Jacareí, 08 de Febrero del 2014
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet a través de la WebTV mundial: www.apparitionstv.com
MENSAJE
DE SANTA LUCÍA DE SIRACUSA
“Amados Hermanos Míos,
Yo, Lucía de Siracusa, estoy feliz por verles más una vez aquí, estoy feliz por
darles Mi Mensaje y Mi Paz.
Aquí en Jacareí, en
estas Apariciones, Yo vengo con la Madre de Dios para realizar maravillas en
ustedes. Estas Apariciones son para ustedes la última oportunidad que Dios les
da, porque después de ella no habrá otra.
Estas Apariciones son
las últimas para la humanidad y ya están en su fin y aquel que continúe
endurecido y empedernido en sus pecados estará destruyendo el último puente que
puede llevarle al Cielo, que es la obediencia a los Mensajes que aquí le son
dados. Estas Apariciones son la aurora del triunfo del Corazón Inmaculado de
María, por eso, deben verdaderamente tener por seguro que muy pronto irradiará para
ustedes un nuevo día de Gracia, de Paz y de Salvación de la humanidad.
Estas Apariciones son
la aurora del triunfo del Corazón Inmaculado de María, por eso, ya pueden ver
verdaderamente en el horizonte del mundo y de la sociedad, las señales de que
está cerca el triunfo del Corazón de ésta Madre.
Ustedes ven en la
naturaleza, en las naciones, en sus propias familias, las señales que Ella
describió que les indicaría la cercanía de la hora de la Gran Justicia y del
Castigo de Dios, la cual seguirá el triunfo de Su Corazón Inmaculado. Ven las
guerras, los cambios de climas. También ven las discordias en las familias. Ven
los desórdenes generalizados en todas las camadas de la sociedad y de las
naciones. Ven la apostasía que se
convirtió generalizada en la Iglesia y en las almas.
Estas son las señales
que les indican que está cerca la hora del flagelo de Dios y después de la gran
transformación de la Tierra. Deben prepararse para este gran flagelo,
refugiándose en el Corazón Inmaculado de María por la perfecta conversión y
consagración de ustedes a Ella. Deben ser Santos y caminar en Santidad sobre la
tierra como cantaron, para que el Señor no les golpee con el Castigo de Su Ira
que ya está por derramarse sobre la tierra. He aquí que los Ángeles con las
tazas de los flagelos irán a derramar su contenido, el contenido de sus tazas
sobre las naciones y entonces ellos experimentarán la angustia de un condenado
a muerte.
Por todos los lados se
oirán gemidos, lloros y rechinar de dientes porque los hombres fueron avisados
por la Madre de Dios en Sus Apariciones en los últimos siglos, Lacrimaciones
hasta de Sangre y en las continuas señales que les envió para que crean en Sus
Mensajes. Pero enloquecidos por sus pecados no quisieron atenderla.
He aquí que llega la
hora en que clamarán, pero ya no serán más escuchados, porque el momento de
clamar y ser escuchados por Dios es AHORA. Cambien de vida, conviértanse sin
pérdida de tiempo y no esperen para ver más tarde la Justicia de Dios.
Yo Lucía, estoy con
ustedes todos los días de sus vidas, recen el Rosario compuesto por Mi
Amadísimo Marcos con las Oraciones Milagrosas que el Espíritu Santo le inspiró.
Y Yo, Yo misma les defenderé y alejaré de sus almas las tentaciones de Satanás,
las ocasiones de pecado o les daré fuerzas para que no caigan en ellas.
Apartaré de sus
familias todas las maldiciones, apartaré de sus familias todas las obras de
Satanás para destruir sus hogares y les daré constantemente Paz y Protección en
la vida.
Renuncien a los dioses
hechos por ustedes mismos, renuncien a ser fabricantes de dioses falsos,
renuncien al dios creado según la conveniencia de ustedes, el dios falso que no
dará el infierno a ustedes si continuaren obstinados en el pecado.
