Jacareí, 10 de Septiembre del 2006
MENSAJE
ESPECIAL
SOBRE
LA VERDAD DEL MUNDO ACTUAL
(Marcos):
“Hoy, Nuestro Señor vino junto con María Santísima y San José. El semblante de
Ellos era grave y triste. Nuestro Señor dio hoy este Mensaje para el mundo.”
MENSAJE
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
“Queridos Hijos, estoy
con ustedes una vez más hoy. Yo Soy Jesús, Hijo de Dios, el Verbo Eterno.
Lo que Mi Santa Madre
dijo en La Salette vuelvo a decir nuevamente aquí: “Las almas consagradas a
Dios, muchos Obispos, Sacerdotes y Religiosos; por su mala vida, por su
búsqueda de los placeres, de los honores, viviendo para agradar a las personas,
por sus malos ejemplos, se tornaron cloacas de impureza. Los pecados de esas
almas, de esas personas, gritan al Cielo por venganza, y es que la venganza
cuelga sobre sus cabezas.”
Estas almas
Sacerdotales y Religiosas que persiguieron las Apariciones de Mi Madre en
tantos lugares, que quisieron callar los labios de Mi Madre en tantos lugares, los
pecados de esas almas ya atrajeron y ya luego atraerán muchos más castigos para
la humanidad, visto que obstinados, temerosos y empedernidos en su rechazo en
obedecer los Mensajes, continúan persiguiendo a Mi Madre, a desacreditar Sus
Apariciones, a negar Sus Señales, Milagros y Sus Lágrimas.
Sí, Mi Justicia va a
castigar de una manera nunca antes vista en la historia de la humanidad. Voy a
castigar de manera sin precedentes.
Me crucifican de nuevo
los pecados de estas almas, de estas almas consagradas a Dios que niegan Mis
Apariciones, que prohíben al pueblo de creer en Nuestros Mensajes, en Nuestras
Lágrimas de Sangre, en Nuestros Avisos y aún dicen al pueblo que esto es Mi
Voluntad. Esos pecados de esas almas consagradas a Mí van a atraer la mayor hecatombe
de la historia de la humanidad.
Me crucifican de nuevo
esos niños de hoy en día, que no le gustan rezar el Rosario de Mi Madre, que
son rebeldes a todo tipo de enseñanza: quiera sea moral, quiera sea espiritual
y religioso.
Me crucifican de nuevo
estos jóvenes de hoy, enemigos de la Oración, enemigos de Mi Madre, enemigos
del Sacrificio, de la Penitencia, de las Virtudes que tan queridas Me son.
Me crucifican de nuevo
estos padres de hoy en día, que se preocupan en dar todo a sus hijos, menos la
Oración. No les enseñan a hacer pequeños sacrificios, no les enseñan a orar el
Rosario, no les enseñan a oír Mi Palabra y la Palabra de Mi Santa Madre. Estos
padres de hoy, que ofrecen toda la comodidad a sus hijos, descuidando lo
espiritual.
Estos padres de hoy Me
crucifican de nuevo. Me crucifican de nuevo porque no tienen amor por Mí. Me
crucifican de nuevo porque no tienen Fe en Mí. Me crucifican de nuevo porque
dejan que el demonio entre primero en el alma de sus hijos, antes que Yo y Mi
Madre entremos.
Me crucifican de nuevo
los pecados de este pueblo, de estos hombres, de estos padres de familia, que
prefieren juegos, bebidas, fiestas envés de rezar con su familia, de enseñarles
a rezar, de anunciarles Nuestras Palabras y darles ejemplo de Oración y de Santidad
en primer lugar.
Me crucifican de nuevo
esos hombres de hoy en día, que pretenden vivir sin Mí, gobernar sin Dios,
vivir sin Dios, crecer sin Dios, progresar sin Dios y morir sin Dios.
Me crucifican de nuevo
esos hombres de hoy, que niegan que el Infierno existe para así disculparse,
justificarse en todos sus desórdenes, maldades y todos sus pecados.
Me crucifican de nuevo
estos hombres de hoy, que niegan que el Purgatorio existe, que niegan que el
Cielo existe, que dicen que la vida termina aquí y después nada más.
