Jacareí, 25 de Diciembre del 2015
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FIESTA
DE NAVIDAD
MENSAJE
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
"También apareció el Niño Dios recién nacido en los brazos de la Madre."
“Mis Queridos Hijos, en
esta noche, Yo vengo hasta ustedes una vez más con Mi Hijo Jesús para decirles:
“El Amor nació hoy para ustedes.”
Nació Mi Hijo
Jesucristo que es el Amor. Nació para salvarles a todos del pecado y de Satanás,
para librarles y para darles una nueva vida en Su Amor, en Su Nombre, en Su
Gracia, en Su Amistad.
El Amor nació hoy para
ustedes en este día, para traerles finalmente la liberación de la esclavitud
del pecado, para abrirles de nuevo las Puertas del Cielo que habían sido
cerradas por el pecado de Nuestros Primeros Padres.
Nació para darles una
nueva vida en Su Nombre, en Su Amor. Nació para ser Su Maestro, Su Luz, para
ser Su Salvación y Su Paz, todos los días de sus vidas.
El Amor nació para
ustedes hoy en este día, para darles esperanza de que Satanás y el pecado,
jamás tendrán la victoria final sobre todas las cosas. Jamás tendrán la última
palabra. Jamás tendrán la victoria sobre Dios, sobre Mi Hijo y sobre Mi Corazón
Inmaculado. Pero en el final, solamente Dios, solamente Yo, saldré vencedora de
la gran guerra que estoy trabando contra el demonio y sus secuaces.
Y por eso Mis Hijos, en
el Nacimiento de Mi Hijo Jesús, sucedido hoy, todos ustedes pueden tener una
firme señal de esperanza que llene su corazón de alegría, de amor, de paz, de
felicidad y de la confianza segura, de que en el final, Dios triunfará, Mi
Corazón Inmaculado triunfará y aquello que el Ángel Gabriel Me dijo en la
Anunciación: “Tu Hijo será llamado “Hijo de Dios” y reinará para siempre en la
casa de Su Padre David y Su Reino no tendrá fin.” Ésta promesa de Dios se
cumplirá.
Jesús reinará sobre
todo el mundo, sobre todos los pueblos y naciones, y traerá para ustedes el
Nuevo Cielo y la Nueva Tierra que muy pronto llegarán, adonde ustedes serán
felices para siempre. Y donde nunca más, ningún dolor, ningún sufrimiento,
ninguna persecución, ninguna injusticia, ninguna maldad, jamás podrán tocarles,
ni hacerles sufrir nuevamente.
El Amor nació para
ustedes en este día, para darles también la seguridad de que Mi Hijo se hizo
hombre, se encarnó, vivió aquí en la tierra para ser, no apenas Su Maestro, Su
Salvador y Su Redentor, pero también para ser Su Amigo, Su Compañero
Inseparable de sus vidas y para estar con ustedes en todos los momentos
difíciles de la existencia de ustedes.
Confíen en Él,
depositen sus vidas, sus corazones, sus problemas con todo más en las manos de
Mi Hijo y en Mis manos. Y ustedes verán Mis Hijos, cómo Nosotros verdaderamente,
les mostraremos que estamos cerquita de ustedes, que estamos junto con ustedes
todos los días de sus vidas y que Nosotros siempre tomamos y siempre tomaremos
cuenta de ustedes.
Entonces, sus corazones
se llenarán de alegría, se llenarán de felicidad, se llenarán de amor, se
llenarán de una dulce confianza que tornará sus días sobre la tierra, incluso
aquellos que fueron marcados por más sufrimientos, se tornarán dulces, suaves y
leves. Porque ustedes sentirán Mi Amor y el Amor de Mi Hijo Jesús por ustedes.
Entonces, sus vidas
será toda iluminada por la suave, dulce, profunda y poderosa seguridad de
Nuestro Amor continuo y de Nuestra Presencia fiel junto de ustedes en todos los
momentos de sus vidas.
