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lunes, 30 de septiembre de 2013

28 de Setiembre del 2013- Mensaje de Santa Lucía al Vidente Marcos Tadeu

Jacareí, 28 de Setiembre del 2013
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet a través de la WebTV mundial: www.apparitionstv.com

MENSAJE DE SANTA LUCÍA DE SIRACUSA


(Marcos): “Sí... sí... sí, Yo lo haré sí, Sí... sí...” 

(Santa Lucía): “Amados hermanos míos, Yo, Luzia, Lucía de Siracusa, sierva de Dios y de la Madre de Dios, me alegro por poder estar con ustedes hoy una vez más y darles Mi Mensaje.

Vengan a Mí todos ustedes que están cansados ​​y agobiados y Yo les aliviaré, dijo el Señor. Vengan a Mí también, la hermana de ustedes, y Yo les aliviaré de todas las cargas que les oprimen y  que les aplastan, les daré la paz del corazón y les llevaré siempre más a una verdadera  felicidad y la alegría en Dios y en  la Madre de Dios.

Vengan a Mí, todos ustedes que están oprimidos por el peso de sus propios pecados, ustedes que están afligidos, sintiendo los pesos de sus miserias, defectos y debilidades, de los que no consiguen librarse. Vengan a Mí y Yo les ayudaré a librarse, les daré la paz del corazón, les enseñaré a que venzan sus defectos  uno a uno, les daré la fuerza interior que les dará energía necesaria para que venzan sus miserias, defectos y pecados y también  a que rompan con todo que  les aleja de Dios, de Su Amor y de Su Santa Voluntad sobre ustedes.

Vengan a Mí todos ustedes  que están oprimidos por el peso de las pruebas y de los sufrimientos y Yo les aliviaré, daré consuelo, les  libraré de muchas tribulaciones y de aquellas que no fuera posible que Yo les libere ahora, al menos les daré la fuerza interior, la fortaleza,  la perseverancia para que soporten  todo por amor a  Jesús hasta que llegue a ustedes la gracia de la victoria.

Yo sufrí terribles persecuciones, sufrimientos y martirios, así  como ya  lo saben, y por eso sé muy bien cuánto  cuesta el sufrimiento. Vengan pues a Mí,  que tengo tantas gracias para darles  y ayudarles  así a que venzan  las pruebas  de este valle de lágrimas, que es esta vida, para que puedan entrar triunfantes y gloriosos en el Cielo.

Recen con el corazón, porque la oración con el corazón les dará la alegría, les dará la fuerza interior para que vayan adelante en el camino de la santificación, a pesar de las cruces que coloca el mundo sobre sus hombros para  que lleven. La oración con el corazón tornará más suaves estas cruces, les dará el aumento de la luz de la fe, del amor, de la esperanza en sus almas.

La oración  con el corazón también iluminará la mente de ustedes haciéndoles entender cosas que las otras personas que no rezan no pueden comprender por qué están en la ceguera espiritual y al comprender  tantas cosas que el Señor  les hará comprender  por la oración, ustedes  tendrán en ustedes una llama de amor ardiente que les dará fuerzas para que vayan siempre  adelante llevando sus cruces de cada día, caminando con Jesús, María y José hacia el cielo, hacia la santificación de ustedes y al premio que les está preparado por Dios y por  la Madre de Dios en el Cielo.

Sí, con la oración con el corazón sus almas verdaderamente crecerán en el amor perfecto, crecerán en la fidelidad a Dios, en la obediencia a Él, y entonces sus almas se convertirán en aquellos  hermosos diamantes que Yo en Mi Mensaje les hablé aquí hace poco tiempo atrás, diamantes de gran belleza, de gran esplendor  espiritual que encantará  los ojos de la Santísima Trinidad.

Recen con el corazón para que el don de la fe sea aumentada en ustedes, para que la virtud de la fe practicada por ustedes aumente aún más en ustedes la fuerza, la llama de la fe, que les  haga semejantes a  la Santísima Virgen María, cuya fe inquebrantable  jamás tropezó, nunca vaciló ante la voluntad de Dios para con Ella.

Esta fe que Ella tuvo, que fue un grado mil veces heroico, esta fe, esta fe, ustedes también deberán tener para  que puedan verdaderamente ser dignos de Dios, idóneos de Dios. Imiten también Mi fe y pidan esta fe rezando con el corazón, pues Yo la practiqué en un grado heroico y muy elevado, elevadísimo, y  deseo hacerles practicar también esta virtud de modo que,  por causa de la fe  ustedes puedan soportar todo, ustedes puedan sufrir todo por  amor a Jesús y de María y  ustedes puedan vencer todo con el poder de la fe.

Recen Mi Coronilla, ésta Coronilla que Mi amadísimo Marcos escribió para mí, porque él me da una alegría sin precedentes, Me da una gran felicidad y, sobre todo, él les hace merecedores de todas las gracias que ustedes no tienen méritos para lograr de los Sagrados Corazones, de Jesús y de María. Rezando esta Coronilla ustedes se tornan dignos de las gracias que piden por Mi intermedio y por el poder de los méritos de Mi sacrificio y de Mi martirio. Entonces, recen esta Coronilla, sobre todo, pidiendo el aumento de la fe  de ustedes y ella les  será dada en un grado tan grande como jamás podrían imaginarse que un día pudieran tenerla.

Yo Lucía les amo mucho y estoy aquí con la  Madre de Dios en estas Apariciones, decidida a llevarles a una gran santidad. Recen  para agradecer más a Dios la gracia de las Apariciones que tienen aquí, gracia que tantas generaciones y naciones quisieron tener y  no tuvieron y  ustedes fueron los grandes elegidos para recibir esta gracia. No sean ingratos, que su nación y esta generación mundial  de ahora no sea ingrata a Dios negando  a Él el amor, la correspondencia, la obediencia a estos Mensajes.

Agradezcan a Dios, obedeciendo  los Mensajes que aquí se les está siendo dados, agradezcan  a Dios por este gran favor colocando estas Apariciones en primer lugar en sus vidas y todo lo demás debajo de ellas, porque Yo les digo: Si no colocan ésta gracia en  primer lugar en sus vidas,  grande y bruta será la  ingratitud de ustedes al Señor lo que acabará atrayendo  para ustedes la ira del Altísimo. Agradezcan a Dios por lo tanto, colocando estas Apariciones de Jacareí  en primer  lugar en sus vidas, obedeciendo a estos Mensajes y haciendo todo para tornarlos  más conocidos y obedecidos por todos.

Recen con el corazón, Dios ama la oración que es hecha con el corazón, con amor, celo y piedad.
RECEN, RECEN, RECEN.

A todos en este momento, bendigo con amor, especialmente a ti Marcos el más ardiente de Mis devotos y el más querido de Mis amigos y a todos ustedes que ahora Me oyen, Me escuchan y Me aman bendigo generosamente”

(Marcos): “Hasta pronto amada Santa Lucía” 

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