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lunes, 19 de agosto de 2013

17 de Agosto del 2013 - Mensaje de Santa Lucía de Siracusa al Vidente Marcos Tadeu

Jacareí, 17 de Agosto del 2013
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet a través de la WebTV mundial: www.apparitionstv.com

Mensaje de Santa Lucía de Siracusa


“Amados hermanos míos, Yo, Lucía de Siracusa, vengo nuevamente hoy para darles Mi Mensaje y para bendecirles con Mi paz. El Amor de Dios  por ustedes fue y es tan grande que no se cansa de venir todos los días desde lo alto del Cielo, llamarles nuevamente a la conversión, a la vida de felicidad, armonía y paz que Él ofrece para ustedes.

Si los hombres escuchasen este llamado del Señor, hecho aquí en estas Apariciones a tantos años, para vivir la verdadera vida con Él y en Él, en el perfecto y verdadero amor, ‘¡Que paz ya reinaría en la tierra! ¿Qué paz ya no estaría ahora presente en el mundo? Pero los corazones son tan duros y no se dejan tocar, los corazones están tan fríos y no se dejan abrazar  por el Amor de Dios. Ésta es la razón porque  el mundo, las familias y las almas en sus corazones no tienen paz.

Sí, mientras el mundo no atienda estos Mensajes de estas Apariciones en Jacareí, nunca tendrá la verdadera paz. La violencia continuará explotando en todos los lados, los seres humanos continuarán odiándose con odio mortal como ahora sucede y la violencia, la deshonestidad, las traiciones, las maldades, continuarán invadiendo de todos los lados causando dolores y sufrimientos sin medida a los hombres, porque fuera de Dios, fuera de la Madre de Dios, fuera de las Apariciones de Ellos aquí, nadie puede tener paz, ni puede vivir en paz. Por eso Yo les llamo a volver a Dios, a colocarle al Señor, a Su Madre Santísima y Sus Apariciones aquí en primer lugar en sus vidas.

Sean verdaderamente ardósias de amor, como Mi amada hermana, Fara, les invitó a ser, sean fuertes, sean firmes en el amor verdadero por Dios, en el amor verdadero por la Madre de Dios, por los Mensajes que Ellos les dan aquí, y sobretodo, sean profundamente maleables en las Manos de Dios, dejándose moldear por Él como Él quiera, entregándose a Dios con todo su corazón, dando al Señor libertad, para que Él haga en sus vidas y en sus almas lo que le apetezca, entonces, Él verdaderamente, hará maravillas en ustedes, porque no tendrá obstáculos para hacer correr las corrientes del Divino Amor en ustedes y en la vida de ustedes.

Domen su amor propio, que tantas veces estropea los Planes de Dios al respecto de ustedes y al respecto de tantas almas que dependen de sus oraciones, de su santidad, de las obras que tienen que hacer para que ellas sean salvadas. Es el amor propio no domado de ustedes que estropea el Plan del Señor y que torna ineficaces tantos esfuerzos que la Divina Bondad emprende para ayudarles y ayudar a muchos por medio de ustedes.

Quien mucho quiere del mundo termina no teniendo nada del mundo y tampoco de Dios, porque el alma que codicia muchas cosas, termina por fin, viéndose decepcionada y abandonada por la tierra y hasta por el Cielo mismo, que despreció por causa de la tierra.

Por eso, domen su amor propio, renunciando a la codicia de ustedes, a sus deseos desordenados, de forma que el alma de ustedes desee las cosas celestes, que son eternas, que son inmortales, que nunca pasan y si ustedes desean el Espíritu Santo, la Santidad, todo lo demás se les da en añadidura, porque el Señor siempre cumple Su Palabra y aquél que deja todo para seguirle, ese recibirá el céntuplo en ésta tierra y en la vida eterna.

Yo, dejé todo para ser toda de Jesús, para seguirle y para vivir únicamente por Él  y para Él, me entregué a Él de cuerpo y alma y en la eternidad recibí alegrías, recompensas, premios eternos, que nunca, nadie podrá quitarme y si ustedes siguen Mi ejemplo también un día en el Cielo tendrán su recompensa.

Renuncien, pues a las cosas vanas de este mundo, porque no fueron hechos para ellas, mas sí, para el Paraíso. Cumplan sus obligaciones diarias, con amor y perfección, porque las almas que no colocan su amor, su corazón, su empeño en lo que hacen, son despreciadas por Dios y Dios se enoja con ellas. Las obras para que tengan valor delante de Dios tienen que ser hechas con la intención de agradar a Dios, tienen que ser hechas con amor puro por Dios y con esmero, de lo contrario la acción de ustedes, la oferta de ustedes no es aceptada por el Señor.

Sean valientes guerreros en el servicio de Jesús y de María Santísima, rezando con amor, trabajando para hacer conocidos con amor Sus Mensajes y buscando hacer de la propia vida de ustedes, un ejemplo luminoso y brillante de oración, de perfección  y de santidad para que todos viendo la santidad de ustedes quieran seguirles por el camino que conduce al Cielo.

Yo, Lucía, estoy al lado de ustedes siempre y les ayudaré a domar su amor propio, ayudándoles a decir NO a lo deseos de su carne, en todo momento, para que así la carne sea sujeta al espíritu y el espíritu unido a Dios, les torne cada vez más santos y cada vez más agradables a Él. A quién pida la gracia de vencer las tentaciones, por los merecimientos de Mi martirio, Yo prometo alcanzar todas las gracias de los Sagrados Corazones para estas almas, de modo que saldrán victoriosas de todas las tenciones del demonio y avanzarán velozmente en el camino de la santidad.

A todos en este momento, bendigo de modo particular y también a éste lugar que me es tan querido y amado, y especialmente a ti Marcos, el más ardiente de Mis devotos y el más querido de Mis amigos y el más obediente y esforzado de los hijos de la Madre de Dios.

A todos bendigo ahora”


(Marcos):”Hasta pronto, querida Santa Lucía”

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