Renuncien a ese dios
falso, porque quien lo sugirió e inspiró a ustedes fue el demonio. Crean en el
Verdadero Dios que la Virgen María vino a enseñarles y mostrarles aquí, el Dios
que da el Cielo para los que Lo aman y que se esfuerzan en ser Santos. El Dios
que da el infierno a los pecadores obstinados.
Crean en el Verdadero
Dios que es Amor y Misericordia, pero que también es el Justiciero de los
pecados y no se dejará impune ni siquiera uno de ellos.
Yo, Lucía quiero
conducirles a vivir el Evangelio como Yo misma viví, practiquen la Palabra de
Dios y no sean únicamente oyentes de Ella. Practíquenla, porque ustedes serán
juzgados tan solamente por sus obras y no tanto por solo haber oído y nada
practicado.
Vean que Los Ángeles
muy pronto enrojecerán el Cielo con espadas de fuego y ese fuego que descenderá
sobre la Tierra exterminará todas las regiones adonde el pecado predomina. No
sean Mis hermanos, del número de esos pecadores infelices que verán la Justicia
de Dios como los Sodomistas y como aquellos habitantes de la Tierra en tiempos
de Noé.
Como en el tiempo de
él, todos comían, bebían, se casaban, se daban en casamiento, hacían sus
negocios y se reían de Noé que construía el Arca. Hasta que vino el Diluvio y
el Castigo les exterminó a todos. Tal como aquel tiempo, hoy nadie espera lo
que va a suceder, nadie se preocupa, nadie se da cuenta, todos duermen
pesadamente en sus pecados sin imaginar el momento en que Dios dirá basta. Y el
Cielo como un rollo de papel se enrollará, los Ángeles aparecerán gloriosos en
el Cielo y Ellos harán Justicia a la Majestad, al Amor de Dios despreciado por
los hombres dando muerte cruel a todos los enemigos de la Santa Fe Católica, de
la Madre de Dios y del Señor.
Los demonios agarrarán
a estas almas y las introducirán en los tormentos del infierno para siempre de
donde nunca más saldrán. No sean del número de esos infelices, conviértanse
AHORA. Yo les amo y no quiero que sufran en el futuro, por eso, cambien de vida
HOY, mientras todas las gracias del Cielo están a sus disposiciones y también
los tesoros del Altísimo les son ofrecidos en abundancia aquí tanto lo cuanto
ustedes quisieran recibir.
Recen el Santo Rosario
todos los días, recen la Coronilla de las Lágrimas de Sangre, pues donde ellos
son rezados, Satanás no tendrá victorias. Recen todas las Oraciones que la
Madre de Dios aquí les dio porque con ellas verdaderamente serán Santos y
agradarán soberanamente al Señor.
Yo, Lucía, les cubro
con Mi Manto y ahora en este momento con la Madre de Dios derramo sobre ustedes
una gran y abundante lluvia de gracias y de bendiciones.
Mediten los Mensajes,
hablen menos, recen más, mediten la Palabra de la Madre de Dios. Procuren en
todo ser conforme aquello que oyeron, para que la Madre de Dios mire para
ustedes y vea que verdaderamente son su descendencia santa.
Aquellos que vinieran
aquí con el corazón verdaderamente sediento de la Madre de Dios han de recibir
de Ella la gracia de encontrar el camino cierto y directo que conduce al Cielo.
Yo, Lucía prometo
empeñar todos Mis méritos por esa alma para obtener para ella todas las gracias
necesarias para su salvación. Y en este mismo momento, y mientras Yo les
bendigo hago esto: empeño todos Mis méritos pidiendo al Altísimo para que les
de todas las gracias necesarias para la salvación de ustedes y les libre de
todo pecado y todo el mal.
Les bendigo ahora de
CATANIA, de SIRACUSA y de JACAREÍ”
(Marcos): “Hasta pronto Querida Madre. Hasta
pronto queridas Ágata y Lucía”
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