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jueves, 30 de enero de 2014

18 de Enero del 2014 - Mensaje de Santa Lucía al Vidente Marcos Tadeu

Jacareí, 18 de Enero del 2014
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet a través de la WebTV mundial: www.apparitionstv.com 



MENSAJE DE SANTA LUCÍA DE SIRACUSA



(Cuerpo Incorrupto de Santa Lucía. No posee cabeza ya que fue decapitada en el año 304)


“Amados Hermanos Míos, Yo, Lucía, Lucía de Siracusa, vengo más una vez del Cielo para bendecirles y darles la Paz que solamente el Señor puede dar.

¡Paz, Paz, Paz! Que la Paz reine en sus corazones. Que la Paz nunca salga de sus corazones. Para tener la Paz es necesario rezar, hacer penitencia, renunciar al pecado, estar unido con Dios, en la fidelidad a Sus Mandamientos y en la íntima vida de oración con Él.

Busquen la Paz, hagan con que la Paz reine en sus familias. Para eso, recen el Santo Rosario en familia y si sus seres queridos no quieren rezar con ustedes, recen solitos. Porque así, ustedes son aquella barrera de oración que impide que el demonio continúe destruyendo la Paz en sus familias.

Mientras todos los corazones de sus familiares no se convierten, la Paz no podrá reinar completamente en sus hogares. Recen por lo tanto, por la conversión de ellos, para que sus familias puedan tener la Paz. Es por causa de los pecados del mundo que el mundo no tiene Paz.

Los pecados del mundo se amontona a cada día que pasa y si ultrapasar el límite que la paciencia divina soporta, estos pecados volverán para los propios hombres en forma de guerras sangrientas. Y así, el pecado de los hombres será lavado en su propia sangre.

Que los hombres del mundo entero renuncien al pecado y Dios les dará la Paz. Satanás quiere la guerra, por eso tienta a las almas al pecado, porque sabe que los pecados del mundo provocan guerras, provocan  los castigos, provocan las desgracias y toda la infelicidad.

Por eso, él que les odia y sabe cómo engañarles, enredarles, eludirles con tentaciones pecaminosas para que caigan en el pecado y así ustedes mismos atraen para ustedes: castigos, sufrimientos, dolores y ausencia de Paz.

Renuncien al pecado para que finalmente la Paz reine en sus vidas y en el mundo entero.

Yo les amo tanto y quiero ayudarles a llegar a la Paz completa del corazón. Yo tuve esa Paz, Yo poseí esa Paz, porque al desapegarme de todas las cosas vanas de este mundo, dejé Mi corazón totalmente libre y con espacio para que el Espíritu Santo pudiese actuar en Mí y producir en Mí Su Paz Divinal.

Ustedes también pueden tener ésta Paz, es vacíen su corazón de todo lo que es pecado y vano. Y entonces, Dios llenará el corazón de ustedes con la Paz. Ésta Paz que la Madre de Dios, que todos Nosotros del Cielo venimos a ofrecerles aquí en estas Apariciones, está al alcance de sus manos. Pidan y ella les será dada, pero antes, ustedes deben saber que tienen que renunciar al pecado. Entonces, ésta Paz será dada a ustedes en tanta abundancia que las almas sentirán ésta Paz en ustedes y desearán también ellas convertirse para poseer ésta Paz.

Entonces, la Paz del Corazón Inmaculado de María triunfará en las familias, en los corazones, en Brasil, en Portugal, en América y en todo el mundo. Entonces, las almas detestarán el pecado y Satanás, y preferirán a Dios para que puedan tener siempre ésta Paz del corazón, que solo es dada a aquellos que aman a Dios y que solo poseen aquellos que son Verdaderos Siervos, Apóstoles, Hijos y Amigos de Dios y de Su Madre Santísima.

Mientras perduran en estas Apariciones de Jacareí, grandes Gracias son ofrecidas a ustedes, especialmente ésta: la Gracia de la Paz.

En los momentos difíciles vengan a Mí, porque Yo quiero ser la Paz en la vida de ustedes, pídanme la Paz e inmediatamente tranquilizaré sus corazones y les daré Mi Paz.

Continúen rezando el Santo Rosario todos los días y todas las Oraciones que la Madre de Dios les pidió aquí, porque ello poco a poco hará con que la Paz triunfe en sus corazones.

A todos bendigo con amor: de CATANIA…, de SIRACUSA…y de JACAREÍ.

La Paz Mis Hermanos tan Queridos y que Yo amo tanto. La Paz a ti Marcos, el más ardiente de Mis Devotos y el más esforzado de los Hijos de la Madre de Dios.

Yo te derramo una lluvia de bendiciones por causa del nuevo Rosario que hiciste en Mi Honor. Mientras hacías, Yo estaba junto contigo, Yo derramé sobre la tierra entera una lluvia de bendiciones, neutralicé a los demonios con sus tentaciones, cerré las puertas del Infierno para que nadie fuese para ahí y abrí las del Purgatorio, liberando muchas y muchas almas como tú mismo pediste que Yo hiciese. Y ahora sobre todos ustedes que rezaron este Rosario, derramo nuevamente bendiciones especiales.” 

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