Me crucifican de nuevo
estos hombres de hoy, que niegan a Mi Madre, la Reina del Cielo, Asunta al
Cielo en cuerpo y alma, pueda aparecer con Su cuerpo glorioso en la tierra, a
quien Ella quiere, como quiere, cuanto tiempo quiere, para hablar lo que Ella
quiere.
Me crucifican de nuevo
los que niegan que Mi Padre Adoptivo San José pueda aparecer aquí, que Él pueda
comunicar Sus Mensajes, revelando Mi Voluntad; que Mis Ángeles y Mis Santos
puedan comunicarse por Mi Poder y Autoridad, para comunicar a los hombres Mi
querer.
Me crucifican de nuevo
estos hombres de hoy que no saben más lo que es rezar, que no tienen más vida
interior, que no se importan con la salvación de sus almas, con la extinción de
sus defectos y fallas, y con la adquisición y el aumento de las Virtudes en sus
almas.
¡Pueblo desobediente! ¡Raza
de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que ha de venir? Mi hacha ya
está puesta en la raíz de los árboles, todo árbol que no da buenos frutos, Yo
la cortaré y la echaré en el fuego.
Me crucifican de nuevo
esos hombres de hoy, que enseñan que tanto los Justos cuanto los pecadores irán
todos para el mismo lugar, desanimando así a los Justos de continuar a ser
buenos y justos, y justificando así las peores maldades y désordenes de los
pecadores.
¡Me crucifican de nuevo!
¡Me crucifican de nuevo!
Me crucifican de nuevo
los hombres de hoy, sin piedad, repiten también la traición de Judas,
especialmente las almas consagradas: los Obispos, Padres y Religiosos, que
persiguen Nuestros Mensajes, que son el último medio de salvación de esta
humanidad que se tornó peor de que en el tiempo del Diluvio.
Cometen de nuevo la
traición de Judas. Cuantas almas consagradas a Dios son almas consagradas
Judas. ¡Me crucifican de nuevo! ¡Me crucifican de nuevo!
Yo mandé que leyesen
los libros: “Imitación de Cristo”, el “Tratado de la Verdadera Devoción a la
Santísima Virgen” y el “libro de Nuestros Mensajes” diariamente, pero nunca nos
obedecieron, no nos obedecen.
¡Raza de víboras! ¿Quién
les enseñó a huir de Mi ira que ha de venir? Miren para el sol y verán que él
gira sobre ustedes. Es la señal de Nuestros Corazones Unidos, de que estamos
presentes aquí. Sí, por detrás de las nubes, el sol se manifiesta a ustedes
para confirmar Nuestras Palabras y para indicarles que este es el tiempo de los
tiempos y el fin de los fines. Las señales en el sol, en la luna y en las
estrellas les son dadas para indicarles que este es el tiempo propicio a la
conversión y que este tiempo está terminando.
Lo que Mi Madre dijo en
La Salette hace 160 años atrás, en el año de 1846, en Francia, todo va a
cumplirse. Estas Apariciones son la coronación de aquellas de La Salette. Ellas
son el término glorioso de los Avisos dados por Mi Madre en el terrible secreto
de la montaña de La Salette.
Paren de crucificarme
de nuevo y de crucificar conmigo a Mi Madre y San José, porque Ellos también
sufren el mismo dolor que Yo. Ellos también son crucificados junto conmigo
nuevamente cuando hacen todas estas cosas, todos los desórdenes y ofensas que
Yo dije.
Me crucifican de nuevo
estas familias de hoy, que solo piensan en diversiones y placeres, y descuidan
de la Oración del Rosario, de la Penitencia, de la Lectura de Nuestros Mensajes
¡Descuidan, descuidan, descuidan la Oración!
Muchas familias ya
dejaron albergar en su interior al demonio. Muchas familias ya dejaron habitar
en sus casas al demonio Asmodeo, el destruidor de las familias, porque no rezan
el Rosario, porque ven películas violentas e indecentes, porque se visten con estas
ropas indecentes de hoy, porque pronuncian palabras feas dentro de sus casas,
porque no rezan y no tienen más en sus casas Mi Imagen, de Mi Madre y de San
José entronizadas en sus casas, para que así seamos los Reyes de sus casas. Por
eso el demonio entra y sale, gobierna y maniobra a las familias como él quiere.
Me crucifican de nuevo
los hombres de estos tiempos, hombres malvados, perversos y justificadores de
todo su rechazo en obedecer Nuestros Mensajes ¡Me crucifican de nuevo!
