FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA EN EL TEMPLO Y DÍA DE LOS CONSAGRADOS RELIGIOSOS
21 de Noviembre del 2013 del 2013
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet a través de la WebTV mundial: www.apparitionstv.com
MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Mis queridos hijos,
hoy conmemoran La Fiesta de Mi Presentación en el Templo a los 3 años de edad,
cuando Me consagré totalmente al Señor para servirlo, amarlo, adorarlo y
prestarle todo Mi servicio, toda Mi dedicación en Su casa como Su más humilde y
devota Súbdita.
Fue una entrega de amor
total a Dios, fue una entrega de amor total a ustedes. Fue una entrega total de
amor a Dios, porque dando a Dios Mi vida totalmente, Mi Cuerpo y Mi Alma en tan
tierna edad pagué al Señor el tributo que le era debido por todos los favores
insignes, todos los privilegios, todas las gracias, todos los dones y toda la
perfección con la cual Él Me había creado. Y así le di a Su Majestad Divina,
honor, gloria, reparación, correspondencia, obediencia y amor comenzando ya a reparar
el pecado de Eva, que ingrata, desobediente, desleal, infiel había pagado los
mismos favores que había recibido de Dios como Yo, con el pecado original, con
la desobediencia original. Entonces, di al Señor la justa reparación por la
desobediencia de Eva, que fue creada inmaculada y santa como Yo, pero perdió
todo por causa de su desobediencia, ingratitud, irreligión e insurrección con
el Señor.
En Mí, Dios vio
finalmente el pecado de Eva comenzar a ser reparado, vio en Mi verdaderamente,
a Su criatura dándole finalmente el honor, la gloria, la alabanza, la
obediencia, la correspondencia y la sumisión que Él tanto esperó de los
Primeros Padres y de todo el género humano y nunca había recibido. Por eso El
Señor se agradó de Mi oferta, se agradó de Mi “sí” y con Mi continua inmolación
en el templo ante Su presencia, con Mis continuas oraciones, súplicas y el
ofrecimiento de todos los actos que allí Yo practicaba, Él decidió por Mi amor
apresurar la Encarnación del Verbo, enviar más rápidamente el remedio para el
pecado, para la enfermedad mortal de la cual toda la humanidad estaba
contaminada, para que así, todo el género humano pudiese finalmente libertarse
de la esclavitud del pecado, del yugo de Satanás y finalmente encontrar la
verdadera vida, la vida de los verdaderos hijos de Dios, la filiación
divina y así, el hombre pudiese ser
salvo y un día ser participante de la gloria y de la felicidad de Dios en el
Cielo.
Mi entrega en el Templo
fue una entrega de amor a ustedes también, porque fue por ustedes que Yo Me
entregué al Servicio del Señor en el Templo, para que con Mis oraciones, Mis
sacrificios, para que con Mi amor, Mi obediencia y Mi dedicación total a Él,
conseguir que Él enviase al Mesías más rápidamente al mundo, para remediar todo
el género humano y para traer para ustedes Mis queridos hijos, la redención,
abriéndoles las puertas del Cielo cerradas por los pecados de Nuestros primeros
Padres. Y así, todos ustedes pudiesen beber de la copiosa redención operada por
el Verbo Encarnado y así vivir la
Verdadera Vida en Él y con Él para la mayor gloria de Dios.
Hoy es el día también
del “sí” de ustedes, es el día que deben finalmente dar el sí de ustedes a
Dios, entregándose así como Yo para servirlo, adorarlo y amarlo. Aquellos que
son llamados por el Señor al altísimo honor de ser almas consagradas y
religiosas en Su servicio, deben ahora renunciar completamente a desprenderse
de si mismos y seguir por el camino de la abnegación, del olvido de sí dando su
“sí” a Dios, correspondiendo al llamado
que recibieron de Él, para hacer Su voluntad y así, la obra de la salvación del
Señor continúe siendo realizada a través de los tiempos y de los lugares para
la mayor salvación de las almas, de Sus hijos y para el mayor triunfo de Su
Amor Misericordioso sobre todas las naciones.
Los Laicos, cada uno es
su estado de vida, deben también hoy dar su sí al Señor, para que construyan
familias santas, para que eduquen a sus hijos en el santo temor de Dios, para
que guíen a los jóvenes por el camino de la santidad, para que la flor de la
vocación en ellos pueda crecer saludablemente hasta alcanzar la plenitud de su
entrega total a Dios y aquellos hijos que fueran llamados a continuar las
familias santas en el mundo, puedan construir el ejemplo de sus padres, nuevas familias
santas para que la grey del Señor continúe creciendo cada día más, y para que
las familias continúen siendo jardines de donde nacen las flores más bellas y
perfumadas de vocaciones religiosas, de santos para la mayor gloria, triunfo de
Dios, de la verdad, de la santa fe católica en el mundo.
Ahora en éste momento
bendigo a todos y bendigo especialmente a aquellos Mis hijos que Me dijeron
“sí” y que Me entregaron sus vidas aquí, en la vida religiosa consagrada a Mi
servicio, para que cuiden de este Mi Santuario en la obediencia, en el trabajo,
en la penitencia, en el sacrificio, en la abnegación, en el olvido de sí mismos
y de su voluntad para realizar la Mía.
También bendigo
especialmente a Mi hijito Marcos que se entregó completamente a Mí hace 22 años
atrás, dándome su “sí” total, después confirmando en sus votos religiosos. En
verdad, los otros Mis hijos Me sirven en parte, pero Él Me sirve de modo
completo, los otros Me dan su amor en parte, este hijo Me da su amor total. Y
por haber renunciado a todo, el
ofrecimiento de él tiene un valor
inmenso delante de Mí y del Señor, así como también Mis Esclavos de Amor aquí.
Y este ofrecimiento de la vida de ellos todos los días sube al Cielo como un
incienso perfumado y luminoso, como un gran poder que Yo puedo ofrecer a Dios
unido a Mis merecimientos, para alcanzar para el mundo entero, perdón para los
pecados, gracia y misericordia.
Verdaderamente la
vida de estos Mis hijos que se consagran
a Mí vale tanto como una Hostia en el Sagrario, como dijo Mi hijo a Mi hijita Madre Mariana de Jesús Torres. Y el
ofrecimiento de un alma que se da totalmente a Mí abala al infierno, destruye
muchos y muchos planes de Satanás, aniquila su poder, quebranta a su imperio en
el mundo y verdaderamente hace brotar sobre las almas del mundo entero un río
de gracias, luz, paz, perdón y misericordia.
A todos bendigo
generosamente y especialmente a Mi hijito Marcos que Me ofreció su vida entera
ya a los 13 años, ofrecimiento que lo tornó tan agradable a Dios y a Mí y que
verdaderamente lo hace digno de todas las gracias, merced y distinciones que le
he dado.
A todos bendigo de
LOURDES, de FÁTIMA y de JACAREÍ”
(Marcos):
“Sí… sí… Hasta pronto Querida Madre”
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