimo para
aliviar el sufrimiento de Mi hija Lazinha, sirve también para aliviar el sufrimiento de muchos enfermos que están en el hospital sin consuelo, sirve para
la conversión de muchos jóvenes equivocados, sirve también para la liberación
de muchas y muchas almas del purgatorio, sirve también para Mi hijita Margarita
Kurosaki, para Mi hijo Matías Kurosaki y toda su familia, sirve para esparcir
el bien sobre la tierra. Por eso, tú debes continuar ofreciendo.
Quédate
sabiendo también que una de las almas más beneficiadas por tus dolores de
cabeza también es Mi hijo Andrés Paiola. Todos tus dolores sirve para él,
sirve para las almas de los electos y cuando ese número se complete, entonces
finalmente Mi triunfo sucederá con poder y traerá para ustedes, para toda la
tierra, la paz, la felicidad, la renovación total y entonces, todos los
hombres, todas las mujeres fieles a Dios serán felices para siempre como los
Ángeles y nada, nada nunca más los amenazará.
Cuanto
más tú sufres, más Satanás pierde el poder hasta que quede completamente
aniquilado. Así Dios usa los sufrimientos de un hijo amoroso para encubrir una
multitud de pecados, perdonar a sus autores y traer para la tierra paz, paz y
paz.
Es
preciso rezar el Rosario, es preciso ofrecer la vida y los sufrimientos a Dios
por la salvación del Brasil y de los pecadores. El Brasil aún corre peligro, el
mundo aún está al borde del precipicio, los jóvenes y los niños se pierden cada
vez más gracias a los medios de comunicación, pasan todo el tiempo viendo cosas
que sólo destruyen sus almas, que sólo llenan sus almas de tinieblas y pecados
envés de rezar.
Ofrezcan
por ellos para que la infancia y la juventud puedan ser salvas por un milagro
del amor del Espíritu Santo y de Mi Corazón. Caso contrario, el futuro de la
humanidad estará perdido.
Recen
aún hoy 3 Coronillas del Amor para salvar más almas. Recen la Coronilla del
Amor constantemente, pues esa Coronilla salva muchas almas.
Yo
estoy con ustedes en sus sufrimientos y nunca los abandono. Tengan una fe firme
y fuerte como Job, porque ustedes aún pasarán por muchas pruebas antes de Mi
triunfo, pero los héroes vencerán y serán coronados.
A
todos Yo bendigo ahora con amor: de FÁTIMA… de LA SALETTE… y de JACAREÍ.”
Después
de tocar en los rosarios…
(María
Santísima): “Conforme ya dije: ‘Adonde quiera que unos de estos rosarios
lleguen, ahí estaré Yo viva, llevando grandes gracias del Señor y de Mi Amor
para todos Mis hijos.’
A
todos bendigo ahora nuevamente y dejo Mi paz.”
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