¡Conviértanse
rápidamente! ¡Este es Mi Aviso!
Continúen con todas las
Oraciones que Nosotros les dimos aquí: Hora de la Paz, Hora de San José, Hora
del Espíritu Santo, Rosario Meditado que Mi Hijito Marcos hace, pues, es lo que
más nos agrada, nos consuela, nos glorifica, nos exalta y que es el más eficaz
para la salvación de ustedes en estos tiempos malos.
Continúen con la Cruzada
del Rosario. Continúen a leer los libros que Nosotros les mandamos. Continúen a
leer la vida de Mi Madre revelada en los libros “Mística Ciudad de Dios”. Sí,
Mi Madre es la Mística Ciudad, en Ella Yo habito, en Ella Yo Soy el Rey,
siempre fui y seré el Rey Supremo y Absoluto por los siglos de los siglos.
Y tú Mi Hijo Marcos, Mi
Sagrado Corazón te bendice hoy hijito, por haber hecho la Imagen de Mi Madre
Santísima, la Señora de las Lágrimas. Sí, Mi Madre y también Mi Hija Amalia
Aguirre, Ellas mismas asistieron al escultor que hizo la Imagen, según tus
indicaciones. Sí, la mano de Mi Madre y la mano de Mi Sierva Amalia Aguirre
guiaron las manos del escultor.
Tú quitaste la espada
de dolor llena de sangre del Corazón de Mi Madre, espada de dolor que el Clero
clavó en los años de 1930, cuando prohibió las Apariciones de Mi Madre
Santísima en Campinas. Prohibió las divulgaciones de los Mensajes, de la
Imagen, de la Medalla. Sí Mi Hijo, quitaste la espada, curaste, cerraste esa
llaga del Corazón Doloroso de Mi Madre.
Niño, es porque te
confié tantas misiones importantes y tantas tareas, porque eres dócil, porque
obedeces, porque cumples lo que decimos sin preguntar, sin cuestionar, porque
das todo de ti mismo para realizar Nuestros deseos, porque te esfuerzas más
allá de tus fuerzas para vernos satisfechos, atendidos y obedecidos.
Es porque aquí, este
pobre lugar, será siempre Nuestro Granero de Gracias, Nuestra Arca de
Salvación, donde recogeremos a todos los Electos, todos los Predestinados,
todos los destinados a ser salvos y que
tienen su nombre escrito en el Libro de la Vida.
Es porque este lugar
será el gran polo, el gran sol que iluminará el mundo entero. Aquí serán
atraídos todos los Predestinados, todos los que son destinados a ir para el
Cielo. Los réprobos, los que fueron destinados a ir para el Infierno, siempre
detestarán, odiarán y mirarán con incredulidad y desconfianza este lugar. El
nombre de ellos ya está borrado del Libro de la Vida.
Pero aquellos que
tienen el alma buena y pura como la de un niño, que tienen la Fe pura como la
de un niño, esos nos reconocerán aquí, nos escucharán y vendrán, nos
obedecerán, nos amarán y se tornarán los Grandes Santos que irán brillar como
una constelación de estrellas estampadas en el Manto de Mi Madre Santísima, la
Señora de las Lágrimas. Ellos serán estas estrellas que rodean la cabeza de Mi
Madre Santísima que aparece aquí, la Reina y Mensajera de la Paz.
Mi niño, Marcos, Mi
Hijo, el menor de todos, el más pequeñito y el más querido, Yo te bendigo, te
bendigo porque hoy cerraste una herida que sangraba en el Corazón de Mi Madre
hace 70 años. Al hacer esta Imagen, cerraste más una llaga dolorosa del Corazón
de Mi Madre.
Continúa así, enfermero
del Corazón de la Madre de Dios. Mientras el mundo y el Clero abren nuevas
llagas en el Corazón de Mi Madre, tú las cierras. Continúa cerrando, continúa
siendo el enfermero del Corazón de la Madre de Dios. Yo te bendigo, bendigo las
Imágenes de Mi Madre, de Mi Padre San José, los Rosarios, Medallas y Escapularios
suyos, los libros de los Mensajes, los Rosarios Meditados.
A todos bendigo y
Conmigo también les bendicen Mi Madre y Mi Padre San José. Vayan en Paz. Queden
en Mi Paz.
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