El Amor nació para
ustedes en el día de hoy, para inflamar sus corazones con Su Llama de Amor. Jesús
quiere inflamar sus corazones con Su Llama de Amor, Yo quiero inflamar sus
corazones con ésa Llama de Amor de Jesús que también es Mía, transformándoles
en Grandes Santos, en almas ardientes de Amor, que finalmente darán a Jesús el
Perfecto Amor, el Perfecto Retorno, Correspondencia y Gratitud que Él tanto
espera de todos los hombres y no recibe.
Entonces, finalmente,
ustedes serán almas, moradas dignas de Mi Hijo Jesús. Él vendrá, nacerá en sus
corazones, o sea, entrará en sus corazones, se quedará con ustedes, hará morada
con ustedes y con ustedes permanecerá actuando y realizando Obras de Gracias maravillosas
y estupendas, desde que ustedes no coloquen obstáculos, ni resistencia a Su
Llama de Amor.
Por eso Hijitos, en
este Día Santo del Nacimiento de Mi Hijo, abran de par en par las puertas de
sus corazones a Mi Hijo, que quiere nacer en sus corazones e inflamar, llenar
sus corazones de Amor, de Luz, de Gracia Divina.
Prepárense también para
Su Segunda Navidad que ya está muy cerca de ustedes. Muy pronto, Mi Hijo Jesús
volverá a ustedes en la Gloria y buscará en ustedes los frutos de los Talentos,
de las Gracias, de los Dones, de todo lo que Él les dio. Y ¡Ay! de aquellas
almas que fueron como la higuera estéril que no quiso dar frutos para Él, será
maldita, secará, morirá y será arrojada en el fuego, o sea, el alma que no dé
los frutos de Santidad que Mi Hijo desea, no entrará en el Cielo y será
arrojada en el lago de fuego que jamás se apagará.
Por eso Hijitos,
prepárense para el regreso de Mi Hijo Jesús, viviendo cada día en Santidad y
dando muchos frutos de Santidad para Él.
Continúen con todas las
Oraciones que Yo les di aquí, por medio de ellas, hago siempre más a Mi Hijo
Jesús nacer en todos sus corazones en una continua y perenne Navidad, que se
repite todo el día y a todo momento, transformando cada vez más los corazones de
Mis Hijos en aquello que Yo misma fui: dignas moradas y dignas cunas para que Mi
Hijo Jesús se recline en ellos, descanse, viva, reine y gobierne.
A todos bendigo con
amor: de BELÉN… de NAZARET… y de JACAREÍ.”
MENSAJE
DE SANTA BERNADETTE SOUBIROUS
“Mis Amados Hermanos,
Yo, Bernadette Soubirous, Bernadette de Lourdes, Sierva de la Inmaculada
Concepción, de la Madre de Dios, Me alegro por venir hoy una vez más a su
encuentro para decirles: “Amen al Amor y déjense amar por el Amor.”
El Amor es Jesús, amen
este Amor y déjense amar por este Amor todos los días de sus vidas, viviendo
siempre más en Oración, en la Obediencia a los Mensajes de Nuestra Reina,
buscando siempre más corresponder a la Voluntad de Jesús de todo su corazón, de
toda su alma y con toda su voluntad.
Déjense verdaderamente
amar por el Amor y amar al Amor, buscando siempre más renunciar a su voluntad,
a sus opiniones, a su querer, para hacer la Voluntad del Señor siempre, de
manera que Él viva, que Él crezca cada vez más en sus corazones hasta llevarles
a la plenitud de la edad de la Gracia de Dios.
Déjense amar por el
Amor y también amen al Amor, renunciando de una vez por todas a su querer, a su
voluntad, poniendo de lado todo aquello que les aleja de Jesús, que les separa
de Él y de Su Madre, para que verdaderamente sus corazones crezcan como Rosas
Místicas de Oración, de Sacrificio, de Amor y de Reparación, para darle alegría
y felicidad.
Amen al Amor y déjense
amar por el Amor, buscando todos los días siempre más, hacer la Llama de Amor
de la Madre de Dios y de Jesús, crecer en sus corazones, haciendo el ejercicio de
renunciar siempre más a su voluntad, a su querer, donándose siempre más en la
Oración y en el Servicio a Ellos, e incluso cuando su cuerpo ya esté cansado, aun
así buscando ir siempre adelante, sirviendo a la Madre de Dios sin nunca
cansarse, sin nunca desfallecer, sin nunca decaer.
Yo hice este ejercicio
durante toda Mi vida, renunciando a Mi voluntad, renunciando a Mi querer, e
incluso cuando ya había rezado mucho, hecho mucho por la Madre de Dios, siempre
buscaba hacer más por Ella, renunciando a la voluntad de Mi carne, que a veces
quería descanso, alivio en el dolor, en la enfermedad, pero siempre busqué
hacer más la Voluntad del Espíritu, de la Llama de Amor de la Madre de Dios,
que dentro de Mí Me impulsaba, Me movía a donarme más, a sacrificarme más y
cada vez más, amar a la Madre de Dios con todo Mi corazón.
Hagan eso también y
ustedes serán Grandes Santos como Yo, llegarán a las Altísima Moradas del
Cielo, donde Yo llegué y verdaderamente serán aquellas almas que “más amaron” a
la Madre de Dios en este mundo.
Amen al Amor que es
Jesús, que es también Su Madre y déjense amar por Ellos, nunca colocando
barreras a la Llama de Amor de Ellos en sus corazones y en sus vidas.
Dejen ésta Llama de
Amor actuar en sus corazones y en sus vidas libremente, colaboren con ésta
Llama de Amor, hagan todo lo que ella inspire a sus corazones y hagan todo lo
que ella les mueve hacer por la Madre de Dios y por el Señor.
De manera que
verdaderamente así, dejándose guiar, mover por ésta Llama de Amor, ustedes en
poco tiempo alcanzarán una gran Santidad y darán a Dios toda la satisfacción,
todo el retorno, toda la gratitud, todo el amor, todo el cariño que Él siempre
esperó de Sus Hijos y nunca tuvo.
Y también darán a la
Madre de Dios todo el cariño, todo el amor, toda la gratitud, toda la
obediencia, toda la fidelidad que Ella siempre esperó de Sus Hijos y nunca
recibió de Sus Hijos, Ella nunca encontró un amor así.
Entonces, ustedes serán
verdaderamente Ángeles de Amor por Ella y al Señor ya aquí en la tierra, y un
día en el Paraíso, serán Mis compañeros habitando en aquellas Moradas Celestes
que los Ángeles que cayeron dejaron vacíos.
Yo, Bernadette, les amo
a todos, les cuido a todos, nunca les abandono, siempre estoy a su lado en
todos los sufrimientos, en todos los dolores y en todas sus aflicciones.
Cuando necesiten de
alguna cosa, vengan a Mí, pídanme, recen Mi Coronilla compuesta por Mi
Amadísimo Marcos y que siempre fue tan bien acepto y agradable por la Santísima
Trinidad, por la Madre de Dios y también por Mí. Y Yo les prometo que les
concederé Gracias de Amor sin fin, y sobretodo, les daré la mayor de todas: “Mi
Llama de Amor por María Santísima.”
Entonces, ustedes la
amarán, la servirán y la obedecerán como Yo, obedecerán como Yo la obedecí y la
amé.
Y entonces, verdaderamente,
la Inmaculada Concepción no solo quedará contenta y se agradará de ustedes,
pero habitará en sus corazones, vivirá en sus almas, para operar en ella Sus
Grandes Obras de Santidad, como Ella operó en Mí, que les llevarán en poco
tiempo a la Gran y Suma Perfección de la Vida Espiritual, de la Perfecta
Caridad para con Dios, también de Amor en Pura Transformación.
A todos Yo bendigo
ahora generosamente y especialmente a ti, Mi Amadísimo Marcos, el más ardiente
y fervoroso de Mis Devotos, que hace tantos años Me amas, Me torna más
conocida, más amada y también imitada por tantas almas que también aprendieron
a amar, a obedecer a la Madre de Dios.
Bendigo también este
lugar santo, que Me es tan querido cuanto el Santuario de Lourdes. Y bendigo a
todos ustedes con la Madre de Dios, dándoles Nuestra Bendición Especial de este
día de Navidad con el Niño Jesús: de LOURDES… de LA SALETTE… y de JACAREÍ.”
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